Robert Kennedy Jr., autor de un libro sobre Anthony Fauci, el "zar" (!) antivirus en Estados Unidos durante la crisis de la Covid 19, será secretario de Salud y Servicios Humanos del presidente estadounidense electo Donald J. Trump- Kennedy Jr. no gusta a muchos, aunque hay líneas para mostrar que lo suyo no es la "teoría de la conspiración".
Fauci estuvo ligado a la aprobación y difusión del AZT, un medicamento brutal para pacientes con HIV (Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida). Ahora es distinto, ya que existen otros medicamentos. Pero nunca fue un secreto que el AZT era algo muy duro, como suelen ser tratamientos para el cáncer, que debilitan el sistema inmunológico. Es por ello que, contra el mismo cáncer, la medicina cubana, internacionalmente reconocida en varias enfermedades, busca como complemento proteger el sistema inmunológico, y suele funcionar. Lo que ocurrió con el AZT, colocado en el mercado a partir de 1987, para pacientes con HIV, con frecuencia antes mismo de que desarrollaran el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), es lo que, sin ser secreto tampoco, pasa a pacientes con ciertos cánceres: mueren debilitados por el tratamiento mismo. En la investigación ardua de Kennedy Jr., es citado un hombre clave, el científico francés Luc Montagnier, premio Nobel en 1984 justamente por haber descubierto el virus HIV. En una conferencia internacional en San Francisco en 1990, Montagnier afirmó que el HIV era un "virus benigno". Otra cosa estaba causando el SIDA, o en todo caso las enfermedades asociadas, como el Síndrome de Kaposi: el uso de drogas, la proverbial promiscuidad sexual y, tal vez, algún debilitamiento proveniente del uso reiterado de antibióticos. Montagnier estuvo lejos de ser el único en sugerir que el VIH no era la causa del SIDA y, como ya se dijo, en todo caso de las enfermedades asociadas: varios de los más distinguidos virólogos e inmunólogos del mundo llegaron a conclusiones similares. Fauci empujó en la dirección contraria, en medio de la multiplicación de casos de HIV sin SIDA o de SIDA sin HIV. Se trataba de seguir recibiendo dinero para investigación que pusiera en el mercado medicamentos de riesgo, como el AZT, de precio muy elevado. Para lo anterior se presentó como "evidencia" lo que según Montagnier y muchos otros no lo era, que "el HIV causa SIDA", de paso dejando en el mundo subterráneo, submundo, las prácticas de una parte de la comunidad homosexual con la extrema promiscuidad de antros y la droga de los poppers. Suficiente para tirar abajo el sistema inmunológico, sin que sea secreto que es algo que facilita enfermedades. Era necesario que la investigación estadounidense siguiera recibiendo fondos, incluidos para los investigadores, y se relegó así la idea de que no hay relación directa de causa a efecto entre el HIV y el SIDA, silenciándose de paso lo nocivo de ciertas prácticas sexuales. Fauci estaba a la cabeza de quienes "jalaban" subsidios para "la causa" que, desde luego, aparecía como la del bien. Como parte de otras investigaciones, independientes, se demostró por ejemplo que había mujeres que podían vivir décadas con HIV (por ejemplo, en algunas zonas rurales estadounidenses) sin enfermarse de SIDA. Como lo prueba el portal unz, se trata cuando menos de un asunto que, como la mayoría de los de la ciencia, no es muy "evidente" y sí en cambio controvertido.
El problema a estas alturas fuera secundario si...Fauci no fuera la misma persona que encabezó en Estados Unidos el combate contra la Covid 19 del SARS-Cov-2. No termina aquí, puesto que el mismo descubridor del HIV, Luc Montagnier, hoy fallecido, investigó el nuevo coronavirus (el SARS-Cov-2): como conocedor del tema que era, Montagnier afirmó haber encontrado HIV en la secuencia del virus. A juicio del premio Nobel, esto no era algo que pudiera salir de la naturaleza, por lo que Montagnier concluyó que era un virus creado en laboratorio. Y cayó en el relegamiento con todo y su investigación, aunque, que se sepa, nadie la desmintió. Fauci tenía otros intereses. Pero quedó que, en realidad, no se terminó de esclarecer el origen del coronavirus: porque, si acaso se hubiera escapado, así fuera por error (no se trata justamente de "conspiraciones": no es el punto), de un laboratorio en Wuhan, China, el laboratorio era compartido por chinos y estadounidenses...gente de Fauci. Como no se trata de "conspiración", tampoco de promoción de las curas con hierbas del sudafricano Thabo Mbeki contra el SIDA, sino de entender por lo menos que muchas cosas quedaron a oscuras con la Covid 19, y como "evidencias"" algunas vacunas con riesgos ya probados, aunque no se difunda mucho lo que ocurre. Flaco favor suele hacerle el sistema a quienes creen que es "el único" y en el síndrome TINA (there is no alternative). Tampoco es "conspiración" afirmar que es un sistema al que le gusta mucho el negocio, y que por lo demás, lo pregona a los cuatro vientos; simplemente sucede que no se ve por qué algunos médicos no tuvieran también pasión por el negocio, que siempre se hará pasar por un "bien": si no hubiera recursos, no se habría utilizado el AZT o no se habría recurrido a las vacunas Pfizer, Moderna y Astra Zeneca. Cuestión del bien entendido como "intereses": interés en curar y en ser curado, así no quede más que un "ni modo" cínico cuando lo que es experimento (del AZT a las vacunas ARNm) termina mal para quien no se informa o no tiene cómo informarse. (da click en el botón de reproducción)