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lunes, 11 de enero de 2016

NAZISMO: TAN PURO, TAN BELLO

Hitler fue un líder "verde", entre otras cosas porque detestaba el maltrato a los animales, y  por este motivo era vegetariano, al menos según el retrato que hacía la propaganda oficial, en particular la  de Joseph Goebbels. Algunas anécdotas sugieren que a los comensales que comían carne Hitler les comentaba lo que sucedía en los mataderos de animales. Hitler, al parecer, no quería a los carniceros. Martin Bormann, jefe de la cancillería del partido nazi y secretario particular de Hitler, le construyó a este un invernadero en Berchtesgaden, con frutas y hortalizas, para hacer llevadera la guerra. El general de las SS ("Escuadras de defensa") belga, León Degrelle, comentó sobre Hitler: "no puede soportar comer carne, porque ello significa la muerte de una criatura viva". Sea o no cierto, el Fuhrer, eso sí, no fumaba y no  veía con buenos ojos el consumo de alcohol entre la tropa alemana.
     Tal vez en busca del perfeccionamiento espiritual, Hitler era aficionado a la astrología, la mitología, el yoga y la mística medieval. El nazismo vió con buenos ojos el budismo: el primer congreso budista europeo se realizó en 1933  y Alemania tenía con el Tercer Reich una colonia de monjes budistas (algunos de ellos pelearon contra los soviéticos). Heinrich Himmler, ministro del interior del Tercer Reich y comandante de las SS, acudió en 1940 a Montserrat, Barcelona, porque estaba interesado en la búsqueda del Santo Grial. Himmler concedía a los iniciados en el esoterismo un anillo especial (totenkopfring) que permitía participar en rituales especiales de solsticios y equinoccios.
    Los nazis también creían en la catarismo. Otto Rahn, miembro de las SS y escritor, consideraba que los cataros serían los legitimos guardianes del catarismo en Europa.
    La svástica nazi mezclaba simbología esotérica con hinduísmo.
    Así, al cuidado de las criaturas vivas (los animales no humanos) y la salud física (no beber, no fumar, disfrutar de la naturaleza) los nazis agregaron intensas búsquedas espirituales.

NACIDOS DE ESTE LADO

 Parte de la libertad de los libertarios es despertar lo que cada uno es en su inalterable naturaleza: un aspirante a salvaje, un pandillero...