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domingo, 28 de diciembre de 2025

ÚSAME POR FAVOR, YO TE LO PIDO. ÚSAME SIN MEDIDA NI CLEMENCIA.

 Recientemente, aquí se ha desaconsejado la lectura de dos sitios, el de Consortium News, estadounidense, que se ha estrechado, y de Unz, porque está embarcado en algo que no da visos de ir muy lejos en el arribo a una supuesta "multipolaridad".

       Hay cierta tendencia creciente en medios y en comentaristas o en "expertís" a fantasear. Tómese el caso de México: la presidentA Claudia Sheinbaum ha repetido la creencia del World Happiness Report de que México se encuentra entre los 10 país más felices del mundo, o de que tiene la segunda menor tasa de desempleo en el mundo, después de Japón. Mientras tanto, sin darse cuenta de este sentimiento oceánico, la oposición y otros, incluso moderados, se sienten rodeados de autócratas y populistas de diferentes signos, y temen por México. La fantasía es en parte una figuración y una idealización de la realidad.

      No se puede hablar, por ser tabú, de la demagogia, como forma de degeneración de la democracia, que está en parte inducida por los medios. En la actualidad casi no hay fascismo, pero quienes lo ven en la derecha callan sobre los neo-nazis ucranianos, para que nadie se crea que hay algún "pro-ruso" colado. Populismo clásico no hay, porque falta el elemento de corporativización, pese a que se quiera hurgar en el oficialismo mexicano actual, por ejemplo en el portal Rebelión, que se mantiene empero como fuente de información bastante diversificada, pese a deslices ultraizquierdistas, como el de querer ver en el México actual una forma del antiguo régimen. No es que el oficialismo sea de idealizar, ni que esté por completo exento de corrupción, que en algunos casos no se castiga (ya ha demostrado algunos en el antiguo aparato judicial el periodista Hernán Gómez Bruera, como lo hiciera J.Jesús Lemus). Sin embargo, parece olvidarse que lo que fue el populismo clásico se despidió poco antes de caer el telón con una inolvidable feria de corrupción, como la de varios gobernadores (los Duarte, César Duarte en Chihuahua y Javier "Javidú" Duarte en Veracruz, Tomás Yarrington, Manuel Cavazos y Eugenio Hernández en Tamaulipas, el no tocado Eduardo Bours en Sonora con Bachoco con anfetaminas y la guardería ABC, Roberto Borge en Quintana Roo, luego de Mario Villanueva años atrás; Andrés Granier en Tabasco, y Rodrigo Medina en Nuevo León), que el partido derechista Acción Nacional se puso a veces a imitar (Guillermo Padrés en Sonora, Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, además del delegado de Benito Juárez en la Ciudad de México, Christian von Roerich). Se entiende el giro hacia otros partidos (no siempre el Movimiento de Regeneración Nacional, MoReNa), aunque en Jalisco la última elección fue reñida, tal vez en parte por los vínculos corruptos del "Mariano Otero" de Enrique Krauze (Enrique Alfaro). No viene al caso no considerar la parte que se ha ido al PVEM (Partido Verde Ecologista Mexicano), pero si acaso habría que probar la corrupción que se le atribuye al ex gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, y no defender a Rubén Rocha Moya, de Sinaloa. No hay un saqueo galopante del erario como el del populismo mexicano creado a finales de los años '30. Puede haber de todo en la actualidad, incompetencia incluida, pero populismo, no. Auto-cracia tampoco, ya que, como la palabra lo indica, es el "gobierno para sí mismo" (del tipo zarista en Rusia).

         Hay una verdadera feria de elucubraciones y un campeonato de sofistas, de los que no se sabe si buscan la eficacia persuasiva para otros, para creerse algo o por ineptitud, si no por mezcla de ignorancia y mala voluntad en aras del "pensamiento crítico", que termina por criticar todo a su paso. En México, pese a que se toquen los antiextractivistas de Rebelión con quienes desde la oposición ven un "PRI redivivo", fuera de algunas líneas principales no hay claridad sobre lo que ha surgido, aunque sí sobre patologías de "Alito" Moreno, líder del PRI, que no hay en el oficialismo, para no hablar de las vaguedades del ex presidente Vicente Fox (PAN). Hasta aquí, parte de un problema de cierta falta de aire por las deformaciones demagógica y sofista.

       En el actual gobierno mexicano hay libertades como la del CCE (Consejo Coordinador Empresarial) de ir a presionar al nuevo poder judicial: ¿de qué debe ser independiente y por qué encima es aquél recibido por el presidente de la SCJN (Suprema Corte de Justicia de la Nación), Hugo Aguilar?

      Sobre la felicidad, no hay mucha novedad. En América Latina, están las siempre "Suizas": la centroamericana de "pura vida" (Costa Rica) y la sudamericana de Uruguay, lo que se explica por una desigualdad social no muy grande (Costa Rica supera a México y es un país bastante en paz desde 1948). La noticia es que México está tan requetebién como todos los países escandinavos, o casi, además de Israel (a lomo de palestino) y Países Bajos. Los países muy top ten no tienen gran desigualdad, ni mayor corrupción, y sí buenos satisfactores básicos como la educación y la salud. México se cuela porque, a falta de desigualdad reducida (aunque ha bajado), de ausencia de corrupción (también a la baja) y de buen acceso a satisfactores básicos como salud y educación, principales carencias para la mayoría), se suple con una "cultura familiar y comunitaria fuerte" lo que debiera exigirse como derecho y lo que el Estado debiera asegurar más allá de la letra Constitucional, por lo que tal grado de felicidad está en ver en quién recargarse "culturalmente" y "con optimismo", pese a la existencia de distintas tradiciones familiares, de abajo o las de arriba, literalmente de telenovela. En realidad, en una medición menos autocomplaciente como la de Naciones Unidas (Índice Global de Felicidad), México no está tan bien como la muy "quitada de la pena" maestra Delfina: México está en el lugar 36.

       Por lo que respecta a la baja del desempleo que vuelve a México casi nipón, se ha acompañado de un aumento de la informalidad: no se trata de changarros de comida o de venta de cualquier cosa en un tianguis, sino de empleos formales ya sea por honorarios, ya sea de consultas -entre otras, de salud- cobradas en efectivo. Cerca de la mitad de los informales está en unidades económicas formales o en dependencias del gobierno. Ni siquiera hay modo de saber por qué en las profesiones liberales suele considerarse natural el efectivo para evadir impuestos. ¿Es igual en Japón? No está nada mal multiplicar los empleos formales (con cotización al IMSS-Instituto Mexicano del Seguro Social), pero habría que saber si "la cifra más alta de empleos formales" en la historia mexicana es en términos absolutos o relativos. Y no, el IMSS no está al nivel de Dinamarca. Ni tampoco el Ángeles, donde el negocio se antepone criminalmente -al precio de la vida- al juramento hipocrático ("curar sin dañar") y a la Ley General de Salud, para tristeza de cuando entre iatrogenia y negocio, sumado a empleo informal de terapias naturales, hay resquicios suficientes para acabar por clara negligencia y conciencia de impunidad con una vida !prácticamente sana!. Y sin que salga a relucir el "valor comunitario", salvo para la omertá conocida entre galenos. El Grupo Ángeles es otra muestra del poco interés empresarial en México por la calidad de lo ofrecido. Por lo que respecta a la SEP (Secretaría de Educación Pública), es una "vía de garage" para estacionar "chapulines", como se llama en México a quienes brincan de cargo en cargo, sea Esteban Moctezuma, la "maestra Delfina" o Mario Delgado, un error de Sheinbaum.

       Reconstituir lo que pasa a nivel estructural y en tendencias de mediano o largo plazo no se puede, y el probable mal uso de la Inteligencia Artificial puede empeorar las cosas, con el consuelo sofista para muchos de que "no hay verdad absoluta" o de que "cada quien su verdad". No es nuevo: viene de los '80, mucho antes de la "postverdad" y las fake news, temas de algún momento ya olvidado. El análisis no funciona con "evidencias" ni con clasificaciones extravagantes (como las que retratan islotes de libertad rodeados de un amenazante ascenso de autocracias y populismos). "Modelos", eso sirve, sí, para acabar modelando. Es cosa de imágenes. Al rato va a resultar que México es "país modelo" y no muestra de cómo, mientras unos aguantan, trabajo incluido, los que se recargan se las ingenian para tragar y hablar para marearlo todo para su "buen provecho" ("!provechito!". Tan felices. (da click  en el botón de reproducción).






ÚSAME POR FAVOR, YO TE LO PIDO. ÚSAME SIN MEDIDA NI CLEMENCIA.

 Recientemente, aquí se ha desaconsejado la lectura de dos sitios, el de Consortium News , estadounidense, que se ha estrechado, y de Unz , ...