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lunes, 6 de octubre de 2025

A DIOS GRACIAS

 Parte de la afición por China es un resabio del pasado, puesto que ese país comenzó a ponerse de moda después del deshielo soviético de 1956 y la consiguiente "coexistencia pacífica". A raíz de la ruptura entre China y la Unión Soviética en 1960, y el acercamiento de la primera al Tercer Mundo con Zhou Enlai (con la Conferencia de Bandung en 1955), el cambio estaba en éste, lo que entusiasmó a más de un intelectual de país central, para que hasta hoy se repita sobre el terror con Stalin y no se diga mayor cosa de los enormes errores del líder chino Mao Zedong. Así quedó China para los boomers y los sesentayocheros beatles con su "chairman Mao". Fue suficiente -pese a la ligera distancia beatle -para que se le perdonara a China su apertura en los '70. China arrancó de muy atrás y a la vuelta de pocas décadas se convirtió en un país importante en las relaciones internacionales, por lo que pareció confirmarse la razón de la moda. Hasta hoy, más de uno cree que golpear a Rusia es con China en la mira final.

         Como parte de la vocación por el Sur, al menos aparente, China se la pasa repitiendo "multipolar", "multipolar" (los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica aportan alrededor del 30 % de la economía internacional, o un 40 % si se considera a los nuevos miembros). Ahora bien, dos tercios de los BRICS...es China, que se abre así oportunidades en el Sur. Es una doble oportunidad para China: importar productos agrícolas y materias primas, e ir a sacar exportación de mercancías y en parte de capitales, aunque no abundan las transnacionales chinas y suelen ser estatales, para seguir en cantidad, aunque quepa preguntarse qué representa China en calidad (de vida). ¿Un cambio de importancia? No radical, en todo caso: China es algo entre economía mixta y capitalismo de Estado o "político", y ciertas fachadas aparte, no un ejemplo de calidad de vida.

         El pequeño gran truco está, más allá de la "promiscuidad" económica china, en los fulos de inversión extranjera, en particular la directa. China tiene más de un millón de empresas extranjeras en su territorio, encabezadas por Japón,  Corea del Sur, Singapur, Estados Unidos y Alemania, país que representan la mitad de la inversión extranjera en China. El 70 % de las empresas foráneas está concentrado en cinco provincias costeras, y básicamente en la industria: electrónica, maquinaria, química, textiles y procesamiento de alimentos, en particular (60 % del total en estos rubros): alta concentración por países, por regiones y por productos. Los estudios precisos ya mencionados alguna vez señalan una relación entre inversión extranjera y ritmo de crecimiento económico. China es el mayor atractor de inversión extranjera en el mundo: constituyen, atención, menos del tres por ciento del total de empresas en China,  pero el 50 % del comercio exterior, un 25 % de los beneficios y...un quinto de la recaudación de impuestos. No es "el crecimiento de China", ni el "éxito de China", sino el crecimiento, los beneficios y el éxito de transnacionales instalas en China, y en buena medida para empresas de grandes potencias centrales, como Japón, Estados Unidos y Alemania. Es lo básico, aunque una que otra empresa china destaque a nivel internacional, y no son tantas, por lo demás (Xiaomi, Lenovo, AliBaba, Hisense, Huawei...). Misma orientación hacia afuera: 70 % de las ganancias de Lenovo, por ejemplo, provienen del exterior.

        Dejando de lado estas empresas y grandes públicas, lo que dicen las cifras previas es que cuando menos el 50 % de "made in China" es japonés, estadounidense, sudcoreano y más, lo que se refleja en la orientación del comercio exterior. Cuando despunta Vietnam entre los principales socios comerciales, puede querer decir que una parte del comercio al interior de una transnacional se movió a Vietnam, donde la mano de obra es más barata. Por lo demás, del comercio entre China y los BRICS+ o el Sur, ¿qué parte es realmente chino y qué parte de empresas transnacionales instaladas en China?¿Hasta dónde no es China una gigantesca plataforma del capital transnacional de un puñado de países, de la Tríada en particular (Estados Unidos, Alemania, Japón). ¿Qué sentido tendría ir a meterse con China para los "globalistas" o "transnacionales", salvo para que se persuada a los chinos de seguirle, a lo que están dispuestos en nombre de "lo global", el "multilateralismo" y hasta cuentos del ganar-ganar, que deben creer que en mandarín se dice win-win?

     Desde principios de los 2000, empresas extranjeras pueden participar en China en las telecomunicaciones (hasta 49 %, empresas de capital mixto), por la entrada a la OMC (Organización Mundial de Comercio) y desde 2002 en el mercado bursátil local; empresas extranjeras pueden participar en el mercado de cambio y en tarjetas de crédito.

       En general, lo que busca el inversionista extranjero en China es chinos, es decir, mano de obra barata, ventajas de localización, buenas infraestructuras (que pone el Estado) y estabilidad política y social, que pone un Partido Comunista al que no se molesta como a la Rusia capitalista del presidente Vladimir Putin. Las empresas extranjeras en China suelen beneficiarse de bajos impuestos o incluso exenciones y "vacaciones fiscales" (!). Por lo demás, hay fuertes ligas entre China y paraísos fiscales (Islas Vírgenes, Caimán, Samoa...), para no declarar en los países de origen. Las facilidades a la inversión extranjera son más desde la Ley de 2020 al respecto, y el capital transnacional ha ido incursionando desde el sector inmobiliario hasta el comercio minorista y mayorista, hoteles y restaurantes.

     China ha sido una válvula de escape para el capitalismo en crisis y en busca de nuevos mercados, de capitales, pero también de mercancías, para abastecer con la sobreproducción hecha en China a toda una franja de la población a nivel internacional que está en la pobreza moderada. Eso sí, China es un país que quiere aprender -aunque no es el Japón de la Era Meiji- y ha buscado menos ensamblaje y más actividades de investigación y desarrollo (I&D), en informática, automóviles, farmacéutica y biotecnología. Es así como aparecen en el mercado internacional, finalmente, algunos productos chinos que no son "patito" (malos), como se dice coloquialmente en México.

       No está de más observar también las importaciones chinas: aunque ha ido creciendo la parte de países del Sur (casi 47 %), los principales proveedores son Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, Australia y sólo hasta después, Rusia. China depende mucho de energéticos externos (petróleo y gas) y minerales (hierro, cobre), pero todavía un 15 % de las importaciones son de circuitos integrados y microestructuras electrónicas. ¿Hasta dónde la estructura de las exportaciones no es la de un país desarrollado (aparatos eléctricos, máquinas automáticas, circuitos integrados, automóviles y acumuladores eléctricos, equipos de alta gama, electromecánicos, ) en parte por la presencia transnacional?

       Aunque la inversión china en el extranjero puede tener ventajas, a falta de presión política y militar, ha contribuido a la reprimarización de buena parte del Sur, ya que China busca asegurarse energéticos, minerales y productos agrícolas para sostener...el tipo de crecimiento descrito, al mismo tiempo que se pone a competir a empresas del Sur con productos chinos, otro desastre para el mundo del trabajo. Prueba de que China no iguala a las potencias de la Tríada, es que no invierte mayormente en éstas, mientras que los de la Tríada invierten mucho entre sí

       Se trata de una novedad cuantitativa, y de innovación en rubros contados. Que China se encuentre entre los tres principales socios comerciales de 157 país habla en parte del poderío chino, pero también de su grado de dependencia y de la fuerza del capital transnacional, para lo que hay que precisar si es capital chino o capital transnacional (por lo general, de algún país de la Tríada) que exporta o importa desde China. En términos cualitativos, lo que se presenta como "modelo" -ni siquiera realmente como alternativa- es toda una revolución para privilegio del capital (da click en el botón de reproducción).





jueves, 2 de octubre de 2025

¿QUIÉN SE HA LLEVADO TU QUESO?

 Algunos, incluidos dentro de Rusia, creen que la gracia de este país es que es "una gran potencia", como a su manera lo era la Unión Soviética, y que por lo tanto puede contrarrestar al "hegemonismo" para algunos "euro-atlántico", sin tomar en cuenta, curiosamente, a Japón y Corea del Sur. Se supone que hay la posibilidad de un mayor "margen de maniobra". En realidad, lo que está específicamente en juego es otra cosa, y el problema de la injusticia que representa colocar a Rusia en "o subordinada, o destruíble", no pudiendo existir más que como "falito" del mamismo de ciertas potencias, como ocurrió en los '90 con el presidente Borís Pepsin. Un vástago (porque es capitalista) independiente es "inconcebible". Pero no son muchos los del Sur que, más allá de buscarse un "margen de maniobra", a la antigua usanza, se oponen a lo que hace por ejemplo la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). No dicen gran cosa o, para formularlo de otro modo, no se apresuran a defender a Rusia ante la injusticia, en vez de buscar servirse de ella como "gran potencia" para "tener más cartas de juego".

        Ya es tabú hablar de alternativa social, y no quedan sino dos, por motivos geopolíticos, en gran medida: lo que hay de socialismo de Estado en Cuba, y la herencia "Zuche" de Corea del Norte. Venezuela hace rato que no está en ningún "socialismo del siglo XXI", además de ser anticomunista, pese al PSUV (Partido Socialista Unificado de Venezuela). Por otra parte, tiene razón el estudioso William I. Robinson cundo llama a no idealizar como alternativas las que no lo son del todo. Al igual que Venezuela, Nicaragua está en su derecho de defenderse de una agresión, pero, además de ser una economía mixta, tiene una fuerte relación económica con Estados Unidos, su principal socio comercial, además de la plataforma de maquila (textil, sobre todo) para los mismos Estados Unidos. Si acaso, la ventaja de Nicaragua es una economía más diversificada que la petro-venezolana y que la de Cuba, que pese al bloqueo también tiene formas de dependencia con Estados Unidos. Lo único es que Nicaragua tiene cierta vocación de "socialismo cristiano", algo un tanto primitivo.

        Lo interesante es el fenómeno ideológico con China, comenzando con los propios chinos, que dicen estar en el "socialismo con características chinas", lo que es tanto como decir que en China se hacen cosas a lo chino. Es ciertamente probable. Sólo en México se hacen hospitales "a lo Dinamarca", lo que, dicho así, sólo puede fallar. Salvo que se tengan impuestos y gasto público "a lo Dinamarca", o relaciones preferenciales con Groenlandia. El prometa empieza donde se cree que las palabras crean la realidad. Ni siquiera es obligado que se le acerquen. Parte del problema del abandono del marxismo no es el marxismo, sino la incapacidad para abstraer. Hace rato que es peyorativo lo que "existe en teoría" o es "pura abstracción", lo propio de idealistas, al menos en la ideología que presenta las cosas de manera proyectada y en inversión. ¿El hecho de que don Xi Jinping diga que China es socialista la convierte en socialista? En este caso, ¿por qué el decir que uno es el heredero del trono de España no lo convertiría en tal? Lo mejor empieza cuando aparecen los amiguis a decir "buenos días, Majestad", o "buenos días, Príncipe".

        Gracias recientemente al portal Rebelión y los hechos que aporta, se puede saber que China no es socialista, y ni siquiera socialismo de Estado. Sólo un tercio de los trabajadores urbanos trabaja en el sector estatal, o en el "social" (cooperativas y otras formas colectivas), por lo que, a reserva de las formas de propiedad privada, si es o no extendida la mercantil simple, resulta que la mayoría de los trabajadores chinos no es dueña de los medios de producción. Para lo que sirve el "socialismo con características chinas"  es para que muy "a lo chino" los trabajadores, además, no tengan salarios decentes, ni sindicatos serios que realmente los representen, ni jornadas laborales normales, ni buenas prestaciones sociales. Tampoco hay cogestión. Cuando se tiene "cierto salario" en China, se ahorra, porque el dinero público se detrae de prestaciones sociales hacia infraestructura y otro tipo de inversiones. Es capitalismo "a lo chino", o es lo que parece, pese a la erradicación de la pobreza extrema y la aparición de clases medias, aunque no llegarían a la mitad de la población. La desigualdad social en China no tiene nada que ver con alguna "sociedad armoniosa" ni con ninguna "armonía bajo el cielo" cuando "a lo chino" el 10 % de los más ricos se lleva el 40 % de la riqueza y el porcentaje del producto interno bruto (PIB) para protección social es de 6,3 % contra 19 % en Estados Unidos y 25 % en España o Alemania). En el índice de equidad de distribución de servicios de salud y de educación, si Estados Unidos anda mal (lugar 78), China anda mucho peor (lugar 120), por lo que, a diferencia de uno que otro país central, China no es Estado de Bienestar. Ni a lo chino. "A lo chino" restarle al gasto social para seguir "compitiendo" desaforadamente en cuanta cosa dizque "global" se inventa la dirigencia china: cierto, no quiere la hegemonía mundial, pero tiene sus dejos de "síndrome de Gran Han". Para lo que sirve, aquí sí, lo milenario: para que la gente siga aguantando y aceptando la obediencia confuciana hecha sumisión.

      China ciertamente es hoy un elemento comercial muy importante en el mundo, a reserva de saber por cuántos milenios más podrá seguir apostándole a asuntos dizque "globales" para succionar recursos de diversas latitudes y avenarle al mundo una sobreproducción que permite que quienes están en pobreza moderada se vistan "a lo chino" con marcas de países centrales, porque a duras penas (salvo por estudios como los de la economista Myléne Gaulard) se puede saber qué es realmente chino (!Aywey!) y qué de Apple "made in China". 

     China no es un imperialismo, porque es un error decir que todo capitalismo encierra en potencia el imperialismo; no es así en los capitalismos dependientes, y en materia económica, China es en buena medida un país subordinado al capital transnacional de los países centrales, en especial de Estados Unidos y Japón, en años recientes.

      Si se trata de cantidad, sí, China en algunos aspectos es potencia. Es un país que hace mucho (?).Si se trata de calidad, pese a la competencia tecnológica, no es tan sencillo decidir; y si se trata de algún "salto cualitativo" social, entonces sí, se entiende que sea con "características chinas", porque entender en qué la calidad de vida de China pudiera ser mejor que la de las potencias centrales capitalistas...pues está en chino. Y contando. Si el líder Deng Xiao Ping lo dijo muy claro: "no importa de qué color sea el gato, mientras pueda cazar ratones" (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 1 de octubre de 2025

RECALENTADO EN OPEN HOUSE

 Además de que surgió del mundo financiero con Goldman Sachs, para abrir algunos países a la exportación de mercancías y de capitales desde los países centrales, el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) desde el principio no indica gran cosa de "multipolar", al no precisar ni siquiera "polos de qué". India no es un "polo" de gran cosa, ni siquiera a nivel regional; Brasil ha dejado de serlo, en lo poco que lo fue en tiempos de las dictaduras; Sudáfrica tampoco es el polo de antes en el África Austral. La novedad es sobre todo la incursión de China en todos los demás del BRICS original. Rusia ha seguido debilitándose como polo regional, luego de que fuera el mismísimo presidente Donald J. Trump el que apadrinara la paz entre Armenia y Azerbaiyán. Salvo con China, India tiende a comerciar con países entrales (dejando de lado el petróleo ruso);. India y Sudáfrica comercian un poco entre sí, y Brasil importa de Rusia. Mientras que los demás BRICS tienen en China a un importante socio comercial, el "apoyo mutuo" es tan poco importante que China tiene su comercio concentrado en los países centrales, salvo por exportaciones a Vietnam. China está notoriamente regionalizada en el Pacífico, Estados Unidos incluidos. De los de más reciente admisión, Etiopía tiene fuerte relación con China;  Egipto es más diversificado; Irán también tiene fuertes relaciones con China y está muy regionalizado (Rusia no está entre los principales socios de Irán, y lo está parcialmente Brasil); los Emiratos Árabes Unidos también tienen relaciones importantes con China. Pareciera que en el BRICS, más allá de una relación desigual con China, se trata más bien de que Rusia pueda tener mayor "margen de maniobra", ya que tiene a India y Brasil, además de China, entre sus principales socios.

       Dejando de lado el asunto de China, ninguna nación ha explotado jamás a ninguna: Estados Unidos, por ejemplo, no explota a México, sino que es capital estadounidense que explota mano de obra mexicana en México...o en Estados Unidos. La creencia de las "naciones explotadoras" es un invento de un fascista italiano. Aún así, es frecuente la inversión/proyección desde el Sur: se hace cuando menos el ademán de creer que las naciones del centro "explotan" a las de la periferia, lo que permite creer en naciones "monolíticas": como en el antiguo Tercer Mundo era imperativo consolidar la unidad nacional, se creía que todos en los países centrales eran privilegiados, y se actuaba en consecuencia, con los inmigrantes incluidos: se debía suponer que una persona francesa, por ejemplo, por el sólo hecho de serlo, ya tenía privilegios, al margen de cualquier otra circunstancia (!e incluyendo, además de familia, sin entender nada de la emigración,supuestas prestaciones sociales!). 

    A partir de aquí, del inmigrante se sacaba provecho si jugaba el juego del privilegiado (dinero y relaciones), o se lo desconocía en grande si no había qué sacarle. Esta misma mentalidad depredadora se fue instalando no en los migrantes, sino en la "idea de los migrantes" en el centro, como si no fueran más que a "resarcirse" o a "compensar lo sufrido", como si no fueran las clases dominantes locales las primeras en tratarlos como extranjeros en su propia patria, obligándolos a irse. Entonces la creencia de que los países centrales "nos" la "deben", aunque el emigrante pueda terminar prefiriendo el país receptor al de origen. 

    Por lo demás, ¿quién en los países centrales explota a los periféricos? ¿Los negros estadounidenses explotan a México?¿Los argelinos en Francia explotan a Argelia? ¿O los WASP (White, Anglosaxon, Protestant) explotan a los mexicanos?¿Pagándoles mejor que en el país de origen? Entretanto, no se hace nada contra la inversión extranjera (exportación de capital) que llega al país del Sur a explotar la mano de obra local (como en la industria maquiladora) y a saquear recursos naturales. No. Se le da las gracias por "detonar" la inversión y crear una "derrama", al igual que las cadenas de hoteles extranjeros, puesto que funcionan sobre la base de ganancias. Y encima, como los bancos españoles, por ejemplo, para lograr ganancias extraordinarias y resarcirse de pobres desempeños en el centro. Como el asunto es de dominación, bienvenido el extranjero si llega a "hacer las Américas"; y la creencia de que el que no llega a aprovecharse es porque algún privilegio tiene, como la posibilidad de "regresarse cuando quiera" (lo que NUNCA se le dice a un inversionista extranjero: aceptas condiciones o te vas por donde viniste...). !Valiente mundo nuevo, con frecuencia con las mujeres extranjeras, jugándoles con ventaja (familiar incluida) e invirtiendo los papeles sobre los privilegios!.      Todo con gran nacionalismo, por lo demás, para reservarse a conveniencia con quien ser sumiso -el gringo que deja buenas propinas- y con quien aprovecharse -mujer en particular, sin excusar las que también juegan lo suyo para desplumar al candidato a "indiano". No explotacion, pero sí uso de estereotipos para dominar o ignorar, según convenga. Y todo, con la idea de ser escandinavo.

      Los flujos de comercio e inversión Sur-Sur existen y han tenido un poco más de importancia, hasta donde son entre naciones y no entre empresas dentro de esas naciones, pero extranjeras, y algunos países se han puesto, como Turquía, al great again (aunque no es BRICS). Parte del intercambio se debe a la no muy nueva necesidad de petróleo, pero la grandísima tajada es de China, por cierto que también para exportar mercancías e importar materias primas y productos agrícolas (tipo toda la soja de Argentina y Brasil que se pueda, e importando un comino que las empresas agroindustriales exploten a lo mayúsculo). 

     Fuera de éso, China, como dice la broma mexicana, "se dedica a todo menos a nada", y Rusia, en parte, refritea el antiguo tercermundismo que era moda y le hizo creer a la Unión Soviética que era "ya casi", aunque ahora se trata de irse contra "Occidente", el "Occidente liberal", el "unilateralismo" (China o no sabe qué dice, o juega a seguir abaratando medio planeta para ventaja propia, o de las transnacionales "made in China"). Es en parte, para Rusia, poner vino nuevo en odres viejos. Si se trata de "polos", el único de los BRICS e invitados es China: gran polo comercial, y gran...receptor de capital de países centrales. "Sur global" no existe, porque no se puede ser parte y todo a la vez. Es reciclado o recalentado de tercermundismo, deteriorado a extorsión al que "nos la debe", cuando lo que ocurre es que mucho de lo bueno del Sur encuentra, pese a todo, mejor calidad de vida en los países centrales, y mejores condiciones de trabajo, lo que indica que no todo es "la decadencia de Occidente" (título viejísimo de Oswald Spengler, de 1918), ni "todo lo malo del capitalismo libral". Está todo muy emocional. Más allá de la utilidad del BRICS + para China y Rusia. 

     Dicho sea de paso, entre los amiguis, se puede apoyar a Nicaragua si hay intromisión desestabilizadora -como la que se dijo que tuvo Rusia en Estados Unidos, si es parejo-, pero se trata en cierta medida de un país de maquila destinada a Estados Unidos, sin mayor sorpresa, ya que el sandinismo nunca se propuso otra cosa que una economía mixta; y Venezuela, ya es otra cosa, porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Es dicho mexicano, no frase de Hugo Chávez. No se trata de "de lo perdido, lo que aparezca", o de pepenar cualquier causa (da click en el botón de reproducción).







         

CORRE VIDEOTAPE

 Parte de lo que interesa a las potencias centrales es la división de la "élite" rusa. Algo de ésto se dió hace algNord Streamún tiempo con el oligarca Evgueni Prigozhin, quien, antes de rebelarse, puso al servicio del gobierno del presidente Vladimir Putin el grupo paramilitar (de mercenarios) de élite Wagner, como ya había sucedido en otros lugares, en particular en África. Había sido una actitud ambigua de Putin, ya que se suponía que política y economía debían estar separados: los políticos a la política, y los oligarcas, a los negocios. Pese a la unidad en torno a Rusia Unida y frente al cerco extranjero, no es raro que parte de la población rusa se la pase hablando mal del gobierno y, como es costumbre en este tipo de capitalismo (capitalismo político), más mal del gobierno que de los oligarcas, que en cambio han logrado en parte propagar su visión del mundo.

         Los oligarcas surgieron originalmente del saqueo del Estado soviético, en un tipo de proceso que se conoce como de "acumulación originaria", que es de pillaje, y en este sentido, con contubernio gubernamental, en grande durante los '90, con Boris Yeltsin como presidente ruso. Los recién enriquecidos orientaron de una u otra manera una apertura de Rusia en grande y, como es costumbre, en posición subordinada y sin saber bien a bien a qué santo encomendarse, si alemán, italiano, inglés o francés. Toda la primera política de Putin estuvo orientada a "jalar" a la Unión Europea (UE) fuera de la órbita estadounidense, mediante el petróleo y el gas. Para no andarse con rodeos, Putin se equivocó y fracasó, a riesgo de mantener a Rusia en la dependencia de los energéticos. El símbolo del fracaso es el sabotaje al Nord Stream que corría del Báltico a Alemania. Si "Occidente" y ahora "Europa" no son más que un colectivo de colonialistas, genocidas, belicistas y lo que se quiera, como lo dice el "ideólogo" Serguei Karagánov, ¿por qué haber ido a tratar de colgarse de ellos, siguiendo los hábitos de la antigua nobleza, que quería hablar francés, orden a la alemana, inversiones británicas y así? "Occidente" y "Europa" no quieren decir nada, salvo convenciones para interminables "escenarios" geopolíticos. A raíz de las sanciones a partir de 2014, China astutamente le lanzó un pequeños salvavidas a Rusia. Parte del gobierno ruso, según lo demostró recientemente el canciller Serguei Lavrov en Naciones Unidas, sigue esperando la solución del exterior, creyendo en la multipolaridad como nueva manera de colgarse de afuera, sólo que de nuevos amiguis, a los que se les manda oligarcas para que aquéllos se enseñen a los negocios, como Boris Titov a Cuba u Oleg Deripaska a Vietnam. No se trata de "imperialismo", sino de despiste: nacidos muchos en los '50, los dirigentes rusos se cuelgan ahora de un sucedáneo de "Tercer Mundo", como algunos en en el "Sur global" (contradicción en los términos) se cuelgan de un sucedáneo de Unión Soviética. Lo único nuevo, por lo pronto, es el ascenso chino. No queda claro si los amiguis son de verdad o están haciendo lo de siempre, que se llama "buscar márgenes de maniobra". A reserva de que no hay amiguis para condenar en serio el cerco contra Rusia o las provocaciones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Como para una parte no tan desdeñable de la población, la cosa es de "ser de mundo", pero con exotismo. Otra versión de "la globalización". Después de todo, el Grupo Wagner igual andaba por la República Centroafricana o en el Sahel. La versión de la globalización es "pueblos del mundo", tipo World Music, y andanadas contra "Occidente" del tipo de las de Nikolai Pátrushev. Otros más también imitan "en espejo", como el "ideólogo" Alexander Duguin y sus historias de "civilizaciones". Deripaska no falla a la hora de decir tonterías, como la de proponer un mundo multipolar basado en el yuan, que ni incumbe sino al tres por ciento del comercio internacional. Encima, pese a la supuesta separación entre política y economía, el gobierno de Putin se mete a confundir ambas cosas y a lanzar a la "amistad con China" a otro "titán" de los negocios, Títov, quien declara que "el mundo" ya no está dependiendo del mercado estadounidense. Dicho sea de paso, Deripaska o Títov son gente de los '60.

        Parte de lo que se trata de saber es si los oligarcas, ya menos mafiosos, se pueden convertir en la burguesía que Rusia no tuvo. Es parte de la intención de Putin, al reivindicar al reformista Piotr Stolypin y a Iván Ilyn, ambos de principios del siglo XX. Uno fue partidario de la propiedad privada en el campo. En cuanto a Ilyn, veía mal que el ser ruso tendiera a creer que hacerse de propiedad era pasar por el robo en el gobierno, lo que correspondía por lo demás a una nobleza no siempre "noble". Está por verse si, luego del saqueo desde arriba, pudiera haber desenvolvimiento empresarial desde abajo, y en el marco de lo que Ilyn llamaba "conciencia de la ley". Hasta hace poco, en todo caso, el gobierno de Putin tuvo problemas con más de un oligarca, como sucedió con Boris Berezovski, campeón del "capitalismo del robo" y que se inmiscuyó en Chechenia para crearle problemas a Rusia. Era la época mafiosa -la que perduró gloriosamente en el saqueo de Ucrania y su venta al extranjero, desde el cual se ha solicitado que en lo posible los oligarcas se abstengan de saquear, simplemente porque no se sabe a dónde van a parar los recursos provenientes del exterior. Entretanto, una parte de los rusos está más preocupada por la amante de Lavrov en el Reino Unido, las hijas del ex ministro de Defensa Serguei Shoigú en Dubai. Crítica "de mundo" a gente con ciertos aires "de mundo".

       Otra parte del gobierno de Putin tiene ideas diferentes, en el sentido de hacer de Rusia un país autosuficiente (y no viendo de a quién se cuelga), "siberizado" (Karagánov), y fortalecido en la producción industrial-tecnológica propia (el economista Andrei Belousov al frente de la Defensa para hacer "keynesianismo militar", como en parte en el pasado Dmitri Rogozin). Esto supondría "recentrar" a Rusia, y en este sentido pueden influir involuntariamente nuevas sanciones si apuntan a las redes transnacionales de comercialización de los energéticos de Rusia. El Partido Comunista de la Federación Rusa es el único que se cree que hay que imitar a China. Así que ni todos los de negocios son iguales, ni faltan corrientes diferentes de enfoque en el gobierno ruso y "allegados", y como ya se ha señalo, Karagánov y Belousov se encuentran entre quienes creen en una eventual guerra en Europa -como Belousov en disminuir la corrupción, ejército incluido. Hasta ahora, luego de los primeros "emprendedores" -mafiosos o imprudentes como Mijaíl Jodorkovski, que cerca estuvo con Yukos con arrancar la enajenación energética a empresas extranjeras, siendo otro más de los 60-, el pacto, parcial al menos, pareciera ser no salirse demasiado del país, tal vez porque ayuda el manto protector del gobierno, más allá de saber si se consolida el arranque desde abajo y desde adentro, pesadilla seguramente de los "globalistas". Corre tiempo (da click en el botón de reproducción)



A DIOS GRACIAS

 Parte de la afición por China es un resabio del pasado, puesto que ese país comenzó a ponerse de moda después del deshielo soviético de 195...