Lo que acaba de ocurrir en Bolivia no parece tener por razón la sola convocatoria a nuevas elecciones.
El día 14 de noviembre tuvieron lugar gigantescas manifestaciones de indígenas y otros sectores de la población en defensa del ex mandatario Evo Morales. En la capital política boliviana, La Paz, fueron
kilómetros de manifestantes, procedentes de El Alto y todas las provincias del departamento de La Paz, y en Cochabamba ocuparon muchísimas cuadras, de manera impresionante según una toma por dron. Pues bien, esas enormes protestas no fueron cubiertas por ningún medio, salvo una excepción. Las protestas sólo existieron para los medios cuando eran contra Morales.
Más de un intelectual ha seguido con los papelones. En México, Enrique Dussel habló ante la acelerada Carmen Aristegui de un enfrentamiento entre indígenas y una nueva derecha evangélica fundamentalista ejemplificada por Luis Fernando Camacho, pero resulta que éste es católico. La candidatura evangélica fue la del pastor (presbiteriano) sudcoreano Chi Hyung Chun, nacido en 1970 en Gwanjung (Sudcorea), tercer lugar en las elecciones. El "Dr. Chi" estuvo un poco por debajo del 9 % de los votos y se enfrentó al feminismo y las "sexualidades alternativas". Afectó la candidatura de Oscar Ortiz, el empresario cruceño originalmente candidato de Estados Unidos. Por su parte, el "analista de genes" boliviano Carlos F. Toranzo Roca, amigo de Carlos Mesa, prosiguió por la senda de la "revolución de colores"y felicitó en el diario boliviano (cabeza de las acusaciones contra Evo Morales y especialmente cerdo)
Página Siete a "los jóvenes": "gracias a los jóvenes, expectoró, gracias a los jóvenes que dieron y dan la batalla pacífica, ellos nos dieron lecciones de democracia y alegría". Es por este tipo de gandules que la reacción se presenta como vanguardia Demócrata por el cambio y secuestra los supuestos ideales de izquierda: en nombre de la democracia, del pueblo, del pacifismo, de la ciudadanía y contra el autoritarismo y el caudillismo, por lo que el violento es Morales,etcétera.
Evo Morales perdió por un muy estrecho margen de votos un referéndum para reelegirse en febrero de 2016, aunque luego buscó una argucia del Tribunal Constitucional para postularse para un nuevo mandato. Fue un craso error. Sin embargo,Morales nombró a Mesa de 2014 a 2018 vocero de la causa marítima boliviana en el litigio contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia. Mesa salió en 2018 al perder Bolivia el litigio. El fallo del Tribunal Constitucional de Bolivia autorizando a Morales a la reelección sin límites es de noviembre de 2017. ¿Mesa estuvo entonces de vocero de "la dictadura"?¿Por qué no se retiró?
Lo mejor es Luis Almagro (canciller uruguayo durante el gobierno de José
el Pepe Mujica y embajador en China durante el primer mandato de Tabaré Vázquez), secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). El 17 de mayo, de visita en Bolivia, Almagro declaró que sería "absolutamente discriminatorio" negarle a Morales el derecho a una nueva postulación, que es lo que está haciendo hoy la autoproclamada presidente de Bolivia, la rubia oxigenada Jeanine (
sic) Añez Chávez (la Constitución de Bolivia prohíbe explícitamente más de dos mandatos consecutivos), quien ya anunció que ni Morales ni Alvaro García Linera podrán participar. ¿Qué dirá Almagro? Por lo demás, no recibió ningún eco la declaración de Evo Morales, antes de salir de Bolivia rumbo a México, de que aceptaba nuevas elecciones "sin Evo" (y con otro tribunal electoral) si ello era necesario para pacificar Bolivia. La OEA, por su parte, había anunciado una evaluación de las elecciones para algún día posterior al 20 de octubre (que podía ser alrededor !del 14 de noviembre!), pero se anticipó a calificarlas madrugando a Morales tan pronto como el 21 de octubre, por lo que la "denuncia" fue el verdadero fraude, y a la larga no se encontraron irregularidades más que en 0,22 % de las actas (78 de las 34 555 revisadas por el organismo internacional). De acuerdo con el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por sus siglas en inglés), un
think tank estadounidense, que estudió estadísticamente y al detalle las elecciones bolivianas del 20 de octubre, no hubo fraude ninguno. Como ya se ha dicho, tardaron en llegar las actas de regiones rurales favorables a Morales y fueron consistentes con el anuncio de conteo rápido con más del 80 % de las actas escrutadas (83.85 %).
Jeanine Añez (foto, primera abajo) ordenó ya la salida de 725 cubanos de Bolivia (estaban en misión de salud, por cierto, algo que olvidó el delator-chivato-soplón Toranzo Roca ante CNN, Cable News Network) y rompió relaciones con Venezuela, además de salir del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América). Arturo Murillo, ministro de Gobierno actual, anunció una "cacería" de partidarios de Morales. "Empiecen a correr", dijo, en alusión en particular al ex ministro Juan Ramón Quintana y a Raúl García Linera, hermano del ex vicepresidente de Bolivia.
Si de apego a la Constitución de Bolivia se trata, cabe señalar que la legislatura no analizó la carta de renuncia de Morales, como corresponde, ni la de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra (cruceña, por cierto). A ver cómo se logra una auténtica "reposición de la legalidad constitucional".