Mejor no ponerse a los extremos, y decir que en la segunda vuelta de las elecciones chilenas ganó el derechista, religioso y familiar -por la gran prole que tiene, nueve hijos en pleno siglo XXI- José Antonio Kast. No hay tanto secreto, aunque perdió la extrema izquierda, que le daba casi el 70 % a Kast por lo tibio del gobierno saliente, de centro-izquierda, de Gabriel Boric. La candidata de izquierda, comunista -lo que más de uno se encargó de subrayar- Jeannette Jara logró 42 % de los votos, lo que no es poco. Tampoco sirve ponerse como el presidente argentino, Javier "motosierra" Milei, a gritar "!viva la libertad!", porque en parte el voto por Kast fue por seguridad, y de dos tipos.
Chile no termina de ser un país conservador, de historia de fundo (hacienda) y frontera militar contra el pueblo originario mapuche. Kast tuvo votos altos entre otros lugares justamente hacia esa frontera, al sur de Chile (de Concepción). No hay solución a la vista para el "problema indígena". Lo segundo: por los votos obtenidos al norte, desértico y minero, que se había inclinado por el "antipolítico" Franco Parisi, siempre funciona: los "antipolíticos" van y votan a la derecha. Sin ninguna sorpresa, los votos de otros dos candidatos de derecha se fueron a Kast. De lo que no hubo manera es de atraer a la izquierda a los "apolíticos".
Kast afirmó, refiriéndose al extinto dictador chileno, Augusto Pinochet: "si el general estuviera vivo, votaría por mí". Algo demagógico, y un guiño de ojo a la conservadora sociedad chilena. Kast prometió seguridad. Mejor se deja de lado la asociación entre Pinochet y la seguridad, ya que el mentado general es un pionero del tráfico de droga en América Latina. No nada más el general, sino su familia (Marco Antonio Pinochet, hermano, e hijos del dictador) y sus funcionarios de seguridad: estaban metidos con narcos colombianos y bolivianos para meter cocaína en Europa, y algo en Estados Unidos vía Haití, desde los '80. Si de lo que se trata es de valores familiares, mejor dejar también de lado a Pinochet: Su esposa también estaba en el negocio. Y estaban la CIA (Central de Inteligencia Americana) y la DEA (Agencial de Control de Drogas). Aparentemente, lo que no fue tan calculado es que el narco se fuera a meter más abiertamente a territorio chileno (para exportar desde puertos chilenos a Europa) y al narcomenudeo, para ir diseminando una inseguridad que no es nada más de unos cuantos ociosos venezolanos. Si los valores de Kast son ciertos, mejor se dejan de lado las referencias al muy poco "heroico" Pinochet, salvo para el sadismo contra la izquierda y, en particular, contra comunistas, algo tampoco tan nuevo en la historia chilena. En los años '30, el muy "progre" Pedro Aguirre Cerda se llevaba de pinky promise con Adolfo Hitler, lo que denunciaba la laureada Gabriela Mistral. Chile no está nada mal en historia de traiciones, de conducta artera y de "balazos, no abrazos" a la gente trabajadora.
La novedad está en que, cuando se deja el ánimo de dueño de fundo y de militar, Chile es otro: la capital, Santiago, se inclinó por Jeannette Jara. Para delinear mejor lo ocurrido, Kast arrasó en la "frontera sur" con la Araucanía (mapuche), al sur del río Bío Bío (69 % en la Araucanía, casi 64 % en Bío Bío). En cambio, en la llamada Región Metropolitana, los candidatos casi empataron, con muy ligera ventaja para Kast (53%). El resultado también fue cerrado en Valparaíso (54 % para Kast). Como acostumbrado, en la región Antártida no sacó malos resultados Jara (casi 45 %)..
Kast exageró un poco el tema de la violencia, porque ha bajado en los últimos tres años, al menos en cuanto a homicidios. Por lo demás, es un problema de crimen organizado que no sabe muy bien lo que hace, matando por error e involucrando a niños y adolescentes para que se sientan en el Lejano Oeste, en algo que es posterior a la crisis del Covid-19. Sí parece influir la migración, que se instala sobre todo en el norte, el mismo que contribuyó a inclinar la balanza por Kast, aunque también en la Región Metropolitana. ¿Qué tanto? 15 % de los presos en Chile son extranjeros, pero hasta hace poco la cifra era de la mitad. De ninguna manera quiere decir migrante igual a delincuente. El grueso de los delincuentes es chileno, y empieza en la era más reciente con Augusto Pinochet. Por cierto, un detalle: militantes de la UDI (Unión Demócrata Independiente) y de Renovación Nacional, ambas agrupaciones de derecha,, incluyendo el norte, son los asociados con el crimen organizado...y simpatizantes de Kast. Si éste se dice republicano, ojalá y actúe a favor de la república y no del enésimo contubernio entre la derecha y la delincuencia. (da click en el botón de reproducción).