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lunes, 8 de agosto de 2016

FRANCIA: EL TRABAJO POR EL ARCO DEL TRIUNFO

La CGT (Confederación General del Trabajo) francesa, mientras es objeto de una embestida clasista recurrente en los medios de comunicación masiva, ha hecho notar que la ley del trabajo El Khomri, que intenta hacer pasar el gobierno, viola la Constitución francesa por vía indirecta.
     En efecto, Francia es un país signatario de las 8 convenciones internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La Ley El Khomri viola esas convenciones, en particular la 98 (derecho de organización y negociación colectiva) y la 87 (libertad sindical y protección del derecho sindical). Si Francia firma un acuerdo como el convenido con la OIT, el artículo 55 de la Constitución francesa obliga a respetarlo, incluyendo al parlamento local (ese tipo de tratados como el ratificado con la OIT tiene autoridad superior a las leyes). Además de pasarse por el Arco del Triunfo (!) a la OIT, la ley El Khomri hace lo mismo, pareciera que en plan de "desfile", con la Constitución francesa. !Todos por el Arco del Triunfo!
       De igual manera, la ley El Khomri desconoce el pacto de Naciones Unidas sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), adoptado en 1966, que entró en vigor el 3 de enero de 1976. Francia ratificó este pacto el 4 de noviembre de 1980.
       Francia es un país con una amplia red de garantías sociales que Alemania quiere demoler, según se lo confesaron los propios alemanes al ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, luego de hundir a Grecia. 15 % de los gastos sociales mundiales le corresponde a Francia. El gasto en protección social es el principal rubro del gasto público (poco más del 31 % en 2013). Al mismo tiempo, sucede como cada vez más en los países desarrollados que muchos viven de rentas y de tipos de salario derivados de ganancia. Los mismos que viven de rentas ("cupones", jubilaciones, por ejemplo para dedicarse al ocio en el bridge o a desayunar café con crema en cafeterías de la costa andaluza, etcétera, incluyendo robos de herencias entre hermanos e incluso medio-hermanos, práctica arcaica aún existente) creen que la protección social es, también, una forma de renta, aunque curiosamente "indebida", mientras que "cortar el cupón" no lo es. Los resultados son espléndidos. Bangladesh, por ejemplo, no reconoce las convenciones de la OIT, por lo que los trabajadores franceses deberían, para ser competitivos y seguramente que "realzar el buen nombre económico de Francia", comportarse como bengalíes (¿o qué, les llevamos más árabes?). Quienes promueven leyes como la El Khomri tratan casi como "parias" a los de la CGT por defender las leyes (francesas e internacionales) que violan quienes debieran hacerlas respetar, lo que también parece un estilo algo así como bengalí. Por cierto, violan los derechos laborales los mismos que multiplican los derechos legales para minorías de todo tipo (!esquiroleen!) Tal vez resulte que las únicas diferencias entre Francia y Bangladesh deban ser las climáticas o las arquitectónicas. Para el resto, la jungla se está pareciendo. Nadie se asombre de ver a un trabajador francés con una mano adelante y otra atrás, o como culí chino, eso sí, "ahí pasándola" por el Arco del Triunfo.

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