Juan Miguel Zunzunegui es uno de los más recientes éxitos mediáticos en México, para rehacer la historia del país, y explicar que no se ha sabido hacer nada con la libertad que se le debería a Agustín de Iturbide, desde 1821. Ahora se trata de poner entre paréntesis 200 años de historia, la herencia indígena -sea milenaria o no- y tener una visión más positiva de la Colonia, que por lo demás no fue tal. Varias de las cosas que dice Zunzunegui son ciertas, hay que decirlo.
La Conquista de México nunca se dió, porque México no existía. Digamos que se trata de una "convención", que puede llegar a ser hartante cuando se reduce "México" a la caída de Tenochtitlán, por poner las cosas "en grande". En rigor, más de un historiador ha demostrado también que México no fue colonizado, por lo mismo que no existía, como tampoco España. "Colonia" es una convención. En consecuencia, no hubo Independencia de México, puesto que los primeros próceres, como Miguel Hidalgo y Costilla, salieron a defender al rey de España, y desde la Nueva España. Se era entonces súbdito de una Corona. Como una parte de México se ha puesto a tono con España, pues..."vale" (expresión que no es mexicana, ¿vale?). Agustín de Iturbide es, efectivamente, quien en entrada triunfante consumó la Independencia el 27 de septiembre de 1821, bastante después del Grito de Dolores. No ha sido nunca novedad que la Independencia fue un proceso limitado, no radical, dado el lugar al que aspiraban los ambiguos criollos. En rigor, luego de que José María Morelos y Pavón hablara de la "América Mexicana", México nación como "Imperio Mexicano" con Iturbide, quién por lo demás de pasó del bando realista al insurgente, y se las arregló con el último virrey, Juan O'Donojú. La nación mexicana apareció como tal con la Constitución de 1824. Si a estas vamos, Estados Unidos no se robó gran cosa, sino que Antonio López de Santa Anna se de adelantó al innombrable y vendió gran parte del territorio. Para el caso, está demostrado que la Virgen de Guadalupe se la inventaron los españoles y se puede agregar que no se entiende nada de cantar "Cielito Lindo" cuando en México no hay Sierra Morena. Por lo demás, el traje de charro es de origen español, como la palabra.
Probablemente tenga razón Zunzunegui al señalar que en Durango se haría mejor en hablar más de Guadalupe Victoria que de Francisco Villa, sobre quien Pedro Salmerón y Francisco Ignacio Taibo Mahojo dicen falsedades. Al menos Zunzunegui no le regateo mérito a Morelos y sus seguidores, como Mariano Matamoros, Hermenegildo Galeana y Vicente Guerrero, como no los regateó la biografía de Fernando Benítez. Morelos se anticipó al hablar de "América Mexicana", pero sobre todo, a diferencia de Iturbide, de "sentimientos de la nación", como Guerrero de intereses nacionales, no de "quítate tú para ponerme yo", lo que hace la mala fama del "abrazo de Acatempan". Guerrero es quien afirmó "la patria es primero". Con Iturbide, formalidades aparte, el problema está en que tenía, por así decirlo, cosas ante España de "muy copión". Guerrero y Victoria contribuyeron a ir desalojando españoles, no en nombre de los indios, sino como "hijos de la patria".
Gracias a Zunzunegui por afirmar que Emiliano Zapata era incorruptible (nada nuevo: no se quiso sentar en la Silla y su hermano Eufemio la quería quemar). También se podría decir de Benito Juárez que era medio progringo (tipo Tratado McLane-Ocampo) y que, ciertamente, decía cosas no siempre muy agradables sobre el pueblo mexicano (del tipo, no citado por Zunzunegui, "este pueblo no está contento con nada que no sea un mitote"). Muy cierto también, Juárez buscó impulsar el capitalismo en México. En fin, se podría celebrar no la Independencia, sino el nacimiento de México, y considerar que, como antecedente, están los mundos indígenas (muy variados, y ciertamente con la dificultad para hablar de "originarios") y el hispano, a lo que se puede agregar el de origen africano. Es la base de un país que es una nación joven, no un asunto "milenario".
Como Salmerón o Taibo Mahojo no son muy confiables, se puede agregar que el mediático Zunzunegui es inteligente, pero tiene la inveterada costumbre de criticar un marxismo que no conoce, un comunismo que nunca ha existido en ningún lugar, y un socialismo que no entiende. Lástima. Como al ex presidente Andrés Manuel López Obrador, "se le olvida": México no ha podido tener "plena libertad" entre otras cosas por lo que dijo el héroe del mismo Zunzunegui: lejos de Dios, y cerca de Estados Unidos, pero además el mediático señor repite sobre "don" Porfirio la sarta de tonterías acostumbradas desde el innombrable, o incluso un poco antes: ah sí, la economía estaba bien, pero había injusticia social. ¿Cómo puede estar una economía bien si el salario cae durante el Porfiriato, para quienes tienen uno, o el salario es "social" y no "económico"?
De igual pésimo calibre son las afirmaciones sobre "el gobierno papi". En realidad, toda la "cuestión social" está tirada por la borda en Zunzunegui, que descubre el hilo negro: con matices, hace rato que historiadores como el germano-oriental Manfred Kossock explicaron las limitaciones de la Independencia, que Felipe Ángeles mejor dejó a Villa y que otros vieron las limitaciones de Zapata. Ojalá no se empiece de nuevo, ni en nombre de una historia milenaria inexistente, ni del esplendor colonial "de tres siglos": lo de ahorita es si México puede pasar a tener un capitalismo medianamente propio, lo que no es seguro (y no es Ricardo Salinas Pliego quien tiene virtudes burguesas), o si va a seguir siendo fagocitado por Estados Unidos, que calcula sus intereses mientras en México se discute en plena división si se es indio ancestral o gachupín de abolengo o alcurnia, todo porque ahora otro dice que "en 200 años no se hizo nada". Salvo generar gente chueca como Francisco Martín Moreno: el sentido es el mismo, "Mexiquito", con tanta grandeza, no es más que un lugar de gobiernos rateros, de mediocres y que no saben emular a "don" Porfirio o a los reyes que hicieron de la Ciudad de México una de las tres más prósperas del mundo con los Habsburgo. Qué oso. En 200 años no das una. Y no te pasa por la cabeza que es por lo mismo de los antecedentes precapitalistas que reivindicas y la incapacidad para salir de lo que Hernán Gómez Bruera ya llamó empresariado inconsciente. Disfrazado de "Azteca". Con el agravante de que, si entra el Estado a suplir, es "desde arriba", como en parte de autodenominada "Cuarta Transformación", para paracaidismo de Salmerón o Taibo Mahojo (da click en el botón de reproducción).