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domingo, 6 de abril de 2025

NO HAY DE OTRA

 A reserva de lo que agregue la Inteligencia Artificial, la Web fácilmente se llena de falsedades que responden al hecho de que las noticias -y muchos de los comentarios a las mismas- están hechas por grandes intereses económicos. Muchos de éstos están hoy contra el presidente estadounidense Donald J. Trump, así que noticias y comentarios deben encontrar a la vez la manera de golpearlo y de hacer ganancia, que es lo que está en boga con el chantaje o la extorsión generalizados. Se trata de "extraerle" concesiones a Trump dándole a entender que el necesitado es él, sobre todo si supuestamente "va contra el mundo": así, por ejemplo, la mayoría en el Congreso estadounidense es exigua y depende de la posición de unos pocos (cerca de tres), por lo que se apuesta a que en algún momento se creen ya las condiciones de bloquear al mandatario. Se trata de explotación, es decir, de ganar sacando provecho de la necesidad real o supuesta de otro, para lo que de ser necesario se lo coloca en esta posición, como lo ha estado haciendo la UE (Unión Europea); y hecha la extorsión del "plus", sacarle lo máximo. La extorsión existe porque la coacción está en la necesidad del otro, para lo que hay que hacerle sentir a Trump que depende de los demás.

       Más de un comentarista tiene la misma creencia de que todo es explotar y ganar. El señor Enrique de la Madrid, hoy ex priísta, se hace necesitar, obtiene una "firma" y pasa a buscar ganar algo de lo que escribe, después de descalificar cualquier objeción, denegada de entrada. Es muy sencillo: el proteccionismo es malo, y el libre comercio es bueno. De entrada, es una falsedad: no hay potencia que lo sea sin haber pasado por un fuerte proteccionismo, que se conoce desde el alemán Friedrich List ("protección de las industrias en la infancia") y llega hasta las demostraciones recientes del sudcoreano Ha-Joon Chang. La idea de De la Madrid es que, protegidas, las industrias dejan de innovar al no tener competencia. Si están protegidas, dice ¿para qué mejorar? Esta es la idea con la que comenzó papi en 1986 y siguió el seductor de la patria en 1994: el libre comercio obliga a ser competitivo...o perecer. Pero, previamente, las empresas pueden ser competitivas en el mercado nacional protegido, por distintos motivos. Ejemplos no faltan. Lo contrario es darwinismo: la "sobrevivencia del más apto", con frecuencia al margen de las condiciones de competencia. Normalmente, se compite en condiciones de un mínimo de igualdad o de equidad. Ahora bien, también se puede hacer lo que el seductor de la patria y su modernización "pasiva" y de fachada: ponerse a competir con uno 200 veces más fuerte que uno. Al menos el Plan México tiene la idea de reparar en parte los estragos, pese a una dirección contradictoria: el libre comercio, aunque benefició a una parte de la población, terminó de liquidar la autosuficiencia alimentaria y de hundir a la pequeña y mediana empresa, por lo que por lo menos desde el libre comercio el desempeño de la economía mexicana es pésimo y no se resuelve ninguno de los grandes problemas sociales nacionales. Todo el arte está en el "dualismo" que es de lo peor en la ciencia social, y que hace parecer no que las cosas están vinculadas, sino que hay un súper México que ha sabido competir -cuando con frecuencia ni siquiera es ya mexicano, como pasó con muchas empresas que tuvieron que asociarse con externas-, y otro México que "le tiene que echar más ganas" o sabrá Dios qué, como si no fuera justamente la competencia extranjera que le impidió desarrollarse. Pese a algunos progresos de la autodenominada "Cuarta Transformación", décadas de libre comercio, pese a la fachada descrita, no han hecho que México siga siendo un país de gente en su mayoría pobre (pese a la reducción 2018-2024), con poca clase media, una escasa pero insultante riqueza, marcadas desigualdades regionales, etcétera?¿Por qué las cosas no mejoraron en cuatro sexenios (1994-2018) y siguen siendo difíciles de resolver?¿O es que la respuesta está en el mismo De la Madrid y su competencia, en el sentido de que para que unos ganen otros deben perder? Es el problema cuando se es a la vez soberbio o arrogante e ignorante: simplemente los 200 veces más débiles se quedaron en el camino, por lo que se dice que los adalides del libre comercio sabían lo que hacían. Está "siendo dicho"" por el mismo De la Madrid.

         Luego de atribuirle "sustitución de importaciones" a Trump, De la Madrid cree que está ante "el tonto más grande del mundo", "todo por defender  un modelo de sustitución de importaciones que fracasó en América Latina". Más ignorancia: Estados Unidos no es América Latina. El "modelo" de industrialización por sustitución de importaciones fracasó por depender de las exportaciones (es decir, de mercados externos) para importar maquinaria, por falta de una adecuada inversión en investigación y desarrollo), de disciplinamiento educativo y, para más señas, porque como el mercado interno estaba protegido, entró cualquier cantidad de empresas transnacionales para aprovechar las circunstancias y contribuir a bloquear el desarrollo de las industrias nacionales. Es erróneo que el problema fuera que "todo era estatal" y que "lo nacional no sabía competir". Para quienes apuestan a fomentar "inversión extranjera para el mercado nacional", como en la automotriz, es el riesgo de repetir un error pasado salvo que cuando menos haya una eficaz transferencia de tecnología.

      La tercera es que Estados Unidos "carece de mano de obra", entre otras cosas por "los ataques a la inmigración", "principal fuente de trabajadores". Entre legales e ilegales, los inmigrantes en Estados Unidos representan 13.5 % de la población. Hay en serio gente que cree que los estadounidenses están urgidos de beaners.

       Lo más simpático es que "Kike" escribe contra el "autoengañarnos". Si no está engañando, y puede que sea el caso, está escribiendo con los estereotipos suficientes para "quedar bien" y subirse a la ola de la extorsión: los gringos están muy necesitados, no pueden sin nuestra mano de obra; tampoco debieran apostarle a "esos modelos", de seguro porque "nos necesitan"" dado que somos su principal socio comercial, por lo que mejor seguir compitiendo todos contra todos; y el proteccionismo no sirve, aunque al cabo de treinta años de libre comercio estemos medio refundidos (si no es que desde antes, dada la apertura de "papi" en 1986). Por cierto, seríamos una gran potencia si no se nos atravesara a cada rato un imprevisto externo, como los mexicas eran algo realmente colosal hasta que llegaron los españoles. Además, cuando no es éso, es "el mal gobierno". Bueno, entonces quienes antes eran gobierno ahora gritonean "muera el mal gobierno", dizque para lograr un cambio. Mejor ver lo que pueda haber de positivo o de negativo en el Plan México y de posible y alcanzable. O no se aprendió nada de nuestro Querido Líder, Enrique Peña Nieto, y una de sus memorables frases: "no me despierto cada mañana pensando cómo joder a México". Lo más grave de la "expertís" y la comentocracia es que tampoco: se despierta cada día pensando cómo lograr algo en beneficio propio, de ser necesario compitiendo. Parcialmente, el plan México contiene puntos positivos, pese a que puede entrar en contradicción con los proyectos de inversión extranjera y a reserva de saber si los polos de Bienestar tendrán una matriz nacional o foránea. Ya no es exactamente la horda detrás del nearshoring para bochorno incluso de la autodenominada "Cuarta Transformación". Por cierto, lo de que el periodismo debe ser "siempre crítico con el poder" no justifica la frecuente extorsión de los medios de comunicación masiva, "soldados del negocio" (mercenarios). Por cierto: ni a la presidentA, Claudia Sheinbaum, ni a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, pese a las limitaciones de ambas, se les encontrará ni un "centavo partido por la mitad" mal habido. (da click en el botón de reproducción).



sábado, 5 de abril de 2025

A MEDIAS DE LA NOCHE

El comienzo del desarrollo no tiene muchos secretos, así que los sabe incluso el Padre Pistolas (sin broma). Se trata, además de darle certeza jurídica al campesino, de pagarle un buen precio por sus productos, para que, con lo ganado, compre maquinaria para mejor sus cultivos. Por este camino, se crea una demanda de maquinaria que, en principio, debe satisfacer una industria nacional. Con la introducción de maquinaria, el agricultor puede producir más barato y, así, se abarata la mano de obra de la industria nacional, que a su vez produce maquinaria para fabricar maquinaria. Se crea así un círculo virtuoso, y es el camino que han seguido incluso países como Corea del Sur o Taiwán, a partir de reformas agrarias exitosas. El problema, en parte, es que la reforma agraria mexicana no lo fue, por los problemas de la figura ejidal y la reconstitución del latifundio, por ejemplo a través de tierras de agostadero. Como sea, si acaso se cumple, no está mal que, con el Plan México de la presidentA Claudia Sheinbaum, se vuelva a plantear alcanzar la autosuficiencia alimentaria, que se llegó a tener hasta los '70. El punto es que México no consiguió tener industria de maquinaria propia, conocida como "industria industrializante", según la llamara el economista francés Gerard de Bernis.

      En este sentido, el control nacional de ciertos sectores considerados estratégicos puede ser de doble filo, como en el caso de la electricidad y el petróleo y la refinación, puesto que pueden servir para subsidiar al sector privado. Si se planea afirmar algunas industrias nacionales, en el Plan México, cabe señalar que, salvo excepciones como la de semiconductores, son de bienes de consumo final, como en la segunda posguerra (y por cierto que con frecuencia de calidad): calzado, ropa, muebles, juguetes y textil (salvo acero y aluminio). Son rubros en los que México puede tener buenos resultados (y si acaso en la fotovoltaica), pero no resuelve el problema planteado: ¿con qué maquinaria? Es buena idea volver aquí sobre producción nacional, como sobre la autosuficiencia alimentaria, pero si la maquinaria no es nacional, para obtenerla se depende de los ingresos por exportaciones. Es la antigua falla del "casillero vacío" (según la expresión que acuñara Fernando Fajnzylber) de la industrialización latinoamericana por sustitución de importaciones. Es parte de lo que despunta en la idea de reactivar la industria automotriz para el mercado interno: ¿con automóviles nacionales o extranjeros, y con qué maquinaria? México llegó a tener poca, pero eficaz industria automotriz propiamente mexicana, cuando existía por ejemplo la VAM (Vehículos Automotores Mexicanos). Talento y ganas de innovar no faltan. El problema es que las industrias nacionales deben ser protegidas por el tiempo suficiente, que puede ser de algunas décadas, para ser competitivas. Esto supone capacidad de innovación propia. Aquí intervienen dos problemas: pese a la iniciativa del Plan México, los recursos muy escasos destinados a investigación y desarrollo, en verdad escasísimos, de tal modo que no pueden aprovecharse los talentos mexicanos (insistamos en que los hay), por lo demás en un entorno que habitualmente valora muy poco la ciencia; y el hábito de las clases acomodadas, la media incluida, de hacer caso del llamado "efecto demostración", es decir, de preferir sistemáticamente lo extranjero a lo nacional. Por lo pronto, otra idea buena es mejorar, si es posible, el apoyo a la pequeña y mediana empresa (PYMES), ya que es la más importante y ha sido duramente golpeada por el libre comercio. Las Pymes mexicanas pueden trabajar bien. Como en el resto, el casillero vacío está en la maquinaria y en la inversión en investigación y desarrollo, por los suelos, como el sistema educativo. Es un gran lastre que no se quiere entender: es tal lo hecho con la NEM (Nueva Escuela Mexicana) que pareciera que se trata de dejar en ruinas a la educación, quitándole por lo demás lo que podía quedarle de disciplinamiento, para pasar a lo "lúdico". No hay país que haya salido del subdesarrollo que no haya invertido mucho en investigación y desarrollo y en un sistema educativo disciplinado, para asegurar la innovación. El IPN (Instituto Politécnico Nacional) está en crisis, pese a que puede dar mucho, y la universidad pública es cortesana y prefiere lo extranjero, a lo que se ha asociado. En ambos casos, no se termina de entender que son lugares de saber y no de la peor "sociedad política", por lo que el parásito se está comiendo al huésped. Las cosas no se arreglan con cosméticos para las cifras.

       Hay dos elementos más de importancia: proteger el poder adquisitivo, mermado por una inflación a la que se le encuentran muchos pretextos, cuando suele ser causada por empresas o intermediarios acostumbrados a abusar (y ahora se dirá que "todo es por Trump y los aranceles"), y garantizar que el salario no se estanque. Lo demás está muy visto: crear infraestructura es lo que Sheinbaum sabe hacer bien y turismo no falta. También es factible una vacuna mexicana.

        El periodista Carlos Ramírez, de El Independiente, señala que los economistas del gobierno se formaron en el antineoliberalismo y el antisalinismo, pero no es seguro que no sea de lo más amigables con el libre comercio, porque ha credo una fachada de modernización ("pasiva") en México. A lo sumo, son economistas de alguna variante keynesiana que tal vez tengan una visión idealizada del "milagro mexicano" de la segunda posguerra. Tampoco están exentos de politiquería -en el sentido de meter política en el saber- y de formación en Estados Unidos y trabajo en organismos internacionales. En este sentido, no se pueden "desconectar". La presidentA de México ha hecho algunas consultas valiosas, como con Viridiana Ríos o con Mariana Mazzucato. Si se sigue apostando con tal fuerza a "atraer inversión extranjera"", lo que se hacía hacia finales de la segunda posguerra, cuando menos habría que asegurarse de transferencia de tecnología, para que dicha inversión sea complementaria y no central: se trataría de que México pudiera a la larga aprender y crear lo propio. No es necesario volver a un "gran Estado" que por lo demás no fue tal: junto con modificar las creencias de grandes monopolios u oligopolios a los que no se puede tocar y que son lo que Hernán Gómez Bruera ha llamado "el empresariado inconsciente", que empuja por lo demás a terminar de hundir la educación, porque no la tiene (no la tienen ni Carlos Slim, ni Ricardo Salinas Pliego, por ejemplo), sería necesario que se tome en cuenta el talento mexicano y que haya un sistema de mérito que se decida a dejar de lado la politiquería. Sucede en la ciencia como en el deporte u otras instancias: el que quiere salir adelante y puede aportar tiene encima una pirámide de "jefes" y "cargos" que hacen que, además, lo que se invierte en educación y en investigación y desarrollo se despilfarre. No se trata de pasar al negocio puro y simple, que funciona en el ITAM y en el ITESM (Instituto Tecnológico Autónomo de México e Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey), porque aquí no hay capacidad de innovación a largo plazo, sino de disciplina y organización: están bloqueadas por "política", como lo está el deporte o como llega a estarlo el arte, sobre todo si parte de esa "política" consiste en ver qué grupo monopoliza o acapara la intermediación con el glorificado extranjero. Se vuelve al punto de partida por herencia colonial: privilegiar lo de afuera con frecuente desconocimiento de las potencialidades de adentro, aunque el Plan México ya es, por lo menos, algo mejor que ir simplemente a colgarse del nearshoring. La pregunta es: ¿algún día terminará de verdad la visión de la gente "del común" como si fuera la extranjera, y se le dará más oportunidades de gobierno y de movilidad por mérito propio? (da click en el botón de reproducción).






viernes, 4 de abril de 2025

REQUETEBIÉN

 Es un hecho que el presidente estadounidense Donald J. Trump llegó a intentar detener la guerra entre Rusia y Ucrania. A grandes rasgos, el mandatario ruso, Vladimir Putin, aceptó calmar las cosas y entablar negociaciones. En éso, algunos países europeos decidieron oponerse a Trump y embarcar al "presidente" de Ucrania, Volodimir Zelenski. De manera muy concreta, se trata de la gente que es "globalista" y "financierizada", como el presidente francés, Emmanuel Macron, alguien que llegó a donde está con un fuerte apoyo mediático, trampas del aparato de Justicia -contra Francois Fillon- y el empujón de los Rothschild. Fillon es de tradición gaullista, centro-derecha. Fillon ha seguido oponiéndose a algunos planes de Macron, como la "defensa europea" o la "disuasión nuclear europea" bajo paraguas francés. Al poco rato, Macron ganó al saber más de "economía" que su contrincante, Marine Le Pen, a quien ahora también acaba de caerle encima el aparato de Justicia. El asunto podría caer también sobre la agrupación de centro-izquierda LFI (La Francia Insumisa). La posibilidad es de que se repita la creencia de que Macron es algo así como el "centro" al que en algunas cosas apoya el PS (Partido Socialista): Le Pen sería "la extrema derecha" y sabrá Dios quién "la extrema izquierda", para seguir en lo mismo.

       Fue al actual primer ministro Keir Starmer, del Reino Unido, que se le ocurrió, junto a Macron, crear una llamada "coalición de los dispuestos"" (coalition of the willing) para enviar a Ucrania una "fuerza de paz" multinacional. Starmer es laborista, por lo que también aparece hacia el "centro", después de desplazar al líder laborista Jeremy Corbyn, por lo demás amigo del hoy ex presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Junto con algunos más y con Zelenski, que para el caso, sin adjetivar, es un dictador (terminó ya su mandato y está ahí por vigencia de la ley marcial), que impone así algo que tal vez ni gran parte de la población ucraniana quiere, Francia y el Reino Unido, a la par con la alemana Ursula von Der Leyen, están buscando repetir el "caos controlado en Ucrania", para instalarse con motivos libertarios: la paz, contra el "imperialismo ruso", y por la "soberanía nacional", sin que les importe nada de lo enumerado en lo más mínimo. Se trata de un artificio, en nombre de "Europa", para repetir el guión de siempre con la "fuerza de paz", a tal punto que "coalición de los dispuestos", como dice Starmer, no es sino el nombre que utilizó George W. Bush para arrastrar a 30 países en 2003 contra Irak. Son exactamente las mismas palabras. Y la idea es la misma: cada vez que se pueda, ir a plantarse lo más cerca posible de Rusia, ya nombrada como la "amenaza favorita" por los "dispuestos". Trump no propuso nada semejante: se trata de ver la posibilidad de ponerlo ante el hecho consumado, de permitir el rearme de Ucrania (en lo que están varios países europeos), y nótese que, aunque sea en nombre de "la paz", de ir a meter una tropa multinacional en suelo ucraniano. Lo de la "fuerza multinacional" se repite desde Irak en 1991, y la oferta, que es en realidad un chantaje, es para Trump, mientras la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) sigue concentrando en número fuerzas en las fronteras de Rusia. No queda claro si están contempladas provocaciones convencionales, pero Zelenski ya las ha hecho en territorio ruso, con drones o incursiones de hombres en Kursk, por ejemplo. Falta por saber si algunos, entre las potencias occidentales, han entendido, entre soberbia e ignorancia, el mensaje ruso: si se trata de seguir  en lo mismo -que es lo que parece- para llegar a poner en tela de juicio la existencia de Rusia como Estado soberano, Rusia se reserva el derecho de asestar un primer golpe nuclear. Puede que algunos no estén al tanto de la superioridad nuclear e hipersónica rusa, o que otros crean, por ser supuesta "mayoría", que "Rusia no se atreverá", porque no querrá recibir lo que Mark Rutte, secretario general de la OTAN, acaba de llamar desde Polonia "una respuesta devastadora". El problema no entendido es que el golpe ruso puede ser lo suficientemente devastador para que se entienda de límites, o para que si alguien quiere responder el asunto se termine con el fin de todo y de todos. No es cosa de "Europa", sino de los "globalistas" que llevan más de treinta años en la apuesta del presidente William Clinton o de halcones como Zbigniew Brzezinski: destruir a Rusia o colocarla en la situación de que "haga implosión"".

       Los "globalistas" son quienes creen que no hay interior de nada, salvo como obstáculo, y que todo debe mandarse al exterior. En este sentido, no creen en la nación, aunque sí en el Estado siempre y cuando sea para beneficiarse de él: como dice Rutte, menos gasto social y más para armas, para ver donde garantizar mercados. La idea es que "el nacionalismo es malo", siendo que se lo confunde con el patriotismo. La horda mediática "globalista" ha decidido declararle la guerra a Trump sin ningún argumento sobre aranceles o libre comercio. Simplemente, los medios de comunicación se han llenado de gente que opina de aranceles. Los "globalistas", los campeones del nearshoring, los que no pueden ni concebir que una nación se sostenga por sí misma, los adalides de los "emergentes" (que significan abrir mercados de recursos naturales, mano de obra y consumidores al extranjero), etcétera, ahora están en una aparente "recuperación de la vista": están contra "el imperio de Trump", los "tiempos difíciles"", y tal vez contra una escasa posibilidad de que dos designados como "imperialistas" acuerden lo suficiente para garantizar que un error de cálculo no desate un problema mayúsculo. Por lo demás, no es asunto de apuestas, y ni siquiera de creer mucho en Trump, sino de reconocer quién está haciendo qué y con qué propósito: en el caso de Ucrania, hasta ahora y hasta nuevo aviso, quién le quiere parar y quién finge quererlo para no pararle y creerse que el mundo de los últimos treinta años es el eterno. Con el agravante de que es el "globalismo" el que cree estar "haciendo el cambio", contra esas cosas antiguas como "el nacionalismo". Otro fraude: son los "globalistas" estadounidenses los que creen que su nación es excepcional e indispensable, como tal vez lo crean en una megalomanía a toro pasado Macron o Starmer. Global es "multinacional" de unos cuántos y "transnacional", a costa de lo "internacional" sin distinciones de "tamaño" ni excesos de geopolítica de casino o de creencia de que, como dice el analista Alfredo Jalife-Rahme, lo que está en juego es Pacquiao contra el Canelo. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 2 de abril de 2025

BANANA BOAT

 Acusado por la candidata de la Revolución Ciudadana (RC), Luisa González, de estar inmiscuido cuando menos indirectamente en asuntos de tráfico de droga, el candidato Daniel Noboa lo negó, argumentando que la empresa metida, Noboa Trading, más bien ha colaborado para ver qué pasa cuando aparece cocaína en cajas de plátanos. Lo que pasa, de entrada, es que ya es algo más que una simple "república bananera".

       Como, según se ha dicho aquí, el Ecuador, como Estado fallido, no tiene aparato judicial que funcione, ni estado de Derecho, resulta que, de entrada, Noboa está en manera ilegal en las elecciones próximas. La empresa acusada es Noboa Trading, que no es directamente del presidente. Sin embargo, la accionista mayoritaria de Noboa Trading (51 %) es Lanfranco Holdings, S.A.,  con sede en Panamá, que para el caso es un paraíso fiscal. Los socios propietarios de esta empresa son el mismísimo Daniel Noboa y su hermano John (también para el caso, el nombre de Noboa el presidente es Daniel Roy Gilchrist, y nació en Miami). No hay datos que indiquen que Noboa dejó Lanfranco antes de ser presidente, y si no ocurrió, es un mandatario ilegal, porque la ley ecuatoriana prohíbe a los funcionarios públicos tener cuentas en paraísos fiscales. El emporio bananero de Álvaro Noboa, padre de Daniel Noboa, está también en la ilegalidad, por deudas con el fisco. Lanfranco, cuyo representante es la panameña Alemán, Cordero, Galindo y Lee, como bufete de abogados. Esta información sobre Lanfranco y los hermanos Noboa se conoce desde 2023 por Folha de Sao Paulo, de Brasil.

      Noboa Trading está a cargo de un primo del mandatario, Roberto Ponce Noboa. Daniel Noboa mintió al decir que no es el dueño de la empresa, dadas las acciones que tiene Lanfranco. Pasando al otro tema, no es un contenedor de plátano por accidente. Hay tres reportes y, según la revista Raya, no es ninguna casualidad, sino todo un esquema de exportación a Italia y Croacia: cuando menos 600 kilos de cocaína. El encargado de estos "accidentes" fue liberado gracias al abogado Edgar Lama Von Buchwald,para más señas asesor de Daniel Noboa. Puede ser otro accidente, pero la familia Noboa controla desde la producción hasta puertos y transporte, pasando por empaquetado. El hecho es que casi 60 % de los contenedores de plátano que llegan desde el Ecuador a Europa lo hacen "contaminados" de cocaína. Lama von Buchwald se convirtió en ministro de Salud de Noboa, por accidente o por alguna broma, tal vez.

       Noboa ha tratado de colocarse a la sombra de Donald J. Trump, presidente estadounidense, sin demasiado éxito. En principio, debe haber libre flujo de militares estadounidenses en el Ecuador, pero es algo que data de antes, no de Trump, al igual que la base en islas Galápagos. Es otra ilegalidad, por más que Noboa diga que entrega el país "de acuerdo con la ley": la Constitución ecuatoriana prohíbe la presencia militar extranjera. Hay huellas de presencia del Comando Sur en Manta, ciudad portuaria donde antes estaba una base militar estadounidense. En otro gesto propio de alguien que no entiende qué hace, y tal vez por falta de entusiasmo de Trump, Noboa fue a contratar  una "alianza estratégica" con la empresa de mercenarios de Erik Prince, Blackwater, de funesta actuación en el Donbás. A algunos militares no les agradó la idea.

      El ex presidente Rafael Correa dijo alguna vez que con los medios de comunicación actuales y sin aparatos de Justicia que garanticen el estado de Derecho, no puede haber democracia. Los medios han estado presionando para crear un "empate técnico" entre Luisa González y Noboa, cuando la ventaja de González era hasta hace poco de siete puntos. González logró el apoyo de una parte de la población indígena. El mismo Noboa, a quien no se le ocurre nada más inepto que vincular a Luisa González con el presidente venezolano Nicolás Maduro, para crear miedo a una situación que han ido creando los tres últimos gobiernos ecuatorianos, se prepara para el riesgo de fraude que él mismo podría cometer, a reserva de que, a estas alturas, la situación del Ecuador es peor que la de Venezuela. Trump no recibió oficialmente a Noboa, y pareció más interesado en saber si éste apoyaría sanciones contra Maduro. (da click en el botón de reproducción).




NO HAY DE OTRA

 A reserva de lo que agregue la Inteligencia Artificial, la Web fácilmente se llena de falsedades que responden al hecho de que las noticias...