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domingo, 22 de diciembre de 2024

PISTOLA EN MANO SE LE ECHARON DE A MONTÓN

 Lo que ocurrió en Siria es presentado como si "rebeldes" hubieran derrocado al "régimen", pero no es así. Estados Unidos, entre otras cosas con el plan del "gran Medio Oriente", decidió desde la administración de Barack Obama, entre 2011 y 2012, tumbar al gobierno sirio, con la operación Timber Sycamore, encargada a la CIA (Central de Inteligencia Americana). Al dibujar el "nuevo mapa"" de Medio Oriente, el militar estadounidense Wesley Clark  dijo desde 2001 (había tenido un papel importante en los Balcanes) que siete países se derrumbarían (Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán) y con el único con el que no ha ocurrido es con Irán. Como lo ha explicado el portal Rebelión, antes de 2011 Siria era un país de ingreso medio y que tan mal que bien funcionaba: a raíz del conflicto que comenzó en las fechas señaladas, la economía siria se arruinó por sanciones, efectos de la guerra y confiscación del petróleo sirio, entre otras cosas.

       A raíz de la decisión de Obama, Siria fue objeto no de "rebeldes", sino de distintos grupos terroristas, desde el Estado Islámico hasta Al Qaeda, influidos por Estados Unidos. En su momento se ofreció la prueba de una reunión del congresista republicano John McCain con el Estado Islámico. En el marco de algo llamado "línea de ratas" y supervisado por Hillary Clinton, se trasladaron en masa yihadistas y sobre todo armas desde Libia a Siria, algo descrito en 2014 por el periodista estadounidense Seymour Hersh.  También intervino Israel, primero apoyando en el sur de Siria a yihadistas de Al Qaeda, con los que se reunió el primer ministro israelí Benjamín Netanhayu, y a últimas fechas con unos 480 bombardeos, ni más ni menos, que entre otras cosas destruyeron la flota siria en Latakia. Desde Obama, también hubo un acuerdo para que Turquía metiera sus manos en Siria, por los que los turcos jugaron un papel igualmente importante al abrir recientemente el paso de yihadistas en el centro de Siria. También participaron con financiamiento para los yihadistas Arabia Saudita y Qatar. El grupo Hayat Tahrir al Sham, que hace poco tomó Damasco, capital siria, y mostró a su líder, mitad Al Qaeda mitad Estado Islámico, Abu Mohammed al-Jolani, fue financiado por Qatar y con inteligencia turca. Desde principios de diciembre, la operación para lograr la caída del gobierno sirio de Bashar al Asad fue supervisada por el general estadounidense Jaspers Jeffers III, jefe de las fuerzas especiales de Estados Unidos USSOCom. Al-Jolani contó igualmente con asesores británicos. A partir del 9 de diciembre, terminó de supervisar la destrucción del gobierno sirio, cuyo ejército depuso las armas (unos tres mil soldados se refugiaron en Irak) el general Michel Kurilla, jefe de las fuerzas de Estados Unidos en Medio Oriente (CentCom), de gira por Jordania, el norte de Siria (bajo control kurdo), Israel y Líbano para lograr un "control del caos".

       En suma, por una decisión de hace ya varios años de Estados Unidos, Siria cayó bajo presión armada y de dinero de Israel, Turquía, Gran Bretaña, Arabia Saudita y Qatar, al mismo tiempo que se dieron garantías a Rusia e Irán de no afectarlos directamente, en el Foro de Doha (6 y 7 de diciembre). Irán no tenía intención de resistir mayormente, dados sus problemas internos, y Rusia difícilmente podía abrir un nuevo frente, pese a que en el pasado fue la que derrotó al Estado Islámico. Al cabo de años de conflicto y de sanciones que prohibieron incluso a Naciones Unidas ayudar a Siria, la población fue a dar en la miseria. Pese a dos o tres muy pequeñas tomas televisivas, sin verdadera significación, está claro que no hubo festejos en grande por la salida de al Asad. En las "mazmorras del dictador" no se pudo encontrar más que a una persona.

       Israel aprovechó para incursionar en los Altos del Golán y Turquía se cree en la época otomana, cuando le pertenecía Alepo, ciudad siria. Medio Oriente queda en una situación de "plataforma" de fanatismo religioso para tratar de influir en la población musulmana de la Federación Rusa, para presionar a Europa con flujos migratorios y amenazas de terrorismo -Turquía puso las bombas de hace algún tiempo en Francia (Bataclán)- y para cerrarle a China el paso desde Irán a Europa para las "nuevas rutas de la seda". Esta idea sobre Medio Oriente la ha expresado el analista mexicano Alfredo Jalife Rahme en Sputnik Mundo. Lo de los "rebeldes" contra la "dictadura" es para consumo de la "opinión pública" occidental, sin que se sepa por qué, contra todo derecho internacional, o lo que quede de él, tantos países pueden meterse a destruir uno en el que las diferencias religiosas y confesionales eran llevaderas -!por décadas!- hasta que se decidió DESDE EL EXTERIOR utilizarlas, SIN que ello implique anuencia de la población. No es al Asad quien paga, sino la población siria, salvo el lumpen que aparece en situaciones de crisis (da click en el botón de reproducción).



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