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miércoles, 25 de diciembre de 2024

BAJARLE UNAS RAYITAS

 Algunos países de la periferia ex soviética y hoy, de la periferia de Rusia, tienen con ésta vínculos más estrechos que otros, por lo que, por ejemplo, no es demasiado anormal que, en el Asia Central, de vínculos más bien débiles en algunos casos, Turkmenistán y Kirguistán se hayan acercado a China. El vínculo más sólido de Rusia es sin duda Belarús (Bielorrusia), y en el Caúcaso, el de historia más larga, de cerca de tres siglos, es Georgia, por más que haya una importante presencia económica rusa en Armenia.

       Georgia ha vivido una historia bastante similar a la de otros países de la periferia ex soviética: primero un burócrata ex comunista reconvertido como presidente, lo que fue el caso del canciller de Mijaíl Gorbachov, Eduard Shevardnadze, y luego el caos y el ascenso de alguien muy ligado a las potencias de Occidente, Mijaíl Saakashvili. Georgia se acercó mucho a la Unión Europea (UE), pero desde 2012 las cosas tomaron otro giro, considerando también una importante presencia económica rusa en este país: el partido Sueño Georgiano se hizo del gobierno y ha tomado medidas de distanciamiento de la UE, pese a la cercanía con ésta de la presidente ornamental, Salomé Zurabishvili. El partido Sueño Georgiano ha buscado limitar la actividad de "organizaciones de la sociedad civil" que responden a intereses extranjeros, no ha participado en las sanciones contra Rusia y ha limitado la propaganda LGBTTTIQ+A. Suficiente para represalias de la UE y que Sueño Georgiano haya respondido retrasando las negociaciones con dicha Unión hasta 2028. Lo anterior no ha significado un gran acercamiento a Rusia, sino más bien la decisión de tomarse en serio la soberanía. Algunos georgianos tuvieron un pésimo papel en el Euromaidán ucraniano de 2014, como francotiradores, y Saakashvili fue a dar después como alcalde de la ciudad portuaria ucraniana de Odesa. Pero la tradición mercenaria de Georgia es poca considerada en comparación con la de Ucrania.

     Como ya ha sucedido en otros casos, como los de Macedonia del Norte y hace poco Rumanía, la UE y Estados Unidos desconocen referéndums o elecciones que no ganen los suyos, y alegan fraude, mientras una parte de Europa Central no tiene mayores deseos de seguir contra Rusia, como ocurre, además de con Serbia, con Hungría y Eslovaquia. Terminó por ocurrir con Georgia. Sin que haya pruebas de injerencia política o militar rusa, pese a la presencia económica, la ornamental Salomé Zurabishvili alegó fraude, una intervención foránea y llamó no sólo a seguir con protestas callejeras, sino a un golpe de Estado policíaco-militar. Sin embargo, hay que hacer notar que Zurabishvili no parece saber cuál es su patria: de nacionalidad francesa, fue educada en el atlantista Instituto de Estudios Políticos de París y en Estados Unidos en la universidad de Columbia, cuando enseñaba el "halcón" antirruso Zbigniew Brzezinski, quien capacitó a Zurabishvili. Esta fue representante de Francia en Washington, capital estadounidense,  en la misión permanente de Francia en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y en Naciones Unidas en materia de sanciones contra Irán. De 2003 a 2005 fue embajadora de Francia en Georgia. Como diplomática francesa, apoyó en 2017 la candidatura de Emmanuel Macron en Francia. Originalmente cercana a Sueño Georgiano, Zurabishvili se fue distanciando y no fue por cierto sino hasta 2018 que renunció a la doble nacionalidad. Lo extravagante es que sea Zurabishvili que se oponga a la "injerencia extranjera", cuando no ha hecho sino representarla.

      La influencia rusa en Georgia es en parte por ciertas empresas (Telasi, VTB, Lukoil...), pero también por viejos lazos: remesas, turismo...Rusia no se ha pronunciado sobre los problemas recientes de Georgia, y lo cierto es que, como lo sugirieran desde tiempo atrás algunos rotativos, la población georgiana es más cercana a Rusia, desde hace mucho tiempo, que la del centro y occidente de Ucrania. Si ésta es grosera y altanera, incluso con su propia gente, la "de abajo", los georgianos tienden a destacar más bien, sin idealizarlos, por su elegancia y gran hospitalidad, aunque la población, como en toda la ex Unión Soviética, está dividida sobre el pasado. Más de uno no es que se esté sumando a ciegas a Rusia, sino que, ya que las cosas se han puesto a los "valores tradicionales", países como Belarús y Georgia, además de lo que fuera el Este de Ucrania rusófono (y hoy ruso) han sido históricamente más cercanos a Rusia que a las potencias de Occidente: la diáspora georgiana aquí es muy pequeña en comparación con la que vive en Rusia. No impide que, en un ánimo de diversificación, Georgia mantenga en general una actitud proUE, cercana a Turquía (oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, que no pasa por Rusia) y a China. Hace rato que se cerraron las bases militares rusas en Georgia y que menguaron las tensiones con Abjasia y Osetia. (da click en el botón de reproducción).



YO NO ME LLAMO JAVIER

 No es muy fácil saber qué es el "pueblo", aunque en él resida la soberanía, al decir de diversas Cons tituciones, la estadounide...