El gobierno de Evo Morales en Bolivia ha logrado, junto con disminuir la pobreza y sobre todo la miseria, sentar las bases de un desarrollo económico endógeno, basado en el uso de los hidrocarburos (gas), el hierro y el litio. Lejos de una redistribución alocada como la venezolana (redistribución que ha beneficiado en buena medida al rentismo en el gobierno), pero sin preocupación productiva, el gobierno boliviano ha tomado en cuenta esta última. En términos de desarrollo, un cambio sería poco deseable, aunque hablamos aquí de un cambio de rumbo económico y social, a muy grandes rasgos.
Morales, enemistado con Estados Unidos, país que sabe quiénes afectan sus intereses y quiénes no, no es -como no lo es el mandatario ecuatoriano Rafael Correa-, digámoslo de entrada, de la predilección de los intelectuales de Claxon y de la solidaridad eterna con Cuba: aquí se prefiere con descaro al histrión de Nicolás Maduro, el mandatario venezolano, y sobre todo la gran demagogia, demostrativa, efusiva, seductora, hasta cursi, de llámese Lula o llámese José Pepe Mujica, al despegue económico serio de un país como Bolivia (despegue duradero que no ha sido el caso del Brasil de "Dilma" ni de su antecesor). Es de estas mismas filas, sin embargo, que han salido quienes estuvieron en las loas a "Evo", desde Borón y Cuenta Nueva hasta el Emir del Saber, pasando por el Angel de la Guerra. En el debate sobre el referéndum para un cuarto mandato de Evo Morales (tiene tres en su haber), llovieron por parte de los autores citados denuncias contra la campaña por el "No" hecha por el imperialismo estadounidense, campaña innegable, aunque centrada en chismes de una importancia completamente secundaria. Lo grave es que algunos sostengan que la corrupción es un invento estadounidense contra Morales Ayma.
En entrevista corta con el periódico español de mayor venta en el mundo, Morales admitió que parte del problema de la reelección tuvo que ver con el hecho de que no hay relevos de experiencia suficiente, lo que es otra manera de decir que no hay cuadros "visibles" capaces de liderazgo y unidad a la vez (el canciller David Choquehuanca fue citado por Morales como excepción). Este "déficit" es un problema más o menos generalizado cuando procesos desde abajo siguen en la "movilización" sin institucionalizarse y seleccionar líderes por mérito.
En asuntos como las elecciones en El Alto y Potosí, Morales ha reconocido la corrupción: "todos quieren ser alcaldes, todos quieren ser concejales", junto al machismo, otro problema grave según el mandatario boliviano. Hay alcaldes procesados y en la cárcel. "Estos temas de corrupción nos han afectado", reconoció Morales.
Intervienen desde luego otros factores, pero las cosas no son como sigue: contigo gracias a tus cualidades, no a las nuestras ni a un trabajo de muchos, y sin ti por culpa del imperialismo, no nuestra ni de nuestros errores. A estas loas al líder y la denuncia simultánea al imperialismo sin tocar -a diferencia de Evo Morales, por lo demás- problemas propios se le llama, en una palabra, irresponsabilidad, y es completita, en las buenas y peor en las malas: se trata del gran caldo de cultivo infeccioso de la izquierda intelectual que un buen día termina calando en el pueblo, y nadie quiere para Bolivia lo que para Cuba, exactamente por lo mismo que Morales le ha dicho a los venezolanos que dejen de subsidiar todo, porque así, no va..
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