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martes, 15 de agosto de 2023

RUSIA: ES LO QUE HAY

 En el 2018, no parecía obligado que se lograra: el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo querer que su país se convirtiera en la quinta economía del mundo. No es cualquier lugar, aunque tampoco es ninguna idea de supremacía.

     Pues bien, a pesar de una lluvia inaudita de sanciones, la economía rusa ha tenido un buen comportamiento, y ha logrado convertirse, según el Banco Mundial, exactamente en lo que deseaba Putin: la quinta del mundo. Para conseguirlo, Rusia ha superado a Alemania (aunque hay que considerar que, más allá de los países, la Unión Europea en conjunto tiene la mayor riqueza del mundo). Rusia es además la mejor economía de Europa (por países), en términos de paridad de poder de compra adquisitivo. La Federación Rusa llega así detrás de China, Estados Unidos, India y Japón. Putin se refería al quinto lugar por producto interno bruto (PIB) y paridad de poder adquisitivo, y está hecho, además con una buena tasa de crecimiento. En 2005 Rusia estaba en el octavo lugar.

     Como se colige de la presencia de India (y debiera hacerse lo mismo con China), que el "pastel" sea más grande no dice mucho sobre el modo en que se reparte. Sin embargo, Rusia ha dejado de estar entre las economías más desiguales del mundo, pese a que hay una fuerte desigualdad. América Latina sigue colando en la lista a dos de los tres más desiguales, Haití y Honduras (Perú es el cuarto país con más desigualdad en el mundo). Sudáfrica es hoy el país más desigual, y está contagiando en el tema a vecinos como Zambia, Botsuana y Namibia.. Ahora bien, puesto que de "reparto del pastel" se trata, la Federación Rusa es el país más desigual de Europa: uno por ciento de la población se queda con cerca de casi la mitad de la riqueza (en Francia es 27 %, por ejemplo).. El 10 % de la población más rica de Rusia se queda con más del 70 por ciento de la riqueza. Las cifras son más o menos similares en Estados Unidos (71 %) y en China (68%). Los ricos rusos con frecuencia no tienen especial interés en su país: hasta antes de las sanciones, había más dinero de unos cuantos rusos en paraísos fiscales y en países como Chipre, Suiza y el Reino Unido que toda la riqueza de la población rusa en Rusia. Es así que Occidente se puso a "cazar" el patrimonio de cerca de 700 oligarcas rusos, esperando que la emprendieran contra el gobierno, pero no funcionó. Lo que tampoco funciona es la holgura para las "tres cuartas partes": gran parte de la población rusa vive muy modestamente. La cifra de pobreza en Rusia está un poco por encima del 13 %, lo que indica una situación muy distinta del Sur. Entre los extremos, el nivel de vida es relativamente bajo (lugar 64 en el mundo). Es así que los "dos tercios" acomodados no se cumplen.

     Como sea, puede apreciarse que Rusia no es un país bananero, ni tiene hordas de miserables sobreviviendo al día, ni muchos de los males del Sur. Depende muchísimo menos de Estados Unidos que China, agarrada económicamente del cogote, por decirlo con amabilidad. En el giro que se está produciendo actualmente, Rusia se recupera, mientras que China, en una situación muy distinta (ni carrera armamentista ni sanciones), está entrando en una crisis de consecuencias difíciles de prever. Rusia, ya se ha dicho, es por lo demás la principal potencia militar del mundo.

     No queda claro qué es lo que están viendo los occidentales en Rusia: si escasez (que no hay), terror (tampoco) u osos en las calles (menos). No hay ni desastre, ni lo previsto por quienes creyeron que Occidente es Beverly Hills 90210. Tampoco es Rusia el paraíso mafioso. Queda el asunto -prometido por Putin- de que el salario garantice a todos un mínimo de calidad de vida, y los problemas inveterados de un Estado con gente que con cierta frecuencia aplasta y funciona de manera clientelar. En todo caso, el ruso suele ser un buen trabajador y algo de ésto parece reflejarse en la contraparte al "buen saqueador" de los años '90 con el presidente Borís Yeltsin (da click en el botón de reproducción).




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