Mi lista de blogs

miércoles, 30 de abril de 2025

PURA MAGIA

 Mientras el expresidente Ernesto Zedillo parece ser el único que no entiende el sistema político mexicano y sigue trasnochado, porque a una parte de la oposición ya no le queda mayor aire, otros quieren creer en que podrán servirse del nombre de Luis Donaldo Colosio Riojas, de Movimiento Ciudadano, que controla las dos segundas ciudades más pobladas de México. Hasta ahora, Colosio Riojas ha entendido y no se ha dejado, aunque, tal vez por motivos encontrados, pidió el indulto para Mario Aburto, asesino de Luis Donaldo Colosio padre (Murrieta). Algo debe llamar la atención en la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador a dicho indulto: dijo que lo favorecería si Aburto "dice lo que sabe", palabras más, palabras menos.. La tesis del "asesino solitario" es para quienes necesitan de "chayote", como se lo conoce en México, para seguir adelante.

        Aquí se tuvo uno que otro indicio de que "algo" podía suceder poco antes de que Colosio fuera asesinado en marzo de 1994. En un ambiente tenso, hasta una joven alumna de una universidad privada, a cargo en ese entonces de quien tiene hoy un alto cargo gubernamental, podía vaticinar sobre el candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional): "lo van a matar". En otras esferas universitarias, algunos más consideraban errónea la decisión del seductor de la patria al elegir a Colosio y no desestimaban medidas de "freno" y contra un candidato que, supuestamente "humillado", podía "vengarse". Fue posible saber, de inteligencia foránea, que Colosio estaba al tanto de que gente como José María Córdoba Montoya era "peligrosa" y no trabajaba para México, sino para Estados Unidos, lo que fue corroborado por Jorge G. Castañeda en uno de sus libros, por lo que no hay secreto. Confluían así intereses para desbancar a Colosio. Un libro sobre esa influencia fue apresuradamente retirado de librerías en México. Por otra parte, cuando menos dos periodistas que sugirieron la autoría intelectual de Córdoba Montoya fueron amenazados de muerte. No se tiene al autor intelectual, pero en este tipo de crímenes la pregunta obligada es la de siempre: ¿quién se beneficia? Pese a los esfuerzos de algunos por enredarlo todo o, como se dice coloquialmente en México, "marear el punto", creyendo salvar al seductor de la patria, resulta que, probablemente, ése no es el punto. Puede estar más cerca, a modo de hipótesis, de la película de Carlos Bolado, Colosio: el asesinato. El interés no está en convertir a Colosio en santo, mártir o héroe, y es difícil saber qué hubiera podido hacer; pero era un hombre recto, y sobre todo, como lo hiciera constar la inteligencia foránea a la que se tuvo acceso, consciente de que había que desbancar a quienes respondían a intereses ajenos a los de México. El mustio -como lo llamó Diana Laura Riojas- tal vez sepa y haya contribuido a tapar, pero no era él quien quería liquidar a Colosio, aunque el mismo mustio, el mismísimo seductor de la patria, mintió sobre el caso.

        El vídeo de "Colosio que se atraviesa por donde va la bala" no sirve de nada. El primer fiscal, Miguel Montes, alcanzó a mostrar lo que Aburto niega. Después llegó el aviso de repetir lo que alguno muy curiosamente ya sabía a las pocas horas del crimen, y no fue preguntado sobre el tema: era "el llanero solitario", sin siquiera "Toro", el que le había metido el plomazo al candidato. La investigación ideal debía ser como la última: la que corroborara la versión oficial desde la misma tarde del asesinato.

       Curiosamente, el descubrimiento de Montes, que sumando personas daba prácticamente cuenta de algo así como un "operativo" -hasta Lomas Taurinas parecía un mitin de policías de distintas pertenencias-, fue corroborado por declaraciones de familiares de Aburto, que tampoco quisieron ir más allá. Advertido, Colosio no quiso renunciar y dió la vida donde otros, a nombre de la "familia" o el pellejo propio, no pensaron más que en salir bien librados. No se trata nada más, como lo sugirió López Obrador, de un "crimen de Estado", sino de un crimen que impidió la reforma del Estado, que no es la política ni un asunto de "poderes independientes", porque ninguno de los tres -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- lo es del Estado, es decir, del interés general o público: el que dicta que no hagan distorsiones a la ley quienes debieran de servirla. No parece que alguien como Zedillo tenga quien le diga qué fue lo que hizo, así salga a ofrecer un  striptís para hacer creer, vaya, que es todo transparencia (fuchi, guácala...). No parece que haya oído el discurso del 6 de marzo de 1994. O no lo quiso entender. O tiene una gran sensación de impunidad. En cuanto al asunto de la presidentA Claudia Sheinbaum como "cómplice de la muerte de la democracia mexicana", parece historia de "Ya encontraron a Camelia". Todo por la posibilidad de tener un poder judicial independiente. Del dinero, ya lo entendieron los delincuentes de cuello blanco. Si Zedillo tiene pruebas de "los enormes beneficios de que goza López Obrador" o de que su retiro es "simulado", que dé pruebas. Si están siendo ocultadas, como lo insinúa Zedillo, ¿cómo sabe? Porque de lo que hay es de los enormes beneficios de Zedillo y de que no entendió que ya pasó a retiro. Haiga sido como haiga sido. (da click en el botón de reproducción).




martes, 29 de abril de 2025

OTRA VEZ, ZEDILLO TIENE SUEÑOS SALVAJES

 México cumplirá dentro de poco, unos cuatro años, un siglo sin asonadas militares, después de la rebelión escobarista de 1929. El logro se debió en parte a la profesionalización de las fuerzas armadas realizada entre 1925 y 1926. El único país que tiene una experiencia algo similar es Costa Rica, que optó en 1948 simplemente por no tener ejército. La diferencia con México está en que no es un ejército dado a los cuartelazos, ni a los "gorilatos" que hasta mediados de los '80 asolaron a la mayor parte de América Latina. Tampoco se ha tratado de un ejército de un régimen de "partido único", que prácticamente nunca existió en México. Lo anterior no quiere decir que el ejército mexicano no haya tenido algunos -contados- episodios oscuros, en particular durante la mal llamada "guerra sucia" en Guerrero. Pero no es suficiente -ni siquiera con algunos otros pocos asuntos- para sacar al libertario del clóset y hacer creer que el antiguo régimen se basó en la represión, para emular por instrucciones externas las "Comisiones de Verdad" y cosas por el estilo. De manera que puede sorprender, el ejército mexicano ha llegado a estar en momentos difíciles con la Constitución, incluso en cierto grado a costa del presidente, como ocurrió en 1968 con Marcelino García Barragán ante el "tanteo" del mandatario Gustavo Díaz Ordaz para suspender las garantías individuales. Simplemente algunas historias fabricadas sobre "el Campo Militar no. 1" y parecidas son parte otro problema: cierta necesidad de algunos de, como se dice en la industria del espectáculo, "tener un protagónico".

        A diferencia de todos los ex presidentes vivos, incluido Andrés Manuel López Obrador y ahora Felipe Calderón y Vicente Fox, al parecer, a Ernesto Zedillo le dieron "un protagónico" en dos revistas y clientelas que no tienen la importancia que creen tener: Letras Libres y Nexos, que, pese a tener algunos aciertos, pueden terminar derivando hacia algo así como sectas en descomposición, la clase de grupos que sólo siguen los despistados que nunca faltan, amén de quienes todavía crean que México descansa en Paz y que se puede ser a la vez clientelista, endogámico, ajeno a toda pluralidad y dizque "demócrata liberal". Es curioso cómo Zedillo ha adoptado el lenguaje de los golpeadores que quedan, quemándose como últimos cartuchos de un fuego casi inexistente: aparte del tono "moral", Zedillo desconoce por completo el sentido de lo que dice : acosado por maneras siniestras, insultos, abusos, arbitrariedades, obscenidades, calumnias, criminales incompetencias, amenazas, agresiones, castigos, malas intenciones,  venganzas, actos mafiosos, cosas retorcidas, barbaridades, triquiñuelas, fraudes, intimidaciones, simulaciones, atropellos, burlas, alevosías, desacatos, transgresiones, falsedades, falacias, felonías, engaños, trampas, traiciones, infamias y otros asuntos ominosos (todo está en lo escrito por Zedillo) -le faltó agregar algo sobre lo ruin y lo canallesco para redondear lo florido del vocabulario-, el exmandatario mexicano, que no tiene ni idea de lo que es un déspota o una tiranía, ni se diga de una autocracia llega a la nota roja: "nuestra joven democracia ha sido asesinada". !Asesinóla, violóla y descuartizóla!. Zedillo no es la grosería maliciosa; es la más refinada mala fe, porque pide que se le argumente cuando él no para de descalificar, según lo muestra su vocabulario, hasta pareciera que de pleito ratero. Esos no son los términos de un debate entre iguales, pero corre el riesgo de pasar de lo patético a lo grotesco al creer, si es el caso, en una superioridad inexistente, como en la que creen sus grupitos. Si la joven democracia mexicana ha sido tan vilmente asesinada, corresponde una esquela e irse a un país menos mortífero, o abrir una carpeta de investigación que diga algo distinto de "es un honor, estar contra Obrador". Porque Zedillo ni siquiera está en Haste, la hora de México, sino que cree -otra descalificación- que sigue gobernando López Obrador. En cuyo caso debe aportar pruebas.

        Zedillo ha querido limpiarse haciéndose pasar por el hombre de "la transición democrática". No es falso, pero no lo decidió él. Era algo sugerido desde tiempos del presidente Ronald Reagan, a trvés de los Documentos de Santa Fe I y II, para quitarle nacionalismo al PRI (Partido Revolucionario Institucional), lo que debía consolidarse con el acuerdo de libre comercio, según el Memorándum Negroponte referido con frecuencia en El Independiente por Carlos Ramírez. Al mismo tiempo, el priísta Francisco Labastida Ochoa, candidato a la presidencia en el año 2000, señaló en un libro reciente que Zedillo pactó de manera personal, en 1994, sacar al PRI del gobierno a cambio de un préstamo de 40 mil millones de dólares.. Es algo que Zedillo, no apreciado tampoco por el seductor de la patria, podría aclarar, porque no es asunto menor cuando las cosas empiezan a embonar: el asesinato de un candidato que había levantado al PRI, y que el beneficiario haya hecho lo que se esperaba en Estados Unidos desde finales de los '80, de la misma manera en que respectivos chiefs of staffs (José María Córdoba Montoya y Luis Téllez Kuenzler) coincidieron de amiguis en negocios financieros. Si el seductor de la patria creó las condiciones del desmantelamiento del aparato productivo nacional, Zedillo no es el hombre de la "apertura democrática", que quería ser Manuel Camacho Solís, sino el de la "transición" para beneficiar al partido Acción Nacional (PAN), crear una apariencia de democracia ("sin adjetivos")con "pesos y contrapesos" puramente formales y terminar de decapitar al Estado mexicano. Zedillo podrá alegar todo lo que quiera, pero no está hablando más que en contra de la Constitución, que prohíbe ir a perderse en formalismos sin solucionar los conflictos de fondo: uno de ellos es que con los cambios de Zedillo, nada se modificó en el aparato judicial mexicano.

        En su entrevista con Nexos, el expresidente, otro "trans" más, dice que México se está volviendo un Estado "policial", aunque nadie le impide a Zedillo decir lo que mejor le plazca. Es más Estado "policial" el que se sirve de los militares para destruirlos por motivos estrictamente personales, como ocurrió aparatosamente con la vida de Jesús Gutiérrez Rebollo. Si bien el ejército no es perfecto, hasta en el caso de Salvador Cienfuegos, un error estadounidense, el presidente López Obrador se evitó el juego.  Para decirlo de otro modo, Zedillo se vió inmiscuido en el asesinato de un candidato y en enredarlo todo a propósito, como sus amiguis, Héctor Aguilar Camín en particular; se puso el mismo Zedillo a disponer de la vida de militares para tapar los actos delictivos de la señora, como si éso se merecieran las fuerzas armadas; y, como no hay pruebas en contrario y sí a favor de Labastida Ochoa, Zedillo tapó con quién -puesto que el ex candidato priísta habla de un arreglo "personal" -terminó de vender al PRI. Como lo permite hoy la moda, no importa: Zedillo se lanza al ruedo como si el suyo fuera el cuerpo equivocado y, después de lo que hizo, las veces de sepulturero, afirmara que tiene un cuerpecito de "trans a la democracia" y que debe ser tratado como Señor Democracia. No debe faltar quien le de por su lado para utilizarlo, porque de que se presta, se prexta. Pasaron del género autoritario al género democrático, pero como fue sin cirugía, se conducen sin la menor idea de lo que es un debate en democracia. Como no sea la de ellos, para sí mismos. y entre ellos mismos. Como la democracia ha muerto y hay un Estado policial, Señor Democracia: pase usted a la clandestinidad y actúe a escondidas. Haga algo, lea Los demonios, de Dostoievski, para saber de la vida en las catacumbas. Mejor, como en otros momentos, Zedillo se hubiera referido a sus "sueños más salvajes". (da click en el botón de reproducción).




domingo, 27 de abril de 2025

PERO QUÉ FEO

 El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha dicho que con los medios de comunicación actuales es imposible tener una verdadera democracia. Cabría agregar que se trata muy en particular de una prensa cada vez peor, salvo excepciones contadas, y de la televisión. Con Internet es algo distinto. Las redes sociales, a su vez, son poco confiables. Estar informado no es para nada sencillo.

      Los grandes medios, que responden a intereses económicos poderosos, deciden, parafraseando a un diplomático panameño, quién tiene el sartén por el mango y quién está frito. Ésto, porque son los medios los que, a través del foco de atención, deciden que se discute y en qué términos. Ésto significa que mandan o dominan, como se quiera decir: lo hacen decidiendo que se coloca en primer plano y que se relega al segundo. Es una pena que la izquierda, gran parte de la comunista incluida, entre en este terreno, aunque sea para llevar la contraria. Si se “sincroniza”, está perdida: está en el terreno que otro ha escogido, y en beneficio propio. Para decirlo de otro modo, la izquierda baila al son que le tocan, y no tiene mucha música propia-

     A raíz de las recientes elecciones en el Ecuador, es penoso que una parte de la izquierda se haya puesto a discutir si “Correa o no Correa”. Estos son los términos que escogieron los medios ecuatorianos, junto a un aparato judicial corrupto: estar a favor o en contra de Correa, como si de ello dependiera la marcha del Ecuador. Correa lleva muchos años fuera del gobierno. Como dicen los estadounidenses, ese “no es el punto”. Tampoco saber si “Maduro o no Maduro”, porque las elecciones pasadas fueron en el Ecuador. Hace poco, parte de la pésima oposición mexicana creyó ganar algo insinuando que la presidenta Claudia Sheinbaum iba a ser “otro Maximato”, por una supuesta injerencia que Andrés Manuel López Obrador no puede tener, por varios motivos. Curiosamente, estas derechas primitivas creen que una persona es forzosamente “prolongación de” alguna otra. Como se dice en México coloquialmente, eso es del “año de la canica”. No es el punto Ni siquiera lo fue en México con Emilio Portes Gil ni con Abelardo L. Rodríguez. En México ya quedó demostrado que no era más que un bulo malintencionado. Quedó en la impunidad, lo que arroja dudas sobre la honestidad de varios medios y pseudoperiodistas, suponiendo que esa honestidad importe más que ganarse la vida haciendo negocio y golpeando.

     En el Ecuador, Luisa González se presentó en las elecciones recientes con mérito propio, para lo que basta ver su trayectoria. Como sea, al Ecuador le fue bien cuando Correa fue presidente, entre 2007 y 2017. Correa no quiso perpetuarse en el gobierno. Lo que se quiere hacer aparecer es la Revolución Ciudadana (RC) como “la gente de Correa”, incluso cuando se habla de “correismo”. Es una falsedad: por cierto que erróneamente, no faltó gente de la RC, incluyendo alcaldes y prefectos de la patria del tongo (reparto), que, contra lo dicho por Luisa González, corrió a reconocer el triunfo de Daniel Noboa, junto a más de un intelectual, a nombre de la democracia que Noboa desconoció, y que tampoco es alguna fuerza particular del Ecuador..

     Correa tiene lo suficiente en su haber, está asilado en Bélgica, tiene el derecho de cualquier ciudadano a participar en política, y una condena ridícula, que es para que la crean ignorantes. Desde “la gente de Moreno”, “la de Lasso” y “la de Noboa”, el Ecuador no ha podido presentar resultados para la mayoría como los de Correa. En cambio, el Ecuador se volvió más corrupto y más violento. El punto está en el programa, no en la persona de Correa, que no hace ni deshace como por arte de magia. Por lo demás, tuvo un perfil de lo más bajo en las recientes elecciones. ¿El punto es el programa o la persona? Si se comparan los programas de la RC y de Acción Democrática Nacional (ADN), simplemente se trata de saber a qué atenerse y de asumir las consecuencias, salvo que el Ecuador se siga hundiendo sin remedio por “influjo psíquico “, es decir, porque Correa tiene una mente tan poderosa que, como Uri Geller, puede doblar cucharas sin tocarlas. Del mismo calibre que los “pendrives” de Jorge Glas. El problema es el del pueblo sagrado al que no se le puede decir nada si cree en ovnis. Dicho de otro modo, si mañana los medios y la Justicia deciden que “el punto” es que “Correa usa ovnis”, es lo que se discutirá; saldrán de algún planeta los expertos en ovnis, la RC lo desmentirá y algunos a la izquierda se lanzaran a considerar si es bueno o no que Correa maneje ovnis. Si lo que contaba era el programa, es de suponer que los ecuatorianos saben qué hicieron al no votar por la RC y aceptar el triunfo de Noboa, "haiga sido como haiga sido".

      Como se venía diciendo, "Luisa no gana ni ganando". Contra el Código de la Democracia, el presidente-candidato que no pidió licencia activó transferencias, bonos y becas a sectores estratégicos -incluidos policías y militares para custodiar las urnas- en campaña. Como lo hace notar el portal Sin Permiso, papi hacía lo mismo: repartía colchones y fajos de billetes para tratar de ganar la presidencia.

     Con buena voluntad, es posible pensar que hay gente ignorante que se toma en serio a Jaime Maussán, el especialista en ovnis También cabe pensar que más de uno cree lo que le dicen por cobarde y acomodaticio, “para convivir”, de ser necesario linchando a alguien. Lo hacen también quienes, en gran pobreza, aceptan colchones y fajos de billetes. En lo personal, es posible pensar que Correa es alguien bien preparado, e inteligente, sin que ello signifique aplaudirle todo. Y dio resultados Como sea, Luisa González ha brillado con luz propia -a diferencia del lerdo Andrés Arauz- y con inteligencia práctica. No es “la señora de “(Correa). La discusión no es que tan cerca o tan lejos deba estar la RC de Correa, ni de hasta qué grado de deslealtad se deba de llegar para complacer a quienes consideran que el problema es si “Correa o no Correa”, es decir, con costumbre estadounidense, si con “decapitar” a una organización, se acaba. El riesgo es el mismo que para el MÁS (Movimiento al Socialismo) en Bolivia, aunque bajo otra forma.

      Evo Morales en Bolivia cayó en la trampa del personalismo. No es el caso de Correa, aunque se equivocó con Araúz y Rabascall. Simplemente cuando la gente no defiende con suficiente firmeza a Luisa González ante elecciones inequitativas y en algunos aspectos fraudulentas, no es la derecha la que está en tela de juicio. Es la parte de la izquierda que sugiere que la conveniencia politica da licencia para ser desleal y que no reparó en lo absoluto en la propuesta de la candidata de la RC: hacer un gobierno con los mejor preparados, no con los “compañeros de fiesta”, que es una pésima costumbre de izquierda. No había asi ninguna “gente de” (Correa), sino que pudiera servir al Ecuador, incluyendo a personas de derecha como Jan Topic. No estaría mal que algunos de la “fiesta” -que tampoco es del agrado de González- se buscarán otro lugar para seguirla. Si el punto es si “Correa o no Correa”, pueden ir a debatir con Janet Hinostroza, con Pinoargote hijo o con Carlos Vera.

       El punto es muy otro, más allá del desprecio por Luisa González en la izquierda, por varios motivos, sin excluir el que sea mujer.  No es "del club". Salvo la presidentA de México, Claudia Sheinbaum, Yamandú Orsí, de Uruguay; Gabriel Boric, de Chile; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil ; y Xiomara Castro, de Honduras, fueron a acercarse a Noboa. Sólo el venezolano Nicolás Maduro y el colombiano Gustavo Petro, para el caso agua y aceite, denunciaron lo sucedido. Ni "los de la fiesta" -Lula y los uruguayos de José Mujica- dijeron nada, porque Luisa González no es de "sus" fiestas. Y es algo de lo que Correa podría aprender. El Grupo de Puebla, a lo sumo, expresó "dudas". Compromiso, sólo de Sheinbaum -Noboa ya es conocido en territorio mexicano como el delincuente que es- y de Petro.

      Inequidad y fraudes aparte, parece quedar claro que la mayoría indígena en el Ecuador no tiene sentido de patria, pero sí de quién es "el patroncito". No es un problema de pobreza, si se observa un voto como el de Cañar. Algunos más dirán que "por necesidad" prefieren tener colchones y fajos de billetes -o bonos y becas- en vez de patria, así se les ofrezca salud y educación: una masa no de ciudadanos, sino de míseros ignorantes que aceptan las limosnas de quien en realidad es un mezquino, porque les regatea derechos elementales; están los beneficiados de la "derrama", sea de un turismo que se ahorra los lugares de peligro o  de tráficos récord de cocaína que llegan hasta Sudcorea, o de la corrupción gubernamental y un lavado de dinero que ha seguido en ascenso. Si algunos quieren "admitir" que fueron los que ganaron por goleada, es tiempo de preguntarse a quién se invita (¿y los votos de Leonidas Iza o sus movilizaciones?). El punto no es "Correa o no Correa", menos si para lo que sirve es para coacciones baratas como la de Felipe Calderón en México en 2006: Noboa puede dejar muy bien al Ecuador peor que Venezuela, si no lo está ya.

      Para presidenta de la Asamblea ecuatoriana, Anabella Azín, tal vez: esposa de Álvaro Noboa, el de los colchones y fajos de billetes, es la mami de Daniel Noboa. Nada más falta quien se crea que todo está en reforzar a la familia: con colchones, fajos de billetes, toneladas de cocaína, mercenarios y cajas de banano. Y todavía hay quien cree que el punto es si "Correa o no Correa" o que, si la conveniencia lo impuso, no valía la pena secundar a Luisa González. Es muy sencillo: algo hay que algunos se reconocen en la gran ley ecuatoriana, que dice "yo aquí hago lo que me da la gana". Suena magnificente, pero es propio de subdesarrollados…y de gente de la prensa y la televisión (da click en el botón de reproducción)






viernes, 25 de abril de 2025

SALTAPATRÁS

 Parte de la prensa mexicana, tal vez creyendo consolidarse, está terminando de desacreditarse, junto con una oposición que no consigue hacer las veces de tal. Aparentemente algunos no se saben a Cornelio Reyna, o creen que de caer será en los brazos de una linda y hermosa criatura. Lo único que sostiene a más de uno es el dinero que todavía circula para hacerla de mercenario.

         Tómese el caso del pseudouniversitario Guillermo Sheridan, que predica en El Universal y desconoce cuál es el sentido de la labor que se supone que realiza. Sheridan se disfraza de bien patrio entendiendo la Patria como el grupo que lo cobija y que le asegura impunidad, sin nadie que se atreva aunque sea por amistad a decirle que expectora cosas sin sentido. En efecto, pasado totalmente de moda, Sheridan sostiene que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador censuraba, todo para alegar, además que no deben ser censurados los narcorridos, sino que es preferible educar a la gente, en lo que coincide con la presidentA, Claudia Sheinbaum, y la dirigente de MoReNa ((Movimiento de Regeneración Nacional), Luisa María Alcalde. Sucede que no hay un solo caso de censura ni en el gobierno actual, ni en el de López Obrador, que encima le ofreció y brindó protección a Sheridan. Cualquiera en México puede decir no sólo lo que le venga en gana, sino lo que se le antoje, de paso calumniando o difamando. Ni caso tiene preguntarle a alguien de teflón qué explicación tiene sobre las confesiones de Edgar Báez, a la vista de quien quiera verlas. No contento con disfrazarse de universitario, aunque no sea exactamente lo que es, Sheridan se cree Niño Héroe y escribe como si estuviera listo a envolverse en la bandera para rodar cuesta abajo del castillo de Chapultepec. En algo más que un desliz, presume una supuesta cercanía con el difunto Mario Vargas Llosa. Gesto para el grupo, como el traje de universitario para, envolviéndose en moral, hacerse pasar por algo sagrado: como no falta quien se lo crea, es de suponer que tocar a Sheridan no está permitido, porque es tocar a Octavio Paz, Vargas Llosa, el gran Alma Máter y otros asuntos propios del Olimpo. Vargas Llosa, como todo lo mediático, no está lejos de caer en el olvido. En fin, que Sheridan es, además, alguien con beneficio pero sin oficio: atribuye a la "cultura" -mexicana -que un robo (o un plagio) no sea castigado, sino tomado por gran pericia. Una gran parte de los mexicanos no tiene aprecio por el robo, por extendida que esté la corrupción: parte del voto para la autodenominada "Cuarta Transformación", con todo y ambiguedad, fue contra el robo. Sheridan está cordialmente invitado a encontrarle un centavo partido por la mitad mal habido a López Obrador o, más aún, a la presidentA Sheinbaum. El señor Guillermo Sheridan tiene el mal de moda: soberbia e ignorancia, a riesgo de que se le resbale el juicio de realidad y termine aburriendo y en el olvido. Sobre todo si, fuera de ser zalamero con los elegidos del grupo, no sabe comportarse mucho mejor que Rubén "El Púas" Olivares: ni siquiera se sabe mucho más de un jab y, como otros, no le dura más que porque algún despistado se fía a las apariencias.

       Luego está el que se da por único trabajo usufructuar su nombre, como por ejemplo Maruán Soto Antaki. Mismo asunto, él no es él, sino el hijo de su madre cuando lo que se pide es ser la prolongación de alguien, así como Sheridan lo es de Octavio Paz o Enrique Serna de Enrique Krauze. Pues bien, como la moda es escandalizar y "causar sensación", el hijo de su madre deduce del hecho de que un joven se meta a un lugar en El Paso, Texas, a matar poco más de dos decenas de personas, de preferencia latinos, que es el antecedente, oígase bien, de casi un "exterminio", entiéndase que propio de trumpistas desatados. Aunque haya alegado lo que se le antojara, el cuasi-exterminador recibió múltiples cadenas perpetuas, y lo que mató a la gente mencionada fue un arma, no palabras como las de Krispy Kreme, que para el caso dicen "si vas a delinquir, mejor no vengas", y a las que Sheinbaum encontró la iniciativa de ley correcta: ¿qué pasaría si el gobierno mexicano colocara publicidad en la TV estadounidense diciendo: "si vienes a darte un toque, mejor no vengas", o "si vienes de spring breaker, quédate en casa?". No tiene nada que ver la discriminación: Estados Unidos está tan en su derecho de capturar maloras como México de pedirle a sus socios que no vengan a complicar el narcomenudeo en antros. El problema es que la ley de la casa se aplica en casa: Krispy Kreme no tiene absolutamente nada que decir dentro de México. Como sea, no sólo no hay exterminio, sino tampoco deportaciones mayúsculas. En cuanto a los descarriados que se meten a dispararle a todo lo que se mueva, en Estados Unidos no hace falta un discurso anti-inmigrante, que tampoco lo es (es anti-ilegales): basta con la extendida costumbre de recetar sin cuidado algunos medicamentos, como ya se ha probado en bastantes casos. Simplemente, Antaki, soberbio e ignorante, es otro "trans": amanece en lo que él cree que es un cuerpo de periodista de dinastía para creerse que puede golpear impunemente, él que es también hechura de sus relaciones de grupo y que también, como persona sagrada, habla en nombre de una moral que, como la de los otros, no es más que un anzuelo emocional.

      Luego está el que se envuelve en "la causa": como es "la buena", ya puede uno decir lo que sea. Jorge Zepeda Patterson, joya de Milenio, no entiende que no cuadren las cifras: a nivel nacional, se han reducido los homicidios, pero ha aumentado la percepción de inseguridad. Según el reciente Informe Mundial de la Felicidad (2025), México está en el Top ten de los países más felices del mundo, después de Costa Rica y todos los nórdicos (Noruega, Suecia, Islandia, Dinamarca, Islandia), además de los Países Bajos, Luxemburgo e Israel. Esto, al mismo tiempo que ha aumentado la percepción de inseguridad. Debe ser la gracejada postrevolucionaria: "estuvo buena la fiesta, hasta tuvimos algunos muertos". En este sentido, según la manera de proceder de Zepeda Patterson que se cree la primera "percepción" que le ponen delante, sin hacerse preguntas de metodología: a este ritmo, Omar García Harfuch es un aguafiestas. Pareciera que quiere impedir lo que también se le asoma a Zepeda Patterson: la creencia de que la "pluma" o la "firma", cuando no es para adular, es para insistir en "!muera el mal gobierno!". Por cierto, más allá de mostrar que no hay mayor afición por robar, lo que apasiona de tanta felicidad es lo que muestra Alejandra Moreno Toscano en sus Memorias de un mexicano: la interacción social alrededor de la comida, es decir, tragar y cotorrear. Mientras los "jodidos" se agarran a tiros., como parte de los rituales (da click en el botón de reproducción).



martes, 22 de abril de 2025

¿SE EMBARCA PARA PELEAR?

 Algo verdadero se puede utilizar para mentir. Y una de las ventajas es que se crea lo verosímil. Vero-símil: similar a la verdad. Que "parece" la verdad. Es cómodo, no hay que averiguar. Confortable, porque es posible de ser repetido apareciendo como verdadero, y descalificando de entrada a quien discrepe, colocado como no-verdadero. Agradable, porque no hay nada que debatir. Ni siquiera es necesario entender: tal o cual cosa va a la baja o al alza, y se puede presentar como verdad al margen del contexto, la tendencia o incluso del sentido. Basta con decir "prosiguen los delitos en la Ciudad de México" -como lo hizo hace poco a su manera La Jornada- para que no falte quien juegue al "ya se supo": desde luego, está mal que prosigan los delitos en la CDMX, salvo que alguien se atreva a decir "oye, !qué bueno!". Presentada así, la noticia es verdadera, pero es maliciosa.

        En primer lugar, en una ciudad que, sin contar la zona conurbada, tiene poco más de nueve millones de habitantes y problemas, lo difícil es que NO prosigan los delitos, de diversa índole. Alguna vez, el neurólogo y psiquiatra Boris Cyrulnik, creador de la famosa "resiliencia" que ahora se usa para lo que sea ("mi perrito el Bobby es muy resiliente", o "los mercados en Wall Street son resilientes", etcétera), se basó en la experiencia francesa de Tolón para determinar que el máximo de habitantes de una ciudad para que no haya sociópatas es de 200 mil. Es posible pensar que en una ciudad de nueve millones con una zona conurbada que lleva la cifra a 20 millones, la frecuencia de sociópatas aumenta. Dos cosas llaman la atención: los que no se dan cuenta de la existencia de sociópatas o de que forman parte del grupo, para el caso, ni tan selecto. Y la "resiliencia" de una inmensa ciudad que, en buena medida gracias al trabajo, logra no caer en lo que sería esperable si se escucha a Cyrulnik más allá de volver "resiliente" hasta al patito de hule de la bañera. En una ciudad donde no faltan los sociópatas, ni abunda el civismo, es de lo más loable que NO aumenten los delitos, aunque abunden caras feas o de gente malora. Algunos dirán que es "la fuerza del cariño", entiéndase familiar, pero resulta que no es así.

       La CDMX tiene desde tiempos de la jefA de gobierno, Claudia Sheinbaum, algunas ideas que han funcionado para abatir los delitos, aunque no se pueden reducir a cero, por lo que prosiguen. Lo que sucede es que prosiguen a la baja: en los últimos 100 días, los delitos de alto impacto han bajado en un 11 % y los de bajo impacto, en seis por ciento. En sí, tampoco quiere decir nada: si de nueve millones de habitantes, cinco se dedican a delinquir diariamente, estilo Puerto Príncipe, la "capital" haitiana, una baja en los porcentajes indicados no es una garantía de seguridad. Ahora, para poner las cosas de otro modo: en 2019 en el mismo periodo se registraron 10 casos de feminicidio y en lo que va de 2025, siete casos. Lo ideal es seguir bajando y hacer la tarea que, desafortunadamente, el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera no supo hacer. La pregunta es: ¿siete feminicidios en 100 días es una cifra alta o baja para una ciudad de nueve millones por lo demás "atravesada" cada día por la fauna del estado de México? La jefA de gobierno y hoy presidentA, Claudia Sheinbaum, dejó la CDMX con dos homicidios diarios. ¿Es una cifra alta o baja para una ciudad como la CDMX? En 100 días, los homicidios han bajado en un 53 %. De 402 en 2019 a 188 en 2025, mismo periodo. No salen ni dos al día. Vuelta a la pregunta: ¿qué tanto es tantito? Hay que saber si menos de dos homicidios al día es mucho, poquito o nada para una ciudad como la CDMX. Nos quitamos de partidismo: en el estado de México el narcomenudeo ha subido 40 %. Y no es secreto que con esa señora nunca salen las cosas "requetebién". Pero menos de un homicidio al día para un lugar como la CDMX merece detenerse a pensar. También bajó en ocho por ciento el delito de violación.

       Como puede verse, efectivamente siguen los delitos en la CDMX, y no sirve de consuelo pensar en Culiacán. Pero en lo que cuenta, los delitos en la CDMX vienen teniendo una baja pronunciada desde hace poco más de seis años. Y no tiene que ver con MoReNa (Movimiento de Regeneración Nacional), sino con medidas que, además de mejorar la paga de la policía, han bajado la impunidad. Aquí tenemos otro ejemplo. Las vinculaciones a proceso (mismo periodo) aumentaron en 950 %, de donde los "jornaleros" deducen lo que no, considerando por lo demás que en 2019 fueron vinculadas dos personas y en 2025 (mismos 100 días), 21 personas. Si se toman estas cifras "editadas", efectivamente, prosiguen los delitos en la CDMX: sólo que, gracias a la fórmula creada con la Fiscalía, ahora los delitos se castigan más y asi se disuade a más de un sociópata de pasar al acto, aunque sea por miedo.

      Lo anterior no quiere decir que la gente siente un éxtasis de Bienestar, ni tampoco que la familia mexicana -que existía ya en 2019- es la clave del éxito: Más bien, parte de los delitos que subsisten tienen que ver con violencia intrafamiliar. Tampoco se trata de colaboración con Estados Unidos, aunque el tráfico de fentanilo ha bajado en un 64 % en cinco meses. Los cruces ilegales de la frontera bajaron en un 97 %. Que lastimosamente Estados Unidos tenga que dar manotazos -como ya sucedió antes para subir el salario- no quita que alguien esté haciendo bien su trabajo en México. No es la oposición, aunque tuvo buenos resultados en Coahuila, hace rato. Tampoco son las fantasías más salvajes de la ex periodista Anabel Hernández. Desde luego, ese 64% y el 97% debe ser relacionado con la cantidad: si estaban cruzando ilegalmente dos millones de haitianos al mes, que más da.

      La "percepción de inseguridad" no es lo que cuenta. La gente de la CDMX ya la trae desde hace mucho y suele saber cómo tomar precauciones básicas: lo más probable es que no pase a mayores, pero nadie de Benito Juárez o Miguel Hidalgo correrá a pasearse en las utopías de Clara Brugada hasta salir de noche en la alcaldía de los Ángeles Azules. Con la pena, pero en MoReNa también hay gente que no sabe lo que hace: entre los 10 lugares más inseguros de México están Chimalhuacán, Ecatepec y Cuautitlán Izcalli. Una cosa es la percepción, que hace que haya aumentado a nivel nacional la sensación de inseguridad, hasta más del 60%; es perfectamente posible que en lugares como San Requetebién empeore. Pero a nivel nacional, los homicidios dolosos han caído en más de 30 %, asi deba considerarse que se parte de un nivel alto. Parte del logro es la coordinación con las entidades federativas.

     En este sentido, ni Jalisco ni Guanajuato parece que pongan mucho de su parte, pero tampoco el estado de México y Guerrero o incluso Tabasco. Lo que cabe hacer notar es que Colima y Zacatecas (dejando de lado Fresnillo) si han tenido logros. Siete entidades federativas concentran más del 50 % de los homicidios. Sí hay gente de MoReNa  hay progresos. Si se deja de lado Sinaloa, una entidad más en manos de la oposición (Nuevo León) se suma a las siete más complicadas. La oposición tiene dos de las tres grandes ciudades de México, y el estado de México se suma en densidad demográfica. Fallan Guerrero, Michoacán y Baja California. Buenos ejemplos no faltan, pero caracteres competentes, sí, todavía (da click en el botón de reproducción).



         

sábado, 19 de abril de 2025

ENCHÍLAME ÉSTA

 Estados Unidos se encuentra en una posición contradictoria. Sigue siendo el mayor comprador del mundo, o "comprador de última instancia", porque se trata de un país de ingreso medio alto, a condición de considerar lo "medio". Pese a ésto, gran parte de la población estadounidense, si no es que la mayoría, vive al día. Para que pueda ser así, debe existir acceso al consumo barato, lo que se logra en parte gracias a productos importados, sean de regular o mala calidad. ¿Se está hablando de cantidad o de calidad? Una parte de lo que hace China tiene cierta calidad y buen precio, pero no todo, y lo que hace un consumo barato como el de los estadounidenses en su mayoría es paliar un problema chino de sobreproducción.

       Las clases medias estadounidenses de la segunda posguerra se distinguían por un buen nivel de vida y consumo de bastante calidad, de productos estadounidenses. Antes de que se desatara la deslocalización de empresas en los '80, hubo desde los '60 dos signos precursores de la crisis: la renuencia estadounidense a seguir cobrando impuestos altos a los más ricos y el inicio del desmantelamiento de la capacidad de negociación sindical, a la que en los '80 el presidente Ronald Reagan trató de darle la puntilla golpeando una huelga de controladores aéreos. Junto con los paraísos fiscales (que no faltan entre los "socios" de Estados Unidos), se les desató las manos a los ricos, creyendo que así éstos invertirían más, "detonando" o "derramando" sabrá Dios qué, y se ató al trabajo. Una parte de las clases medias se enganchó a las nuevas tecnologías y trepó, pero gran parte cayó en la precariedad, incluyendo a los trabajadores llamados "de cuello azul". Por extensa que sea y por relativamente alto que tenga el ingreso, por términos simplemente comparativos, la "clase media"" estadounidense ya no es la de la segunda posguerra: se encuentra, como Estados Unidos todo, en la contradictoria situación de un nivel de vida a la baja, menos holgado, y además, por encima de sus medios, lo que implica "clases medias" quebradas, como ya despuntó con la "Gran Recesión" de 2008. Por encima de sus medios porque, contrario a lo que dice el presidente Donald J. Trump, es gran parte del "resto del mundo" que financia a Estados Unidos por el "privilegio exorbitante del dólar"". Parte del problema es que los dólares de "los demás" se han estado yendo a Wall Street y una minoría, para acentuar las desigualdades en Estados Unidos. Para Trump, más allá de que alguno de sus allegados ande en la "hegemonía global", se está con niveles de ingreso y de deuda, en particular deuda pública, que hacen que, efectivamente, ninguna de las dos cosas sea sostenible a la larga, porque implica vivir MAL y POR ENCIMA DE SUS MEDIOS. Para los Demócratas y los "globalistas", es "tolerable" mientras una parte de las clases medias, los grandes ricos, las corporaciones transnacionales y la alta finanza se beneficien, adoptando para el conjunto promesas de inclusión baratas y bucando encima que se haga algo así como "abrirles crédito" a cambio de fraude. Hace rato que, como ya se recogiera del economista John Kenneth Galbraith, Estados Unidos está en una situación fraudulenta, aunque no es el único. Es algo que ha resultado conveniente para todos los que encuentran ventajas en venderles cualquier cosa a los estadounidenses y en dedicarse a la alta finanza..El error de percepción está en la creencia de que, como es "la" potencia, Estados Unidos "aguanta un piano": too big to fail (demasiado grande para caerse, al menos por unas décadas). Como además al mismo tiempo Estados Unidos se hace detestar por arrogancia, no debe faltar quien piense que "se aguante el gigante", al menos que se explique hacia dónde ha estado yendo Estados Unidos con los Demócratas y los "neocons", más allá de lo ganado por una parte de advenedizos. ¿Hay alternativa Demócrata o es que debe seguirse en que "no hay problema", porque no lo hay para una parte de la población?

         Lo que buena parte del resto del mundo ha estado haciendo es sufragar el "modelo" a ciegas y por conveniencia, para no dejar de estar volcado al exterior y negar las necesidades internas, al punto de no verlas. Como sea, no está mal que ya se frenen algunas cosas que toma una izquierda que no lo es, en particular las llamadas culturas woke y cancel. Hay formas de deseo y fantasía personales que no tienen por qué volverse rasero público o político: si un ser humano cree que es una jirafa y que tiene por error un cuerpo de humano, no queda claro por qué obligar a todo el mundo a que le diga "buenos días, señor Jirafa". No sólo es sorprendente que la izquierda se dedique a ésto, sino que ya no pueda hablar con propiedad y encima persiga a quien se niegue a festejar a "les muchaches". Si no les gusta que les impongan, que no hagan lo propio: lo pueden dejar en cuestión de gustos, si en gustos se rompen géneros. Esto es tan chatarra como el consumo de gran parte de las clases medias, y encima provoca que algún despistado de derecha crea que es "marxismo cultural". Como sea, gran parte de la izquierda está ayudando a diluir las fronteras políticas, al sumarse al "globalismo", porque es del interés de más de una "clase política", hasta coincidir con los "demócratas liberales", que de liberales tampoco tienen mucho. No pareciera que a este espectro de la opinión "pública" le importe equivocarse con "ahí viene el lobo", sea "la guerra mundial" o "el fascismo": "soy yo, o el caos", según la frase que se le inventó a Charles De Gaulle.

       Sin que se le preste atención, Trump ha expresado molestia por la deuda estadounidense. La deuda pública de Estados Unidos, gigantesca, es la mayor del mundo, enorme como porcentaje del PIB (producto interno bruto), en buena medida en manos de extranjeros (y todo lo que se puede disimular en lugares como las islas Caimán, incluyendo a los chinos); se explica así estar viviendo por encima de sus medios, por lo que, si se tratara de un país del Sur, ya se le habría recetado a Estados Unidos tener "finanzas sanas" y exportar más (junto con tipo de cambio competitivo, reforma tributaria, etcétera). No: hasta aquí, se admite que Estados Unidos se rija por "haz lo que te digo, no lo que hago". Los "globalistas" consideran que es el "fin de la historia" y el mejor de los mundos, porque como vasallos de Estados Unidos pueden comprar con sus dólares activos financieros estadounidenses, y de "rebote" financiar que Estados Unidos siga comprándoles a "los demás", hace rato volcados al exterior para ahorrarse las consecuencias de la sobreproducción, como China, pese a haber cedido parte de sus bonos estadounidenses. Si Trump sugiere bajar las tasas de interés (para no monetizar parte de la deuda imprimiendo dólares mediante la Reserva Federal, lo que puede introducir tensiones inflacionarias), o cambio a bonos de largo plazo, es porque no se puede estar en el endeudamiento creciente imparable, con tasas de interés altas (para atraer compradores) y mayor costo de financiamiento del déficit fiscal (¿y de dónde para infraestructura, etcétera...?), aunque ganen los mal llamados "inversores" (cortadores de cupones), extranjeros incluidos (por las altas tasas de interés). Estar aumentando la deuda pública a un ritmo mayor que el PIB e importando sin contrapartida es síntoma de que algo no va para Estados Unidos, y de que los vasallos tienen también de aves carroñeras: asegurarse el mercado estadounidense y los activos financieros de Estados Unidos así sea a costa de los mismos estadounidenses y su autonomía económica. Es un asunto de parasitismo bajo distintas formas, del que participan los tenedores de reservas en dólares que "invierten" en Estados Unidos.

Trump no es el adalid del proletariado estadounidense, aunque lo voten los trabajadores "de cuello azul", ni es el keynesiano que se vaya a precipitar a la "eutanasia del rentista", pero tampoco es alguien que no sepa qué hace, aunque está bajo presión de la alta finanza. Global quiere decir poco: es multinacional y transnacional con Estados Unidos en el centro, de manera tan contradictoria que los mismos que precipitan una decadencia relativa se quejan de una supuesta "hegemonía (también) global", con la misma creencia Demócrata: que se puede aventar desajustes al exterior (deslocalizando empresas a donde sea que resulte más barato, y extranjerizando Estados Unidos vía importaciones y oferta de activos financieros) sin la menor consecuencia, como hasta ahora China le exporta a quien se deje su sobreproducción. Dicho lo anterior, Trump no está haciendo más que admitir que algo no va con ingresos afectados y deuda por los cielos, mientras que los "globalistas" consideran el menor planteamiento de un problema como algo de lo que es mejor no saber, y como si no tuvieran nada que ver, salvo si cabe para un "se los dije", antes mismo de que las cosas sucedan. Además de la alta finanza, tienen de su lado a los carroñeros de los medios de comunicación masiva para estarse a "marear el punto", ya ni siquiera por algo de sentido del límite, sino por soberbia e ignorancia: para éso ganaron la Guerra Fría (da click en el botón de reproducción)





jueves, 17 de abril de 2025

¿VA A SEGUIR LA FIESTA?

 Con razón, dado el peso de las finanzas y de la especulación, la economía actual ha sido llamada "capitalismo de casino" o "capitalismo de póker". La llegada del presidente estadounidense Donald J. Trump al gobierno es motivo de mil y un especulaciones y apuestas, aunque de muy pocos análisis. Algunas han sugerido que, como un imperialista más, a Trump no le quedará más que "la fuerza bruta". Ahora resulta que medio mundo tiene una bola de cristal. Por lo pronto, aquí se ha señalado la dificultad de reindustrializar Estados Unidos en el corto e incluso mediano plazos y los problemas que puede tener Trump con la finanza. Que la izquierda se quiera sumar al anti-trumpismo para hacerle el caldo gordo al "globalismo" no es algo que se pueda evitar: hay sectores de la misma izquierda convidados a la gestión de este mismo "globalismo" y que creen en los sueños más salvajes, desde la integración de "las Américas" (idea que era de George Bush padre, pero pasó a ser en parte de la anterior cancillería mexicana) hasta la "Europa social", para no hablar de la galopante defensa de la "globalización" hecha por el líder chino Xi Jinping.

         Algunos creen que ahora Trump va a desatar la guerra mundial atacando a China, cuando no puede hacerlo. Una guerra en Asia-Pacífico desataría la ""bomba nuclear" asiática, que son los bonos del Tesoro (deuda pública) estadounidense en manos de China y Japón, aunque China haya disminuido sus tenencias. Si se dice que así es como "los otros" sostienen a Estados Unidos -"invirtiendo"" sus reservas en dólares en la compra de deuda pública de Estados Unidos, a través de los bonos-, no queda claro por qué Estados Unidos desataría "la guerra mundial" contra quienes, en parte, le financian el presupuesto. Rusia esde los pocos países que no anda en estos pasos. La última vez que alguien amenazó con largarle una bomba atómica a los chinos, fue con Douglas MacArthur durante la guerra de Corea, a principios de los '50: como la Unión Soviética ya tenía su propia bomba, MacArthur salió volando. Las maniobras en el estrecho de Taiwán o en el mar de China meridional pueden tener un fin disuasivo, al igual que el grupo QUAD (India, Japón, Estados Unidos y Australia): cerrarle a China el estrecho de Malacca, a riesgo de saber qué pasaría con Japón. Cerrar ese paso marítimo sería interrumpir una vía importante de intercambio para China, así que Estados Unidos prefiere "tener las llaves", como las de Panamá (para "tener las llaves" del tráfico China-Estados Unidos) y las del mar Rojo (Suez), por lo que Trump puede lanzar uno que otro bombazo sobre gente de Yemen (hutíes). Para lo demás, Estados Unidos ha conseguido que, como parte del efecto disuasorio, Japón aumente significativamente sus gastos de defensa, de los más elevados del mundo, incluso si Japón es un lugar con bases militares estadounidenses. Por lo mismo, Trump no ha insistido en que Japón gaste más en defensa (Japón es una enorme potencia marítima). Taiwán no a a atacar mañana China, y la última que fue a provocar es "Nancy la loca", la congresista Demócrata estadounidense Nancy Pelosi. Tampoco se ve cómo pudiera haber un conflicto convencional con China. La "guerra mundial" con China no es para pronto: tan es así que el grupo QUAD no está particularmente activo.

         La situación europea es otra. La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la UE (Unión Europea), junto a los intereses estadounidenses en Ucrania (minerales, tierras raras) han conseguido mucho: si Hitler soñaba con tragarse la riqueza agrícola de Ucrania y el petróleo de Bakú (Azerbaiyán, en el Caúcaso), ya casi está, al igual que la eliminación del ejército yugoslavo. La diferencia está en que, además, para algunos no cesan las ambiciones de: 1) tener acceso a los gigantescos recursos naturales rusos, y 2) lograr la implosión de la Federación Rusa, como parte de lo mismo y de volver a tener el monopolio de la superioridad nuclear, hoy perdido. Son sueños de omnipotencia "global" que pudieran mezclar lo típico de los vencedores de la Guerra Fría: soberbia e ignorancia (no sólo no distinguen Austria de Australia, sino tampoco Báltico de Balcanes, ni Eslovenia de Eslovaquia, y así...), al grado eventual de crear un problema mayúsculo por no distinguir entre prudencia y debilidad. Ahora que una parte de los funcionarios rusos cree en un riesgo de guerra en Europa, el mandatario ruso, Vladimir Putin, ha dejado entreabierta la pregunta: ¿qué sucederá entonces con la actitud de Estados Unidos y el riesgo de guerra intercontinental y última probablemente para el género humano? Cuando Trump le dice al "presidente" ucraniano (actualmente es legalmente dictador), Volodímir Zelenski, que está jugando con la Tercera Guerra Mundial, los medios de comunicación masiva se indignan: no con Zelenski, sino con Trump.

          En el esquema creado desde finales de los '60 y con la ruptura del patrón oro-dólar en 1971 (fin del sistema de Bretton Woods), Estados Unidos, por importar más de lo que exporta (importaciones que son en gran parte de asiáticos y europeos, no sólo de empresas estadounidenses instaladas en Europa y Asia), manda dólares al exterior; asiáticos y europeos (con el Reino Unido a la cabeza) compran con esos dólares deuda estadounidense (bonos del Tesoro), y Estados Unidos ha podido seguir teniendo déficit presupuestal. Parte de este déficit se va en gasto en armas vendidas a europeos o japoneses para estar bajo el paraguas estadounidense. Para los que quieren guerra en su casino o que creen que es el as bajo la manga, desde 1960 a la fecha el gasto militar en el mundo como porcentaje del PIB (producto interno bruto) ha venido cayendo regularmente. No es que Trump no esté interesado en el complejo militar-industrial al que quisiera darle Groenlandia o más venta de armas a Ucrania a la larga, aunque por ahora en veremos: es que 1) de lo que se trata no es de gastar más, sino de ser más eficiente, porque el aparato militar estadounidense muestra serios rezagos tecnológicos, y 2) como de todos modos no es fanático del "Estado profundo", no se trata tampoco de darle todo a costa del presupuesto estadounidense (más si se recortan impuestos), así que, como ya lo entendió la OTAN, los europeos están llamados a seguir el ejemplo japonés y rearmarse, asumiendo su parte ( y también comprándole armas a Estados Unidos). Hasta ahí, porque las armas de la OTAN no sirvieron para nada frente a las rusas en el Donbás, sin que parezca que los europeos se hayan enterado. Por lo demás, Trump es una cosa y los Republicanos otra. En pleno descalabro social, aunque caen de muy alto, los europeos, más que los estadounidenses, están de alguna manera divididos entre ellos en algunos casos y con fracturas sociales internas no menores: de ahí que a algunos les pueda parecer "rentable" un problema con Rusia, sin medir las consecuencias, como por lo demás se han ido a tirar en los brazos...de China, ante los aranceles de Trump, para seguir buscando afuera lo que no quieren adentro. Como amigotes de la alta finanza, son los mismos que llaman a desestabilizar las finanzas estadounidenses, sin importarles que mañana Estados Unidos sea un incapaz económico y un insolvente. Como los Demócratas, en su búsqueda hacia afuera -mientras sigue precarizándose el nivel de vida europeo- corren a seguir haciendo negocios con China. Se les está pidiendo que actúen como Japón y que contribuyan más en el marco de la OTAN, no que se lancen por cuenta propia porque "no se les hace rentable" Trump, al perder posiciones en las finanzas. No es que Trump no quiera hegemonía, al menos al decir de uno que otro de sus asesores, pero que esté basada en solvencia, empleo e ingresos; es un respaldo -si se puede volver a crear- que algunos europeos ya no tienen -ni para armas-, por más que se crean "naciones indispensables" o "excepcionales". Pero ciertamente todavía tienen bastante que perder, si por soberbia e ignorancia no pueden ver e intentan "pasar al acto" (da click en el botón de reproducción).



martes, 15 de abril de 2025

PUNTOS CIEGOS

 Pese a que el presidente estadounidense, Donald J. Trump, lo ve como un abuso, el dólar no deja de representar un privilegio que Estados Unidos no quiere abandonar. Por lo pronto, Trump lanzó una andanada de aranceles ("impuestos" a ciertas importaciones), en parte para obligar a negociar a quien se deje. Más de uno ha contestado poniendo sus propios aranceles (a las importaciones estadounidenses). La idea es protegerse y reaccionar -para los que no quieren negociar-, y la de Trump es reequilibrar en lo posible la balanza comercial deficitaria de Estados Unidos, para frenar o disminuir importaciones y alentar exportaciones, en particular para beneficio de la industria, contando con que se reinstale en Estados Unidos. Los resultados no se pueden prever de inmediato: tardaría años rehacer el tejido industrial estadounidense que se ha deteriorado desde finales de los '60. No es algo que pueda suceder ni siquiera en el mandato de Trump, o en los dos años que tiene antes de llegar a medio término. En este sentido, la recuperación de empleos e ingresos entre los trabajadores de "cuello azul" (blue collars) también puede demorar. El deterioro no empezó en 2008 ni con el ascenso industrial chino. El otro problema es que, a la par, las infraestructuras en Estados Unidos y la calidad de ciertos servicios se deterioran.

         Hasta ahora, el asunto no ha pasado a la moneda, pese a que pudiera ser algo que interese a Trump. Esto no quiere que el dólar sea desplazado en el mercado internacional y ha amenazado -con más aranceles- a quienes se quieran zafar del billete verde. Lo que está sucediendo es otra cosa: nadie ha contestado a las medidas arancelarias de Trump con devaluaciones, de las llamadas "competitivas". Si los aranceles llegan a dificultar exportar, porque en el mercado receptor se le carga un "impuesto" al bien o servicio, una contramedida puede ser devaluar, para reestimular las exportaciones y limitar las importaciones. Pero casi todo el mundo es, además de amante del libre comercio, de la "moneda fuerte": por ejemplo, un "peso fuerte" en México puede ser sinónimo de prestigio y estabilidad, como si estuviera en el 12.50, pero opera a favor de las importaciones -con frecuencia, desde Estados Unidos- y en contra de las exportaciones. Para importar algo denominado en dólares no hay que dar muchos pesos, a diferencia de lo que ocurriría si se devaluara. Está además el otro fetiche, el de las reservas en dólares. Cuando los estadounidenses importan, los bancos centrales de los países que les venden obtienen dólares. En vez de cambiar estos dólares a sus propias monedas, varios bancos centrales, asiáticos o europeos, compran deuda pública estadounidense, para ganar intereses seguros. Este es un aspecto más del problema. Para Trump, sucede que con este sistema Estados Unidos "le presta" (!) gratuitamente a los bancos centrales de los demás países. Con estas reservas, los bancos centrales de otros países a su vez mantienen a Wall Street, el sector inmobiliario (en gran medida el que da la fachada de prosperidad) y a un gobierno estadounidense con déficit fiscal; hay una fuerte demanda de dólares que no corresponde con los ingresos estadounidenses., más allá del "imprimir billetes" Entonces el dólar tiene que apreciarse. Trump ha estado buscando bajar las tasas de interés para que "los otros" no tengan la misma tentación de ir a buscar refugio en Estados Unidos. La apreciación del dólar refuerza el círculo vicioso en el déficit comercial. Encarece las exportaciones y abarata las importaciones.

      Hay varias especulaciones sobre lo que quisiera hacer Trump para "cerrar la cuadratura del círculo", porque, si desde el exterior se dejara de demandar dólares, Estados Unidos, junto a una industria rezagada, podría tener problemas de inestabilidad financiera -ya se amenazó con ello en el mercado de bonos- y de insolvencia gubernamental. La idea sería en realidad tener un dólar más barato y resolver el problema de bonos del Tesoro con rendimiento más bajo (la tasa de interés). En vez de devaluar el dólar, la presión arancelaria busca que los bancos centrales de otros  aprecien su moneda sin renunciar al dólar: es un poquito de lo que se hace con México o lo que se le hizo a mediados de los '80 a Japón con los Acuerdos Plaza. Al mismo tiempo, a algunos se les pediría "congelar" sus bonos, pasando de corto a largo plazo (algunos hablan de "Acuerdo Mar-a-Lago"). Trump ha metido tijera en el gobierno, para bien o para mal, y tampoco parece querer agravar los problemas del gasto público en armas, otro rezago: Estados Unidos gasta mucho y mal, por lo que quiere repartir la carga. Si no es que, mercenarios aparte, los estadounidenses están más preocupados por su propia situación que por proteger a los países del Dondestán.

       A reserva de lo que hace para reintentar reindustrializar Estados Unidos, Trump no está limitando la circulación de servicios en los que Estados Unidos tiene ventaja, ni la libertad de movimiento de capitales, por lo que el poder de chantaje financiero no ha sido tocado, prosigue la tentación de demandar dólares, por lo que hay una contratendencia hacia un dólar fuerte: los extranjeros con dólares no los cambian por bienes, sino por activos estadounidenses (capital corporativo, bienes raíces y bonos del Tesoro/deuda). Hasta ahora, no parece que Trump quiera hacer con la circulación de capital lo que con los intercambios comerciales, a propósito de las entradas financieras en particular. Al mismo tiempo, si se reequilibra el comercio, el dinero extranjero puede dejar de ir a Wall Street. Trump tendría que elegir entre unos pocos y el grueso de la población estadounidense que vive al día. La presión de la finanza global no ayuda en nada. De la misma manera en que algunos no se saben otra que "la del libre comercio, por favor", tampoco atinan a pedir una que no sea "la confianza de los mercados", que no es la del mercado sino la de la Bolsa y un puñado de fondos de inversión que especulan sobre la rentabilidad posible, que es siempre lo mismo. De ahí el mar de "expertís" para sugerir desde ya que Trump se está dando un tiro en el pié y que no es más que "un desastre". Aunque por ahora el asunto monetario es algo por verificarse, no está de más tener en cuenta que el presidente estadounidense sabe de negocios: tal vez algo más que quienes no hacen más que repetir indefinidamente lo mismo para tener contentos a "los mercados" y sus medios de comunicación (da click en el botón de reproducción).



lunes, 14 de abril de 2025

ELECTRICIDAD

 La manera que tienen los medios de comunicación masiva "globalistas" y parte de la izquierda de atacar por cualquier cosa al presidente estadounidense Donald J. Trump impide saber qué está en juego, con el agravante de una suplantación: la dizque "opinión pública" -en realidad creada por intereses privados- hace aparecer como rechazo mayoritario lo que no forzosamente lo es, aunque sea porque no todo es inteligible ni previsible. En estos momentos, no puede adelantarse que la política económica escogida por Trump vaya a dar buenos resultados o no.

         Aunque tenía antecedentes en la segunda posguerra (por ejemplo, en Puerto Rico), la política de deslocalización de empresas se fue acentuando desde los '80, a lo que entre otras cosas fue contribuyendo la gran apertura de la zona costera china o la de la franja fronteriza del norte mexicano para las maquiladoras, que ya empezaban a estar de moda. Lo señalado precipitó la salida de empresas estadounidenses al exterior en busca de mayor rentabilidad, acentuando el declive de las regiones industriales de Estados Unidos, las clásicas, de la costa Este, con frecuencia siderúrgica (Pittsburgh y sus "acereros", por ejemplo, pero también ciudades como Cleveland, Baltimore, Cincinnati y otras). También se vió afectada la industria automotriz, para dar lugar al deterioro de ciudades como Detroit. Este descalabro estadounidense por desindustrialización y deslocalización de empresas al Sur fue retratado por el hoy olvidado realizador estadounidense Michael Moore a propósito de un lugar como Flint, en el estado de Michigan. Parte de lo que empezó a producirse fuera regresó a Estados Unidos a precios más baratos -junto a productos de empresas industriales asiáticas y europeas-, contribuyendo a aumentar las importaciones, al mismo tiempo que, en ciertos sectores, las exportaciones industriales estadounidenses perdieron competitividad. Esto fue ocurriendo desde los '70, cuando a propósito de la costa Este y parte de la región de los Grandes Lagos se hablaba de rust belt ("cinturón del óxido" o "cinturón de la herrumbre"). Los sectores nuevos y competitivos aparecieron en el "cinturón del sol" (sun belt), en particular Texas y California, este último estado sede de Silicon Valley. Con la pérdida de empleos, la creciente desigualdad y la dificultad para dejar el consumismo, en varias regiones se deterioró el nivel de vida estadounidense, junto a la capacidad de ahorro.

       Como compensación de algo que desde finales de los '60 se hizo crónico, el déficit comercial (más importaciones, así sea comercio intrafirma, y menos capacidad para exportar, salvo en el sector primario, por productos agrícolas y petróleo), Estados Unidos, convertido para medio mundo en "comprador de última instancia", hasta de cualquier baratija, logró atraer el dinero de buena parte del resto del mundo a través de las finanzas: por tener ese "comprador", con tal de que no se cayera, y una moneda especial, "los demás", en vez de utilizar lo ahorrado para fines internos, fueron a "invertir" en Estados Unidos, que atrae de todo, desde compra de bonos hasta dinero de especulación, toda clase de "tráficos" -lavado incluido, estimado hasta en un 15 % del PIB (producto interior bruto) de Estados Unidos, la mitad del promedio latinoamericano-, fugas de capitales, etcétera. Pareciera que es en parte asunto de "finanzas"" contra "producción", sobre todo por el voto Demócrata, fuerte en las dos grandes plazas financieras estadounidenses, Nueva York (Wall Street) y Chicago, pero hay que contar de este lado las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft). Así, lo que parece estar desfilando con Trump, más allá de los advenedizos Demócratas, es el Estados Unidos que perdió con la llamada "globalización". Lo que los aranceles han buscado, a reserva de saber si pueden lograrlo, es revertir hasta donde se pueda el deterioro industrial, aunque no deba confundirse "industria" y "sector productivo", dadas las GAFAM, por ejemplo. Al mismo tiempo, Estados Unidos se fue rezagando en una parte de la innovación tecnológica, incluso frente a China, por lo que el conflicto comercial ya estaba con el presidente estadounidense Demócrata Joseph Biden. Faltaba que China se volviera capaz de lanzar al mercado internacional, como sucedió, computadoras, teléfonos celulares, 5G, automóviles eléctricos o energías renovables de relativa buena calidad y buen precio. No tiene mayor secreto que Estados Unidos no quiera perder en la competencia, no sólo por una cuestión de ganancias, sino también de empleos e ingresos para buena parte de la población, hoy lejos del "alma de la clase media" (Biden) de la segunda posguerra. Como lo muestra la votación Demócrata, no es la mayoría de la población estadounidense que se ha beneficiado de la "globalización". Se han beneficiado las finanzas, algunos sectores ligados a nueva tecnología y ricos de antología.

       Lo que ha sucedido, baratijas aparte, es que en los propios Estados Unidos se ha deteriorado la calidad de vida de buena parte de la población, como se han deteriorado los servicios de educación y salud y las infraestructuras, lo que los Demócratas prometían remediar y no hicieron. El "modelo" se ha expandido, bajo la mirada "acreditadora" de quienes se benefician de la gran libertad de movimiento de los capitales: el sacrificio del nivel y la calidad de vida de la mayoría porque, después de todo, parches aparte, "competitividad" quiere decir reducir de distintos modos los salarios y precarizar el empleo. Que Estados Unidos se mantenga por nivel de vida y consumo como "comprador de última instancia" no es nada más por el llamado "privilegio exorbitante del dólar" o, como se dice, "es mi moneda, y tú problema": es también que muchos otros exportan sus ahorros a Estados Unidos fortaleciendo a las finanzas que lo captan e imponiendo al mercado nacional estadounidense lo que es considerado "una carga exorbitante", incluida la de absorber el exceso de producción de "los demás". Las clases dominantes de "los demás" han tenido la seguridad de poder vender siempre sus mercancías y "aparcar sus ahorros" en Estados Unidos. Por lo pronto, el abordaje de Trump es parcial, y está por verse si puede recomponer un sistema productivo interno resquebrajado o no. Cada país tiene opción de ocuparse de sus propios asuntos y de no andar aventando sus desajustes al exterior, para lo que habría que dejar a la vez privilegios exorbitantes -de una minoría de la población- y mayores cargas sobre la mayoría en nombre de algo que no es ningún "ganar-ganar", sino un comercio de "arruina a tu vecino". (da click en el botón de reproducción).



domingo, 13 de abril de 2025

NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE...TAMBIÉN DE BANANO CON COCA

 Algunos creen que el problema con el narcotráfico es reciente en el Ecuador, pero no es exactamente así. A principios de los años '90, por ejemplo, ya había cosas que llamaban sobremanera la atención: en la capital ecuatoriana, Quito, pululaban, junto a edificios de lujo, centros comerciales en manos de colombianos y radios que transmitían vallenatos, al mismo tiempo que la localidad de "santo Domingo de los Colorados" se había hecho llamar "Santo Domingo de los Colombianos" y no faltaban por las carreteras del Ecuador caravanas de automóviles con placas de Cali. Más de un intelectual ecuatoriano, mientras proliferaban los "negocios", atribuían la fachada de bonanza -ilustrada por la avenida González Suárez y sus edificios ilegales, pero a todo lujo- al petróleo, siendo que en los '80 los precios del crudo, que no era colombiano, se habían caído. Eran pocos años de apariencia estable y de acomodo al modo libertario, pese a que gobernaba Sixto Durán Ballén. 

     Si se observa con más cuidado, el antecedente en los '80 había sido de fuerte descomposición, con el gobierno derechista de León Febres Cordero, que no dudaba en reprimir -otros tampoco dudaban en recurrir a las armas- y del que se dijo que se servía del paramilitarismo. Para más señas, Febres Cordero había trabajado durante dos décadas con Industrial Molinera, propiedad de Luis Noboa Naranjo, abuelo del "presidente" Daniel Noboa. Dada la violencia represiva, a Febres Cordero se le amotinó un militar manabita, Frank Vargas Pazzos, en la base de Taura. No era el Ecuador ninguna Suiza, pese a cierta tradición "progresista" en las fuerzas armadas. En los '80, entre Vargas Pazzos y un Febres Cordero que rompió a llorar de miedo, eran los tiempos del "machismo costeño" (Febres era de Guayaquil). Se está hablando de 1984-1988, cuando Febres, que debe haber sabido de estupefacientes al serle sembrados a un opositor, recibía el apoyo estadounidense del presidente Ronald Reagan y de David Rockefeller. Febres, el empleado del abuelo Noboa. 

     El padre Noboa, Álvaro Noboa, se caracterizó por su rechazo -también con grupos de choque- a la sindicalización de los trabajadores del banano. No se cumple con la Ley del Trabajo. Así era Febres: de mano dura y al mismo tiempo de corrupción en el aparato Judicial, como ejemplo de la "política" tal y como la podía entender la oligarquía bananera con el grupo Noboa a la cabeza. "Banana Bonita", empresa de Álvaro Noboa, lleva cocaína a Turquía. Tampoco es nada más cosa de los Noboa: la familia Lasso también es de "abolengo" y el presidente previo a Noboa, Guillermo Lasso, fue financiado en campaña por la mafia albanesa. Buena escuela la oligárquica, la que había puesto ya en los '80 a Febres y sus "guardias de choque": negocios turbios, formas de paramilitarismo, corrupción y promesas de "mano dura". La escuela de Daniel Noboa. Simplemente se han aflojado los controles del Estado y la oligarquía "sale del clóset". Desde los '80, las cosas estaban mal, aunque algunos confundían pozos de petróleo con pozos de dinero, porque todos se estaban "liberando". A principios de los '90 ya era la época de droga en la avenida Amazonas en Quito y de embajadores de farra con hombres en el parque El Ejido. Poco había durado el reformismo militar de Guillermo Rodríguez Lara en los '70 y la apertura hacia Jaime Roldós, cuando todavía "era el petróleo". Desde los '80 no fue el petróleo. Ni nada más el ostensible lavado. No habrán salido de la nada las más de 50 empresas exportadoras de banano ligadas al narcotráfico. Según la policía ecuatoriana, cuando menos desde principios de los 2000 llegaron al "negocio" los balcánicos. Según Insight Crime, el lavado de dinero, segundo rubro de actividad del crimen organizado en el Ecuador, se concentra en el sector inmobiliario y en el de automóviles usados.

       Hay algo más, según lo sugirieron en su momento estudios del economista francés Pierre Salama. El lavado, ligado al narcotráfico, debió haber estado antes de la dolarización del año 2000. Era posible de constatar desde los '90, con la facilidad desde el Ecuador para abrir cuentas en paraísos fiscales, Bahamas por ejemplo. El "milagro" no sólo es colombiano, sino que toca también al Perú. Se trafica y se lava en la frontera con Colombia, como el Carchi o Sucumbíos, pero también con el Perú, como El Oro, y se exporta por Guayas, Manta y Santa Elena. El lavado de activos podría alcanzar entre 30 y 40 % del PIB (producto interno bruto). Algunas de las provincias mencionadas son de exportación de banano.

         Ecuador ha logrado sumarse a Haití y Paraguay entre los Estados fallidos de América Latina. El periodismo de investigación comienza a tener que irse. No faltan pandillas como franquicias de otros dos presentes, además de los balcánicos, albaneses sobre todo (en el banano desde El Oro): el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación. Como Noboa no logra gran cosa, hasta el empresario francoecuatoriano Jan Topic se pasó de la derecha a la Revolución Ciudadana (RC). Prácticamente todas las encuestas le daban a la candidata Luisa González una amplia victoria (RC) Daniel Noboa se instaló en una dictadura decretando el estado de excepción, en Quito y varias provincias muy favorables a la RC, sin amenaza que justificara la medida. Con o sin fraude (¿11 casas encuestadoras se equivocaron?), los resultados por provincia vuelven a mostrar lo mismo:  toda la costa (salvo por pocos puntos Guayas y El Oro)  y el norte amazónico -fronterizo con Colombia-, con González (es decir que no es ningún beneficio de la duda para Noboa: quienes más sufren la violencia narco votaron por González); Quito, toda la sierra y gran parte de la Amazonía, con Noboa; los resultados de la alianza entre la RC y Pachakutik (indígenas) se notan poco, salvo en el feudo del dirigente indígena, Leonidas Iza (Cotopaxi, 36 % para Luisa González) y parcialmente Cañar. En la sierra centro-norte, salvo en Imbabura, y que es de lo peorcito del Ecuador, Noboa arrasó de tal modo (Tungurahua, 79 %;  Chimborazo, 70 %;  Pichincha, 62 %; Bolívar, 68 %;  Carchi, 61 %) que pareciera confirmarse que la población indígena y alguna otra más no tiene ni la menor idea de lo que es el Estado, salvo para recibir limosna -que un serrano pide con opción a garrote- o para hacerse de la vista gorda ante el milagro de la multiplicación de los peces en Quito desde lo que llaman simpáticamente "el petróleo". Como le han de llamar "rechazo al correísmo" su tendencia a lo mal habido. Noboa ni siquiera debió ser candidato, al incumplir la necesidad de pedir licencia tal y como lo establece la Constitución. Un ilegal -debía dejar de ser presidente y no usar recursos del erario- que decretó un estado de excepción, es decir un delincuente que expidió una ley, etcétera... (da click en el botón de reproducción).





viernes, 11 de abril de 2025

¿POR QUÉ NO TE CALLAS, ENRIQUE SERNA?

 Por pasos.. Hay cosas que el tiempo no deja pasar en nadie y el escritor Enrique Serna está agarrando un ligero toque que recuerda a la Gilbertona. Su gusto es, pero sucede que Serna además está entendiendo mal la ideología de género.

         El escritor se queja de las "runflas de matraqueros", por lo que podría abstenerse de sumarse a la de Letras Libres, con deplorables alabanzas al señor Enrique Krauze.

         El escritor cree que el credo revolucionario del marxismo-leninismo, que "ya fracasó en todo el mundo", sigue "en las aulas universitarias de América Latina", sin mencionar ninguna. En esas aulas lo que predomina, salvo que se trate de escuelas de negocios abiertas o cada vez más fuera del clóset, es el credo Demócrata que incluye lo queer, lo ecológico y la energía limpia, aséptica, los pueblos originarios o afro, el rechazo al maltrato animal y temas por el estilo en los que el mundo del trabajo sale sobrando. Tal vez sea entendible: el trabajo no siempre da, mientras que ofertarse como mercenario sigue siendo todavía bien pagado, al menos en ciertas profesiones, aunque estudiar Letras para sermonear como ideólogo sea extraño.

      -Don Enrique, si se trata de prestigio (como el que se ganó la Gilbertona) cree que la universidad pública tiene a una comunidad estudiantil pro-Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), lo que no es el caso. Las Facultades radicales andan por el antiextractivismo y cosas por el estilo, y como sea hay cierto hartazgo por los paros en vísperas de vacaciones para lograr puentes como el de San Francisco, el Golden Gate. A estas alturas, por lo demás, el origen de los paros es opaco y el activismo que reclama Serna no interesa a nadie, salvo a provocadores, los "porros violetas" sabrá Dios de qué dependencia, aunque algunas muy activistas violan -tema de interés de Serna- las leyes universitarias. Hasta hace poco, era sabido y tolerado. No hay mayor disciplina partidaria, contra lo que cree el señor sabor de la Fruta Verde, sino el activismo ocasional que no es asunto de "runfla de matraqueros", sino con frecuencia de teatro de titiriteros.

.       La Gilbertona de las letras mexicanas, que siendo parte de una gritonea que "sólo las clientelas políticas son incondicionales", está indignado por la apatía ante una ministra plagiaria, siendo que el plagiario, que es otro, reconoció su plagio. Tal vez Edgar Báez sea el ejemplo a seguir: sales impune porque la Justicia la hacen, o creen hacerla, los medios de comunicación masiva, sirviéndose de progresivos resbalones de algunos hacia la mala fe, que don Guillermo Sheridan (ah, es de la misma clientela) adereza con grosería maliciosa. Tiene razón don Enrique en su prolijo vocabulario: cualquier vivales, si las circunstancias políticas se prestan, puede lograr lograr escabullirse con memes y devaluar títulos "hasta la ignominia" (póngale lo sabroso), encontrando contubernios. No hay ninguna intromisión política: aunque sea porque la universidad que defiende doña Gilbertona no es independiente de un grupo claramente político, clientelista, amiguista y personalista, como lo demuestran varias entregas de reconocimientos, por ejemplo a la investigación inexistente. Cosa de woldies but goodies. Después de años en manos del PRI cooptador (Partido Revolucionario Institucional), con el narrow minded obispo de Copilco, se le dió el changarro al Instituto de Estudios de la Transición Democrática que, fachadas aparte, es una clientela política de incondicionales, por lo demás ligados sobre todo a un periódico, y sin problemas para saqear el erario y tomar pista de aterrizaje en el "Alma Máter" de Serna al margen de lo que marcan las leyes internas. Discursos rimbombantes aparte, se trata de un organismo descentralizado del Estado, que lo socava y funciona como gran feudo con otros feudos más pequeños en pleno fund raising. Gracias al activismo que pregona el autor de El miedo a los animales, el "órgano" se dedica a todo menos a atender en serio problemas nacionales que ni siquiera ubica.

       -Como parte de su folclor, cree doña Enrique que es cosa de reformas judiciales para "abogados huizacheros" y de afanes intimidatorios. El lenguaje sobre los huizacheros, las runflas de matraqueros y las ministras atornilladas y los mandamases no permite clarificar si la asistencia a la cantina es la de don Gilbertón o de la comunidad estudiantil que como puede trata de sortear la interminable politiquería de grupos a los que les tiene sin cuidado no saber distinguir entre lugar de saber y sociedad política, por lo que hoy se sirven de grupos de presión que reproducen además clientelas de incondicionales, hasta volver la atmósfera irrespirable. Por lo visto, a la señora Serna ya le dió por la mezcla en boga de arrogancia e ignorancia, aunque sea porque riman. Y sin siquiera ser de Argentina.

        Gracias a la difusión de lo "trans", cualquier cosa es posible: por ejemplo, que alguien nacido para escritor se crea de repente que tiene cuerpo de universitario, y que exija que se lo reconozca como adalid de la autonomía y se lo trate como Don Suma Cum Laude, aunque el mismo nacimiento indique otra cosa, como el oficio perdido -una lástima-, que no es para nada el del deber universitario, como ya se dijo, el del saber y no el de mercenario de un grupo. Ni volver a leer alguna de sus novelas. No es guasa: ¿sí sabe don Gilbertón de qué delitos está acusado Báez? (da click en el botón de reproducción).



CHAU CHAU CHAU

 China es una potencia que algunos llaman "mercantilista", por su capacidad de exportación, la primera del mundo. Desde este punto de vista, se trata de una potencia de gran alcance internacional, y volcada hacia afuera, casi al 20 % de su PIB (comercio exterior), casi el doble de Estados Unidos (11%). México tiene un enorme 36 %. No es que el ejemplo a seguir sea Estados Unidos, puesto que, como se puede observar, NO es un país muy dependiente del comercio exterior, aunque sea deficitario en bienes (no en servicios) y quiera enmendarlo. Es en materia industrial -no agrícola, ni de materias primas, ni de servicios, a diferencia de Estados Unidos- que China es "el taller del mundo"" y ha conseguido, en gran medida gracias al Estado, un buen grado de innovación tecnológica, parte de lo que tiene nerviosos a los estadounidenses. En ciertos rubros, China exporta con relativamente buena calidad y a buen precio, en lo que intervienen todos los eufemismos de los economistas y su manera de nombrar los salarios relativamente bajos, aunque los de México sean aún más "competitivos", entiéndase que más bajos.

       Como país capitalista que es, pese a variantes (nadie se mete mucho con el tipo de régimen chino, y el presidente estadounidense Donald J. Trump no se arranca contra los chinos por motivos ideológicos), China se encuentra desde hace rato ante una crisis de sobreacumulación que no excluye la sobreproducción. Parte del intento por salvar la situación es abrirse mercados externos y para invertir, aunque los grandes inversiones chinos en el extranjero no son muchos. La otra posibilidad sería subir el nivel de vida de la población china, es decir, en vez del exterior enfocarse al interior, si fuera posible para beneficio de empresas chinas. Más allá los "labios para afuera"" y de la política de natalidad, no se trata de una prioridad china; hay más interés en atraer aún más inversión extranjera a nuevos sectores de la economía, como los servicios. Considerando además Hong Kong, es muy difícil discernir lo "hecho en China" por chinos o por extranjeros.

       Como ya ha habido ocasión de decir, China tiene un nivel de vida notoriamente más bajo que Sudcorea y Japón. En términos absolutos, puede que las clases medias chinas, con frecuencia ligadas al partido de Estado, sean muy grandes. Las cifras varían según las fuentes pero, de situarse cerca de 600 millones de habitantes, las clases medias no representan ni la mitad de la población, que supera los mil 400 millones de habitantes. Aún sin pobreza extrema, la mayoría de la población china es pobre. La diferencia con las de Estados Unidos está en que las clases medias chinas ahorran más, no sin dejar de enfrentarse a los problemas de la especulación inmobiliaria, por lo que quieren estar protegidas.

      Con la crisis del sector de la construcción y una industria que tiende a ser más intensiva en capital y a emplear menos mano de obra, en China se han multiplicado los servicios como los de restaurantes que como abren, cierran: la décima parte no dura ni un mes, y en general no más de un año y medio. La vida media de un restaurante en China es de 500 días. Hay mucha oferta y poca demanda. Igual pasa con varios bienes. Queda la impresión de abundancia, pero es de fachada: construcción de edificios que se quedan vacíos o semi vacíos, exceso de bienes como para ir a mirar pero no a comprar, ahorros que intentan irse al negocio que no dura mucho. En este sentido, los precios se van a la baja sin que se note que lo que hay es riesgo de deflación. Salvo en ciertos sectores, en la industria, al producir demasiado, China se expone a la caída de la rentabilidad. La solución es la misma: "mandar para afuera", exportar, a bajo precio. El PIB (producto interno bruto) per cápita en paridad de poder adquisitivo y en dólares constantes llega apenas al 30 % del estadounidense El círculo puede hacerse vicioso si los servicios y negocios de toda índole no pueden absorber la mano de obra que libera una industria menos intensiva en trabajo o que se va a Vietnam o Camboya, por ejemplo. El desempleo crece y es de más de 16 % en los menores de 25 años. En medio de lo descrito, y pese al aumento de la productividad, no se va más allá de un "aumento razonable" del salario. Aunque es cercana a la media mundial, la proporción del salario en el PIB chino está por debajo de las potencias, en particular de los países del G-7. Si "medio alcanza", es porque la sobreproducción baja precios, pero no sin riesgos. Es lo que viene haciendo China: ayudando a "medio sobrevivir" a "medio mundo", pero sin verdadera calidad de vida para la mayoría de la población. No hay signos claros de que esta sea la prioridad y no seguir inundado el mercado internacional de una que otra cosa buena y un mar de chucherías (da click en el botón de reproducción).




miércoles, 9 de abril de 2025

O SEA SÍ, PERO NO

 Alguna vez, el "halcón" Demócrata estadounidense, Zbigniew Brzezinski, el mismo que planeó integrar a Ucrania a una seguridad europea dirigida contra Rusia, expresó: "no queremos un Japón al sur de nuestra frontera".

       Sexenio tras sexenio, desde José López Portillo (1976-1982) y con la excepción de Miguel de la Madrid (1982-1988), en México se apuesta a lo grande. Y sexenio tras sexenio se termina en lo chiquito. No ha faltado quien dida que "México será una potencia", para no decir que "el mejor país del mundo". Se trata cada vez no de algo que dependa de México, sino de algún milagro exterior, llámese precio del petróleo, libre comercio, "enchilada completa" o nearshoring, por lo que no hay responsables de nada si se cae el barril de crudo, si aumentan los intereses de la deuda, si el libre comercio depende de la salud económica de Estados Unidos y Canadá o si las empresas llegan o no en tropel mientras se atraviesa el mandatario estadounidense Donald J. Trump. No se confía en fuerzas propias que se desconocen o se menosprecian, como si sobre la gente del país no cupieran más que prejuicios ("es que el mexicano es..."), hace rato que hay clase dominante pero no dirigente (para lo que basta ver lo poco que valoran la educación los empresarios monopólicos u oligopólicos del país), y se cree que el mercado exterior en sus distintas formas es la fuente de la eterna riqueza, ante la cual no se hace más que de intermediario. No es tan de broma hablar de "neoporfirismo", y no se ha ido ni en algunos sectores de la autodenominada "Cuarta Transformación", cerca de Estados Unidos y algo lejos de Dios, salvo para medidas caritativas (aunque sean de utilidad para redondear ingresos). El de los economistas no deja de ser el mundo de "los científicos"", "neoliberales" o con toques de Keynes, pero convencidos de que sus creencias son "leyes de la Historia" al estilo positivista.

        No hay país que se haya convertido en potencia sin pasar por el proteccionismo, sobre todo a finales del siglo XIX (Estados Unidos, Alemania y Japón), pero además, no hubo potencia del siglo XX (dejando de lado en algunos aspectos "de potencia"" a la Unión Soviética) que se haya levantado sola. En América Latina existe el mito de Alemania y Japón, los humillados y ofendidos que se levantaron. Alemania se levantó después de la Segunda Guerra Mundial en buena medida gracias a ser la gran beneficiaria del Plan Marshall; la RFA (República Federal Alemana), Berlín Oeste incluido, debía ser la vitrina del consumo frente a la escasez y el descontento en el bloque soviético. Japón, como lo consagró la doctrina Yoshida, se volvió a levantar en parte con el plan McArthur y dedicándose a la economía bajo el paraguas militar estadounidense, que subsiste, como en parte en Alemania. Corea del Sur y Taiwán también se beneficiaron de una generosa ayuda estadounidense, frente a Norcorea y a China. Y, sin que se diga, China desde 1972 se ahorró una carrera armamentista como la soviética pactando con el presidente estadounidense Richard Nixon, Henry Kissinger y amistades por el estilo, por lo que la rivalidad entre China y Estados Unidos tardó en aparecer y no es como la existente entre las potencias de Occidente y Rusia, pese a los mega-aranceles de Trump. En general, las potencias del siglo XX pudieron serlo en un contexto específico, el de la Guerra Fría, porque Estados Unidos lo toleraba o lo necesitaba. El siglo XXI es otro, aunque con China no hay que apresurarse demasiado: en algunas cosas "hace en grande", desde que es más capitalista, pero basta con ver el IDH (Indice de Desarrollo Humano) para dejarse de idealizaciones y percatarse de que el nivel de vida es mucho más alto en Sudcorea y Japón que en China. Sudcorea ocupa el lugar 19, Japón el 24, China el 75...y México el 77 (2023) La Federación Rusa está en el lugar 56. Lo que algunos creen que es China es el altísimo nivel de vida de Hong Kong (4o lugar, siendo como Singapur una ciudad-Estado, 9o lugar). Ser potencia no es nada más cosa de salir una y otra vez a "echarle ganas". Y Estados Unidos no quiere que México sea potencia, lo que nada más ocurre en los "sueños más salvajes" de integración del actual secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard. "Ser potencia" tampoco se hace en un sexenio: se trata de largos procesos de maduración que toman algunas décadas, cuando menos de dos a tres, según la experiencia de los "tigres" o "dragones" asiáticos, pero también de Alemania, Japón y Estados Unidos a finales del siglo XIX. No es cosa de "milagro". Ni de "ganas". Ni de megalomanía. Ni es seguro que todo el mundo pueda o deba ser potencia: hay países que no lo son y viven medianamente bien, como Costa Rica o hasta Botsuana (desarrollo humano alto, en África...) o Bielorrusia.

       No es raro que, para ser potencia -si acaso China lo es, más allá de ciertos aspectos- haya que pasar por la "mano dura", como ocurrió en todas partes, menos en Estados Unidos. Aunque sea para disciplinar a la mano de obra en el arranque.

     Como ya se ha señalado, las potencias gastan mucho en I&D (investigación y desarrollo) como porcentaje del PIB (producto interno bruto). China lo hace (lugar no. 14), aunque va por detrás de Japón (no. 7) o Sudcorea (no. 2) México está en el lugar 58. Y sin mayor crecimiento: más bien la tendencia notoria es a la baja, en particular  desde 2008-2009. Para no decir que se logra a veces presencia en rankings por maquillaje de cifras. No existe el menor interés en la educación ni en la investigación, porque entre quienes debieran dirigir no se toma en cuenta el potencial del país y su gente y nada más se tiene la "neoporfirista" vista colocada en dos cosas: los títulos estadounidenses, sin atención siquiera a lo que quieran decir de real, junto con la importación de modas del otro lado; y la modernización pasiva de fachada, para que una parte de la población pueda vivir en una burbuja ya sin la menor idea de nación, sino en pleno cosmopolitismo.

       Dos cosas más han sido propias de las potencias: aunque ya no es exactamente así, desde la "economía de la oferta" de los '80, los ricos acostumbraban tener que pagar impuestos altos, mientras que en países como México son gente intocable; por otra parte, cualquiera sea su preferencia, los economistas creen que el gasto público no debe ser alto, cuando en las potencias lo es : si en México es de poco más del 28 %, en Estados Unidos es de 36 %, en Japón de casi 42 % , en Alemania de más de 48 % y en China de 33 % (2023). En México, el gasto público en salud es del 10%; en Alemania del 20 %, en Estados Unidos del 24 %, en Japón del 23 %  y en China...casi del 9%. En lo que destaca México es en un gasto en educación que se desperdicia, aunque hasta los 70 u 80 no fue así. Frente a la discriminación socio-racial, el sistema educativo era visto -pese a sus deficiencias- por la gente de abajo honrada como una forma de movilidad y de respetabilidad, con las antiguas profesiones. De todos modos, en muchas potencias el gasto en educación como porcentaje del gasto de gobierno es más elevado que en México (4,2): 5,4 en Estados Unidos;  4,5 en Alemania (en Japón y en China es más bajo). Después de subir hasta el año 2000, este gasto en México ha tendido a estancarse. No se puede "ser como Dinamarca" cuando no se invierte como los países escandinavos en educación. Compararse dentro de la OCDE es un truco contable; por más que esté por encima de muchos países africanos y asiáticos, México está al nivel de Malí o Etiopía, por debajo de prácticamente toda Europa, y de varios países latinoamericanos, Bolivia incluida (Brasil, Argentina, Costa Rica, Honduras...)

      Se quiere ser potencia sin proteccionismo, sin investigación & desarrollo, sin impuestos a los ricos, sin gasto público suficiente, sin educación disciplinaria, sin ayuda estadounidense, sin industria de bienes de capital, etcétera, lo que deja suponer que más de uno no piensa lo que dice, sino que se cree el primer briefing que le pasan no en función de México, sino de la Agenda 2030, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) o alguna "expertís" financiera, sin saber siquiera que la finanza especula sobre la tasa de beneficio, no sobre la calidad de vida de un país. Con nostalgia idealizada del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964), de los sesenta -rock en tu idioma-y del 68, en México desde 1988-1994 se "gobierna" para lo que el escritor Carlos Fuentes llamó "la primera generación de chicanos nacidos de este lado": alrededor del 40 % de la población, entre ricos y clases medias, aunque fisuradas, para un estilo de vida estándar "global", identificando a la mayoría -al garete- como Emilio Azcárraga Milmo a los "jodidos que no van a salir de jodidos" o, en sectores de clases medias bajas, con un ademán folclórico que no exento de chovinismo. El libre comercio, el consumo en el centro comercial, la imitación de Joe Big Six (el gringo y sus cervezas) y la repetición de lo que lanzan los medios de comunicación globalistas es parte de sectores no desdeñables de este 40 % o menos -los ricos están en paraísos, como los fiscales- que da numéricamente una falsa impresión, de fachada, porque el país no sólo no se mueve, sino que está inerte y sin clara dirección nacional, pese a atisbos como los del Plan México, a espera de lo que suceda en 2026 con el TMEC y de los probables logros -ya hay algunos- de Omar García Harfuch en Seguridad (tratado México-Estados Unidos-Canadá). (da click en el botón de reproducción).



domingo, 6 de abril de 2025

NO HAY DE OTRA

 A reserva de lo que agregue la Inteligencia Artificial, la Web fácilmente se llena de falsedades que responden al hecho de que las noticias -y muchos de los comentarios a las mismas- están hechas por grandes intereses económicos. Muchos de éstos están hoy contra el presidente estadounidense Donald J. Trump, así que noticias y comentarios deben encontrar a la vez la manera de golpearlo y de hacer ganancia, que es lo que está en boga con el chantaje o la extorsión generalizados. Se trata de "extraerle" concesiones a Trump dándole a entender que el necesitado es él, sobre todo si supuestamente "va contra el mundo": así, por ejemplo, la mayoría en el Congreso estadounidense es exigua y depende de la posición de unos pocos (cerca de tres), por lo que se apuesta a que en algún momento se creen ya las condiciones de bloquear al mandatario. Se trata de explotación, es decir, de ganar sacando provecho de la necesidad real o supuesta de otro, para lo que de ser necesario se lo coloca en esta posición, como lo ha estado haciendo la UE (Unión Europea); y hecha la extorsión del "plus", sacarle lo máximo. La extorsión existe porque la coacción está en la necesidad del otro, para lo que hay que hacerle sentir a Trump que depende de los demás.

       Más de un comentarista tiene la misma creencia de que todo es explotar y ganar. El señor Enrique de la Madrid, hoy ex priísta, se hace necesitar, obtiene una "firma" y pasa a buscar ganar algo de lo que escribe, después de descalificar cualquier objeción, denegada de entrada. Es muy sencillo: el proteccionismo es malo, y el libre comercio es bueno. De entrada, es una falsedad: no hay potencia que lo sea sin haber pasado por un fuerte proteccionismo, que se conoce desde el alemán Friedrich List ("protección de las industrias en la infancia") y llega hasta las demostraciones recientes del sudcoreano Ha-Joon Chang. La idea de De la Madrid es que, protegidas, las industrias dejan de innovar al no tener competencia. Si están protegidas, dice ¿para qué mejorar? Esta es la idea con la que comenzó papi en 1986 y siguió el seductor de la patria en 1994: el libre comercio obliga a ser competitivo...o perecer. Pero, previamente, las empresas pueden ser competitivas en el mercado nacional protegido, por distintos motivos. Ejemplos no faltan. Lo contrario es darwinismo: la "sobrevivencia del más apto", con frecuencia al margen de las condiciones de competencia. Normalmente, se compite en condiciones de un mínimo de igualdad o de equidad. Ahora bien, también se puede hacer lo que el seductor de la patria y su modernización "pasiva" y de fachada: ponerse a competir con uno 200 veces más fuerte que uno. Al menos el Plan México tiene la idea de reparar en parte los estragos, pese a una dirección contradictoria: el libre comercio, aunque benefició a una parte de la población, terminó de liquidar la autosuficiencia alimentaria y de hundir a la pequeña y mediana empresa, por lo que por lo menos desde el libre comercio el desempeño de la economía mexicana es pésimo y no se resuelve ninguno de los grandes problemas sociales nacionales. Todo el arte está en el "dualismo" que es de lo peor en la ciencia social, y que hace parecer no que las cosas están vinculadas, sino que hay un súper México que ha sabido competir -cuando con frecuencia ni siquiera es ya mexicano, como pasó con muchas empresas que tuvieron que asociarse con externas-, y otro México que "le tiene que echar más ganas" o sabrá Dios qué, como si no fuera justamente la competencia extranjera que le impidió desarrollarse. Pese a algunos progresos de la autodenominada "Cuarta Transformación", décadas de libre comercio, pese a la fachada descrita, no han hecho que México siga siendo un país de gente en su mayoría pobre (pese a la reducción 2018-2024), con poca clase media, una escasa pero insultante riqueza, marcadas desigualdades regionales, etcétera?¿Por qué las cosas no mejoraron en cuatro sexenios (1994-2018) y siguen siendo difíciles de resolver?¿O es que la respuesta está en el mismo De la Madrid y su competencia, en el sentido de que para que unos ganen otros deben perder? Es el problema cuando se es a la vez soberbio o arrogante e ignorante: simplemente los 200 veces más débiles se quedaron en el camino, por lo que se dice que los adalides del libre comercio sabían lo que hacían. Está "siendo dicho"" por el mismo De la Madrid.

         Luego de atribuirle "sustitución de importaciones" a Trump, De la Madrid cree que está ante "el tonto más grande del mundo", "todo por defender  un modelo de sustitución de importaciones que fracasó en América Latina". Más ignorancia: Estados Unidos no es América Latina. El "modelo" de industrialización por sustitución de importaciones fracasó por depender de las exportaciones (es decir, de mercados externos) para importar maquinaria, por falta de una adecuada inversión en investigación y desarrollo), de disciplinamiento educativo y, para más señas, porque como el mercado interno estaba protegido, entró cualquier cantidad de empresas transnacionales para aprovechar las circunstancias y contribuir a bloquear el desarrollo de las industrias nacionales. Es erróneo que el problema fuera que "todo era estatal" y que "lo nacional no sabía competir". Para quienes apuestan a fomentar "inversión extranjera para el mercado nacional", como en la automotriz, es el riesgo de repetir un error pasado salvo que cuando menos haya una eficaz transferencia de tecnología.

      La tercera es que Estados Unidos "carece de mano de obra", entre otras cosas por "los ataques a la inmigración", "principal fuente de trabajadores". Entre legales e ilegales, los inmigrantes en Estados Unidos representan 13.5 % de la población. Hay en serio gente que cree que los estadounidenses están urgidos de beaners.

       Lo más simpático es que "Kike" escribe contra el "autoengañarnos". Si no está engañando, y puede que sea el caso, está escribiendo con los estereotipos suficientes para "quedar bien" y subirse a la ola de la extorsión: los gringos están muy necesitados, no pueden sin nuestra mano de obra; tampoco debieran apostarle a "esos modelos", de seguro porque "nos necesitan"" dado que somos su principal socio comercial, por lo que mejor seguir compitiendo todos contra todos; y el proteccionismo no sirve, aunque al cabo de treinta años de libre comercio estemos medio refundidos (si no es que desde antes, dada la apertura de "papi" en 1986). Por cierto, seríamos una gran potencia si no se nos atravesara a cada rato un imprevisto externo, como los mexicas eran algo realmente colosal hasta que llegaron los españoles. Además, cuando no es éso, es "el mal gobierno". Bueno, entonces quienes antes eran gobierno ahora gritonean "muera el mal gobierno", dizque para lograr un cambio. Mejor ver lo que pueda haber de positivo o de negativo en el Plan México y de posible y alcanzable. O no se aprendió nada de nuestro Querido Líder, Enrique Peña Nieto, y una de sus memorables frases: "no me despierto cada mañana pensando cómo joder a México". Lo más grave de la "expertís" y la comentocracia es que tampoco: se despierta cada día pensando cómo lograr algo en beneficio propio, de ser necesario compitiendo. Parcialmente, el plan México contiene puntos positivos, pese a que puede entrar en contradicción con los proyectos de inversión extranjera y a reserva de saber si los polos de Bienestar tendrán una matriz nacional o foránea. Ya no es exactamente la horda detrás del nearshoring para bochorno incluso de la autodenominada "Cuarta Transformación". Por cierto, lo de que el periodismo debe ser "siempre crítico con el poder" no justifica la frecuente extorsión de los medios de comunicación masiva, "soldados del negocio" (mercenarios). Por cierto: ni a la presidentA, Claudia Sheinbaum, ni a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, pese a las limitaciones de ambas, se les encontrará ni un "centavo partido por la mitad" mal habido. (da click en el botón de reproducción).



AHÍ VIENE EL LOBO

 De vez en cuando, el presidente estadounidense se cree que Estados Unidos es great  y se lanza a hacer cosas disparatadas. Durante su prime...