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domingo, 17 de enero de 2016

RUSIA Y LA GUERRA: LA CREACION DE SINSENTIDO

Alemania era a finales de los años'30 un país feliz. Tenía un alto nivel de bienestar económico y los símbolos de éste eran, por ejemplo, las autopistas públicas y el automóvil "escarabajo", el famoso Volkswagen, hasta otros menores como la bebida Fanta. Abundaba la radio y Alemania se acercaba a los progresos del cine en color (Agfa). Si uno ve las cosas así, no hay motivos para que los alemanes se lanzaran a agredir a sus vecinos europeos, salvo alguna extravagancia "personal" de Hitler.
      La Unión Soviética, a pesar de algunos años de terror (sobre todo 1937), a finales de los años 30 ya era una potencia industrial, no tenia intenciones de meterse con nadie (Stalin había proclamado "el socialismo en un solo país") y estaba en lo suyo después del pacto germano-soviético de 1939 (Ribbentrop-Molotov).  Francamente: ¿pues qué les pasó?
     Si Vladimir Putin, actual mandatario ruso, declara como lo hizo que la victoria de 1945    marca el inicio de la Rusia moderna, no tiene explicación sobre la agresión alemana contra la Unión Soviética, y es un asunto grave. ¿Por qué se agredieron si todo iba tan bien? Ya se ha descartado el motivo "eslavo": Alemania pactó sin problemas con los eslavos eslovacos, ucranianos, croatas y bosnios-musulmanes.
     Cuando al  final de la guerra las tropas soviéticas llegaron a Alemania, no podían creer lo bien que vivían los alemanes y muchos dijeron no entender por qué un país que vivía tan bien fue a agredirlos. Otros reaccionaron -por ejemplo en Prusia Oriental, según testimonios recogidos por Antony Beevor (Berlín, la caída: 1945)- saqueando simples casas alemanas de clase media creyendo que eran residencias aristocráticas, destruyendo espejos, quemando muebles y destrozando vajillas. "Poseen ganado, huertos y manzanos y sin embargo van y nos invaden", argumentaba otro. Los soviéticos estaban estupefactos ante la abundancia. La policía secreta soviética tuvo que buscar incluso que la estupefacción no se convirtiera en una exraña envidia y las cartas enviadas desde el frente eran controladas.
     Puestas las cosas como las ha dejado Putin, carecen de sentido. Puestas como creían descubrirlas los soldados soviéticos al final de la guerra, también, si los alemanes ya debían estar saciados y aún así "habían querido más", y de lo ajeno (tal vez calcularon que sin consecuencias). Puestas al ritmo de "los dos totalitarismos", suponiendo sus semejanzas, ni Hannah Arendt ha explicado que la Alemania nazi y la Unión Soviética se hayan agredido (al contrario, todo el mundo encuentra normal que se hayan entendido en el pacto Ribbentrop-Molotov). Nadie querrá escuchar que la Alemania nazi quería ser una potencia colonial al mismo título que las demás y que la dejaron hacer con tal de que destruyera a los soviéticos. Puede ser esta explicación o  el simple hecho "puesto ahí" de tal modo que remita al sinsentido, salvo doblándole las manos a Hannah Arendt ("totalitarismo mata a totalitarismo"). Dos países que estaban ahí de lo más felices de repente se liaron a golpes en una guerra sobre la cual cada quien debe depositar su cuota de indignación. Nada más. Hemos empezado a producir sinsentido.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...