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sábado, 23 de agosto de 2025

QUIZÁS, QUIZÁS, QUIZÁS

 El comportamiento de algunos líderes europeos y del "presidente" ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha vuelto un ejemplo de lo que en términos de ideología (si no se la confunde con propaganda) es un fenómeno de proyección/inversión, aunque no exactamente como mecanismo de defensa, sino, en el mejor de los casos, de hipocresía, a riesgo de que alguno termine creyéndosela. Es muy fácil: se le atribuye al otro todo lo que uno hace o calcula hacer.

       En la reciente reunión en Alaska, el presidente estadounidense Donald J. Trump y el ruso, Vladimir Putin, coincidieron en la posibilidad de poner un término al conflicto entre Ucrania y la misma Rusia, con Trump dispuesto a concesiones territoriales y a que Ucrania no entre en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Putin dijo que "ojalá Zelenski y la Unión Europea (UE) no saboteen el esfuerzo". Dicho y hecho, empezó el sabotaje.

       Para entender mejor el fenómeno ideológico, el asunto es más o menos como el del marido que llega a casa borracho y muy tarde, y sabe que está en falta, o que es culpable: se anticipa entonces a pretextar cualquier cosa para golpear a la señora, al menos que no le digan nada y se lo atienda. El pretexto es para culpar a la señora, de lo que sea, sabiendo de quién es la culpa.

      Ucrania se ha dedicado desde hace un buen rato a atacar territorio ruso. Pero "se" dice que Ucrania quiere garantías de seguridad para disuadir cualquier ataque ruso posterior a la guerra. En realidad, la que quiere garantías de seguridad para no seguir siendo cercada y amenazada es Rusia, por lo que ha pedido que la OTAN se detenga. Por lo demás, Putin fue a ofrecer las garantías referidas, para no avanzar hacia Sumy, Jharkov o Dniépropetrovsk.

      Resulta que "Putin no quiere el fin de la guerra", pero que Ucrania ha mostrado que no sólo no lo quiere, sino que intenta llevar la guerra hasta donde se pueda en territorio ruso. Cada vez que Rusia se defiende, resulta que es una "agresión". No querer atender y servir al marido borracho es "atacarlo" y ofenderlo, suficiente para arrancarse a más pleito o a golpes.

      La UE salió apresurada a decir que Putin pone "trampas", exactamente después de que, con una postura inamovible que no quiere negociar nada, "se" le pusiera una trampa a los mandatarios reunidos en Alaska: mientras Putin mostró no estar ávido de territorios, Ucrania y sus amiguis europeos hacen el ademán dizque soberano de querer recuperar lo perdido, para seguir desgastando a Rusia. Vuelta a la maldad: "Rusia está ganando tiempo " porque "no quiere negociar", cuando es exactamente lo que hacen Zelenski y amiguis. Se supone que Putin nada más "se ríe" e "incrementa la matanza", pero quien busca blancos civiles en Rusia es Ucrania, que trata no de reírse, sino, como se dice coloquialmente en México, "pitorrearse" de Rusia, porque se cree con "el derecho y la libertad" de hacerlo, por creencia en una supuesta "superioridad" y que, desde luego, es Rusia "la vencida" desde hace rato y como heredera de la Unión Soviética. Si la señora no consiente, se arriesga a una amenaza de madriza, como se dice también en México, para lo que hay que llenar Ucrania de armas. El fondo del asunto es que el señor se cree con "derechos y libertades" sobre la señora que, para colmo, "se pone agresiva" en vez de prestarse y preparar los chilaquiles, el caldito de camarón y las cervezas.

       Cada vez que Zelenski o más de un líder europeo y el jefe de la OTAN, Mark Rutte, abren la boca, es de lo más simple ideológicamente hablando: anuncian lo que hacen y calculan, atribuyéndoselo a Rusia. Del tipo del marido borracho que llega a que "su" señora está "histérica" o "loca". De flojera. Digamos que ganar la Guerra Fría no es nada más "pasarse de copas", que es en lo que está la OTAN, sino ponerse "mala copa", y encontrar encima gente de "expertís" que lo justifique: no se trata más que de "ideólogos" que tampoco se saben lo de "nada con exceso, todo con medida", o "si tomas, no manejes". A reserva de que, como ya lo advirtió Putin, a Trump "no se le deje hacer nada" (da click en el botón de reproducción).




ENRIQUE SERNA: CAPERUCITA EN LA ZONA ROJA

 Es probable que el señor Enrique Serna se haya encumbrado no desde la nada, como le ocurre a más de uno, sino por haber sido (no queda clar...