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domingo, 13 de abril de 2025

NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE...TAMBIÉN DE BANANO CON COCA

 Algunos creen que el problema con el narcotráfico es reciente en el Ecuador, pero no es exactamente así. A principios de los años '90, por ejemplo, ya había cosas que llamaban sobremanera la atención: en la capital ecuatoriana, Quito, pululaban, junto a edificios de lujo, centros comerciales en manos de colombianos y radios que transmitían vallenatos, al mismo tiempo que la localidad de "santo Domingo de los Colorados" se había hecho llamar "Santo Domingo de los Colombianos" y no faltaban por las carreteras del Ecuador caravanas de automóviles con placas de Cali. Más de un intelectual ecuatoriano, mientras proliferaban los "negocios", atribuían la fachada de bonanza -ilustrada por la avenida González Suárez y sus edificios ilegales, pero a todo lujo- al petróleo, siendo que en los '80 los precios del crudo, que no era colombiano, se habían caído. Eran pocos años de apariencia estable y de acomodo al modo libertario, pese a que gobernaba Sixto Durán Ballén. 

     Si se observa con más cuidado, el antecedente en los '80 había sido de fuerte descomposición, con el gobierno derechista de León Febres Cordero, que no dudaba en reprimir -otros tampoco dudaban en recurrir a las armas- y del que se dijo que se servía del paramilitarismo. Para más señas, Febres Cordero había trabajado durante dos décadas con Industrial Molinera, propiedad de Luis Noboa Naranjo, abuelo del "presidente" Daniel Noboa. Dada la violencia represiva, a Febres Cordero se le amotinó un militar manabita, Frank Vargas Pazzos, en la base de Taura. No era el Ecuador ninguna Suiza, pese a cierta tradición "progresista" en las fuerzas armadas. En los '80, entre Vargas Pazzos y un Febres Cordero que rompió a llorar de miedo, eran los tiempos del "machismo costeño" (Febres era de Guayaquil). Se está hablando de 1984-1988, cuando Febres, que debe haber sabido de estupefacientes al serle sembrados a un opositor, recibía el apoyo estadounidense del presidente Ronald Reagan y de David Rockefeller. Febres, el empleado del abuelo Noboa. 

     El padre Noboa, Álvaro Noboa, se caracterizó por su rechazo -también con grupos de choque- a la sindicalización de los trabajadores del banano. No se cumple con la Ley del Trabajo. Así era Febres: de mano dura y al mismo tiempo de corrupción en el aparato Judicial, como ejemplo de la "política" tal y como la podía entender la oligarquía bananera con el grupo Noboa a la cabeza. "Banana Bonita", empresa de Álvaro Noboa, lleva cocaína a Turquía. Tampoco es nada más cosa de los Noboa: la familia Lasso también es de "abolengo" y el presidente previo a Noboa, Guillermo Lasso, fue financiado en campaña por la mafia albanesa. Buena escuela la oligárquica, la que había puesto ya en los '80 a Febres y sus "guardias de choque": negocios turbios, formas de paramilitarismo, corrupción y promesas de "mano dura". La escuela de Daniel Noboa. Simplemente se han aflojado los controles del Estado y la oligarquía "sale del clóset". Desde los '80, las cosas estaban mal, aunque algunos confundían pozos de petróleo con pozos de dinero, porque todos se estaban "liberando". A principios de los '90 ya era la época de droga en la avenida Amazonas en Quito y de embajadores de farra con hombres en el parque El Ejido. Poco había durado el reformismo militar de Guillermo Rodríguez Lara en los '70 y la apertura hacia Jaime Roldós, cuando todavía "era el petróleo". Desde los '80 no fue el petróleo. Ni nada más el ostensible lavado. No habrán salido de la nada las más de 50 empresas exportadoras de banano ligadas al narcotráfico. Según la policía ecuatoriana, cuando menos desde principios de los 2000 llegaron al "negocio" los balcánicos. Según Insight Crime, el lavado de dinero, segundo rubro de actividad del crimen organizado en el Ecuador, se concentra en el sector inmobiliario y en el de automóviles usados.

       Hay algo más, según lo sugirieron en su momento estudios del economista francés Pierre Salama. El lavado, ligado al narcotráfico, debió haber estado antes de la dolarización del año 2000. Era posible de constatar desde los '90, con la facilidad desde el Ecuador para abrir cuentas en paraísos fiscales, Bahamas por ejemplo. El "milagro" no sólo es colombiano, sino que toca también al Perú. Se trafica y se lava en la frontera con Colombia, como el Carchi o Sucumbíos, pero también con el Perú, como El Oro, y se exporta por Guayas, Manta y Santa Elena. El lavado de activos podría alcanzar entre 30 y 40 % del PIB (producto interno bruto). Algunas de las provincias mencionadas son de exportación de banano.

         Ecuador ha logrado sumarse a Haití y Paraguay entre los Estados fallidos de América Latina. El periodismo de investigación comienza a tener que irse. No faltan pandillas como franquicias de otros dos presentes, además de los balcánicos, albaneses sobre todo (en el banano desde El Oro): el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación. Como Noboa no logra gran cosa, hasta el empresario francoecuatoriano Jan Topic se pasó de la derecha a la Revolución Ciudadana (RC). Prácticamente todas las encuestas le daban a la candidata Luisa González una amplia victoria (RC) Daniel Noboa se instaló en una dictadura decretando el estado de excepción, en Quito y varias provincias muy favorables a la RC, sin amenaza que justificara la medida. Con o sin fraude (¿11 casas encuestadoras se equivocaron?), los resultados por provincia vuelven a mostrar lo mismo:  toda la costa (salvo por pocos puntos Guayas y El Oro)  y el norte amazónico -fronterizo con Colombia-, con González (es decir que no es ningún beneficio de la duda para Noboa: quienes más sufren la violencia narco votaron por González); Quito, toda la sierra y gran parte de la Amazonía, con Noboa; los resultados de la alianza entre la RC y Pachakutik (indígenas) se notan poco, salvo en el feudo del dirigente indígena, Leonidas Iza (Cotopaxi, 36 % para Luisa González) y parcialmente Cañar. En la sierra centro-norte, salvo en Imbabura, y que es de lo peorcito del Ecuador, Noboa arrasó de tal modo (Tungurahua, 79 %;  Chimborazo, 70 %;  Pichincha, 62 %; Bolívar, 68 %;  Carchi, 61 %) que pareciera confirmarse que la población indígena y alguna otra más no tiene ni la menor idea de lo que es el Estado, salvo para recibir limosna -que un serrano pide con opción a garrote- o para hacerse de la vista gorda ante el milagro de la multiplicación de los peces en Quito desde lo que llaman simpáticamente "el petróleo". Como le han de llamar "rechazo al correísmo" su tendencia a lo mal habido. Noboa ni siquiera debió ser candidato, al incumplir la necesidad de pedir licencia tal y como lo establece la Constitución. Un ilegal -debía dejar de ser presidente y no usar recursos del erario- que decretó un estado de excepción, es decir un delincuente que expidió una ley, etcétera... (da click en el botón de reproducción).





OTRA VEZ, ZEDILLO TIENE SUEÑOS SALVAJES

 México cumplirá dentro de poco, unos cuatro años, un siglo sin asonadas militares, después de la rebelión escobarista de 1929. El logro se ...