En la actualidad, para muchos, especialistas universitarios incluidos, el lenguaje no se refiere a ningún objeto concreto (por lo que no es "objetivo"), ni se diga a una verdad, puesto que, se dice, no hay verdad. Lo que cuenta del lenguaje es su "eficacia".
En la Ciudad de México, capital de México, el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está dedicado a esa moda que consiste en "tirarse un tuit". Uno de lo más recientes fue el siguiente: "el nuevo reglamento de tránsito, incluidas sus cámaras, está hecho para robar. La autoridad del DF (Distrito Federal, la capital) parece del PRIAN" , en referencia a la supuesta alianza entre el PRI (Partido Revolucionario Institucional) y el derechista PAN (Partido de Acción Nacional). O bien lo que busca AMLO, sin que le importe si lo que afirma es cierto o no, es un puro "efecto", ganarse adeptos entre los automovilistas, sin siquiera darse cuenta de que seguramente no son una clientela de izquierda en especial, igual que el PRD (Partido de la Revolución Democrática) al aliarse con el PAN (de "catafixia con Chabelo", Manlio Fabio Beltrones -líder priísta- dixit), o bien está haciendo algo que en algunos países amerita amonestación o multa, aunque AMLO se cuida de dar nombres. Sobre el reglamento, agrega el tuit que se "tiró" el líder: "MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) lo cancelará". Esto deja suponer que son palabras que buscan la "eficacia" de ganarse a la gente. Y además, a cualquier gente.
Lo que sucede es que el contenido no importa, como no le importaba al líder de MORENA defender al ex jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard frente al mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto (¿hubo corrupción sí o no en la Línea 12?). En lo del reglamento, AMLO no pasa de "razonar" como ruletero tendencioso al estilo blanquiazul: "lo que no está en mi bolsillo está en el de un político ladrón". Se supone que el objeto del tuit es el robo, salvo que sea el reglamento de tránsito (¿se puede vivir sin uno?). Si hay objeto, lo que hace AMLO, sin aportar ningún prueba, es acusar de robo a la autoridad del DF. Quien roba, hasta donde se sabe, comete un delito, por lo que AMLO está diciendo que la autoridad del DF (el GDF, Gobierno del Distrito Federal) es delincuente. Muy bien: ¿en los bolsillos de quién está el dinero?¿cuáles son en concreto los nombres de los ladrones?¿Qué cargos ocupan y cómo están utilizando el dinero?¿Para cuándo AMLO levantará el acta correspondiente en el ministerio público? Dejemos de lado lo del PRIAN, es una descalificación. Lo del robo, si no hay pruebas, es una difamación. Digamos que AMLO ya no tiene mucho del tabasqueño llano y sí más del español que se pone necio, con lo pésimo que le queda la necedad a un ibérico (después de todo, López Obrador tiene orígenes de gachupín y lo que dice de Tomás Garrido Canabal en El poder en el trópico es por momentos aberrante). Con esta clase de tuits, que buscan comprar voluntades vendiendo verdades (igual que en mensajes navideños que son un bodrio), "honestidad valiente" no quiere decir ya nada. Lástima. Unfollow.
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