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viernes, 15 de agosto de 2025

PONTE A AVIONAR

 Está de moda, gracias a los medios de comunicación masiva y a Estados Unidos, ponerse a lo grande, o lo mega, híper, súper o friki. México y Rusia, por ejemplo, tienen arranques que, por reivindicar lo "ancestral", parecieran oponerse al gusto estadounidense por todo lo nuevo, lo sea o no. A pesar empero de la "grandeza mexicana", poema y también canción de José José (cuya vida fue hecha añicos en México), no llega a lo "milenario": la nación mexicana tiene poco más de dos siglos de existencia, menos de lo que duró la Colonia, y antes, el imperio azteca tenía también, a su vez, menos de lo que duró la Colonia. O se habla de nación y Estado, o casi cualquiera tiene alguna antiguedad que sacarse de la manga, sólo que los mexicanos no eran olmecas, o entonces los únicos milenarios del asunto son los tabasqueños. Nadie en sus cinco confunde a los olmecas con México y sus antecedentes, o con los mayas o los toltecas (salvo para hacerla al guerrero resiliente), por decir algo, o entonces Estados Unidos tiene tradiciones milenarias, y nos vamos hasta Asia, de donde vinieron los pueblos originarios que cruzaron el estrecho de Bering y fueron poblando América. Se termina en el tipo de discusión de campus estadounidense para saber a qué tienen derecho los negros si en África surgió el primer Hombre, al menos como Homo Sapiens. Lo "milenario" es en realidad parte del deseo -que no necesidad- de hacerla muy en grande (por cierto, también lo hizo Antonio López de Santa Anna, que era mexicano), para publicidad, turismo y creerse la demagogia en política, o sugerir sabrá Dios qué capacidad de aguante con tal de tener una tortillita y un chilito. En tiempo de esplendor, por ahí se van en duración siux y teotihuacanos, por ejemplo. Y los mayas ya no habían aguantado -por lo que no existían como civilización- hasta que llegaran los españoles (por cierto que tampoco milenarios y en gran parte ocupados con los árabes por cinco siglos). En todo caso, México, como tal, no tiene nada de milenario, ni siquiera en la forma actual de sus pueblos originarios.

        El otro que tiene arranques es el presidente ruso, Vladimir Putin, más allá de que la Federación Rusa sea el país más grande del mundo. Antes de intervenir en Ucrania, Putin se sacó de la manga una historia "ancestral" para tratar de mostrar que rusos y ucranianos son lo mismo, sólo que unos tipo Coca y otros tipo Pepsi. Aunque en realidad ni en la misma Rusia se ha zanjado el debate sobre el origen, si europeo o asiático (debido a la invasión mongola, tampoco milenaria), resultaría que el meollo del asunto estaría en el territorio de la Rus de Kiev, para nada milenaria, sino que fue una federación de grupos eslavos que duró del siglo IX al XIII. Fue el primer Estado eslavo de la historia, y ciertamente abarcaba Ucrania y Rusia central. Ni siquiera los eslavos son milenarios, y la Rus de Kíev se fue formando en parte con varegos (población nórdica), hasta llegar a Kíev y alrededores a través de Finlandia. Si bien el territorio de la Rus de Kíev abarcaba gran parte de la actual Rusia europea, no incluía...lo que actualmente está en Rusia desde 2022 (Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia). Habría que deducir que, por algún motivo, Putin reivindica algo y se toma territorios que nada que ver. El hecho es que hay que sacar a relucir no el "aguante" a la mexicana (algo así como tragalotodo), sino la capacidad para vencer a cualquier invasor. Y de ahí, nada más le falta a Putin seguir al historiador ruso Valentín Falin y recitar algo sobre los escitas, nómadas de la estepa en la antiguedad (aunque tampoco milenarios). La cosa es igual, hacerla en grande: y para ello hay que inventarse, de cabo a rabo, herencias "milenarias". No valen sin embargo ni para la Rus de Kiev, ni para la invasión de Genghis Khan. Si se trata de orígenes, para el caso los primeros pobladores de la actual Rusia aparecieron hacia el Caúcaso y Siberia. El imperio ruso, ya como tal, es reciente, del siglo XVIII. Es entendible que países como México y Rusia, por motivos distintos, tengan que reivindicarse frente a Estados Unidos, "socios y aliados", pero no deja de ser curioso que se haga con llamados a algo inexistente -pero eso sí, grandotote- como lo "milenario". Es del mismo tenor que los "odios ancestrales" en la antigua Yugoslavia. Cada uno sentía híper odio por los deseos mega serbios. Como no se trata de algún asunto en manos de argentinos, ni tan evidentes, es posible pensar que es el tipo de elocuencia que se da cuando los medios de comunicación masiva se basan en la impresión, y por lo mismo, en la necesidad de "causar sensación", aunque se haga creer que sólo es posible con extravagancias "a lo Trump" (por Donald J. Trump, presidente estadounidense que no lo hace nada mal en términos mediáticos para "escandalizar"). En efecto, se puede pasar con facilidad de "causar sensación" al "escándalo".

      Como parte del asunto, no hay día en que no ocurra algo "histórico", como si de verdad fuera de todos los días, y no faltan "momentos históricos" (ah sí, memorables). Algunos se anticipan a "hacer Historia" e invitan a hacerla en grande "juntos". Es del mismo tipo que la repetición incesante sobre la "multipolaridad", aunque sea demostrable que no hay tal, o sobre un "nuevo orden" declarado una tras otra desde 1991, y nunca establecido con claridad, pero parte de lo que crea tal o cual impresión. Con la pena, pero la impresión no es la realidad (salvo a veces la primera impresión), ni lo es la capacidad de tal o cual para dárselas de interesante cuando lo que en los medios está en juego es la captación de la atención. Es publicitario-libertario: "la marca o el modelo X que hará historia. No te lo pierdas". El "gol para la historia", el "partido para la historia", todos los días hay un gran cambio porque "tú haces el cambio" -con prestar atención- y eres parte de un mundo que cambia día tras día, etcétera. Hasta rechazar la realidad por incómoda, sobre todo si plantea algún problema, de tal modo que la menor conversación lo evita y prefiere seguir "fluyendo". Milenios fluyendo en lo que no por nada se llama "narrativa" (no narración) y tiene "personajes" en vez de personas: claro, si es ficción. Buen viaje. (da click en el botón de reproducción)


jueves, 14 de agosto de 2025

A LA CARGA, MIS...VALIENTES

 Desde que desapareció la Unión Soviética, los "socios y aliados" del centro han venido contando a su modo la historia de la Segunda Guerra Mundial, como si Europa hubiera sido liberada por Estados Unidos. En realidad, en lo fundamental, el ejército alemán ya estaba derrotado a principios de febrero de 1942, luego de la victoria soviética en Stalingrado. A pesar del pedido soviético de la apertura de un "segundo frente", por los "aliados", en Europa Occidental, éstos se tomaron su tiempo: se apersonaron en Sicilia hasta julio de 1943 y en el "Día D" de Normandía hasta junio...de 1944, ya para otra cosa: detener el avance soviético. Desde julio y agosto de 1943 se dió otra derrota alemana en la batalla de Kursk. Los "aliados" llegaron a Normandía cuando los soviéticos, por las mismas fechas, con la operación "Bagratión", enfilaban hacia Alemania. La tardanza de los "aliados" es, en parte, la que hizo que el nazismo tuviera tiempo de poner en práctica la "solución final" contra la población judía, a partir de principios de 1942, y no antes.

            Con Japón, las cosas no fueron mejor, ya que Estados Unidos alegó que lanzó las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki para evitar pérdidas en lo que podía ser la ocupación de Japón. Según lo reprodujera hace poco en Rebelión una declaración del general estadounidense Henry Arnold, en realidad Japón estaba "al borde del colapso" con o sin bomba. Otros, como el almirante William Leahy, condenaron la decisión estadounidense. Leahy consideró que el arma atómico no había sido "ninguna ayuda", y agregó que los japoneses "ya estaban derrotados y listos para rendirse", lo que de hecho estaban buscando. Lo que podía suceder, en cambio, era una invasión soviética a Japón, si se considera que, para agosto de 1945, la Unión Soviética ya tenía asegurada la victoria contra los nazis. Los soviéticos habían tomado Sajalín y estaban por tomar Hokkaido, la segunda isla más grande de Japón. El único escollo entre los japoneses era que querían conservar su emperador, condición de las negociaciones que el presidente estadounidense Harry S. Truman no consideraba: aceptándolo, Estados Unidos podía terminar la guerra desde antes del lanzamiento de las bombas atómicas. El general Douglas MacArthur lo reconoció. En realidad, importaba hacer una demostración de fuerza contra la Unión Soviética, algo que era del interés de más de uno en la administración Truman. De la misma manera, aunque menos brutal, que el "Día D" fue para ir a parar a los soviéticos en Alemania. Con Truman se pensó en usar la bomba atómica contra los soviéticos, pero se necesitaban 400 ojivas y no las había. Ante ésto, científicos del "Proyecto Manhattan" pasaron datos a los soviéticos, incluyendo el Oppenheimer de la película, con tal de frenar la escalada estadounidense (MacArthur pensó emplear la bomba atómica contra China). Con tal de hacer la demostración de fuerza mencionada, según el general estadounidense Carer Clarke lo que se hizo en Hiroshima y Nagasaki no fue un acto de guerra, sino un "experimento"., sabiendo que no se necesitaba. Dwight D. Eisenhower, presidente estadounidense, llegó a declarar: "Japón ya estaba derrotado y la bomba atómica era completamente innecesaria. Ya no era obligatorio como medida para salvar vidas estadounidenses". Simplemente, Japón buscaba rendirse "con el mínimo desprestigio". Por lo demás, en 1965, el historiador Gal Alperovitz mostró que Japón ya había capitulado poco antes de las bombas.

         Las historias oficiales sobre Hiroshima y Nagasaki y sobre el "Día D" son simplemente mentiras. Estados Unidos no es, ni de lejos, el país que haya contribuido en grande para "liberar Europa", la clase de espectáculo que empezó a montarse en los años '90. Por cierto, no queda claro que se atribuya el terror al "comunismo", en exclusiva, ni que no se diga nada cuando el "presidente" ucraniano Volodímir Zelenski pide un ataque nuclear preventivo contra Rusia. Es la pérdida de la noción de lo más elemental entre los "socios y aliados" que, eso sí, se detienen -como en 1949, cuando ya la Unión Soviética tenía su propia bomba- únicamente por miedo, y por un fondo cobarde, porque es propio de la cobardía lo hecho en Hiroshima y Nagasaki 80 años atrás, contra población civil. (da click en el botón de reproducción).



martes, 12 de agosto de 2025

TOPEN ÉSO

 Recientemente, varios dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) fueron sorprendidos por los medios dándose la "buena vida", con lujos. En esta medida, la presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum, y la de MoReNa, Luisa Alcalde, hicieron indirectamente un llamado de atención, aunque tal vez incompleto. ¿La noticia es política o es notita de la página de "sociales"?

      Novedad, no hay ninguna. En el sexenio pasado se buscaron varios escándalos: uno con un hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador (José Ramón López Beltrán), a quien, como dijo su propio padre, le gusta el dinero. No se pudo probar gran cosa de la "casa en Houston". La otra fue con la manera del jefe del ejército de viajar a Europa, a lo que López Obrador zanjó con un "¿y qué?", de colmillo. Si Andy (!) López Beltrán, Mario Delgado o Ricardo Monreal tienen atracción por el lujo, mientras el dinero no salga de alguna corrupción, pues "su gusto es", aunque aparezca como una "cochinada". Se trata de lo siguiente, considerando que la autodenominada "Cuarta Transformación" no ha decidido nada contra "los ricos", la "burguesía" ni "el que tiene", sino contra quienes tienen mediante la corrupción y el saqueo. No es el caso de ninguno de los mencionados, salvo prueba en contrario, o no se trata sino de apostarle a una parte de lo más bajo de la gente de abajo: el resentimiento, frecuente en parte de México. Tan viejo como "nosotros los pobres" y "ustedes los ricos", como parte de los hábitos de antiguo régimen de la oposición. La verdadera cochinada es la siguiente: el "desempleado" seductor de la patria, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto seguramente no viven de modo franciscano. Pero es: éstos no pretenden estar sin mancha. Son lo que son. Los feos son los que pretenden estar sin mancha y, sin embargo, "se manchan". Esos sí. Aunque no roben. ¿El problema es el lujo o el robo?

       El lujo no es, ni siquiera el malhabido, o se estaría con las circunstancias detrás de Vector y el empresario Alfonso Romo, lavador de dinero. O detrás de las propiedades del pseudoperiodista Carlos Loret de Mola, feliz a cada montaje. No hay nadie molesto. La gente se cree que algunos son ricos por su propio esfuerzo. Se aparece entonces el dueño de Grupo Azteca, Ricardo Salinas Pliego, de vacaciones de lujo en Malta y a decir: "aquí, vacacionando a lo Andy, pero con mi dinero y no con el del pueblo". No es un explotador, sino un emprendedor. Tan cercano, él sí, al pueblo, que como Carlos Alazraki o el "Escorpión Dorado" se da licencia de creer que ser mexicano es hablar con peladeces o como banda de Observatorio. Otro tic del antiguo régimen: "políticos ladrones". Que a gente de abajo que difícilmente saldrá de su condición se le vendan libros de Og Mandino o Robert Kiyosaki. Salinas Pliego, otro ejemplar chilango. Y que no es especialmente aficionado a pagar impuestos. La cochinada: sí, todos somos igual de transas, corruptos, pero los de MoReNa son peores, porque hablando del bien común también siguen intereses personalísimos. Lo normal sería que Salinas Pliego siga yendo a Malta, Loret de Mola a Miami, como vecino de Genaro García Luna, Romo a sus empresas y que la gente de MoReNa se vaya a Oaxtepec. Entretanto, ni el lujo ni la corrupción son problema, sino que los de MoReNa fingen. Romo, Loret o Salinas Pliego no fingen: dicen "La Verdad". Sobre todo cuando lo niegan todo.

       Así que el problema del país no es la explotación, o sobreexplotación, sino que es "la política". ¿E importa MoReNa como más de lo mismo o peor? Ricardo Monreal no sería mayor novedad, ya que es de una familia zacatecana muy acomodada, entre la economía y la política. Que se de lujos en Madrid, capital española, no es tan raro: si acaso, un poco típico de mentalidad subdesarrollada. Otros en España -o hasta con nacionalidad española- dirán que son hijos de la "cultura del esfuerzo" que representa la presidencia. Puede no molestar que por la Secretaría de Educación Pública (SEP) pase cualquier cosa, hasta lo que parece un premio político de tantos (como el anterior a "la maestra Delfina"), pero es de escándalo que el secretario Mario Delgado se desayune en un hotel de lujo de Lisboa, capital portuguesa. ¿Y Andy? En hoteles de siete mil 500 pesos la noche, en Tokio, capital japonesa, aunque realmente no es mucho comparado con los hoteles de Monreal y de Delgado. ¿Importa? Entonces debiera inquietar que Layda Sansores, en su declaración patrimonial de 2022, haya incluido 16 propiedades. Y contando, aunque haya alegado siete heredadas. Nada. Aunque, como se dice coloquialmente en México, la señora tenga "más propiedades que el nopal". Y que no destaque en su trabajo. Nada porque, encima, tiene la sospecha de lujos a costa del erario, ella sí. Entonces no molestan ni los lujos ni la corrupción. Se trata de dos otras cosas: de "editar" los lujos de algunos en MoReNa -distan de ser los únicos- para descalificar moralmente a la "Cuarta Transformación" apelando a lo más bajo; y de hacer a un lado a Andy como supuesto "heredero" de López Obrador, con el que se especula como en su momento de precandidato lo quiso hacer Marcelo Ebrard, para "quedar bien". Es probable que sea parte del mismo golpeteo que ha afectado a Adán Augusto López Hernández.

      Parte de la verdad -MoReNa no es un partido de gente pobre, ni está exento de ambiciones- para apelar a bajas pasiones -ya se habló del resentimiento-, y llevarse a quien se deje moralmente entre las patas: la corrupción somos todos, nada más que éstos son "los enemigos del pueblo", porque se gastan su dinero en lujos. Aunque como ninguno usó el erario, cada uno pueda decir, como Salinas Pliego, que regó la tierra con el sudor de su frente. Se trata de inducir a error, entre el engaño y el fraude, haciendo creer que este engaño y este fraude son de MoReNa: dicen aquí "no somos iguales", pero son hasta peores, y para el caso es mejor, como Alazraki o Salinas Pliego, ser un adinerado lépero, dándoselas de "gente" -con leperadas- mientras la explotan. "Es neta". (da click en el botón de reproducción).



jueves, 7 de agosto de 2025

EN EL FONDO (PERO MUY EN EL FONDO)...

 La Ciudad de México, hoy CDMX y ya no Distrito Federal (D.F), a cuyos sábados le cantara "Chava" Flores, ha dejado en más de un aspecto de ser lo que fue hasta los '80 o '90, desde que es gobernada por la izquierda. Ya no es la ciudad de inmigración, del Jacinto Cenobio extraviado o de las llamadas "Marías", ya no recordadas como tales. La CDMX es una ciudad mucho más segura, no la de los '80 con su garantía de asalto o de "secuestro express", y cualquiera sabe los pocos lugares a evitar, más, de noche, pese a la existencia de un mundo subterráneo que no se trata de ignorar. Pese a tener "sus días" y "sus horas" (de tráfico odioso), ya no es el D.F. irrespirable de los '80, terribles en materia de contaminación. No es una ciudad sucia, y está mejor cuidada, sin que le falten áreas verdes. Es buena ciudad para el turismo, nacional y extranjero, pese a los que salieron corriendo en los '80 a refugiarse en Guadalajara. La CDMX no es ciudad de pandillas apenas disimuladas y desafiantes, como en algunas colonias de Guadalajara o partes de Monterrey. No es lugar de mayor prostitución, más bien reducida a unos pocos lugares en Sullivan, la Merced y partes de la calzada de Tlalpan. No ha vuelto el pico de cierta inseguridad de finales del periodo de Miguel Ángel Mancera, de buena voluntad pero falta de experiencia. La CDMX ya no es la invasión del comercio ambulante un poco por doquier. No es ya la de las transas de Ruta100, así tenga defectos el Metro. Más de una unidad habitacional está bien o mejor cuidada. La CDMX sigue esplendorosa como antigua Ciudad de los Palacios, y llena de actividades culturales. Ya no es, tampoco, la ciudad de "Los Panchitos". Comparando temblores, ya no es la de 1985, como lo demostró 2017, porque han mejorado las normas de construcción y es demostrable que lo que se cae es, con frecuencia, por corrupción. La Ciudad de México no es de tugurios ni de miseria extendida, salvo excepciones, sino más bien de unas clases medias diversas. Tal vez la CDMX sea, en parte, lugar de surgimiento de sectores de la población acordes con la "honrada medianía", como la presidentA Claudia Sheinbaum, o la honesta Clara Brugada, pese a sus "bemoles" (que tal vez todo el mundo tenga). La CDMX no es industrial y ya tiene vínculos tenues con el campo, salvo en ciertas alcaldías como Milpa Alta. Parte de la fisionomía de la CDMX ha mejorado, y si hay grandeza, es la de quienes la trabajan, como lo mostrara el documental "En el hoyo", de Juan Carlos Rulfo, a pesar de un mal empresariado, sin siquiera sentido arquitectónico, como para ir a plantar un Museo Soumaya o algún edificio universitario sin tradición. El parque La Mexicana tal vez salve a Santa Fe de creerse que es un mini Dubái. Que Observatorio recuerda que no es. Incluso a nivel de abajo, parte -y nada más -de la población ya no es la que hacía portadas de Nexos sobre "el mexicano feo", y es notoria una mejor alimentación también en parte de "los de abajo". Ya no abundan los "tamarindos" "mordelones", ni los judiciales al acecho para extorsionar, como hasta los '80.

         Antigua Joya de la Corona, con la Nueva España, y no "milenaria", por cierto (si se cuenta el tiempo de los aztecas antes de la llegada de los españoles), así se hagan tonterías por mitomanía, y sede del poder político, no del económico, la CDMX y el antes D.F., que le han dado uno que otro presidente al país, y la presidentA Claudia Sheinbaum, también mitomanías aparte sobre el 68, destaca por dos cosas, más allá de lo enumerado: la frecuente vulgaridad de sus habitantes y la manera que tiene la urbe de corromper, y que no es nada más asunto de "los políticos", porque los mundos del espectáculo, deportivo y universitario "no cantan mal las rancheras", como se dice coloquialmente, y no es nada más el uso del "relajo" y de la fiesta que se remonta a tiempo atrás, antes incluso de "La bandida" y su uso de la "pachanga" para anudar complicidades, que es en parte -si lo sabrá el mundo de oficinistas- no un gusto, sino una de tantas formas de corromper. Son legión las historias de Televisa, las de vidas destruidas (como la de José José, emblemática, como se dice), las del deporte y quien lo dirija (de Raúl González a Ana Gabriela Guevara, ambos fronterizos), o de la vida cortesana universitaria. Esta vida se traga de todo: exilios, refugiados, gente de los más diversos orígenes nacionales, diplomáticos y "agregados", pseudopoetas, todos al usufructo y el goce de las "relaciones" para "trepar" y hacerse de privilegios, porque el D.F. y la CDMX dan más de un privilegio, insistamos que no sólo a políticos. Es la ciudad cortesana en la que, desde la arquitectura, los distintos signos del privilegio están bastante remarcados, como la disposición a tratar mal o a desconocer ("ningunear") a quien se considere que no los tiene o no da acceso a ellos. No es ciudad del mérito, aunque en algo se va abriendo un poco de paso. Es la ciudad que asocia sobrevivencia a adquisición de uno u otro privilegio, y que, curiosamente, da al que cree tener algo de estatus la creencia de que puede permitirse ser grosero.

       Ya no es la ciudad del "pinche" o de "la chingada" para los mitos de quienes descansan en Paz. A raíz de los '80, entre desclasamientos y advenedizos, es la ciudad carente de educación, por cortés que sea, y donde es de lástima el muy limitado vocabulario de quienes no pueden puntuar sin un "wey", sacar lo "banda" con un "chido", equiparar un problema a un "pedo" y algo mal hecho a una "mamada", además de buscar manchar -ciudad de maledicencia- sin querer ser manchado, profiriendo "no manches". Honra a la Ciudad de los Palacios decir: "no manches, wey, se me hace que son mamadas, pero no hay pedo, a fin de cuentas está chido". Es lenguaje banda, no "mexicanidad", y propio, como lo mostrara para otros lares el escritor José Donoso, de la atracción de la oligarquía en decadencia por la apariencia de "vitalidad" del lumpen, al igual que la del gringo. Xenofobia para el mérito: tolerancia para el gringo corruptor en la Zona Rosa, para sus muy sospechosos restaurantes sudcoreanos y, en la misma Zona, el ambulantaje y los casinos, como si no se notara con qué otro lugar de la ciudad está la conexión. El mundo universitario y el del espectáculo lo saben: el sexo es forma de corromper, por no hablar del mal gusto de cronistas fallecidos o de escritores de altura echados a perder, pero privilegiados, y que terminan por creer que por un privilegio bien vale la pena corromperse.

         La Ciudad de México, que hace rato ya no es de ninguna Epoca de Oro, es también más agringada, cuando menos desde los '80, si no es que desde antes, entre rock en tu idioma y ondas Vaselina. Luego de hacerse de la ciudad, tomándose las calles en el Mundial de Futbol de 1986, juniors, "fresas" y "pirrurris" se vieron atraídos por la alianza con el lumpen. Una parte de las clases medias, bajas incluidas, remató esta extranjerización galopante -de políticos de vacaciones en Vail o de parientes en LA-, junto con la aparición del mundo financiero proclive al fraude, con décadas de banda sinaloense como resabio de "nacionalidad": lo tóxico "echando cuerpo" dizque en nombre de lo "antitóxico". Lo peor es que se entienda vulgaridad y grosería amenazante, moda incluida, como lo típico del chilango con derecho y libertad de ser así porque le parece "de estatus": el privilegio de ser un orate y, como para otros en el mundo cortesano de las "relaciones", de pasar por encima del otro sin el menor asomo de misericordia. Era para los que iban a misa, no para quienes van al centro comercial los domingos. Contradictoria la ciudad, y desafortunada la percepción de sus privilegios: son otros que los de ser vulgar, valemadrista, gandalla, cínico, desvergonzado, maledicente, admirador de lo extranjero aunque se trate de otro aprovechado más, inmisericorde y muy "barroco": seguramente la trompa de alguien como Carlos Alazraki sea el mejor ejemplo. Ha sido la ciudad para hacer fortuna trepando, para recién llegados y advenedizos, pero también va cambiando, poco a poco, lentamente...para mejores cuidados, y si acaso perdura no la cortesía cercana a la poblana o la tlaxcalteca, apariencia, sino la amabilidad de ya generaciones de no inmigrantes que puedan ver a la ciudad y todos sus habitantes, para servirla (da click en el botón de reproducción).



LOS QUE SE QUEDARON

 Los niños están con frecuencia lejos de ser "la inocencia". Se les suele enseñar, desde "peques", lo que no es de su interés, sino de su familia, que en más de un país no entiende para qué sirve la escuela: más que aprender, los infantes ya están en "lecciones de vida" en las que se les muestra "cómo relacionarse", antes que cómo desarrollar su personalidad. Ir a la escuela es, muy temprano, ir a "hacer relaciones" que tal vez un día, si perduran, puedan ser también "conexiones" o "contactos".

         Pese a la escuela, el niño es orientado sobre con quién sí y con quién no relacionarse. Hasta los años '70, por ejemplo, y pese al inicio de la fiesta libertaria, no era raro que a un infante se le enseñara que debía evitar a otro cuyos padres se hubieran divorciado, porque era un "estigma" y el signo de alguna "desgracia". Según las situaciones, los niños ya podían ser hábiles para excluir a alguien, en colectivo, con la llamada "ley del hielo": no le hables a sutano o mengano, no te juntes con perengano. Podía ser, también, por motivos "políticos": oye, eres medio rojillo. Los niños pueden aprender no de su personalidad o de civismo, pero sí de poder, en el sentido de su uso colectivo contra el "uno". Lo extraño es que, después, los adultos reproduzcan este comportamiento escolar, aunque sea con sobrentendidos. Es, en parte, el principio del perverso o del psicópata narcisista: con un dejo libertario, aparecer como espontáneo, todo sonrisas y hasta seductor, por encanto, y al mismo tiempo con valores conservadores, del tipo de los mostrados por Carlos Fuentes en Las buenas conciencias, y que consisten en "ocultar mostrando", como han dicho algunos del barroco: "tapar". El niño malcriado ha aprendido no de la escuela, pero sí para hacer lo que le dicte la gana, y al mismo tiempo, por el "tapar", a ocultar los problemas en vez de hacer con ellos, para lo cual, aparentando un supuesto "individualismo" (que no es más que egoísmo), al mismo tiempo encuentra en la familia complicidades o cuando menos tolerancia. Si sobre una base común, de invitaciones (te invito a mi fiesta...), tiene poder y "relaciones", a las que llama "de amistad", sin saber lo que es, ya está: el infante tiene la creencia de que lo puede todo sin la menor sanción, ni se diga social. No es el "individuo hecho a sí mismo", sino el omnipotente con respaldo familiar y de "relaciones", que así entrará a la vida adulta.

         Como era por lo demás con hábitos de hacienda o de "casa poblada" y de familia extendida, era el mundo intelectual de los '70, a la vez open minded e intolerantemente conservador en algunas cosas, como la familia no sólo para recargarse, sino para torear la individuación que supone hacer con la soledad, al menos en cierto grado. Ese era el poder, por ejemplo del exilio latinoamericano en México: te invito a mi fiesta, no te juntes con tal o cual, etcétera, y relaciones en grande en asados y vinitos. Amantes, pero con el derecho conservador de vuelta a casa con tal o cual "señora". Era l base de lo que se proyectaba hacia afuera como relación de clientela, y se prolongó hasta los '80. Se le dejaba de hablar al que "caía en desgracia" si dejaba de ser la prolongación de tal o cual (ex de, esposa de, viuda de, hijo de, hija de, etcétera...), y era como sobreentendido la "ley del hielo", salvo que uno que otro de apariencia humana se apareciera a "pobretear" al "desgraciado", con lo que Hannah Arendt llamara "la caridad que humilla". El "desgraciado" o el independiente era un "don nadie" a lo sumo para "pobretear": ser "alguien" era tener "relaciones", no sólo para sí, sino para lo que fue apareciendo en los '80: para ofrecer dichas "relaciones" y saber "cotizarse", lo que se tradujo en ponerle precio a cada quien en las "relaciones", según el acceso que dieran al poder y la posibilidad de rehuir encontrarse consigo mismo. Ser persona de "contactos", "recomendaciones", etcétera: influencias. Es lo que se confundió con el mérito: no el trabajo ni la personalidad propia, más bien atrofiada, sino la apariencia de "libertad" -hasta tomarse licencias de grosería- y el "mérito" de tener y poder ofrecer y ostentar "relaciones", para lo cual algunos más tarde se siguieron en redes. "Yo soy yo y mis relaciones": cualquier problema debe ser "tapado" para "no dañar la imagen", porque las apariencias, a la hora de "hacer relaciones" y mantenerlas, suponen no "caer en desgracia". Se sumará el vedettismo en los medios. 

        Refugio en la familia, aún con sus verdaderas disfuncionalidades, entre lo que se llama coloquialmente en México "muéganos", y en las "relaciones", de la familia extensa a las logradas en el paso por el sistema educativo u algún otro lugar, hasta donde pudiera permitirlo el de trabajo, aunque más hostil: y el sempiterno cálculo de desprecio por el independiente, creyéndolo temeroso, para por aislamiento -la "ley del hielo"- hacerlo pasar por las "horcas caudinas". Para este mundo de "enchufes", el que desarrolla su personalidad no es perceptible, cuando no es un testigo incómodo de la vida que se dejó en el camino desde la infancia y sin verdaderos afectos; "todos tienen su precio", es la culminación de esta trayectoria de un "niño grandote" que ya no alcanzó a ver, salvo para cierto machacar en la destrucción, que no es así y que ningún centro comercial vende verdadera confianza, lealtad o, para ir más lejos, verdaderos afectos. Y todo por creer que, antes que crecer, lo importante es tener muchos amiguitos para jugar. Feliz coro de pajaritos. Vaya. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 6 de agosto de 2025

SORPRESAS TE DA LA VIDA

 La ciudadana francesa Florence Cassez, alguna vez acusada sin serlo de "secuestradora", logró salir libre por un amparo "liso y llano", hasta donde se consideró que había sido víctima de un montaje televisivo que desvirtuó todo el proceso. A pesar de numerosas demostraciones de que Cassez era inocente, NO fue declarada tal. Dicho sea de paso, las investigaciones de las periodistas Anne Vigna y Emmanuelle Steels dejaron entrever que sí existía una banda de secuestradores, pero protegida por la policía (la entonces AFI, Agencia Federal de Seguridad), y era una banda que no tenía nada que ver con Cassez, en lo absoluto. Esto quiere decir que se había franqueado un límite. En efecto, en tiempos del PRI (Partido Revolucionario Institucional), parte de la conocida eficacia de la policía mexicana estaba en su manera de tener nexos con la delincuencia, pero, eso sí, a favor de la policía, lo que se fue invirtiendo en los años '80. Como ya ha habido ocasión de recordarlo, el político priísta Manlio Fabio Beltrones llegó a decir que con el derechista partido Acción Nacional (PAN), se hacía lo que el PRI, "más lo que se imaginaba que hacía el PRI". El PRI tenía cierto sentido de Estado, pero se perdió entre los '80 y los '90: entonces, fue la delincuencia la que se tomó el gobierno, y éste se puso al servicio del crimen organizado. Es por ello que el secretario de Seguridad del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), Genaro García Luna, se asoció con el cartel de Sinaloa y, en parte también, con el de los Beltrán Leyva, en lo que no fue nunca una "guerra contra las drogas", sino la decisión estadounidense de controlar el mercado monopolizándolo con dicho cartel, favorecido contra sus rivales para "controlar el caos".

       Junto con Cassez fue detenido Israel Vallarta. Este permaneció hasta hace poco en la cárcel, sin sentencia, pero es importante señalar lo siguiente. Primero, hay elementos para pensar que Vallarta buscó proteger a los Cassez (ya que Sébastien Cassez, hermano de Florence Cassez, hacía negocios en México) de las extorsiones de alguien llamado Eduardo Margolis, hombre de la comunidad judía en México, muy poderoso, cuyas conexiones tal vez no sean del todo conocidas, aunque entre otras cosas traficaba armas. Margolis, con contactos en la policía, decidió vengarse de Vallarta, y a éste se le fabricó de cabo a rabo un caso. No es fácil de entender que Sébastien Cassez se haya esfumado, ni que, ya liberada, tiempo después, Florence Cassez haya aceptado hablar con Margolis. El que estaba pagando "el pato", como se dice coloquialmente en México, era Vallarta, y junto con él, su familia.

      Al poco tiempo se le inventó a Vallarta ser miembro de una banda de secuestradores, "Los Zodiaco". Resulta que no lo era, ni tenía nada que ver, pero que la banda existía y estaba protegida por la AFI, por lo que, entonces, la policía protegía a delincuentes, traficaba influencias con gente como Margolis y fabricaba culpables. La delincuencia se volvió "gobierno", traficando influencias y favores, a cambio de negocios (como los hechos con Margolis, a reserva de saber si las bandas de secuestradores tenían que pagar "cuota" por ser protegidas). Vallarta no quiso salir como Cassez, sino declarado INOCENTE, lo que logró, a diferencia de Cassez, y a reserva de que haya tenido algo que ver (lo que no es seguro) la muerte de la señora Isabel Miranda de Wallace, dedicada a fabricar culpables encontrando contubernios en el aparato judicial, y notoriamente en la FGR (Fiscalía General de la República). Miranda de Wallace, premiada por su "defensa de los Derechos Humanos" y candidata alguna vez a la jefatura de gobierno capitalina, era una delincuente, como su hijo. Se trataba, aquí también, de proteger a la delincuencia fabricando culpables, aunque uno, Brenda Quevedo, logró a estas alturas importantes pasos hacia la libertad.

       Juan Rulfo le mostró alguna vez a Elías Trabulse una curiosa crónica de Indias: en caso de delito, los españoles, en vez de agarrar al culpable, se dedicaban a "prender indios", como se decía, es decir, a agarrar al primer indio que encontraran, así fuera inocente, para engañar y aparentar haber hecho justicia. No es nada más el montaje televisivo con Cassez y Vallarta, sino la regresión a tiempos coloniales, limitada en tiempos del PRI, que sí tenía esa práctica, pero no muy propagada y menos con tales espectáculos. Si acaso, lo que a partir de cierto momento era conocido era que la policía, en caso por ejemplo de asalto bancario, llegaba muy tarde y agarraba a quien se dejara  para inculpar, aunque ya con Arturo "El Negro" Durazo eran delincuentes, o más precisamente reos, los que salían de la cárcel a asaltar para darle su "parte" a la policía, como lo muestra el filme La cuarta compañía, de 2016.

      Andarse con la cantinela de "las víctimas del secuestro" es desconocer que, como casi todo país latinoamericano, México con frecuencia (no siempre) se caracteriza por el ENGAÑO, al que simplemente García Luna "redimensionó". El engaño estuvo en fabricar culpables para proteger a la delincuencia hecha "gobierno" y a los verdaderos delincuentes. Vallarta se ganó a pulso, con la ayuda de su esposa, Maria Sainz (y no faltó cierto apoyo de Cassez) la libertad y la inocencia, y puede tomarse como efecto de la reforma judicial, porque antes, ni una pifia de un mal enterado Adán Augusto López Hernández ni los formalismos anticonstitucionales de Olga Sánchez Cordero ayudaron en nada. El mérito es de Vallarta. Y puede servir de ejemplo de que, como gusta decirse, "SI se puede" frente a lo que para otros no es más que el enfermizo asunto de "saber relacionarse" para influencias y favores y tener una sensación no siempre correcta de omnipotencia. García Luna y su acólito Luis Cárdenas Palomino perdieron su libertad y, en particular, el primero midió mal sus "conexiones" con sus patrones estadounidenses, como más de un narcotraficante, aunque desde luego que se los hará hablar (El Mayo y Caro Quintero) y se los congelará, y no se les dará ninguna pena de muerte. Por criticable que sea, la autodenominada "Cuarta Transformación" no es "lo mismo o peor". Eso es de "demócratas liberales" y "progres" que no consiguen "relacionarse en la grande" (da click en el botón de reproducción).







martes, 5 de agosto de 2025

PRECISIONES: FRANCOISE PERUS

 Se proporciona aquí la información que Wikipedia decidió borrar.

     Francoise Perus falleció el 24 de junio de 2025 a consecuencia de una ruptura de aneurisma aórtico, luego de varios meses de procedimientos médicos iatrogénicos.

     Francoise Perus es la única persona en haber ganado dos veces el Premio Casa de las Américas, de Cuba (en 1976 y 1981), en Ensayo.

      Francoise Perus recibió en su último centro de adscripción, el CIALC-UNAM (Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, Universidad Nacional Autónoma de México), un homenaje (por sus 50 años de labor en la UNAM), a través de una entrevista, que se publicó como tal en la revista Cuadernos Americanos, del mismo CIALC, y que se complementa con un texto compilado en el CEPE-UNAM (Centro de Enseñanza para Extranjeros) por Horacio Molano.

     Francoise Perus se inició en la UNAM como docente, a mediados de los '70, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y pasó a ser parte, por largos años, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la misma UNAM.

     Francoise Perus creó la idea de "regímenes de literariedad", en los cuales se entrecruzan las dimensiones popular, letrada y de masas. Al momento de fallecer repentinamente, se encontraba trabajando en las figuraciones de la alteridad en América Latina y en la problemática del desdibujamiento de los Estudios Latinoamericanos. Desarrolló algunas ideas parecidas a las de la española Paloma Hernández García ("De Lutero"), en el sentido de que la reforma de Lutero creó un daño al desinstitucionalizar la Iglesia, dejar la lectura del texto religioso a la subjetividad de cada quien y dar lugar al relativismo. Francoise Perus abogó por la necesidad humana de contar con tres dimensiones trascendentes/metafísicas: cognitiva, ética y estética.

      Hasta aquí con este punto, ya que se confundió mérito y aporte con supuesta "alabanza" a una persona. Esto contrasta por lo demás con otros artículos en los que se miente o se engaña sobre tal o cual biografiado, con la reiterada negativa a enmendar, y en lo que hace entrar en juego la "otredad": hombre y latino tiene licencia, mujer y "extranjera" no puede tener derechos.

Sobre la cuestión planteada por LASA (Sección Perú), que igualmente procedió al borrado, en este caso, de un comentario:

     El segundo Premio Casa de las Américas (1981) en Cuba fue otorgado por un jurado, pero Cuba se negó a firmar el acta, y embodegó el libro, bloqueando su circulación. Lejos de ser algo así como "la Casa de todos", este centro se encargó, además de hacer gala de machismo, de significarle a Francoise Perus que, si hubiera sido por Cuba, los Premios no se le habrían otorgado. Es así que Casa de las Américas, por parte de quien la jefaturó por larguísimo tiempo, mostró su "limitada tolerancia ideológica" (teniendo por lo demás que dejar sentada su postura literalmente a gritos -literalmente, insistamos- en...Estados Unidos).

       Francoise Perus se interesó en su labor y no en el "fuste" de nadie (aunque tuvo un notorio interes por la idea de “totalidad heterogénea y no dialéctica “, de Cornejo Polar), al preferir desarrollar su propia personalidad antes que las relaciones de poder.

UN DOS TRES POR TRUMP QUE ESTÁ DETRÁS DEL POSTE

 Como algo propio de la personalidad de la época, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han ido cercando a Rusia, nótese que desde antes de que ésta interviniera en el Este de Ucrania. Es un cerco que, en algunos aspectos, recuerda lo que se llamaba "cordón sanitario" en los años '30 del siglo pasado. En el Este de Ucrania, contra los Acuerdos de Minsk, antes de 2022 se estuvo agrediendo a la población rusófona, de modo armado, y con la ayuda de mercenarios y de neonazis, por lo que nadie se los inventó. Rusia intervino para evitar una masacre mayor. Prácticamente todos los hechos armados protagonizados por Rusia han sido de carácter defensivo, por igual en las guerras de Chechenia y de Osetia del Sur. Basta ver un mapa para percatarse de que Rusia no ha estado cercando a nadie, y en en su propio territorio (Chechenia) o en sus fronteras inmediatas que se han presentado conflictos armados. Ya ha habido ocasión de probar cómo Ucrania ha sido preparada, desde hace tiempo, como plataforma de agresión contra el territorio ruso. Lo propio de la personalidad de la época es agredir, violentar y, en caso de respuesta, presentarse como la víctima, entiéndase en este caso que de una supuesta "amenaza rusa". El resultado consiste en golpear dos veces: primero por el cerco, o por el incumplimiento de los Acuerdos de Minsk, y segundo, cuando hay respuesta, culpando al agredido. Con este tipo de personalidad hay que andarse con cuidado, porque sólo conoce de fuerza y no de reglas, por lo que no es posible pactar gran cosa, aunque, por el lugar del testigo en la maldad, importa evitar provocaciones y, mientras se pueda, tender la mano a negociaciones, lo contrario de violentar una y otra vez.

         El presidente estadounidense Donald J. Trump ha tenido un comportamiento errático frente al conflicto entre Ucrania y Rusia, en parte por la habilidad del "presidente" ucraniano, Volodímir Zelenski, para "agarrarlo" de los negocios. Mientras hace ésto, Zelenski sabotea un intento tras otro de parar: como agrede a Rusia en su territorio, bastante más allá del Donbás, Rusia responde, y vuelve lo mismo, que se ha hecho creer a Trump: como decía el general panameño Omar Torrijos, se toma "cualquier defensa por un ataque", así que, cortada la secuencia de los hechos, cada vez que Rusia responde, resulta que es la agresora, y que el agresor ucraniano es la supuesta víctima. Además, se trata de una personalidad de la época proclive al cinismo: Zelenski acaba de pedir más armas no para defenderse, sino para atacar a Rusia para lograr "un cambio de régimen", lo que demuestra que hace rato que no se trata de la autodeterminación nacional. Cuando menos mareado, como lo está por lo demás en el plano financiero, Trump va de ultimátum en ultimátum contra Rusia y con la amenaza de más sanciones, incluidas algunas para países que, como India, compran petróleo ruso, por necesidad, pero también por negocio propio (lo compran a precio barato para revenderlo caro).

       Ante el anuncio de sanciones por parte de Trump, el ex presidente, ex premier y parte del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, quien se caracteriza por su cortedad de miras, sacó de la manga el recordatorio de un riesgo nuclear, sin que nadie estuviera en el tema, y al poco rato, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, especificó que no es algo en lo que pueda haber algún vencedor. Trump reaccionó mandando dos submarinos nucleares por el rumbo del Báltico, y otra vez saltaron al ruedo los "espontáneos" a tratar de tensar la cuerda. En realidad, no hubo nada de especial en el gesto de Trump, como tampoco en su pseudoataque a Irán: esos submarinos suelen estar ahí, se pase o no de palabras Medvédev.

       Como el problema está sobre todo con algunos europeos, el gobierno ruso optó simplemente por ponerse al parejo de las reiteradas amenazas de algunos como Francia, el Reino Unido y Alemania, y acercó los misiles "Oreshnik" (Avellano) a la parte europea de Rusia y a Belarús, de la misma manera en que hizo caso omiso, siguiendo a varios europeos occidentales (que hace rato dieron el primer paso), y se reservó el derecho de acercar armas nucleares tácticas a las fronteras europeas. Esto quiere decir que es una RESPUESTA "pareja" a la voluntad europea de bajar el umbral de uso de ciertas armas, y no hay ninguna agresión rusa, sino simplemente el mensaje de que, en caso de que se quiera poner en peligro serio el territorio ruso, queda en peligro igualmente serio el de los países europeos que decidan seguir en el cerco y la potencial agresión contra Rusia. Por lo general, la personalidad de la época sabe detectar el miedo propio, aunque juegue de manera irresponsable con el que pudiera tener el otro. Lo que hace Rusia es significarle a Francia, el Reino Unido y Alemania dos cosas: que si llegan demasiado lejos en territorio ruso, poniendo en riesgo al Estado, no saldrán impunes o indemnes; y si la quieren escalar con Estados Unidos, no habrá vencedores, así que, de todos modos, no hay ninguna garantía de que los "socios y aliados" no salgan perdiendo, aunque la personalidad de la época tienda a creer que no puede suceder. Se da muy bien cuenta cuando le apuntan a la cabeza. Más allá del objeto y, pese a todo, del valor de Rusia, para el testigo del mal debe quedar claro que el agredido no hace más que actuar en legítima defensa. Una cosa es que algunos "socios y aliados" deseen una guerra o fantaseen con ella; otra cosa es el juicio de realidad que puede imponerse si las están encañonando Da click en el botón de reproducción).


lunes, 4 de agosto de 2025

A TOUR DE FORCE, SEÑORA MABEL MORAÑA

 Aquí se transmite, en parte, un pensamiento ajeno, pero es poco probable que sea bueno servirse de una persona para complacer al poder y pasar, de ser necesario, por encima de alguien, así se lo adule.

         La Revolución Cubana, ya ha habido ocasión de decirlo, ha tenido, contra lo que suelen decir los autodenominados "demócratas-liberales", mucho de anticomunista, empezando por el hecho de que dicha Revolución NO fue hecha por comunistas, que eran parte del PSP (Partido Socialista Popular) y tenían una política errática. Fidel Castro pudo haber dicho que en el biberón le dieron "marxismo-leninismo", pero no es para nada cierto. Castro, en 1953, estaba más cerca del Partido Ortodoxo. Creó el Movimiento 26 de Julio, y luego del triunfo de la Revolución, tuvo roces con el PSP, aunque también se apoyó en él para tener cuadros, algunos muy buenos, como Carlos Rafael Rodríguez. Ya se ha dicho, también, que la Unión Soviética no vió con buenos ojos el "guevarismo" con sus guerrillas, que en casi todos los casos, fracasaron. Una parte de la intelectualidad cubana, en el mundo de la cultura, no se esforzó demasiado por esconder su anticomunismo y, como parte de él, su antimarxismo. El daño para los partidos comunistas latinoamericanos fue grave, al tener que colocarse a remolque de un proceso no comunista, sino en más de un aspecto "nacionalista-revolucionario": primero José Martí, luego vemos, y Martí no quería especialmente a Marx, al hacerlo pasar por "odiador" (entre clases). Y a pesar de todo, Cuba se metió a su manera en el socialismo de Estado y está hoy en sus atolladeros. La opinión comunista fue que el proceso cubano era de "clases medias" (se decía en la época "pequeño-burgués"), y en la dirección, lo fue, no sin cierto temor a la iniciativa desde abajo. Cuando se tiene tolerancia, se puede escuchar a Carmelo Mesa-Lago o a Rafael Rojas sin descalificar de entrada. Como ya ha habido ocasión de decirlo, el menor de los Castro, Raúl Castro, fue el único en el 26 de Julio en saber de marxismo-leninismo. Y no el más cerrado, sino el "disidente", como lo llamara Salim Lamrani. Si se trata aquí de reproducir, en parte, una voz ajena, consideraba que el cubano era un proceso de "clases medias" y que sigue siéndolo, por lo que, agreguemos, se "congelaron" las clases sociales en Cuba, aunque las hay, o cuando menos una fuerte estratificación. El "fidelismo", de más de medio siglo, acalló la discrepancia comunista tildando el desacuerdo de "estalinista", un recurso del "mundo libre" que no sirve sino para descalificar si no se reconstituye el punto de desacuerdo. Y seguramente deba suponerse "limitada tolerancia ideológica".

        El asunto no vale mucho para quien no haya tenido militancia comunista y mucho menos haya tenido que ver con el "estalinismo", o ni siquiera haya comenzado una trayectoria en los '60, sino hasta los '70, cuando el marxismo ya buscaba por otro lado que el "dogmático" (en Gramsci, por ejemplo, antes de que lo recuperara Estados Unidos en el Comité de Santa Fe). Es muy difícil saber si, en los '70, quedaba en la atmósfera intelectual alguien de "limitada tolerancia ideológica" (hasta Nuestro Tiempo iba a la zaga en México). No era así porque la Revolución Cubana, de 1959, siendo posterior a 1956 (fecha del "deshielo"), pretendía ser lo que hoy queda claro que no es, y en muy poco fue: VANGUARDIA. Otra gente prefería la "retaguardia" para trabajar en paz. Los comunistas estaban fuera, pese al PCC (Partido Comunista de Cuba), nido de "26 de Julio", porque ya no eran la vanguardia, al haberse colocado a remolque. Pero se asoció poder y vanguardismo. Y así se procedió en Cuba, en la cultura, hasta el desastre: buscando alianzas con cualquiera que no fuera comunista aunque, al poco rato, le plantara a Cuba una puñalada por la espalda. Lo que los comunistas prácticamente no hicieron. Eso se llama no saber discernir, de parte y parte, o no tener amigos.

       El poco icónico llamado (por Pablo Neruda) "sargento" Roberto Fernández Retamar, al margen de sus cualidades literarias reales o supuestas, fue el eterno de Casa de las Américas, y un gran anticomunista y antimarxista, como tal desleal a los principios de la Revolución, y tolerante con lo que llamaba "su" imperialismo: el estadounidense. Era alguien, entonces, de "limitada tolerancia", pero de avezado sentido del poder, hecho sentir como "familiar" no para los amigos, sino para los incondicionales Casa de las Américas no era casa común, sino la casa de "Roberto", su feudo, con licencia para desconocer hasta sus propios jurados de concurso y sus Premios, e irlo a gritar...a Estados Unidos, además de hacer gala de machismo y de necedad a la española. En "su" Casa, "Roberto" era capaz de las peores ruindades humanas, a sabiendas de que la Revolución daba impunidad o patente de corso, como se quiera llamar. Parte del mundo cultural cubano fue una sarta de gente aprovechada, aunque hubo excepciones. Nunca fue secreto, y así lo dijo Raúl Castro alguna vez, que en caso de que se hundiera el barco, la intelectualidad estaría entre los primeros en abandonar el barco. Otros más adivinaron el vanguardismo y arrastraron a la intelectualidad cubana en las ocurrencias de campi estadounidenses, de donde surgieron algunas vedettes. Para volver sobre una voz ajena, Santiago Castro-Gómez es la excepción, tal vez por no estar en un campus estadounidense. Es difícil pensar que otros puedan "hacer un poco más": en algunos casos, encontraron en las "relaciones" desde Estados Unidos una compensación, de poder, como la que ofrecía Cuba, si los "post", lo "trans" y demás es lo suficientemente oscuro para hacer creer que se es "interesante". The right stuff.

PONTE A AVIONAR

 Está de moda, gracias a los medios de comunicación masiva y a Estados Unidos, ponerse a lo grande, o lo mega, híper, súper o friki. México ...