Alan Greenspan fue jefe de la Reserva Federal estadounidense (la "Fed", el "banco central" de la súper-potencia) en un largo periodo, de 1987 a 2006, así que tuvo tiempo de servir desde a Ronald Reagan hasta a los Bush, padre e hijo, pasando por William Clinton. Greenspan se alarmó antes de 2008 por la "exuberancia irracional" de los mercados y confesó que se había creído tranquilamente que en el mercado, como en un libro del economista Adam Smith, una "mano invisible" se encarga de arreglarlo todo si cada quien sigue sus fines egoístas.
El problema es que Smith, en el siglo XVIII, habló del egoísmo al pasar, así como de una "mano invisible" que entendía como Divina Providencia. En realidad, más allá de la Economía Política (La riqueza de las naciones), Smith, padre del liberalismo económico, escribió la Teoría de los sentimientos morales, en la cual explicó su filosofía: una sociedad no podía subsistir sin la cooperación entre sus miembros y la simpatía entre ellos (probablemente el equivalente de lo que hoy se conoce por "empatía").
"Los hombres -escribió el escocés Smith- sólo pueden existir en sociedad; están expuestos a causarse daño mutuamente y necesitan ayudarse entre sí. Cuando se prestan ayuda recíprocamente por amor, gratitud, amistad y estima, la sociedad florece y es feliz (...)". Una sociedad así "(...) no puede darse entre aquellos que se sienten inclinados a causarse perjuicios y daños. Si los ladrones y asesinos tratasen de formar una sociedad viable, al menos tendrían que abstenerse de robarse y matarse entre ellos mismos", cosa que, agreguemos, los mal llamados "neoliberales" de los últimos treinta y pico de años no supieron ni quisieron hacer.
Para Smith, había pasiones sociales y antisociales. "Una persona, escribió, nunca debe llegar a anteponer su interés al de cualquier otro hasta el punto de dañar y atropellar a los demás en su propio beneficio, aunque el beneficio del uno fuera mucho mayor que el daño o atropello causado al otro".
Vista desde el liberalismo, la época que arrancó en los '80 -con el antecedente de las "treinta vergonzosas" (trente honteuses) de posguerra, como las llegara a llamar el comunista francés Michel Clouscard- fue la de las pasiones antisociales, saqueando el Capitalismo Monopolista de Estado (CME), y por cierto que no un supuesto "Estado de Bienestar". El "golpe de mano" para pervertir al CME -a favor de los monopolios y sacándole al Estado sin darle- se originó en la posguerra y culminó con el ascenso de los ambiciosos que estuvieron por más de tres décadas llamándole "liberalismo" (o "neoliberalismo", anzuelo que se tragó la izquierda) a conductas que hubieran asqueado a Smith. Greenspan, laureado "conferencista Adam Smith", dice por su parte no haber sabido lo que estaba haciendo. Smith sabía lo que escribía.
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domingo, 25 de diciembre de 2016
viernes, 23 de diciembre de 2016
EL PREDOMINIO DE LA CLASE OCIOSA
Es fácil ver cómo la clase dominante ostenta hoy, por ejemplo en los medios de comunicación masiva, no la iniciativa, el riesgo, la innovación o el ahorro, sino el ocio y el consumo suntuario (de lujo). El economista estadounidense Thorstein Veblen había advertido contra esta tendencia en Teoría de la clase ociosa (1899), desde finales del siglo XIX.
No es un ocio cualquiera y es, en cambio, una forma de ver la vida que se ha transmitido a los sectores medios, sobre todo ante la desvalorización de las profesiones, y en parte a los sectores populares, afectados por la marginalidad y la devaluación del sentido del trabajo. La clase ociosa busca adquirir para consumir y "mostrar que consume". Veblen decía que eran cuatro las cosas que más le interesaba comprar a esta clase: poder, prestigio, honor y éxito. En estas circunstancias, la gente de dinero, las "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, empleados de algunos servicios, etcétera...) y los marginales buscan, además de poder en las relaciones personales, un estatus por el cual están dispuestos todos a competir a muerte, y contra el prójimo, en la insolidaridad total. Son muchos los que significan todo el tiempo y contra los demás el usufructo del estatus.
Según Veblen, la clase ociosa incursionaba en particular en cuatro actividades para ostentar: el gobierno, la religión, los deportes y la guerra. Marcas de estatus, estas actividades se ven hoy como "entretenimiento", la guerra incluida, sobre todo si es a los demás. Ser belicoso contra tal o cual país también puede ser marca de estatus. Los deportistas y/o los dueños de clubes deportivos incursionan en política, al igual que los hombres de negocios, y los políticos con frecuencia aspiran a enriquecerse descomunalmente por estatus y por ocio. Tal vez, más exactamente que la religión, cuenta sobremanera hoy una psicología de la auto-ayuda que no excluye formas degradadas del budismo o el animismo, por ejemplo, aunque Estados Unidos también ha tenido recientemente un presidente "cristiano renacido" (born again christian), George W. Bush. Desde hace algunas décadas se toma la guerra por deporte !y el deporte como guerra! Los admiradores de la clase ociosa, nuevos ricos incluidos, incluso peor que otros, imitan a una clase encumbrada cuyo valor principal no es el trabajo, entre otras cosas por el predominio de las finanzas. Uno sale de "cortar el cupón" a jugar golf.
No es un ocio cualquiera y es, en cambio, una forma de ver la vida que se ha transmitido a los sectores medios, sobre todo ante la desvalorización de las profesiones, y en parte a los sectores populares, afectados por la marginalidad y la devaluación del sentido del trabajo. La clase ociosa busca adquirir para consumir y "mostrar que consume". Veblen decía que eran cuatro las cosas que más le interesaba comprar a esta clase: poder, prestigio, honor y éxito. En estas circunstancias, la gente de dinero, las "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, empleados de algunos servicios, etcétera...) y los marginales buscan, además de poder en las relaciones personales, un estatus por el cual están dispuestos todos a competir a muerte, y contra el prójimo, en la insolidaridad total. Son muchos los que significan todo el tiempo y contra los demás el usufructo del estatus.
Según Veblen, la clase ociosa incursionaba en particular en cuatro actividades para ostentar: el gobierno, la religión, los deportes y la guerra. Marcas de estatus, estas actividades se ven hoy como "entretenimiento", la guerra incluida, sobre todo si es a los demás. Ser belicoso contra tal o cual país también puede ser marca de estatus. Los deportistas y/o los dueños de clubes deportivos incursionan en política, al igual que los hombres de negocios, y los políticos con frecuencia aspiran a enriquecerse descomunalmente por estatus y por ocio. Tal vez, más exactamente que la religión, cuenta sobremanera hoy una psicología de la auto-ayuda que no excluye formas degradadas del budismo o el animismo, por ejemplo, aunque Estados Unidos también ha tenido recientemente un presidente "cristiano renacido" (born again christian), George W. Bush. Desde hace algunas décadas se toma la guerra por deporte !y el deporte como guerra! Los admiradores de la clase ociosa, nuevos ricos incluidos, incluso peor que otros, imitan a una clase encumbrada cuyo valor principal no es el trabajo, entre otras cosas por el predominio de las finanzas. Uno sale de "cortar el cupón" a jugar golf.
martes, 20 de diciembre de 2016
TERCERAS PERSONAS: LA PULSION
La palabra "consumir" significa en latín (consumere) "destruir, extinguir", se entiende que mediante el uso. Por este motivo hay frases como "el lugar fue consumido por el fuego" o "tal persona fue consumida por la enfermedad".
Las "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, empleados de varios servicios, etcétera) y quienes "realizan" mercancías vendiendo están más inclinados hacia el consumo que hacia la producción, más aún en la medida en que tienen trabajo para ganarse la vida y acceder al consumo, antes que para ser creativos. Sus trabajos son rutinarios y estas personas importan en el capitalismo para detener la caída de la tasa de ganancia garantizando un nivel mínimo o máximo de consumo; no importan como productores, porque el capitalismo quisiera al mismo tiempo desembolsar lo mínimo para mantener a estas capas sociales.
Como no es el trabajo el que da sentido a la existencia (incluso asesores de los Clinton como Jeremy Rifkin auguraron el imposible "fin del trabajo") de estas "terceras personas", sino el consumo, no les interesa ni saben construir: usan y tiran. El grupo de investigación francés Ars Industrialis explica que la energía que tiene todo ser humano está desviada en el consumidor nato (por el consumismo, consumérisme) del anhelo a la pulsión, desviación de la que se encarga el marketing. Si esa energía no es canalizada artificialmente, por la sociedad, hacia la creación, cae en la pulsión que es destructiva, justamente porque no apunta a crear, sino simplemente a "satisfacerse": para ponerlo en un ejemplo, es la diferencia entre "tener una relación sexual" y "hacer el amor". Es también la diferencia entre un animal y un ser humano. Las "terceras personas" son las de la llamada "sociedad de consumo" , aunque no sea exactamente tal: llevan la pulsión de muerte por delante y detestan otras formas de canalización de la energía, las que no son pulsionales, con el argumento de que el ser humano es a fin de cuentas una variante animal, y el animal, un "animal no humano". Para decirlo de otro modo, y la historia de la familia Clinton está para probarlo, estas "terceras personas" detestan el afecto, no aman nada (¿alguien le ha oído a los Clinton palabras de amor y agradecimiento por lo recibido de Estados Unidos, a diferencia de algunos discursos de Donald Trump?) sienten un gran poder en su capacidad para usar y destruir "en libertad de elegir" (los Clinton creen simplemente en la "grandeza", empezando por la propia, la del poder obtenido), y a fuerza de no crear, no entienden que no entienden, porque no tienen las herramientas para entender y las creen superfluas. Comprender es un proceso creativo que no les interesa: sólo tener el poder infinito de "usar" para satisfacción pulsional propia.
Las "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, empleados de varios servicios, etcétera) y quienes "realizan" mercancías vendiendo están más inclinados hacia el consumo que hacia la producción, más aún en la medida en que tienen trabajo para ganarse la vida y acceder al consumo, antes que para ser creativos. Sus trabajos son rutinarios y estas personas importan en el capitalismo para detener la caída de la tasa de ganancia garantizando un nivel mínimo o máximo de consumo; no importan como productores, porque el capitalismo quisiera al mismo tiempo desembolsar lo mínimo para mantener a estas capas sociales.
Como no es el trabajo el que da sentido a la existencia (incluso asesores de los Clinton como Jeremy Rifkin auguraron el imposible "fin del trabajo") de estas "terceras personas", sino el consumo, no les interesa ni saben construir: usan y tiran. El grupo de investigación francés Ars Industrialis explica que la energía que tiene todo ser humano está desviada en el consumidor nato (por el consumismo, consumérisme) del anhelo a la pulsión, desviación de la que se encarga el marketing. Si esa energía no es canalizada artificialmente, por la sociedad, hacia la creación, cae en la pulsión que es destructiva, justamente porque no apunta a crear, sino simplemente a "satisfacerse": para ponerlo en un ejemplo, es la diferencia entre "tener una relación sexual" y "hacer el amor". Es también la diferencia entre un animal y un ser humano. Las "terceras personas" son las de la llamada "sociedad de consumo" , aunque no sea exactamente tal: llevan la pulsión de muerte por delante y detestan otras formas de canalización de la energía, las que no son pulsionales, con el argumento de que el ser humano es a fin de cuentas una variante animal, y el animal, un "animal no humano". Para decirlo de otro modo, y la historia de la familia Clinton está para probarlo, estas "terceras personas" detestan el afecto, no aman nada (¿alguien le ha oído a los Clinton palabras de amor y agradecimiento por lo recibido de Estados Unidos, a diferencia de algunos discursos de Donald Trump?) sienten un gran poder en su capacidad para usar y destruir "en libertad de elegir" (los Clinton creen simplemente en la "grandeza", empezando por la propia, la del poder obtenido), y a fuerza de no crear, no entienden que no entienden, porque no tienen las herramientas para entender y las creen superfluas. Comprender es un proceso creativo que no les interesa: sólo tener el poder infinito de "usar" para satisfacción pulsional propia.
sábado, 17 de diciembre de 2016
DE MANDEVILLE AL IMPERIO DEL CAOS
Nada mejor que el hecho de que los problemas e incluso los vicios -abiertamente- se vuelvan crónicos para lucrar con ellos, al grado de que las "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, etcétera...) puedan confundir su salario, un rédito derivado, con una ganancia. A principios del siglo XVIII, era lo que había demostrado el holandés Bernard de Mandeville: "los vicios privados hacen las virtudes públicas", afirmó en La fábula de las abejas este autor sobre el que ha trabajado hoy el filósofo francés Dany-Robert Dufour (La pléonexie/La pleonexia). Para Mandeville, lo rentable era que la gente se comportara del modo más egoísta posible, y sin escrúpulos.
Si alguien cae enfermo, no conviene que se cure. Hará vivir al médico y si el enfermo es hospitalizado, a otros médicos (trabajan entre varios), a pasantes de medicina, a varios turnos de enfermeras, a los laboratorios farmacéuticos y de imagenología, y más aún, a quienes lucren con las visitas familiares: el restaurante del hospital, la tienda de regalos, etcétera, al grado de que hoy más de un hospital tiene, además de restaurante, pues cafetería, hotel !y hasta cantina! Tampoco conviene acabar con la delincuencia: hace vivir a distintas policías, al personal de las cárceles, a jueces y secretarias de acuerdos y desde luego que a muchos abogados. ¿Más enfermos o más delincuentes? Más empleos, más salarios ("réditos"), más posibilidades de hacer su agosto con la desgracia ajena...Lo que Mandeville explicaba es que la pereza de los nobles hacía vivir a quienes los servían. ¿Qué ocurriría si desapareciera la prostitución? Se perderían fuentes de empleo, por lo que es mejor dignificar a las "sexoservidoras". ¿Y si se acabara la drogadicción? Perderían empleo hasta campesinos cultivadores de hoja de coca o de goma de opio, no nada más los laboratorios químicos y los traficantes o el dealer de la esquina. Así, en el caos, ha enfermado de pleonexia ("querer siempre más", "querer más que su parte") el capitalismo de nuevos ricos, los mismos de los Clinton, Bush y Obama, para quienes incluso las guerras -¿qué tal una gran guerra con Rusia?- son otra oportunidad de negocio.
Mandeville concluía de manera sencilla y lógica: si la gente se volviera honesta, se acabaría el panal y las abejas se irían. Si los enfermos y los drogadictos se curaran, por ejemplo, el "panal del negocio" caería en crisis y hasta en la ruina. Así, lucrando con males sin resolverlos, ha estado viviendo el "imperio del caos" (Samir Amin) en las últimas tres décadas, al grado de detestar a quien quiera poner un mínimo de orden.
Si alguien cae enfermo, no conviene que se cure. Hará vivir al médico y si el enfermo es hospitalizado, a otros médicos (trabajan entre varios), a pasantes de medicina, a varios turnos de enfermeras, a los laboratorios farmacéuticos y de imagenología, y más aún, a quienes lucren con las visitas familiares: el restaurante del hospital, la tienda de regalos, etcétera, al grado de que hoy más de un hospital tiene, además de restaurante, pues cafetería, hotel !y hasta cantina! Tampoco conviene acabar con la delincuencia: hace vivir a distintas policías, al personal de las cárceles, a jueces y secretarias de acuerdos y desde luego que a muchos abogados. ¿Más enfermos o más delincuentes? Más empleos, más salarios ("réditos"), más posibilidades de hacer su agosto con la desgracia ajena...Lo que Mandeville explicaba es que la pereza de los nobles hacía vivir a quienes los servían. ¿Qué ocurriría si desapareciera la prostitución? Se perderían fuentes de empleo, por lo que es mejor dignificar a las "sexoservidoras". ¿Y si se acabara la drogadicción? Perderían empleo hasta campesinos cultivadores de hoja de coca o de goma de opio, no nada más los laboratorios químicos y los traficantes o el dealer de la esquina. Así, en el caos, ha enfermado de pleonexia ("querer siempre más", "querer más que su parte") el capitalismo de nuevos ricos, los mismos de los Clinton, Bush y Obama, para quienes incluso las guerras -¿qué tal una gran guerra con Rusia?- son otra oportunidad de negocio.
Mandeville concluía de manera sencilla y lógica: si la gente se volviera honesta, se acabaría el panal y las abejas se irían. Si los enfermos y los drogadictos se curaran, por ejemplo, el "panal del negocio" caería en crisis y hasta en la ruina. Así, lucrando con males sin resolverlos, ha estado viviendo el "imperio del caos" (Samir Amin) en las últimas tres décadas, al grado de detestar a quien quiera poner un mínimo de orden.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
CAPITALISMO: EL DESCONOCIMIENTO DEL TRABAJO
El capitalismo actual ha convertido el trabajo en un absurdo que, para la mayoría, no tiene gran cosa de creativo ni gratificante. Hoy, pareciera que, como lo advertía hace algún tiempo el economista canadiense John Kenneth Galbraith, "(...) el disfrute de la vida empieza después de terminada la jornada laboral. Es entonces, y solo entonces, cuando el trabajador logra escapar de la fatiga, el aburrimiento, la disciplina de la máquina, del lugar de trabajo en general o de la autoridad directiva". Y este disfrute es un "ocio organizado" para el consumo de masas que garantice la realización de las mercancías y que evite la caída de la tasa de ganancia. El filósofo francés Dany-Robert Dufour (Le délire occidental/El delirio occidental)ha demostrado en uno de sus últimos libros cómo el ocio no es en realidad "libre" (y no existe en realidad verdadero "tiempo libre").
El trabajo más agotador no es bien remunerado, contra lo que quería por cierto hace algunos siglos el economista clásico Adam Smith. En cambio, suelen ser bien remuneradas "ocupaciones" de "terceras personas" (funcionarios, directivos, etcétera...) que "gestionan" lo producido por otros y encuentran en ello algún tipo de placer (con frecuencia el de mandar o incluso humillar, y claro está, el de percibir una buena remuneración). "He aquí la paradoja, escribe Galbraith en La economía del fraude inocente. La palabra 'trabajo' abarca igualmente la labor de aquellos para quienes es agotador, aburrido y desagradable, y la de aquellos que no lo perciben como obligatorio y para los que constituye un placer evidente. A estos últimos el trabajo puede proporcionarles una gratificante sensación de importancia personal o el sentimiento de superioridad que acompaña el tener a otros bajo sus órdenes". Agrega Galbraith: "los sueldos, bonificaciones y stock options son más generosos en los niveles más altos, donde el trabajo es un placer" (el ya descrito).
El fraude desde el punto de vista capitalista no está abajo: el capital busca aumentar la tasa de explotación (remunerando lo menos posible al trabajador-productor de riqueza, incluyendo al que es creativo), pero al mismo tiempo se permite desembolsos aberrantes en empleos u ocupaciones (no trabajos) tecnocráticos en los cuales el fraude consiste en la importancia personal que se dan los empleados improductivos y quienes "gestionan" lo ajeno embolsándose de éste lo máximo que puedan "Esta situación -escribía hace algún tiempo Galbraith- no provoca ninguna reacción adversa seria. Y hasta hace muy poco las exageradas compensaciones y amplios beneficios de los ejecutivos operativos y no operativos tampoco había suscitado comentarios críticos". De hecho, los estafadores en puestos directivos se adjudicaron liquidaciones exorbitantes luego de la crisis de 2008. Desde el punto de vista creativo, se "mata" al trabajo al ser castigado el esfuerzo o ser castigada la creatividad y no reconocido el aporte a la riqueza social, mientras se premia ocupaciones "inútiles", aunque importantes para la realización y reproducción del capital. El rasero de la remuneración no es el trabajo verdadero, sino el que "capitaliza" ("realiza"), por decirlo de algún modo.
El trabajo más agotador no es bien remunerado, contra lo que quería por cierto hace algunos siglos el economista clásico Adam Smith. En cambio, suelen ser bien remuneradas "ocupaciones" de "terceras personas" (funcionarios, directivos, etcétera...) que "gestionan" lo producido por otros y encuentran en ello algún tipo de placer (con frecuencia el de mandar o incluso humillar, y claro está, el de percibir una buena remuneración). "He aquí la paradoja, escribe Galbraith en La economía del fraude inocente. La palabra 'trabajo' abarca igualmente la labor de aquellos para quienes es agotador, aburrido y desagradable, y la de aquellos que no lo perciben como obligatorio y para los que constituye un placer evidente. A estos últimos el trabajo puede proporcionarles una gratificante sensación de importancia personal o el sentimiento de superioridad que acompaña el tener a otros bajo sus órdenes". Agrega Galbraith: "los sueldos, bonificaciones y stock options son más generosos en los niveles más altos, donde el trabajo es un placer" (el ya descrito).
El fraude desde el punto de vista capitalista no está abajo: el capital busca aumentar la tasa de explotación (remunerando lo menos posible al trabajador-productor de riqueza, incluyendo al que es creativo), pero al mismo tiempo se permite desembolsos aberrantes en empleos u ocupaciones (no trabajos) tecnocráticos en los cuales el fraude consiste en la importancia personal que se dan los empleados improductivos y quienes "gestionan" lo ajeno embolsándose de éste lo máximo que puedan "Esta situación -escribía hace algún tiempo Galbraith- no provoca ninguna reacción adversa seria. Y hasta hace muy poco las exageradas compensaciones y amplios beneficios de los ejecutivos operativos y no operativos tampoco había suscitado comentarios críticos". De hecho, los estafadores en puestos directivos se adjudicaron liquidaciones exorbitantes luego de la crisis de 2008. Desde el punto de vista creativo, se "mata" al trabajo al ser castigado el esfuerzo o ser castigada la creatividad y no reconocido el aporte a la riqueza social, mientras se premia ocupaciones "inútiles", aunque importantes para la realización y reproducción del capital. El rasero de la remuneración no es el trabajo verdadero, sino el que "capitaliza" ("realiza"), por decirlo de algún modo.
sábado, 10 de diciembre de 2016
CLASES MEDIAS: LA FACILIDAD DE LAS MALAS ARTES
Henryk Grossmann, economista germano-polaco, se ocupó en 1929 de las "clases medias", una forma de expresarse que en realidad poco tiene que ver con el marxismo.
Para Grossmann (La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista), estas "clases medias" estaban ligadas ante todo a la ampliación del comercio, con ocupaciones que servían para realizar y reproducir el capital, pero, agregaba, "sin incrementar directamente el plusvalor". La función de estas mismas "clases" era ambivalente: de ayuda para esa realización, actuaban al mismo tiempo de manera negativa sobre la tasa de ganancia en otro aspecto, al aumentar el capital adelantado (para realización y reproducción).
Lo mismo ocurre con las llamadas "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, etcétera), que viven de "réditos derivados" de ganancia o renta. Marx estableció que no hay identidad entre productores y consumidores y predijo un crecimiento mayor de los segundos que de los primeros. El consumo ayuda a la realización, al igual que el comercio, pero destruye la mercancía y disminuye "la fuente disponible para la acumulación", según Grossmann. Para este autor, las "terceras personas" "son consumidoras sin ser al mismo tiempo productoras", de la misma manera en que el comercio suele ayudar a realizar mercancías sin incrementar el plusvalor. Grossmann señalaba que las "terceras personas" son prestadoras de servicios.
¿Para que sirven estos segmentos de las "clases medias", desde el comercio hasta los "prestadores de servicios"? De manera contradictoria, para frenar la caída de la tasa de ganancia (manteniendo la circulación y realización de mercancías y su consumo), pero también para disminuir el fondo de acumulación por causa de desembolsos improductivos, El capitalismo se sirve de las "clases medias" y las "terceras personas", no al revés.
El problema mayor es que estas "clases medias" y "terceras personas", al no incrementar el plusvalor y al consumir sin producir (por más que efectivamente estén "empleadas"), son idóneas para tener ocupaciones y jobs que no son verdaderos trabajos, por lo que rara vez hay creatividad en las tareas que llevan a cabo. Estados Unidos ha multiplicado este tipo de ocupaciones para contrarrestar la caída de la tasa de ganancia al precio de crear una capa de población sin los saberes, ni la creatividad ni la calidad de un verdadero trabajo: sin oficio, en suma. Estas capas de la población (que no son medibles por el ingreso) se llevan una parte del pastel sin aportar a su creación: difícilmente están exentas de "malas artes" para tener lo más posible -incluso a costa del capital y del asalariado- sin aportar mayor cosa a la creación de una verdadera riqueza social.
Para Grossmann (La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista), estas "clases medias" estaban ligadas ante todo a la ampliación del comercio, con ocupaciones que servían para realizar y reproducir el capital, pero, agregaba, "sin incrementar directamente el plusvalor". La función de estas mismas "clases" era ambivalente: de ayuda para esa realización, actuaban al mismo tiempo de manera negativa sobre la tasa de ganancia en otro aspecto, al aumentar el capital adelantado (para realización y reproducción).
Lo mismo ocurre con las llamadas "terceras personas" (funcionarios, profesiones liberales, etcétera), que viven de "réditos derivados" de ganancia o renta. Marx estableció que no hay identidad entre productores y consumidores y predijo un crecimiento mayor de los segundos que de los primeros. El consumo ayuda a la realización, al igual que el comercio, pero destruye la mercancía y disminuye "la fuente disponible para la acumulación", según Grossmann. Para este autor, las "terceras personas" "son consumidoras sin ser al mismo tiempo productoras", de la misma manera en que el comercio suele ayudar a realizar mercancías sin incrementar el plusvalor. Grossmann señalaba que las "terceras personas" son prestadoras de servicios.
¿Para que sirven estos segmentos de las "clases medias", desde el comercio hasta los "prestadores de servicios"? De manera contradictoria, para frenar la caída de la tasa de ganancia (manteniendo la circulación y realización de mercancías y su consumo), pero también para disminuir el fondo de acumulación por causa de desembolsos improductivos, El capitalismo se sirve de las "clases medias" y las "terceras personas", no al revés.
El problema mayor es que estas "clases medias" y "terceras personas", al no incrementar el plusvalor y al consumir sin producir (por más que efectivamente estén "empleadas"), son idóneas para tener ocupaciones y jobs que no son verdaderos trabajos, por lo que rara vez hay creatividad en las tareas que llevan a cabo. Estados Unidos ha multiplicado este tipo de ocupaciones para contrarrestar la caída de la tasa de ganancia al precio de crear una capa de población sin los saberes, ni la creatividad ni la calidad de un verdadero trabajo: sin oficio, en suma. Estas capas de la población (que no son medibles por el ingreso) se llevan una parte del pastel sin aportar a su creación: difícilmente están exentas de "malas artes" para tener lo más posible -incluso a costa del capital y del asalariado- sin aportar mayor cosa a la creación de una verdadera riqueza social.
miércoles, 7 de diciembre de 2016
¿PUEDE EU DEJAR DE SER UN PAIS RENTISTA?
A partir de los trabajos de Rudolf Hilferding y John A. Hobson (en la medida en que formaban parte de una reflexión colectiva), V.I. Lenin previó a principios del siglo XX la tendencia del capitalismo, bajo su forma imperialista, al estancamiento y en particular a la descomposición.
El proyecto proto-fascista estadounidense desde la época de Ronald Reagan, prolongado por los Bush, los Clinton y Obama, contaba con ampliar el imperio, en la locura de llevarlo a todo el globo terráqueo, sin calcular que el imperialismo afectaría a la nación estadounidense misma, corroyéndola en el mundo del trabajo. La ampliación "hacia el mercado exterior" derrumbó así muros y "tendió puentes" -para las corporaciones trasnacionales- con la caída del sovietismo y la desenfrenada apertura china. Se trataba simplemente de prolongar esta tendencia, pero la elección de Donald Trump mostró que otras tendencias están en juego.
Los Bush, los Clinton y Obama buscaron afianzar el flujo de "tributo" desde el mundo hacia el imperio e impedir cualquier otra forma de "circulación" de los excedentes internacionales. Estos proto-fascistas lo hicieron al precio de convertir a Estados Unidos en el tipo de "Estado rentista" (Rentnerstaat) que denunciaba Lenin. Hobson, citado por el líder bolchevique ruso en El imperialismo, fase superior del capitalismo, escribía que el parasitismo acompañaba a esta descomposición y consistía, entre otras cosas, en que "el Estado dominante utiliza sus provincias, sus colonias y los países dependientes, con el objeto de enriquecer a su clase dirigente y corromper a las clases inferiores a fin de que permanezcan tranquilas". Esta corrupción se estaba llevando a cabo en Estados Unidos con promesas de "inclusión" por "segmentos" (mujeres, jóvenes, minorías raciales y de género, etcétera) en una versión light del corporativismo fascista (con derecho de cada "segmento" al "corte de cupón"), y teniendo como pivotes a la clase media y la familia (algo igualmente frecuente en los fascismos), en lugar del empresariado productivo y el mundo del trabajo. "Volver a hacer grande a América", lema de Trump, no quiere decir forzosamente hacerla grande a costa de los demás, sino que "Estados Unidos sea para los estadounidenses", amenazados de un doble descalabro: externo e interno. De todos modos, no es en 100 días y sin atacar a fondo la financiarización que se puede revertir una tendencia imperial a la descomposición, aunque tal vez se pueda llegar a otra "administración de las cosas"
El proyecto proto-fascista estadounidense desde la época de Ronald Reagan, prolongado por los Bush, los Clinton y Obama, contaba con ampliar el imperio, en la locura de llevarlo a todo el globo terráqueo, sin calcular que el imperialismo afectaría a la nación estadounidense misma, corroyéndola en el mundo del trabajo. La ampliación "hacia el mercado exterior" derrumbó así muros y "tendió puentes" -para las corporaciones trasnacionales- con la caída del sovietismo y la desenfrenada apertura china. Se trataba simplemente de prolongar esta tendencia, pero la elección de Donald Trump mostró que otras tendencias están en juego.
Los Bush, los Clinton y Obama buscaron afianzar el flujo de "tributo" desde el mundo hacia el imperio e impedir cualquier otra forma de "circulación" de los excedentes internacionales. Estos proto-fascistas lo hicieron al precio de convertir a Estados Unidos en el tipo de "Estado rentista" (Rentnerstaat) que denunciaba Lenin. Hobson, citado por el líder bolchevique ruso en El imperialismo, fase superior del capitalismo, escribía que el parasitismo acompañaba a esta descomposición y consistía, entre otras cosas, en que "el Estado dominante utiliza sus provincias, sus colonias y los países dependientes, con el objeto de enriquecer a su clase dirigente y corromper a las clases inferiores a fin de que permanezcan tranquilas". Esta corrupción se estaba llevando a cabo en Estados Unidos con promesas de "inclusión" por "segmentos" (mujeres, jóvenes, minorías raciales y de género, etcétera) en una versión light del corporativismo fascista (con derecho de cada "segmento" al "corte de cupón"), y teniendo como pivotes a la clase media y la familia (algo igualmente frecuente en los fascismos), en lugar del empresariado productivo y el mundo del trabajo. "Volver a hacer grande a América", lema de Trump, no quiere decir forzosamente hacerla grande a costa de los demás, sino que "Estados Unidos sea para los estadounidenses", amenazados de un doble descalabro: externo e interno. De todos modos, no es en 100 días y sin atacar a fondo la financiarización que se puede revertir una tendencia imperial a la descomposición, aunque tal vez se pueda llegar a otra "administración de las cosas"
lunes, 5 de diciembre de 2016
EL "SISMONDISMO" COMO ANHELO
El hecho de que la crisis capitalista actual se exprese por sobre-acumulación y sobre-producción crea una impresión contraria a la de la crisis misma, al haber abundancia de mercancías. Quien se ponga a ver escaparates y anuncios luminosos publicitarios -la saturación de todo- no pensará que hay crisis y que sobre-acumulación y sobre-producción pueden enmascarar una falta de plusvalía, como tasa, aunque no forzosamente como masa. El resultado es un crecimiento cuantitativo de contradicciones sin solución cualitativa. Por lo demás, la apología del capitalismo ha sabido "vender" de distintas maneras esta sobre-producción, mostrándola como la abundancia que efectivamente es por contraste con la "escasez" de lo que era el bloque socialista o lo que existe en países como Cuba.
Otro hecho no mostrado es el sobre-consumo. Lo que está sistemáticamente insinuado es el sub-consumo, entendido como promesa renovada de incorporación a la abundancia, lo que en algunos casos se hace con deuda y en otros con prestaciones clientelistas. La izquierda de origen social-demócrata y progresista (en el estilo del progresismo argentino, brasileño o incluso venezolano) ha jugado esta carta que no es otra que la de un especie de peligroso "sismondismo": en vez de pasar por el trabajo (como parece querer hacerlo por el momento el mandatario estadounidense electo Donald Trump). pasa por la promesa de dar cierta capacidad de consumo a cambio de comprarse "lealtades", todo sin considerar el mérito ni esfuerzo alguno. No está de más señalar que el portal latino-americanista Alainet estuvo reproduciendo hace algún tiempo una serie de artículos de elogio de Sismondi, el economista suizo del siglo XIX. No es todo: "presagiando" un dizque nuevo "sistema-mundo", en el mismo portal y en otros Ignacio Ramonet insinúa el modo de seguir "ofertando" desde arriba en vez de cambiar las cosas desde abajo: calcula de aquí al año 2030 que las clases medias se tripliquen, pasando de mil millones a tres mil millones de personas -toda una masa de potenciales clientes para "pronósticos" como los de Goldman Sachs-. Muy bien, solo que, de acuerdo con el mismo Ramonet, la población al 2030 sería de ocho mil 500 millones, por lo que hay cinco mil 500 millones de personas que no estarán en la clase media y que en su inmensa mayoría tampoco estarán en el "1%". ¿La solución? Una temporal, como siempre, como la promesa de "inclusión" hecha "para todos", pero siempre concretada para una parte que termina estando dispuesta a ignorar que tres mil en ocho mil 500 no hacen más que una pequeña isla de prosperidad y privilegios.
Mientras Sismondi sea el anhelo socialista -redistribuir, en vez de cambiar las condiciones de producción- no se habrá despejado ni siquiera el peligro mencionado por Diego Guerrero en su introducción a los escritos escogidos de Sismondi (Sobre-producción y sub-consumo): el de un socialismo nacionalista, estatalista y anticomunista (con frecuencia no mencionado como tal) no exento de emparentamientos con fascismos y neofascismos.
Otro hecho no mostrado es el sobre-consumo. Lo que está sistemáticamente insinuado es el sub-consumo, entendido como promesa renovada de incorporación a la abundancia, lo que en algunos casos se hace con deuda y en otros con prestaciones clientelistas. La izquierda de origen social-demócrata y progresista (en el estilo del progresismo argentino, brasileño o incluso venezolano) ha jugado esta carta que no es otra que la de un especie de peligroso "sismondismo": en vez de pasar por el trabajo (como parece querer hacerlo por el momento el mandatario estadounidense electo Donald Trump). pasa por la promesa de dar cierta capacidad de consumo a cambio de comprarse "lealtades", todo sin considerar el mérito ni esfuerzo alguno. No está de más señalar que el portal latino-americanista Alainet estuvo reproduciendo hace algún tiempo una serie de artículos de elogio de Sismondi, el economista suizo del siglo XIX. No es todo: "presagiando" un dizque nuevo "sistema-mundo", en el mismo portal y en otros Ignacio Ramonet insinúa el modo de seguir "ofertando" desde arriba en vez de cambiar las cosas desde abajo: calcula de aquí al año 2030 que las clases medias se tripliquen, pasando de mil millones a tres mil millones de personas -toda una masa de potenciales clientes para "pronósticos" como los de Goldman Sachs-. Muy bien, solo que, de acuerdo con el mismo Ramonet, la población al 2030 sería de ocho mil 500 millones, por lo que hay cinco mil 500 millones de personas que no estarán en la clase media y que en su inmensa mayoría tampoco estarán en el "1%". ¿La solución? Una temporal, como siempre, como la promesa de "inclusión" hecha "para todos", pero siempre concretada para una parte que termina estando dispuesta a ignorar que tres mil en ocho mil 500 no hacen más que una pequeña isla de prosperidad y privilegios.
Mientras Sismondi sea el anhelo socialista -redistribuir, en vez de cambiar las condiciones de producción- no se habrá despejado ni siquiera el peligro mencionado por Diego Guerrero en su introducción a los escritos escogidos de Sismondi (Sobre-producción y sub-consumo): el de un socialismo nacionalista, estatalista y anticomunista (con frecuencia no mencionado como tal) no exento de emparentamientos con fascismos y neofascismos.
jueves, 1 de diciembre de 2016
NUEVOS RICOS: TRANSGREDIR ES FASHION
A su manera, los Clinton y los Obama representan el resultado de 30 años de saqueo que han formado parte de la destrucción del capitalismo monopolista de Estado, sin que mayor cosa haya sido puesta en su lugar. No es posible pronosticar por ahora si el mandatario estadounidense, Donald Trump, podrá limitar los estragos -entre otros, culturales- de los "nuevos ricos" que hicieron su agosto con el cosmopolitismo y la depredación a cuenta y a costa del erario nacional. Nada más falso que el mal llamado "neoliberalismo" haya sido simplemente una "fábrica de pobres"; también lo fue de arribistas dispuestos a dejar su humanidad (¿la tenían?) en el camino al "ser alguien en la vida", entendido incluso como ser más ostentoso que millonario (Beatriz Sarló), llegado el caso.
En algún momento, a principios de 2012, Beatriz Sarló describía en La nación el nuevo estilo que, digamos, parecía consistir en colgarse de la riqueza que manaba de las privatizaciones, mientras, en el caso específico de Argentina, desde la dictadura había sucedido a la vez el derrumbe del aparato productivo y justamente la "aparición" de estos "emergentes": los nuevos ricos. Fue con el menemismo, como en otros países con el fujimorismo, con los adecos o con el seductor de la patria. El menemismo, al decir de Sarló, "(...) también fue el régimen que permitió la impunidad en la costumbre de los poderosos y, en primer lugar, de los gobernantes. Con el menemismo se difunde la idea de que no hay reglas, sino discursos que explican lo que, combinando lo negativo y lo supuestamente positivo, se llamó 'transgresión'". Así, "los ricos fueron fashion", pero también se volvió in transgredir, provocar, "adelantarse a golpear", desafiar a lo que George Orwell llamaba "decencia común", hasta llegar a lo que por su parte Suart Ewen ha llamado "la sociedad indecente" y otros el "capitalismo pulsional". Para Sarló, el menemismo obtuvo una victoria simbólica (en el imaginario cultural), además de impunidad. A su vez, "el kirchnerismo, que dió varias batallas culturales, no rompió con el glam del menemismo". Después de todo, Menem era "un sensual, que no interponía barreras entre lo público y lo privado".
"El estilo tardocapitalista del burgués flamígero, el burgués de relojes, autos y pisos lujosos, casas vulgares con muchos baños, cruceros y ropas de marca, es un estilo de época", escribía Sarló, y comentaba: "desde el menemismo quedó legitimada la cultura de la riqueza.- Sus triviales hitos fueron una pista de aterrizaje internacional, incongruente en medio de una provincia miserable; los trajes brillantes, el cuello de camisa italiano y el nudo de corbata windsor convertidos en uniforme administrativo; el champagne, y una Ferrari roja apta para transgredir velocidades máximas en la carretera (probando el absurdo de los bólidos supercaros)". ¿A qué llegó la transgresión, agravada en el caso de países con narcomoney? No lejos del proto-fascismo latente en el "capitalismo pulsional", se llegó al culto de lo vulgar "desinhibido" como fashion y algo más. En esta "era de la desfachatez", como la llamara Sarló, "una cultura del 'todo vale' se compatibiliza bien con un capitalismo del todo vale, empezando por la corrupción y los negocios de amigos".
"El capitalismo -decía Sarló- todavía tiene una doble deuda que no es seguro que pueda cubrir: la decadencia de su cultura en términos éticos y de solidaridad, por una parte; la banalidad de sus principales emblemas de consumo, por la otra". ¿Todavía se puede algo para salir de este camino a la decadencia y al proto-fascismo?
En algún momento, a principios de 2012, Beatriz Sarló describía en La nación el nuevo estilo que, digamos, parecía consistir en colgarse de la riqueza que manaba de las privatizaciones, mientras, en el caso específico de Argentina, desde la dictadura había sucedido a la vez el derrumbe del aparato productivo y justamente la "aparición" de estos "emergentes": los nuevos ricos. Fue con el menemismo, como en otros países con el fujimorismo, con los adecos o con el seductor de la patria. El menemismo, al decir de Sarló, "(...) también fue el régimen que permitió la impunidad en la costumbre de los poderosos y, en primer lugar, de los gobernantes. Con el menemismo se difunde la idea de que no hay reglas, sino discursos que explican lo que, combinando lo negativo y lo supuestamente positivo, se llamó 'transgresión'". Así, "los ricos fueron fashion", pero también se volvió in transgredir, provocar, "adelantarse a golpear", desafiar a lo que George Orwell llamaba "decencia común", hasta llegar a lo que por su parte Suart Ewen ha llamado "la sociedad indecente" y otros el "capitalismo pulsional". Para Sarló, el menemismo obtuvo una victoria simbólica (en el imaginario cultural), además de impunidad. A su vez, "el kirchnerismo, que dió varias batallas culturales, no rompió con el glam del menemismo". Después de todo, Menem era "un sensual, que no interponía barreras entre lo público y lo privado".
"El estilo tardocapitalista del burgués flamígero, el burgués de relojes, autos y pisos lujosos, casas vulgares con muchos baños, cruceros y ropas de marca, es un estilo de época", escribía Sarló, y comentaba: "desde el menemismo quedó legitimada la cultura de la riqueza.- Sus triviales hitos fueron una pista de aterrizaje internacional, incongruente en medio de una provincia miserable; los trajes brillantes, el cuello de camisa italiano y el nudo de corbata windsor convertidos en uniforme administrativo; el champagne, y una Ferrari roja apta para transgredir velocidades máximas en la carretera (probando el absurdo de los bólidos supercaros)". ¿A qué llegó la transgresión, agravada en el caso de países con narcomoney? No lejos del proto-fascismo latente en el "capitalismo pulsional", se llegó al culto de lo vulgar "desinhibido" como fashion y algo más. En esta "era de la desfachatez", como la llamara Sarló, "una cultura del 'todo vale' se compatibiliza bien con un capitalismo del todo vale, empezando por la corrupción y los negocios de amigos".
"El capitalismo -decía Sarló- todavía tiene una doble deuda que no es seguro que pueda cubrir: la decadencia de su cultura en términos éticos y de solidaridad, por una parte; la banalidad de sus principales emblemas de consumo, por la otra". ¿Todavía se puede algo para salir de este camino a la decadencia y al proto-fascismo?
lunes, 28 de noviembre de 2016
EU: ¿CUAL ANTIFASCISMO?
Un Comité de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptó hace poco una resolución -promovida por Rusia- de condena contra la glorificación del nazismo. La resolución condenó igualmente las manifestaciones de racismo y xenofobia.
La resolución obtuvo el apoyo de 131 países; 48 se abstuvieron (incluidos algunos países de la Unión Europea) y tres votaron en contra: Estados Unidos, Ucrania y bueno, Palau.
En noviembre de 2014, ante una iniciativa similar, Ucrania y Estados Unidos también votaron en contra. El 12 de diciembre de 2012 (aún no había golpe proto-fascista en Ucrania), la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución -otra vez promovida por Rusia- para condenar el nazismo. Estados Unidos votó en contra, con las islas Marshall.
En julio de 1016, la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) rechazó una propuesta de resolución de Rusia contra el nazismo.
A lo anterior debe agregarse la protección y el fomento de Estados Unidos, desde hace años, a formas abiertas de barbarie, como las del Estado Islámico. No está de más concluir que las administraciones Obama en Estados Unidos se negaron a condenar el nazismo, lo apoyaron en algunas de sus formas en Ucrania y contribuyeron a la propagación de la barbarie en Siria e Iraq. Hasta ahora, nadie ha puesto el grito en el cielo porque, al parecer, se trata más de neutralizar a otros tachándolos de "fascistas" -poco importa si hay verdad o no- que de considerar los hechos mediante un juicio de realidad. Parte del delirio de los nuevos ricos de los últimos treinta o cuarenta años ha consistido en hacerse de la vista gorda mientras le dan al perro la orden de ataque. Tal vez cese esta política en el Este europeo y Oriente Medio, al menos por un tiempo.
La resolución obtuvo el apoyo de 131 países; 48 se abstuvieron (incluidos algunos países de la Unión Europea) y tres votaron en contra: Estados Unidos, Ucrania y bueno, Palau.
En noviembre de 2014, ante una iniciativa similar, Ucrania y Estados Unidos también votaron en contra. El 12 de diciembre de 2012 (aún no había golpe proto-fascista en Ucrania), la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución -otra vez promovida por Rusia- para condenar el nazismo. Estados Unidos votó en contra, con las islas Marshall.
En julio de 1016, la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) rechazó una propuesta de resolución de Rusia contra el nazismo.
A lo anterior debe agregarse la protección y el fomento de Estados Unidos, desde hace años, a formas abiertas de barbarie, como las del Estado Islámico. No está de más concluir que las administraciones Obama en Estados Unidos se negaron a condenar el nazismo, lo apoyaron en algunas de sus formas en Ucrania y contribuyeron a la propagación de la barbarie en Siria e Iraq. Hasta ahora, nadie ha puesto el grito en el cielo porque, al parecer, se trata más de neutralizar a otros tachándolos de "fascistas" -poco importa si hay verdad o no- que de considerar los hechos mediante un juicio de realidad. Parte del delirio de los nuevos ricos de los últimos treinta o cuarenta años ha consistido en hacerse de la vista gorda mientras le dan al perro la orden de ataque. Tal vez cese esta política en el Este europeo y Oriente Medio, al menos por un tiempo.
sábado, 26 de noviembre de 2016
CHINA, LA CRISIS
Myléne Gaulard (Karl Marx á Pékin/ Karl Marx en Pekín, 2014) ha estudiado el funcionamiento de la economía china y mostrado que tiene lugar con las contradicciones características del capitalismo.
-China está en sobre-acumulación (sobre-inversión), con una tasa récord en el mundo (50 del producto interno bruto-PIB). También está en sobre-producción: por ejemplo, produce en un año 18 millones de automóviles y 2 millones (el equivalente de la producción de Francia) se quedan sin vender. Otro ejemplo: la producción excedente de acero chino equivale a toda la producción de Japón. La sobre-utilización del capital se ha acompañado de un estancamiento de la productividad de los factores.
-El consumo es del 37 % del PIB, equivalente al del Congo (!). El ahorro es alto, para pagar gastos en salud, educación, etcétera. Los salarios en realidad no han aumentado: su parte en la riqueza ha bajado de 50 % a 40 %, por contraste con los beneficios.
-Dado que la tasa de ganancia en China tiende a caer desde hace tiempo (Gaulard remite hasta los años '90), no pareciera pertinente reorientar la economía hacia el mercado interno y la gente, de todos modos, no se decide a gastar, pese a "incentivos" desde el año 2000: las políticas de baja de tasa de interés y de infraestructuras públicas (las más grandes del mundo) no han conseguido recientemente reanimar la economía.
-Frente al descenso de la ganancia productiva, se han formado burbujas especulativas (por ejemplo, en el sector inmobiliario, lo que ya sucedió en Japón y en Estados Unidos) y al mismo tiempo, la deuda privada de China representaría 150 % del PIB.
Pese a las sugerencias y hasta presiones para animar el mercado interno, el gobierno chino parece haber optado por seguir orientándose hacia el mercado externo (a pesar de que las exportaciones, cifradas por Gaulard en 30 % del PIB, no pueden absorber la sobre-producción), incluso con más libre comercio en Asia, en cuyo sur se encuentra hasta el 60 % del mercado internacional.
China espera compensar con esta orientación las medidas que pudiera llegar a tomar la presidencia estadounidense de Donald Trump contra las importaciones chinas (hasta 45 % de aranceles), lo que provocaría problemas en la balanza comercial y, según algunos, una huida masiva de capitales desde el país asiático (las reservas chinas podrían reducirse).
Entretanto, sin solución a la crisis (lo que pasaría por un verdadero aumento de la calidad de vida en China, en vez de seguir "haciendo girar" mercancías por el globo entero), es probable que Estados Unidos mantenga cierta presión militar en el mar de China meridional, punto de paso estratégico de los energéticos hacia el gigante de Asia.
-China está en sobre-acumulación (sobre-inversión), con una tasa récord en el mundo (50 del producto interno bruto-PIB). También está en sobre-producción: por ejemplo, produce en un año 18 millones de automóviles y 2 millones (el equivalente de la producción de Francia) se quedan sin vender. Otro ejemplo: la producción excedente de acero chino equivale a toda la producción de Japón. La sobre-utilización del capital se ha acompañado de un estancamiento de la productividad de los factores.
-El consumo es del 37 % del PIB, equivalente al del Congo (!). El ahorro es alto, para pagar gastos en salud, educación, etcétera. Los salarios en realidad no han aumentado: su parte en la riqueza ha bajado de 50 % a 40 %, por contraste con los beneficios.
-Dado que la tasa de ganancia en China tiende a caer desde hace tiempo (Gaulard remite hasta los años '90), no pareciera pertinente reorientar la economía hacia el mercado interno y la gente, de todos modos, no se decide a gastar, pese a "incentivos" desde el año 2000: las políticas de baja de tasa de interés y de infraestructuras públicas (las más grandes del mundo) no han conseguido recientemente reanimar la economía.
-Frente al descenso de la ganancia productiva, se han formado burbujas especulativas (por ejemplo, en el sector inmobiliario, lo que ya sucedió en Japón y en Estados Unidos) y al mismo tiempo, la deuda privada de China representaría 150 % del PIB.
Pese a las sugerencias y hasta presiones para animar el mercado interno, el gobierno chino parece haber optado por seguir orientándose hacia el mercado externo (a pesar de que las exportaciones, cifradas por Gaulard en 30 % del PIB, no pueden absorber la sobre-producción), incluso con más libre comercio en Asia, en cuyo sur se encuentra hasta el 60 % del mercado internacional.
China espera compensar con esta orientación las medidas que pudiera llegar a tomar la presidencia estadounidense de Donald Trump contra las importaciones chinas (hasta 45 % de aranceles), lo que provocaría problemas en la balanza comercial y, según algunos, una huida masiva de capitales desde el país asiático (las reservas chinas podrían reducirse).
Entretanto, sin solución a la crisis (lo que pasaría por un verdadero aumento de la calidad de vida en China, en vez de seguir "haciendo girar" mercancías por el globo entero), es probable que Estados Unidos mantenga cierta presión militar en el mar de China meridional, punto de paso estratégico de los energéticos hacia el gigante de Asia.
jueves, 24 de noviembre de 2016
EU: ¿PUEDE FUNCIONAR EL PLAN DE TRUMP?
Estados Unidos es un gran país para los negocios y la técnica. Es su gran ventaja y su debilidad.
Más que tener una "planeación", el mandatario electo estadounidense, Donald Trump, tiene un "plan", de negocios, más que de economía (ya ni se diga de política económica): rebajar impuestos a las grandes sociedades (sobre todo si repatrian beneficios a Estados Unidos), para "incentivarlas", y desregular (más) las finanzas, tal vez con modificaciones a la ley Dodd-Frank (de 2010, ley de reforma de Wall Street y protección al consumidor) para volver al crédito. Aunque haya ecos de Franklin D. Roosevelt, quien gobernó a Estados Unidos durante los años '30 del siglo pasado (pero frenó la desregulación financiera), Trump no será demasiado keynesiano, ni siquiera por su promesa de crear 25 millones de empleos, reanimar al "cinturón del óxido" (Rust Belt) y lanzar un programa de infraestructuras por un billón de dólares. Lo deseable es que funcione, pero lo real es que intentos similares de reactivar la economía, en Japón ("Abenomics") y la Unión Europea (Plan Juncker) no han estado dando resultados. No hay nada que presione al gran negocio a tomarse en serio el mercado nacional reduciendo las desigualdades, mejorando los salarios (lo que, para mal del negocio, atenuaría en parte la explotación) y mejorando la productividad. La visión de Trump es típica del empresario, que cree en la "economía del goteo" y no en la del trabajo que crea riqueza. No está demostrado que el tipo de incentivo planeado vaya a la economía productiva: podria seguir refugiándose en las finanzas (es lo quie ha venido sucediendo desde hace años), a riesgo de otra crisis más adelante.
La infraestructura ni siquiera sería financiada por el Estado, sino por empresas privadas urgidas de retornos rápidos (con los peajes de los contribuyentes), y a partir de los beneficios por extracciones petroleras. Los beneficiarios pueden ser empresas constructoras y promotoras, que se harán de los puentes, carreteras, etcétera, financiados por los usuarios.
Era Trump o un intento descabellado de los nuevos ricos por salir del atolladero con una guerra, Ahora, no queda claro cómo manejará Estados Unidos el equilibrio entre sus tendencias al aislacionismo (las ha habido en la Historia moderna, y fuertes, en particular en el periodo de entreguerras) y otras al imperialismo y el apoyo a los fascismos. Estados Unidos no tiene la recuperación interna fácil, aunque es preferible al imperialismo. El problema, para Estados Unidos, es que si vienen más tiempos difíciles las posibilidades de una "gran guerra" podrían ser cada vez menores, para no decir que imposibles, lo que obligaría a pensar de un modo muy distinto -no como mero asunto de técnica y negocio, que es como se "piensa" todo hoy- la salida de una muy larga crisis.
Más que tener una "planeación", el mandatario electo estadounidense, Donald Trump, tiene un "plan", de negocios, más que de economía (ya ni se diga de política económica): rebajar impuestos a las grandes sociedades (sobre todo si repatrian beneficios a Estados Unidos), para "incentivarlas", y desregular (más) las finanzas, tal vez con modificaciones a la ley Dodd-Frank (de 2010, ley de reforma de Wall Street y protección al consumidor) para volver al crédito. Aunque haya ecos de Franklin D. Roosevelt, quien gobernó a Estados Unidos durante los años '30 del siglo pasado (pero frenó la desregulación financiera), Trump no será demasiado keynesiano, ni siquiera por su promesa de crear 25 millones de empleos, reanimar al "cinturón del óxido" (Rust Belt) y lanzar un programa de infraestructuras por un billón de dólares. Lo deseable es que funcione, pero lo real es que intentos similares de reactivar la economía, en Japón ("Abenomics") y la Unión Europea (Plan Juncker) no han estado dando resultados. No hay nada que presione al gran negocio a tomarse en serio el mercado nacional reduciendo las desigualdades, mejorando los salarios (lo que, para mal del negocio, atenuaría en parte la explotación) y mejorando la productividad. La visión de Trump es típica del empresario, que cree en la "economía del goteo" y no en la del trabajo que crea riqueza. No está demostrado que el tipo de incentivo planeado vaya a la economía productiva: podria seguir refugiándose en las finanzas (es lo quie ha venido sucediendo desde hace años), a riesgo de otra crisis más adelante.
La infraestructura ni siquiera sería financiada por el Estado, sino por empresas privadas urgidas de retornos rápidos (con los peajes de los contribuyentes), y a partir de los beneficios por extracciones petroleras. Los beneficiarios pueden ser empresas constructoras y promotoras, que se harán de los puentes, carreteras, etcétera, financiados por los usuarios.
Era Trump o un intento descabellado de los nuevos ricos por salir del atolladero con una guerra, Ahora, no queda claro cómo manejará Estados Unidos el equilibrio entre sus tendencias al aislacionismo (las ha habido en la Historia moderna, y fuertes, en particular en el periodo de entreguerras) y otras al imperialismo y el apoyo a los fascismos. Estados Unidos no tiene la recuperación interna fácil, aunque es preferible al imperialismo. El problema, para Estados Unidos, es que si vienen más tiempos difíciles las posibilidades de una "gran guerra" podrían ser cada vez menores, para no decir que imposibles, lo que obligaría a pensar de un modo muy distinto -no como mero asunto de técnica y negocio, que es como se "piensa" todo hoy- la salida de una muy larga crisis.
martes, 22 de noviembre de 2016
LA UE Y JAPON, ESTANCADOS
Hay dos ejemplos de cómo la moneda común, el euro, está favoreciendo a Alemania y hundiendo mientras tanto al resto de Europa en una crisis grave. A falta de política monetaria soberana, la industria francesa, por ejemplo, no puede enfrentarse a la alemana desde la crisis de 2008. La industria representa hoy 14,1 % del valor añadido bruto total francés contra 19,2 % en 1995 y por contraste con 25,9 % de Alemania, según datos de Eurostat citados por William Engdahl en su portal. A titulo de ejemplo todavía más ilustrativo, mientras la producción mundial de automóviles casi se duplicó de 1997 a 2015 (de 53 millones a 90 millones de vehículos al año), y Alemania aumentó su producción en 20 % (de 5 millones a 6 millones), la producción francesa cayó de 4 millones a menos de 2 millones.
Los bancos no pueden reorganizarse de manera soberana. En 2013, durante la crisis chipriota, el ministro de Hacienda de Holanda y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, propuso tranquilamente confiscar el dinero de los depositantes grandes y pequeños para recapitalizar los bancos, siendo frenado al último minuto (al final, los depositantes más ricos perdieron 40 % de su dinero). El tercer banco más grande de Italia, Monte del Paschi, no ha podido ser rescatado por el Estado italiano ante la oposición creada por la nueva ley bancaria de la Unión Europea. Ante crisis de solvencia como las del Deutsche Bank o el Commerzbank, las nuevas reglas europeas impiden -entre otras medidas- las moratorias temporales sobre las ejecuciones hipotecarias y embargos si las personas se atrasan en sus pagos.
Como está sucediendo en otros lugares (Japón, próximamente en Estados Unidos), en Europa se ha anunciado un plan de "revitalización" de la economía, el Plan Juncker (en 2015 se anunció la creación de un Fondo europeo de Inversiones Estratégicas), pero bajo el supuesto de financiamiento privado (con las plusvalías de los fondos de pensiones, por ejemplo), siendo que el sector privado no se siente "en confianza" para invertir y pide en cambio, para aceptar este tipo de planes, mayor flexibilización laboral y menos derechos sociales. ¿Qué está sucediendo? Se hunden países enteros, desde casos explícitos como Grecia y Chipre hasta "implícitos" como España, se destruyen derechos sociales importantes y buena parte de sectores industriales clave, como en Francia, y se actúa de tal modo que ni el mundo de los negocios, orientado hacia el exterior, se da cuenta de que socava sus posibilidades de ganancias futuras.
En Japón, pese a un crecimiento importante, la economía interna no arranca -los consumidores no gastan y la iniciativa privada no invierte- al cabo de 15 años de deflación y crisis, por lo que las empresas japonesas siguen prefiriendo los mercados externos y no reinvertir en el mercado nipón. El gobierno ha lanzado un plan de "reactivación", pero también con restricciones presupuestales y otras, como la negativa a aumentar los salarios y a dinamizar el crecimiento demográfico. Hasta ahora, lo único que se ha hecho es una política monetaria que salve los beneficios en los mercados exteriores, pero sin reanimación de la demanda interna, como si para todos contara únicamente "girar" en el exterior sin importar que los mercados internos se estanquen duraderamente.
Los bancos no pueden reorganizarse de manera soberana. En 2013, durante la crisis chipriota, el ministro de Hacienda de Holanda y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, propuso tranquilamente confiscar el dinero de los depositantes grandes y pequeños para recapitalizar los bancos, siendo frenado al último minuto (al final, los depositantes más ricos perdieron 40 % de su dinero). El tercer banco más grande de Italia, Monte del Paschi, no ha podido ser rescatado por el Estado italiano ante la oposición creada por la nueva ley bancaria de la Unión Europea. Ante crisis de solvencia como las del Deutsche Bank o el Commerzbank, las nuevas reglas europeas impiden -entre otras medidas- las moratorias temporales sobre las ejecuciones hipotecarias y embargos si las personas se atrasan en sus pagos.
Como está sucediendo en otros lugares (Japón, próximamente en Estados Unidos), en Europa se ha anunciado un plan de "revitalización" de la economía, el Plan Juncker (en 2015 se anunció la creación de un Fondo europeo de Inversiones Estratégicas), pero bajo el supuesto de financiamiento privado (con las plusvalías de los fondos de pensiones, por ejemplo), siendo que el sector privado no se siente "en confianza" para invertir y pide en cambio, para aceptar este tipo de planes, mayor flexibilización laboral y menos derechos sociales. ¿Qué está sucediendo? Se hunden países enteros, desde casos explícitos como Grecia y Chipre hasta "implícitos" como España, se destruyen derechos sociales importantes y buena parte de sectores industriales clave, como en Francia, y se actúa de tal modo que ni el mundo de los negocios, orientado hacia el exterior, se da cuenta de que socava sus posibilidades de ganancias futuras.
En Japón, pese a un crecimiento importante, la economía interna no arranca -los consumidores no gastan y la iniciativa privada no invierte- al cabo de 15 años de deflación y crisis, por lo que las empresas japonesas siguen prefiriendo los mercados externos y no reinvertir en el mercado nipón. El gobierno ha lanzado un plan de "reactivación", pero también con restricciones presupuestales y otras, como la negativa a aumentar los salarios y a dinamizar el crecimiento demográfico. Hasta ahora, lo único que se ha hecho es una política monetaria que salve los beneficios en los mercados exteriores, pero sin reanimación de la demanda interna, como si para todos contara únicamente "girar" en el exterior sin importar que los mercados internos se estanquen duraderamente.
sábado, 19 de noviembre de 2016
¿RUSIA ESTA A SALVO?
Los esfuerzos del gobierno de Vladimir Putin para dejar a la Federación Rusa con todas las capacidades de defensa frente a las amenazas militares exteriores siguen rindiendo frutos. En primer lugar, acaba de ponerse "a punto" el misil balístico Sarmat RS-28 (igualmente conocido en Occidente como "Satanás 2"), con capacidad para devastar la costa Este estadounidense, o un territorio equivalente al de Francia o de Texas (la capacidad es dos mil veces mayor a la destructiva de las bombas que fueron lanzadas contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki). Este nuevo misil balístico inter-continental es in-interceptable y su velocidad le permite engañar a los sistemas anti-misiles existentes. La rapidez del Sarmat -que se fabricará a partir de 2018-le permite llegar por ejemplo en unos 13 minutos del enclave de Kaliningrado a Londres. Otra cosa más: el nuevo sistema de "guerra electrónica" rusa puede suprimir, a una distancia de tres mil kilómetros, las señales de onda corta de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dejándolos incomunicados (sistema Murmánsk -BM). El sistema está por entrar en operación. El enemigo interferido no puede recibir ni transmitir órdenes e información objetiva de manera expedita.
La mejor noticia es que la Federación Rusa tiene ya cuatro locomotoras para salir del extractivismo, que se están comportando muy bien: la agricultura (hay muy buenos resultados en aves de corral, cerdo y cordero), la química y la metalurgia (con la ventaja de reconstituir un importante sector industrial y, por cierto, desde ya, de ganarle a las trasnacionales el mercado ruso de productos farmacéuticos), y el sector militar-industrial. El Banco Mundial ha estimado que la economía rusa podría comenzar a restablecerse mejor en 2017.
Como lo han señalado algunos miembros de la Duma, la reciente detención del titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Alexei Ulukayev, por aceptar sobornos para privatizaciones, es una "señal" no solo a los oligarcas, de por sí obligados a mantenerse al margen de las grandes decisiones del país, sino también a los funcionarios corruptos, que no son pocos, aunque la corrupción no permea al conjunto de la sociedad rusa y más bien tiene harta a buena parte de la población.
martes, 15 de noviembre de 2016
ERA MUY, MUY IMPORTANTE
La primera noche (fue además la última), en la primera entrevista en su consultorio, a media luz, yo lo había intuido: era alguien insignificante. En efecto, no había terminado de contarle mis cuitas que, antes mismo del parricidio, ya me tenía preparado el estigma de Rey de la Fortuna, no por tahúr, brincos diera, sino por encabezar Tebas luego de haberme casado con mamá. No sé qué peste hay en la ciudad que más de un psicólogo y todos los psicoanalistas, además de fanáticos de Pink Freud, parecen haber hecho escuela con las películas de Jaime Humberto Hermosillo. De seguro el paciente trai algo chueco. Le dije que por ahí no iba y se puso rojo como jitomate. Nos pusimos al tú por tú.
A un precio importante, me hacía sentir importante. Pues estábamos al tú por tú. Cada vez que yo estaba por consumar el parricidio, concluía la sesión y, cerrándome el camino a la puerta, este hombre que cultivaba cierto parecido con Freud me apuntaba con el dedo y lleno de entusiasmo, me decía: "!éso es muy, muy importante!". Yo me sentía muy, muy importante, aunque notaba detalles algo extraños.
Uno de ellos: el diván, contra lo usual, estaba pegado a la biblioteca en la cual destacaban las lecturas del doc. Entre una divagación y otra, podía contemplar, no el horizonte, un árbol o algún perrito como el que dicen que tenía siempre Freud al lado del diván, sino ni más ni menos que las obras completas de Octavio Paz, alguien, casi no hace falta decirlo, muy, muy importante. Alguna vez tuve un impulso suicida: es que imaginé que, en caso de sismo, esos tomos, muy, muy voluminosos, se me vendrían a la cabeza -literamente- como ladrillos y el efecto traumático sería demasiado importante, dejándome postrado y con lapsus para siempre ("mi padre era un ogro filantrópico que en su postdata, etcétera..."). Pensé en tirarme del diván al suelo, pero es que entretanto ocurrían otras cosas. En sesiones de por sí cortas, porque el doc encontraba mi "punto de acolchado" muy rápido (como máximo, a los 10 minutos, con cinco de gracia), mis divagaciones insignificantes se veían a cada rato interrumpidas, porque el tratante tenía que contestar llamadas muy, muy importantes. Que sí, linda, que lo que tu digas, que te tiendo y te atiendo y te vuelvo a tender, más o menos por ahí estaba "cosiendo las suturas" quien me oía mientras hablaba (¿uh?) y, parándose como a toque a deguello, me volvía cada vez a cerrar el camino a la puerta: "!éso es muy, muy importante!". Caray, se me agigantaba.
El sostiene que el psicoanálisis es una obra de arte y que la diferencia entre "tener sexo" y "hacer el amor" es que lo segundo es una obra de arte (lo primero seguramente es un simple trabajo de plomería). En mi nudo borromeo, he llegado imaginarme al señor en lo Real cincelando a su señora para esculpirla -algo muy, muy importante- o pasándole un pincel con óleo, acuarela o gouache. Cada quien sus perversiones. Parecía ser su lema en lo Simbólico, por lo demás. Cuando le narré -entre llamadita y llamadita- los efectos afrodisíacos cargantes de un psicotrópico, que me ponía cachondo, me contestó lo más quitado de la pena que él no tenía prejuicios sexuales. El muy cabrón, no me había perdonado en lo Imaginario la sesión primera, la de media luz. Debía dar yo gracias al sol y gritar en el diván: "!Pero sigo siendo el gay!" Me hubiera abierto la puerta como se le abre a quien es muy, muy importante. Ahí lo dejé, imaginándomelo simplemente, al final de su obra de arte, al pie de la cama -o a la cabeza del diván- como al pensador de Rodín. Hay cada pinche loco, debió pensar.
A un precio importante, me hacía sentir importante. Pues estábamos al tú por tú. Cada vez que yo estaba por consumar el parricidio, concluía la sesión y, cerrándome el camino a la puerta, este hombre que cultivaba cierto parecido con Freud me apuntaba con el dedo y lleno de entusiasmo, me decía: "!éso es muy, muy importante!". Yo me sentía muy, muy importante, aunque notaba detalles algo extraños.
Uno de ellos: el diván, contra lo usual, estaba pegado a la biblioteca en la cual destacaban las lecturas del doc. Entre una divagación y otra, podía contemplar, no el horizonte, un árbol o algún perrito como el que dicen que tenía siempre Freud al lado del diván, sino ni más ni menos que las obras completas de Octavio Paz, alguien, casi no hace falta decirlo, muy, muy importante. Alguna vez tuve un impulso suicida: es que imaginé que, en caso de sismo, esos tomos, muy, muy voluminosos, se me vendrían a la cabeza -literamente- como ladrillos y el efecto traumático sería demasiado importante, dejándome postrado y con lapsus para siempre ("mi padre era un ogro filantrópico que en su postdata, etcétera..."). Pensé en tirarme del diván al suelo, pero es que entretanto ocurrían otras cosas. En sesiones de por sí cortas, porque el doc encontraba mi "punto de acolchado" muy rápido (como máximo, a los 10 minutos, con cinco de gracia), mis divagaciones insignificantes se veían a cada rato interrumpidas, porque el tratante tenía que contestar llamadas muy, muy importantes. Que sí, linda, que lo que tu digas, que te tiendo y te atiendo y te vuelvo a tender, más o menos por ahí estaba "cosiendo las suturas" quien me oía mientras hablaba (¿uh?) y, parándose como a toque a deguello, me volvía cada vez a cerrar el camino a la puerta: "!éso es muy, muy importante!". Caray, se me agigantaba.
El sostiene que el psicoanálisis es una obra de arte y que la diferencia entre "tener sexo" y "hacer el amor" es que lo segundo es una obra de arte (lo primero seguramente es un simple trabajo de plomería). En mi nudo borromeo, he llegado imaginarme al señor en lo Real cincelando a su señora para esculpirla -algo muy, muy importante- o pasándole un pincel con óleo, acuarela o gouache. Cada quien sus perversiones. Parecía ser su lema en lo Simbólico, por lo demás. Cuando le narré -entre llamadita y llamadita- los efectos afrodisíacos cargantes de un psicotrópico, que me ponía cachondo, me contestó lo más quitado de la pena que él no tenía prejuicios sexuales. El muy cabrón, no me había perdonado en lo Imaginario la sesión primera, la de media luz. Debía dar yo gracias al sol y gritar en el diván: "!Pero sigo siendo el gay!" Me hubiera abierto la puerta como se le abre a quien es muy, muy importante. Ahí lo dejé, imaginándomelo simplemente, al final de su obra de arte, al pie de la cama -o a la cabeza del diván- como al pensador de Rodín. Hay cada pinche loco, debió pensar.
lunes, 14 de noviembre de 2016
LOS AMIGOS DEL JALAPEÑO
-Llámame José Juan, me dijo. Y sentí bonito. Era amigable el jalapeño. Rete harto.
Subí las escaleras, esperé mi turno y finalmente entré al consultorio del doctor Culín.
-Me dice José Juan que...
No recuerdo cómo terminé la frase. Pero sí recuerdo que Culín estaba atónito.
-Según José Juan es una hipotonía...traté de continuar
Culín, con quien me había mandado José Juan, seguía mirándome como seguramente se observaba a Bantú en el zoológico, o como si estuviera mencionando a un volador de Papantla perdido en las alturas pero anónimo.
-!Aaaaaah! Exclamó por fin, saliendo de su asombro, !el doctor Banchesáiz! Lo dijo así, acentuando y prolongando la "aaa" de tal modo que llegara desde Xalapa Enríquez hasta Sevilla, Cádiz, Málaga o Madrid. El atónito era yo: estábamos hablando de la misma persona y Culín no me estaba enseñando respeto, sino el modo de contraer estatus social como quien agarra algo epidémico y sale a la calle a estornudar y sorber mocos en plan de "!yo también la tengo!!tengo el virus de la influencia!!estoy enfermo de influencia!".
La segunda vez fue en Médica Sur. Debí sospecharlo, porque llegando y estando en cama con una neurosífilis mortal -yo ya estaba en otro mundo- producto de las mezclas de Culín, llamó la médico tratante.
-Sí, doctora Yuriria, dije al teléfono, mientras el neurólogo se preparaba para buscarme la enfermedad de Lyme, que para el caso había remplazado a la neurosífilis que yo creía haber contraído en el laboratorio de Culín.
La respuesta fue seca, hasta con enojo...
-Yu-ri-dia....
Otra amiga de José Juan. Y cuando le dije "es que dice José Juan que....", Yu-ri-dia me hizo una muesca de asco. No entendí.
-El doctor Banchesáiz, dijo Yu-ri-dia (no Yuriria, !por un chingao!) con la misma expresión de asco, nos está ayudando mucho. Yu-ri-dia alargó la "aaaaa" de modo tal que se oyera no solo en Veracruz, sino también en Castilla-La Mancha, Aragón y Asturias.
Nunca me curé. En primera, por los cafres amigos de Banchesaíz, que la regaban al ritmo de sus ambiciones de dinero y estatus (!pero si hasta conocí al doctor "Violante"!). Y en segunda porque, tal vez, ni el mismo José Juan, amante del poder a su manera (los psicólogos y psicoanalistas suelen creer que tienen un poder similar al de un agente del ministerio público, ante el cual uno es culpable hasta prueba de lo contrario), estaba dispuesto a respetar a quien no se presentara a la puerta de San Borja como el profesor Espinoza Lascuraín de los Monteros, servidor, o como un caso perdido con minifalda.
Subí las escaleras, esperé mi turno y finalmente entré al consultorio del doctor Culín.
-Me dice José Juan que...
No recuerdo cómo terminé la frase. Pero sí recuerdo que Culín estaba atónito.
-Según José Juan es una hipotonía...traté de continuar
Culín, con quien me había mandado José Juan, seguía mirándome como seguramente se observaba a Bantú en el zoológico, o como si estuviera mencionando a un volador de Papantla perdido en las alturas pero anónimo.
-!Aaaaaah! Exclamó por fin, saliendo de su asombro, !el doctor Banchesáiz! Lo dijo así, acentuando y prolongando la "aaa" de tal modo que llegara desde Xalapa Enríquez hasta Sevilla, Cádiz, Málaga o Madrid. El atónito era yo: estábamos hablando de la misma persona y Culín no me estaba enseñando respeto, sino el modo de contraer estatus social como quien agarra algo epidémico y sale a la calle a estornudar y sorber mocos en plan de "!yo también la tengo!!tengo el virus de la influencia!!estoy enfermo de influencia!".
La segunda vez fue en Médica Sur. Debí sospecharlo, porque llegando y estando en cama con una neurosífilis mortal -yo ya estaba en otro mundo- producto de las mezclas de Culín, llamó la médico tratante.
-Sí, doctora Yuriria, dije al teléfono, mientras el neurólogo se preparaba para buscarme la enfermedad de Lyme, que para el caso había remplazado a la neurosífilis que yo creía haber contraído en el laboratorio de Culín.
La respuesta fue seca, hasta con enojo...
-Yu-ri-dia....
Otra amiga de José Juan. Y cuando le dije "es que dice José Juan que....", Yu-ri-dia me hizo una muesca de asco. No entendí.
-El doctor Banchesáiz, dijo Yu-ri-dia (no Yuriria, !por un chingao!) con la misma expresión de asco, nos está ayudando mucho. Yu-ri-dia alargó la "aaaaa" de modo tal que se oyera no solo en Veracruz, sino también en Castilla-La Mancha, Aragón y Asturias.
Nunca me curé. En primera, por los cafres amigos de Banchesaíz, que la regaban al ritmo de sus ambiciones de dinero y estatus (!pero si hasta conocí al doctor "Violante"!). Y en segunda porque, tal vez, ni el mismo José Juan, amante del poder a su manera (los psicólogos y psicoanalistas suelen creer que tienen un poder similar al de un agente del ministerio público, ante el cual uno es culpable hasta prueba de lo contrario), estaba dispuesto a respetar a quien no se presentara a la puerta de San Borja como el profesor Espinoza Lascuraín de los Monteros, servidor, o como un caso perdido con minifalda.
viernes, 11 de noviembre de 2016
LA INCONDICIONAL
Georgie Boy es tabasqueño, llano, derecho, afable como suele serlo la gente en Tabasco. Alice, la de la voz cantante, debió haber nacido en Wyoming, porque es rubia y tiene alma justiciera, pero es chilanga y aquí, aquí la justicia se convierte a veces en vandalismo por el cual un doce de la Bondojo se cobra la merca sin siquiera estar autorizado por el jefe. Qué cincos, mi comandante.
Heras no acababa de decir que José Luis Ibarrola me había mandado al infierno de la neurotoxicidad que ya Alice estaba buscando desenfundar la justicia y disparando -verbalmente, digo- a todo lo que se moviera. Mis síntomas, decía, se parecían a los de Georgie Boy, cuyos mareos y vahidos lo obligaban a agarrarse de un árbol justo enfrente de las oficinas generales ceceacheras.
Llegué con la psicóloga recomendada, todavía con problemas neurológicos, y al cabo de 45 minutos, la gordita, que no había hecho más que hablar sola, me preguntó: "¿Entonces su madre no es la enemiga?". Confieso que no fue el asunto de la madre el que me extrañó, sino, por parte de una profesional, por los rumbos de la Campestre-Churubusco, una forma de ver el mundo propia de quien en sus ratos libres no ve más que películas de Blockbuster, en las cuales siempre hay un enemigo y con pésimo gusto se confunde suspenso y terror.
-El problema parece ser con la madre, sentenció el gurú de Héctor Alejandro, antes mismo de haber hablado conmigo, y cuando las cosas ya se habían complicado. Para ese entonces, Georgie Boy todavía no se había destrozado la columna vertebral corriendo al ritmo de Alice.
En otro accidente tóxico, un recomendado más del entorno de Georgie Boy y Alice, cuando tuve que volver de un corto exilio en el Ajusco a casa de mi madre, me lanzó: "Es muy feo, vuelve usted a casa de la enemiga". Cierto, había un Blockbuster enfrente del consultorio de ese médico, pero el que lo usaba para ver películas de Clint Eastwood era yo. Tal vez buscando a un enemigo.
Georgie Boy, entretanto, pasó por otro episodio confuso, en el cual a los mareos se había sumado un estado depresivo. Había conocido a un médico que me fue recomendado, casi en las faldas del Ajusco, por las calles de Contoy, y, siempre afable, Georgie Boy ese día me acompañó, aunque me dejó solo con un tipo con cara más de chamán que de psicólogo, que apenas podía hablar, por lo cual, también "a penas", me preguntó, sin que viniera al tema: "¿su madre está achacosa?".
Georgie Boy volvió a tener otros episodios de melancolía sin explicación clara. La enemiga (la mía, se entiende), entretanto, tuvo que ser llevada al hospital para reparación -normal para la edad.- de la columna. Vaya casualidades de la vida, era el mismo Hospital donde Georgie Boy había sido operado poco tiempo antes. La enemiga quiso encontrarse con Georgie Boy y Alice, la rubia de Wyoming, en el restaurante del hospital. Alice se negó, aduciendo que Georgie Boy se deprime en ese comedor. Y ninguno de los psicólogos que detestan a la gente sobre-protectora, sea real o no, parece haber encontrado las causas de los síntomas de Georgie Boy, llano, derecho y afable, claro está, cuando le dejan abrir la boca -sin duda, llega a suceder. Se lo permiten (un poquito) y uno disfruta también de su inteligencia, menos con esa barba de Pedrito de Alvarado que habla tal vez, sino de curación de tantos males, sí de resurrección y Conquista, al fin, como con tanto seductor de la patria. Al lado de Alice, la rubia de Wyoming y eterna promotora del tabasqueño.
En cuanto a la enemiga y yo, nos hemos quedado acá de este lado, en el infierno de los olvidados del seductor -el de la patria- y la gloria de quienes carecen de suscripción a esa forma de ver el mundo sentimental tan chata de los Blockbusters y las casitas altas del Ajusco.
Heras no acababa de decir que José Luis Ibarrola me había mandado al infierno de la neurotoxicidad que ya Alice estaba buscando desenfundar la justicia y disparando -verbalmente, digo- a todo lo que se moviera. Mis síntomas, decía, se parecían a los de Georgie Boy, cuyos mareos y vahidos lo obligaban a agarrarse de un árbol justo enfrente de las oficinas generales ceceacheras.
Llegué con la psicóloga recomendada, todavía con problemas neurológicos, y al cabo de 45 minutos, la gordita, que no había hecho más que hablar sola, me preguntó: "¿Entonces su madre no es la enemiga?". Confieso que no fue el asunto de la madre el que me extrañó, sino, por parte de una profesional, por los rumbos de la Campestre-Churubusco, una forma de ver el mundo propia de quien en sus ratos libres no ve más que películas de Blockbuster, en las cuales siempre hay un enemigo y con pésimo gusto se confunde suspenso y terror.
-El problema parece ser con la madre, sentenció el gurú de Héctor Alejandro, antes mismo de haber hablado conmigo, y cuando las cosas ya se habían complicado. Para ese entonces, Georgie Boy todavía no se había destrozado la columna vertebral corriendo al ritmo de Alice.
En otro accidente tóxico, un recomendado más del entorno de Georgie Boy y Alice, cuando tuve que volver de un corto exilio en el Ajusco a casa de mi madre, me lanzó: "Es muy feo, vuelve usted a casa de la enemiga". Cierto, había un Blockbuster enfrente del consultorio de ese médico, pero el que lo usaba para ver películas de Clint Eastwood era yo. Tal vez buscando a un enemigo.
Georgie Boy, entretanto, pasó por otro episodio confuso, en el cual a los mareos se había sumado un estado depresivo. Había conocido a un médico que me fue recomendado, casi en las faldas del Ajusco, por las calles de Contoy, y, siempre afable, Georgie Boy ese día me acompañó, aunque me dejó solo con un tipo con cara más de chamán que de psicólogo, que apenas podía hablar, por lo cual, también "a penas", me preguntó, sin que viniera al tema: "¿su madre está achacosa?".
Georgie Boy volvió a tener otros episodios de melancolía sin explicación clara. La enemiga (la mía, se entiende), entretanto, tuvo que ser llevada al hospital para reparación -normal para la edad.- de la columna. Vaya casualidades de la vida, era el mismo Hospital donde Georgie Boy había sido operado poco tiempo antes. La enemiga quiso encontrarse con Georgie Boy y Alice, la rubia de Wyoming, en el restaurante del hospital. Alice se negó, aduciendo que Georgie Boy se deprime en ese comedor. Y ninguno de los psicólogos que detestan a la gente sobre-protectora, sea real o no, parece haber encontrado las causas de los síntomas de Georgie Boy, llano, derecho y afable, claro está, cuando le dejan abrir la boca -sin duda, llega a suceder. Se lo permiten (un poquito) y uno disfruta también de su inteligencia, menos con esa barba de Pedrito de Alvarado que habla tal vez, sino de curación de tantos males, sí de resurrección y Conquista, al fin, como con tanto seductor de la patria. Al lado de Alice, la rubia de Wyoming y eterna promotora del tabasqueño.
En cuanto a la enemiga y yo, nos hemos quedado acá de este lado, en el infierno de los olvidados del seductor -el de la patria- y la gloria de quienes carecen de suscripción a esa forma de ver el mundo sentimental tan chata de los Blockbusters y las casitas altas del Ajusco.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
LA VIDA ES ETERNA EN 15 MINUTOS
Es sabido, Andy Warhol dijo que cada quien tiene derecho a sus 15 minutos de fama. Con las redes sociales, hoy, ni se diga, todo el mundo tiene algún protagonismo, en lo que sea. En mi caso, descubrí que soy un genio en circunstancias muy azarosas y el gusto, si lo hubo, no llegó probablemente a los 15 minutos, si es que alcanzó el minuto, el tiempo de, por ejemplo, una frase de presentación en sociedad. La iluminación no me llegó por los reflectores, sino por lo fugaz de un destello. Pudo haberme cegado: soy sensible a tal o cual reputación cuando se me hace sin que se me pregunte nada, sin agua va.
Fue algo muy sorpresivo, lo confieso, me imagino que del calibre de la noticia del Nobel que le cayó a Bob Dylan. Llegamos como cada 25 de diciembre al open house del Club de Golf -lo que de por sí insinúa cierta fama- a media tarde. El pavo y una parte de los invitados, los más tempraneros y de relleno, ya parecían todos recalentados, digamos, para no ofender, que por el ponche, más que por los salam aleikum de los huéspedes.
Los tiempos habían cambiado. El anfitrión, alguna vez un hombre sencillo y generoso, se había complicado la vida desde los tiempos del seductor de la patria, pero lo más insoportable era el tono de voz que su mujer, una atractiva y simpática cachanilla, había agarrado desde la misma época, cuando muchas mujeres mexicanas de clase media comenzaron a considerar que en vez de hablar castellano con el prójimo debían dirigirse a él como si le estuvieran regalando un doblaje al español, por lo demás nasal. De remate, la esposa es psicóloga de niños y el anfitrión la ama como a una madre.
Acercándome a la sala, este corredor de Bolsa me presentó a uno de sus conocidos, por cierto que no el hombre de negocios teutón que también aparecía una vez al año a humillar a los huéspedes del open house:
-Es Marcos, dijo, alguien muy brillante, por lo que hemos decidido invitarlo para tenerlo con nosotros esta noche.
Para mi sorpresa, mis ojos se aguaron un poco y me sentí turbado. ¿Era mi propia brillantez que me cegaba? Había algo que no entendía, sobre todo que al conocido -que parecía haber entendido algo que yo no- no le importó en lo más mínimo que yo fuera el Stephen Hawking de la sociología puma, o algo así. Quedé sentado en el rincón de los olvidados (con César y Giselle, para variar) y sin tener siquiera alguna forma de acceso a las parientes más jóvenes y hermosas de la cachanilla, que tampoco parecían haber reparado en toda esa fama que irradiaba de mí. Sin que yo me hubiera dado cuenta, mi gloria se había extinguido junto con la frase de presentación de quien -haciendo el ademán de saludar con sombrero ajeno- se acababa de labrar, apenas entrado yo al convivio, la fama de mecenas, cazador de talentos o John Simon Guggenheim disfrazado de Santa Claus, pour la galerie.
Claro que, como a los 10 minutos de que el anfitrión se vistiera de luces, yo me encontraba sin interlocutor (y ya lo dije, sin interlocutoras), y -aunque no fuera lo peor- sin saber dónde diablos meter la pinche fama que me acababan de hacer.
Fue algo muy sorpresivo, lo confieso, me imagino que del calibre de la noticia del Nobel que le cayó a Bob Dylan. Llegamos como cada 25 de diciembre al open house del Club de Golf -lo que de por sí insinúa cierta fama- a media tarde. El pavo y una parte de los invitados, los más tempraneros y de relleno, ya parecían todos recalentados, digamos, para no ofender, que por el ponche, más que por los salam aleikum de los huéspedes.
Los tiempos habían cambiado. El anfitrión, alguna vez un hombre sencillo y generoso, se había complicado la vida desde los tiempos del seductor de la patria, pero lo más insoportable era el tono de voz que su mujer, una atractiva y simpática cachanilla, había agarrado desde la misma época, cuando muchas mujeres mexicanas de clase media comenzaron a considerar que en vez de hablar castellano con el prójimo debían dirigirse a él como si le estuvieran regalando un doblaje al español, por lo demás nasal. De remate, la esposa es psicóloga de niños y el anfitrión la ama como a una madre.
Acercándome a la sala, este corredor de Bolsa me presentó a uno de sus conocidos, por cierto que no el hombre de negocios teutón que también aparecía una vez al año a humillar a los huéspedes del open house:
-Es Marcos, dijo, alguien muy brillante, por lo que hemos decidido invitarlo para tenerlo con nosotros esta noche.
Para mi sorpresa, mis ojos se aguaron un poco y me sentí turbado. ¿Era mi propia brillantez que me cegaba? Había algo que no entendía, sobre todo que al conocido -que parecía haber entendido algo que yo no- no le importó en lo más mínimo que yo fuera el Stephen Hawking de la sociología puma, o algo así. Quedé sentado en el rincón de los olvidados (con César y Giselle, para variar) y sin tener siquiera alguna forma de acceso a las parientes más jóvenes y hermosas de la cachanilla, que tampoco parecían haber reparado en toda esa fama que irradiaba de mí. Sin que yo me hubiera dado cuenta, mi gloria se había extinguido junto con la frase de presentación de quien -haciendo el ademán de saludar con sombrero ajeno- se acababa de labrar, apenas entrado yo al convivio, la fama de mecenas, cazador de talentos o John Simon Guggenheim disfrazado de Santa Claus, pour la galerie.
Claro que, como a los 10 minutos de que el anfitrión se vistiera de luces, yo me encontraba sin interlocutor (y ya lo dije, sin interlocutoras), y -aunque no fuera lo peor- sin saber dónde diablos meter la pinche fama que me acababan de hacer.
domingo, 6 de noviembre de 2016
RUSIA: COMPRAR EL PERDON
Harán como Elena, el personaje principal de la película de nombre homónimo de Andrei Zvyagintsev: ir a persignarse para tener el perdón antes de seguir pecando(e ir a volver a empatar de nuevo persignándose, y así...). Hoy, en Rusia, el perdón se compra.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, decidió en estos días homenajear al príncipe Vladimir, quien introdujo el cristianismo en la Antigua Rusia en el siglo X (¿pero por qué no invita mejor al presidente de Mongolia, ya que los mongoles introdujeron el mejor sistema de espionaje de un imperio?). Putin hizo el homenaje con muy mal gusto, invitando -perdido como lo está ideológicamente- a Natalia Solzhenitsina, viuda del escritor Alexander Solzhenitsin, un mentiroso consuetudinario. Desde luego, no faltó el analfabeta primer ministro Dmitri Medvedev. La Rusia corrupta y desunida por la corrupción busca la unidad.
Putin es otra cosa, aún perdido, y había hablado en 2012 del mal de Rusia: la "tembladera espiritual". "Hoy en día, declaraba, la sociedad rusa está experimentando una clara escasez de apoyos espirituales -la compasión, la empatía y la comprensión entre unos y otros, el apoyo y la asistencia mutua". Citando a filósofos del siglo XX (años '20), Putin lamentaba la escasez hoy de "lazos espirituales". Sí los hay, en realidad, al menos en términos religiosos: no falta el ruso que después de desplumar a cuanto occidental se le atraviese y de tratar de "perra" a su mujer durante un buen tramo de la vida conyugal se deje una larga barba y tenga cierto brillo en los ojos para comprarse con misticismo un buen lugar en el más allá, sin hacer , eso sí,nada en el más acá. Al menos en el socialismo el bien y el mal eran en esta vida. Ahora se roba acá y se hace el bien en el otro mundo.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, decidió en estos días homenajear al príncipe Vladimir, quien introdujo el cristianismo en la Antigua Rusia en el siglo X (¿pero por qué no invita mejor al presidente de Mongolia, ya que los mongoles introdujeron el mejor sistema de espionaje de un imperio?). Putin hizo el homenaje con muy mal gusto, invitando -perdido como lo está ideológicamente- a Natalia Solzhenitsina, viuda del escritor Alexander Solzhenitsin, un mentiroso consuetudinario. Desde luego, no faltó el analfabeta primer ministro Dmitri Medvedev. La Rusia corrupta y desunida por la corrupción busca la unidad.
Putin es otra cosa, aún perdido, y había hablado en 2012 del mal de Rusia: la "tembladera espiritual". "Hoy en día, declaraba, la sociedad rusa está experimentando una clara escasez de apoyos espirituales -la compasión, la empatía y la comprensión entre unos y otros, el apoyo y la asistencia mutua". Citando a filósofos del siglo XX (años '20), Putin lamentaba la escasez hoy de "lazos espirituales". Sí los hay, en realidad, al menos en términos religiosos: no falta el ruso que después de desplumar a cuanto occidental se le atraviese y de tratar de "perra" a su mujer durante un buen tramo de la vida conyugal se deje una larga barba y tenga cierto brillo en los ojos para comprarse con misticismo un buen lugar en el más allá, sin hacer , eso sí,nada en el más acá. Al menos en el socialismo el bien y el mal eran en esta vida. Ahora se roba acá y se hace el bien en el otro mundo.
URSS, HUNGRIA 1956
El Centro Yeltsin en la Federación Rusa ha decidido conmemorar a modo casi que de "arrepentimiento" la intervención soviética en Hungría en 1956, aparentemente -es el guión favorito de los libertarios- contra "protestas masivas pacíficas", aunque en esas mismas protestas no haya tomado parte más del 5 % de la población húngara. No fueron pacíficas, como lo muestra la existencia de fotografías que ilustran como los "pacíficos" ejecutaban armas en mano a los partidarios del régimen oficial. Algunas de estas fotografías de archivo fueron reproducidas recientemente en el portal Nakanune.ru
Durante la segunda Guerra Mundial, Hungría colaboró con el régimen hitleriano. Muchos fascistas húngaros se exiliaron al final del conflicto y organizaron la "resistencia" con el apoyo de Estados Unidos. A principios de los años '50 se creó Radio Europa Libre: la sección húngara estaba integrada con frecuencia por ex jerarcas militares fascistas, entre los cuales destacaba la Comunidad de Compañeros Luchadores Húngaros, a cargo del ex general András Zakó, de las Cruces Flechadas (fascismo húngaro de Miklós Horthy, que hacia finales de la guerra deportó a casi medio millón de judíos húngaros, entre ellos el Premio Nobel de Literatura, Imre Kertész, fallecido este año 2016),. Quienes habían salido de Hungría no había perdido contactos internos, en particular entre la intelectualidad. Los fascistas húngaros habían encontrado refugio sobre todo en Alemania, Francia y Austria.
Aliados, estos fascistas y la Central de Inteligencia Americana (CIA) lanzaron desde 1954 la llamada "Operación Focus" para desestabilizar al régimen pro-soviético húngaro. No es ningún invento: la campaña -que surtió efecto- está descrita en un libro del experto estadounidense RobertT. Holt (el libro se llama Radio Free Europe). En Munich, Alemania, la revista fascista "Nueva Hungría" anunció la "liberación" desde el 8 de octubre de 1954. Nunca hubo una "sublevación espontánea" y un sector del gobierno actual de la Federación Rusa no para de mentirle a su propia población, que seguramente desconoce que el desenlace en 1956 fue una progresiva liberalización del sovietismo en Hungría, hasta llegar al socialismo gulash.
Durante la segunda Guerra Mundial, Hungría colaboró con el régimen hitleriano. Muchos fascistas húngaros se exiliaron al final del conflicto y organizaron la "resistencia" con el apoyo de Estados Unidos. A principios de los años '50 se creó Radio Europa Libre: la sección húngara estaba integrada con frecuencia por ex jerarcas militares fascistas, entre los cuales destacaba la Comunidad de Compañeros Luchadores Húngaros, a cargo del ex general András Zakó, de las Cruces Flechadas (fascismo húngaro de Miklós Horthy, que hacia finales de la guerra deportó a casi medio millón de judíos húngaros, entre ellos el Premio Nobel de Literatura, Imre Kertész, fallecido este año 2016),. Quienes habían salido de Hungría no había perdido contactos internos, en particular entre la intelectualidad. Los fascistas húngaros habían encontrado refugio sobre todo en Alemania, Francia y Austria.
Aliados, estos fascistas y la Central de Inteligencia Americana (CIA) lanzaron desde 1954 la llamada "Operación Focus" para desestabilizar al régimen pro-soviético húngaro. No es ningún invento: la campaña -que surtió efecto- está descrita en un libro del experto estadounidense RobertT. Holt (el libro se llama Radio Free Europe). En Munich, Alemania, la revista fascista "Nueva Hungría" anunció la "liberación" desde el 8 de octubre de 1954. Nunca hubo una "sublevación espontánea" y un sector del gobierno actual de la Federación Rusa no para de mentirle a su propia población, que seguramente desconoce que el desenlace en 1956 fue una progresiva liberalización del sovietismo en Hungría, hasta llegar al socialismo gulash.
sábado, 5 de noviembre de 2016
EL PAYASO DIABOLICO COMO METAFORA
En los últimos días se ha presentado en algunas partes de Estados Unidos y Canadá, por un lado, y de Alemania, por el otro, una oleada de pánico por la presencia de "payasos diabólicos". El asunto llegó al grado de que algunos consideraron que tal vez el mandatario estadounidense, Barack Obama, debía tomar cartas en el asunto. A su vez, el payaso Ronald McDonald tuvo prácticamente que esconderse. En vísperas de Halloween, la pandemia de este tipo de circo -uno de tantos que vive el mundo actual- llegó a lugares que van desde España hasta algunos rincones de México.
Después de todo, es "emblemático": la payasada, muy común, y por cierto muy propia de lo que ha sido estudiado como "personalidad perversa narcisista" consiste en establecer -como lo hace cualquier empresa y como tienden a hacerlo bastantes políticos- un clima de confianza (en realidad, es el "enganche" de lo que algunos llaman "codependencia") que haga que la víctima entre a descubierto en la relación con el payasito en los modos en que han sido muy bien descritos por ejemplo por Jean-Charles Bouchoux o los trabajos sobre manipulación en pareja de Pascale Chapaux-Morelli . Una vez tiradas las defensas del incauto, el simpatiquísimo se dedica a sacar provecho personal y beneficios de toda índole manipulando e instrumentalizando con la ventaja asegurada, puesto que conoce las vulnerabilidades del otro. En suma, asalta, pero no con armas (aunque se reportan casos, sobre todo de puñaladas, y en México, de baleadas), sino, como el sistema vigente, con un todo-sonrisas y derroche de simpatía. Vamos, es otra variante del capitalismo actual.
Después de todo, es "emblemático": la payasada, muy común, y por cierto muy propia de lo que ha sido estudiado como "personalidad perversa narcisista" consiste en establecer -como lo hace cualquier empresa y como tienden a hacerlo bastantes políticos- un clima de confianza (en realidad, es el "enganche" de lo que algunos llaman "codependencia") que haga que la víctima entre a descubierto en la relación con el payasito en los modos en que han sido muy bien descritos por ejemplo por Jean-Charles Bouchoux o los trabajos sobre manipulación en pareja de Pascale Chapaux-Morelli . Una vez tiradas las defensas del incauto, el simpatiquísimo se dedica a sacar provecho personal y beneficios de toda índole manipulando e instrumentalizando con la ventaja asegurada, puesto que conoce las vulnerabilidades del otro. En suma, asalta, pero no con armas (aunque se reportan casos, sobre todo de puñaladas, y en México, de baleadas), sino, como el sistema vigente, con un todo-sonrisas y derroche de simpatía. Vamos, es otra variante del capitalismo actual.
EU, LAS AMENAZAS Y OTROS CUENTOS
Es fácil demostrar que durante la Guerra Fría no existió la "amenaza soviética", pero no es únicamente Occidente que terminó creyéndoselo. Los soviéticos se cansaron de supuestas "aventuras imperiales" como la de Afganistán y los rusos de "mantener" a otras repúblicas soviéticas, de tal modo que es un hecho que, en la más crasa ignorancia, la Federación Rusa comenzó festejando en los '90 la llegada de Boris Yeltsin al poder.
El cinismo estadounidense tiene sus ventajas. En el famoso Memo PPS23 de 1948, el artífice de la "contención" contra la Unión Soviética, George F. Kennan, un diplomático estadounidense por lo demás moderado, escribió:
"Tenemos cerca del 50 % de la riqueza mundial para tan solo 6,3 % de la población. Nuestra verdadera tarea en el periodo venidero es asegurar un patrón de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad. Para hacerlo debemos dispensarnos de todo ese sentimentalismo.... Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos, irreales como los Derechos Humanos, el aumento de los niveles de vida y la democratización. No está lejano el día en que tengamos que hacer con conceptos de poder duros. Menos hacemos caso de eslóganes idealistas, mejor".
Estados Unidos quiere seguir manteniendo este tipo de distribución de la riqueza obligando a los demás a tributar -es el objetivo desde los años '90 y en especial con la familia Orwell- y sin base económica objetiva. El resto, el resto es propaganda barata -que se compra todo el que puede, si le alcanza, con tal de sentirse parte de los privilegiados "indispensables"- sobre amenazas inexistentes, porque en la actualidad no existe ninguna amenaza a los "valores", a la política y al poderío militar estadounidenses, como no existió amenaza soviética en el pasado. Lo que existe es una base económica erosionada que algunos quisieran reconstituir desde dentro y que otros quieren compensar obligando a los vasallos a tributar.
El cinismo estadounidense tiene sus ventajas. En el famoso Memo PPS23 de 1948, el artífice de la "contención" contra la Unión Soviética, George F. Kennan, un diplomático estadounidense por lo demás moderado, escribió:
"Tenemos cerca del 50 % de la riqueza mundial para tan solo 6,3 % de la población. Nuestra verdadera tarea en el periodo venidero es asegurar un patrón de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad. Para hacerlo debemos dispensarnos de todo ese sentimentalismo.... Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos, irreales como los Derechos Humanos, el aumento de los niveles de vida y la democratización. No está lejano el día en que tengamos que hacer con conceptos de poder duros. Menos hacemos caso de eslóganes idealistas, mejor".
Estados Unidos quiere seguir manteniendo este tipo de distribución de la riqueza obligando a los demás a tributar -es el objetivo desde los años '90 y en especial con la familia Orwell- y sin base económica objetiva. El resto, el resto es propaganda barata -que se compra todo el que puede, si le alcanza, con tal de sentirse parte de los privilegiados "indispensables"- sobre amenazas inexistentes, porque en la actualidad no existe ninguna amenaza a los "valores", a la política y al poderío militar estadounidenses, como no existió amenaza soviética en el pasado. Lo que existe es una base económica erosionada que algunos quisieran reconstituir desde dentro y que otros quieren compensar obligando a los vasallos a tributar.
jueves, 3 de noviembre de 2016
LA GARRAPATA COMO METAFORA
El rentismo que invade distintas esferas de la sociedad ya tenía desde Gilles Deleuze a su animal preferido: la garrapata (ixodoidea).
Ciego y sordo, este animal es un parásito que detecta el olor del beneficio, perdón, del ácido butírico (el olor contenido en el sudor) y el calor que ofrece el buena gente, perdón, el mamífero, para lanzársele, "dejándose caer" desde una hoja -y no de papel, sino de vegetación alta- sobre el huésped para chuparle la sangre hasta hincharse de tal modo que segregue un pegamento que permite seguir de "chupóptero" sobre la víctima. La garrapata no se despega hasta que no se siente "llena", sin salir en ningún momento - porque está impedida- de su ceguera y su sordera.
La garrapata no agradecerá haber recibido sin dar otra cosa que molestias: un animal tiene memoria, pero ningún recuerdo. Feliz votación.
Ciego y sordo, este animal es un parásito que detecta el olor del beneficio, perdón, del ácido butírico (el olor contenido en el sudor) y el calor que ofrece el buena gente, perdón, el mamífero, para lanzársele, "dejándose caer" desde una hoja -y no de papel, sino de vegetación alta- sobre el huésped para chuparle la sangre hasta hincharse de tal modo que segregue un pegamento que permite seguir de "chupóptero" sobre la víctima. La garrapata no se despega hasta que no se siente "llena", sin salir en ningún momento - porque está impedida- de su ceguera y su sordera.
La garrapata no agradecerá haber recibido sin dar otra cosa que molestias: un animal tiene memoria, pero ningún recuerdo. Feliz votación.
EU: ¿SERA BIG MOTHER?
Big Mother ya existe y el triunfo de la generala Orwell no haría más que consagrar el funcionamiento de la "sociedad" como "una familia"- encabezada por mamá. Es así que le gusta a la tecnocracia. Michel Schneider ya lo había estudiado en un texto con el mismo título (Big Mother, psychopathologie de la vie politique/Psicopatología de la vida política).
Aunque sea el político el que parezca ponerse "en oferta", en realidad, como según Schneider lo hacía Francois Mitterrand (al recibir a todos con un "¿qué tiene usted que pedirme?"), el mismo político está para hacer el favor que endeuda luego del forcejeo: "entre usted y yo, no seré yo quien pida por estar en estado de necesidad (angustia/détresse)". Todos somos iguales, pero que sea el "necesitado" el que pida. Big Mother consagra así un logro -la igualdad jurídica y en libertades dentro del sistema capitalista- junto a la explotación, la del necesitado sin derechos, precarizado y obligado por ende a pedir a quien, en cambio, todo "le es debido" (la generala Orwell es esposa, madre, abuela e hija y nieta, según la revista !Hola!). Es el gran Otro (la conseja social) quien en realidad demanda obligando al "necesitado" a "ofertarse" al pedir, proletarizándose. Ese mismo gran Otro -que goza de la renta que le es debida, por ejemplo por el solo hecho de ser mujer o de ser madre- demanda justamente porque considera que le se le debe. El explotado encima queda en deuda. Y motherhood termina en asfixia (smotherhood).
El sistema es inocente, ya que el proletarizado está llamado a ser el hijo infante de Big Mother. como en Loft Story, "mamá te mira, no la decepciones", véndete. Por cierto, con la madre de Big Mother no hay secretos ni en realidad vida privada: el psicótico se la grita a toda la cuadra con su teléfono "inteligente". Por lo demás, los locos no tienen vida privada.
Welfare es well-mére: su mejor mensaje maternal double-bind es "!sé libre, tú que dependes en todo de mi!". Es el mensaje al proletario, que es efectivamente libre de vender o no su fuerza de trabajo, y que en vez de estar orgulloso de crear riqueza, debe estar agradecido de que se la "oferten" si sabe rebajarse a reconocer la deuda con el rico.
Dicho sea de paso, en 1974 la junta chilena remataba así su Declaración de Principios: punto 9, "la familia, la mujer y la juventud: pilares de la reconstrucción nacional". En campaña, la generala Orwell, la actual primera dama, Eva Brown, y otros no han presentado más programa que el de reducir la clase media y hasta la potencia "indispensable" a una familia: no cualquiera, por lo que se ve de Big Mother.
Aunque sea el político el que parezca ponerse "en oferta", en realidad, como según Schneider lo hacía Francois Mitterrand (al recibir a todos con un "¿qué tiene usted que pedirme?"), el mismo político está para hacer el favor que endeuda luego del forcejeo: "entre usted y yo, no seré yo quien pida por estar en estado de necesidad (angustia/détresse)". Todos somos iguales, pero que sea el "necesitado" el que pida. Big Mother consagra así un logro -la igualdad jurídica y en libertades dentro del sistema capitalista- junto a la explotación, la del necesitado sin derechos, precarizado y obligado por ende a pedir a quien, en cambio, todo "le es debido" (la generala Orwell es esposa, madre, abuela e hija y nieta, según la revista !Hola!). Es el gran Otro (la conseja social) quien en realidad demanda obligando al "necesitado" a "ofertarse" al pedir, proletarizándose. Ese mismo gran Otro -que goza de la renta que le es debida, por ejemplo por el solo hecho de ser mujer o de ser madre- demanda justamente porque considera que le se le debe. El explotado encima queda en deuda. Y motherhood termina en asfixia (smotherhood).
El sistema es inocente, ya que el proletarizado está llamado a ser el hijo infante de Big Mother. como en Loft Story, "mamá te mira, no la decepciones", véndete. Por cierto, con la madre de Big Mother no hay secretos ni en realidad vida privada: el psicótico se la grita a toda la cuadra con su teléfono "inteligente". Por lo demás, los locos no tienen vida privada.
Welfare es well-mére: su mejor mensaje maternal double-bind es "!sé libre, tú que dependes en todo de mi!". Es el mensaje al proletario, que es efectivamente libre de vender o no su fuerza de trabajo, y que en vez de estar orgulloso de crear riqueza, debe estar agradecido de que se la "oferten" si sabe rebajarse a reconocer la deuda con el rico.
Dicho sea de paso, en 1974 la junta chilena remataba así su Declaración de Principios: punto 9, "la familia, la mujer y la juventud: pilares de la reconstrucción nacional". En campaña, la generala Orwell, la actual primera dama, Eva Brown, y otros no han presentado más programa que el de reducir la clase media y hasta la potencia "indispensable" a una familia: no cualquiera, por lo que se ve de Big Mother.
lunes, 31 de octubre de 2016
EU: ¿PENSANDOLO BIEN?
Existen muchos indicios de que el capitalismo no ha logrado, en términos generales, salir de la crisis que estalló en 2008. Dos de los indicios más importantes son las tendencias deflacionarias, instaladas hoy sobre todo en Europa, y el endeudamiento gigantesco de los sectores público y privado (China incluida, Rusia excluida). Del resultado de la elección estadounidense -que arriesga convertirse por lo demás literalmente en fraude- dependerá que el capitalismo (por lo menos el mismo estadounidense) intente la reanimación productiva (para lo cual por lo demás pueden ser útiles, aprovechadas de otra manera, las tecnologías de la información y el conocimiento, Tics), contagiando tal vez a otras regiones (aunque probablemente limitadas), o que, sin siquiera entender lo que está haciendo, la masa estadounidense vote -como ya lo hizo la intelectualidad latinoamericana y caribeña, que ya está mentalmente invadida- por el capital trasnacional que a estas alturas juega contra la reanimación productiva estadounidense y simplemente a favor del goce de la renta desde Wall Street hasta quienes pueden agenciársela aunque sea de muy mal modo en la clase media e incluso en una parte de los sectores populares. Resulta vergonzoso que esa intelectualidad esté pidiendo a gritos que la ocupen económicamente y mentalmente -ya no es necesaria la milicia- pasando de tratados de por sí bastante lesivos como el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) a "platos fuertes" como el Acuerdo Trans-Pacífico de Cooperación Económica.
El candidato denostado ha propuesto (una presentación punto por punto está hecha por Paul Craig Roberts en The 4th Media) parar al capital trasnacional sin medidas brutales: no habría el Acuerdo mencionado más arriba, por ejemplo, pero el TLCAN sería probablemente renegociado (no forzosamente suspendido) y la inmigración criminal detenida (el problema, antes que los inmigrantes ilegales, son los cerca de dos millones de inmigrantes criminales), China tendría que dejar de jugar chueco (porque lo hace con la sobre-explotación laboral y la moneda) y se premiaría la inversión productiva (entre otros sectores en el energético y en proyectos de infraestructura en Estados Unidos, lo que recuerda en parte a Franklin D. Roosevelt), salvo que de lo que se esté tratando, en la mente de los globalizadores y sus lacayos tercermundistas, sea de beneficiarse de las migajas trasnacionales sin importar que sea incluso a costa del imperio. La clase media (¿no dicen quererla todos?) estadounidense tendría reducciones importantes de impuestos (para reanimar el poder de compra: por ejemplo, una familia de clase media con dos hijos tendría rebajas de impuestos de hasta 35 %, además de facilidades para adultos mayores y niños, deducibles de impuestos); se haría lo posible por castigar (mediante tarifas desincentivadoras) a quienes sacan el dinero a paraísos fiscales, se liberarían muchos medicamentos retenidos por la FDA (Food and Drug Administration, que tiene la friolera de cuatro mil medicamentos "en espera" con razones con frecuencia poco claras) para salvar vidas y dicho sea de paso, se mejorarían las oportunidades educativas (con una mayor supervisión de las comunidades) y la seguridad (con mayores recursos contra el crimen, las drogas y la violencia). Por lo demás, se haría una gigantesca reforma para limitar el sistema de grupos de influencia -en particular los de los foráneos, que son de vasallos- y la corrupción que carcome con "intereses especiales" la política estadounidense.
De otro modo (triunfo de la generala Orwell y de la alta finanza), ciertamente se seguiría medrando en el "fin de la Historia", pero no está de más escuchar a economistas serios, aunque no compartan la tesis de que la crisis es de sobre-acumulación y sobre-producción. Alejandro Nadal escribía en el rotativo mexicano La Jornada lo siguiente hace poco: "la crisis de deflación que hoy presenciamos es el resultado de poderosas inercias derivadas del súper endeudamiento que mantuvo artificialmente los niveles de crecimiento del decenio anterior a la crisis. Los niveles de endeudamiento a escala macro-económica son extraordinarios y se sitúan en el orden del 225 por ciento del PIB mundial. Unas dos terceras partes corresponden al sector privado (hipotecas y préstamos corporativos). Es evidente que estamos frente a un círculo vicioso en el que el estancamiento hace difícil que los agentes paguen sus deudas, pero el excesivo endeudamiento conduce a un freno en la demanda y la inversión. Hay que añadir que los episodios de volatilidad estarán agravando esta situación en los próximos años. La crisis deflacionaria se traduce en lo que ya se está comenzando a llamar la Larga Depresión". Con la generala Orwell -such a nasty woman-no se saldrá de este proceso (que algunos llaman tendencia instalada al estancamiento secular del capitalismo), de la decadencia con la pretensión de inmovilizar el tiempo (tal vez ni la gerontocracia soviética era tan idiota, tan ciega y tan sorda, ya que terminó por tratar de reaccionar, así resultara de lo más torpe) y con la posibilidad de cerrar lo que Nadal ha llamado "la última fiesta de la globalización" con el broche de oro -!en serio, qué buena está la fiesta!- de alguna estupidez bélica mayúscula.
El candidato denostado ha propuesto (una presentación punto por punto está hecha por Paul Craig Roberts en The 4th Media) parar al capital trasnacional sin medidas brutales: no habría el Acuerdo mencionado más arriba, por ejemplo, pero el TLCAN sería probablemente renegociado (no forzosamente suspendido) y la inmigración criminal detenida (el problema, antes que los inmigrantes ilegales, son los cerca de dos millones de inmigrantes criminales), China tendría que dejar de jugar chueco (porque lo hace con la sobre-explotación laboral y la moneda) y se premiaría la inversión productiva (entre otros sectores en el energético y en proyectos de infraestructura en Estados Unidos, lo que recuerda en parte a Franklin D. Roosevelt), salvo que de lo que se esté tratando, en la mente de los globalizadores y sus lacayos tercermundistas, sea de beneficiarse de las migajas trasnacionales sin importar que sea incluso a costa del imperio. La clase media (¿no dicen quererla todos?) estadounidense tendría reducciones importantes de impuestos (para reanimar el poder de compra: por ejemplo, una familia de clase media con dos hijos tendría rebajas de impuestos de hasta 35 %, además de facilidades para adultos mayores y niños, deducibles de impuestos); se haría lo posible por castigar (mediante tarifas desincentivadoras) a quienes sacan el dinero a paraísos fiscales, se liberarían muchos medicamentos retenidos por la FDA (Food and Drug Administration, que tiene la friolera de cuatro mil medicamentos "en espera" con razones con frecuencia poco claras) para salvar vidas y dicho sea de paso, se mejorarían las oportunidades educativas (con una mayor supervisión de las comunidades) y la seguridad (con mayores recursos contra el crimen, las drogas y la violencia). Por lo demás, se haría una gigantesca reforma para limitar el sistema de grupos de influencia -en particular los de los foráneos, que son de vasallos- y la corrupción que carcome con "intereses especiales" la política estadounidense.
De otro modo (triunfo de la generala Orwell y de la alta finanza), ciertamente se seguiría medrando en el "fin de la Historia", pero no está de más escuchar a economistas serios, aunque no compartan la tesis de que la crisis es de sobre-acumulación y sobre-producción. Alejandro Nadal escribía en el rotativo mexicano La Jornada lo siguiente hace poco: "la crisis de deflación que hoy presenciamos es el resultado de poderosas inercias derivadas del súper endeudamiento que mantuvo artificialmente los niveles de crecimiento del decenio anterior a la crisis. Los niveles de endeudamiento a escala macro-económica son extraordinarios y se sitúan en el orden del 225 por ciento del PIB mundial. Unas dos terceras partes corresponden al sector privado (hipotecas y préstamos corporativos). Es evidente que estamos frente a un círculo vicioso en el que el estancamiento hace difícil que los agentes paguen sus deudas, pero el excesivo endeudamiento conduce a un freno en la demanda y la inversión. Hay que añadir que los episodios de volatilidad estarán agravando esta situación en los próximos años. La crisis deflacionaria se traduce en lo que ya se está comenzando a llamar la Larga Depresión". Con la generala Orwell -such a nasty woman-no se saldrá de este proceso (que algunos llaman tendencia instalada al estancamiento secular del capitalismo), de la decadencia con la pretensión de inmovilizar el tiempo (tal vez ni la gerontocracia soviética era tan idiota, tan ciega y tan sorda, ya que terminó por tratar de reaccionar, así resultara de lo más torpe) y con la posibilidad de cerrar lo que Nadal ha llamado "la última fiesta de la globalización" con el broche de oro -!en serio, qué buena está la fiesta!- de alguna estupidez bélica mayúscula.
sábado, 29 de octubre de 2016
¿UNA EPOCA QUE "NO HACE EPOCA"?
Es al menos un tiempo muerto, un tiempo que no transcurre aunque la publicidad hable de un cambio incesante.
Es tiempo muerto por el desprecio al trabajo y más si es creativo, de tal modo que la Historia sigue por inercia y no por sujetos que transformen, ocupados como están muchos en gozar de rentas. Se puede estar o no de acuerdo en mucho con el autor, pero Raúl Zibechi tiene razón cuando escribe: "la cultura extractivista es el resultado de la mutación del neoliberalismo, a caballo del capital financiero. El trabajo no tiene el menor valor positivo, lugar que ocupan ahora el pillaje y sus contracaras, el consumismo y la ostentación. Donde antes había orgullo por hacer, la cultura gira ahora en torno al pavoneo de marcas y modas. Mientras los obreros de antaño condenaban el robo, por razones estrictamente éticas, hoy se festeja la apropiación, aun cuando la víctima sea vecina, amiga y hasta familia" ("El extractivismo como cultura"). En otro artículo, Zibechi escribía hace poco: "estas clases medias (la base de la nueva derecha, nota nuestra)(y una parte de los sectores populares) están modelados culturalmente por el extractivismo: por los valores consumistas que promueve el capital financiero, tan alejados de los valores del trabajo y el esfuerzo que promovía la sociedad industrial hace apenas cuatro décadas" ("Las bases sociales de las nuevas derechas").
El problema se agrava en la medida en que el trabajo, lejos de ser creativo, es precario y agobiante. dos tercios del total de trabajadores del planeta (dos mil millones de personas) carece de contrato laboral y protección social (sindicalización incluida), según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) citadas por Marcelo Colussi ("Neoliberalismo: triunfo del capital sobre el trabajador").
De remate, la ideología prevaleciente, que la hay, hace rato que dejó de considerar que la riqueza la crea el trabajo (el verdadero, no el job): dependiendo de actividades económicas que "detonan" o "dejan una derrama", se llega a creer que la riqueza depende de la decisión del inversor de invertir o no, mientras en casos problema extremos -como el de Estados Unidos, que muchos imitan- la "derrama" se limita a la buena o mala voluntad de una oligarquía que no debe ser contrariada (está integrada, según Paul Craig Roberts en The 4th media, por Wall Street, el complejo militar-industrial, el agronegocio, la industria extractiva y las corporaciones que se largaron a China e India en busca de salarios de risa), ni siquiera por quienes proponen "volver a hacer América productiva", para decirlo de otro modo. Desde luego, la telecracia, los lorocutores y quienes ejercen la prensatitución son libres de retratar este tiempo muerto como "toda una época", aunque no cree e incluso castigue la producción y la creación.
Es tiempo muerto por el desprecio al trabajo y más si es creativo, de tal modo que la Historia sigue por inercia y no por sujetos que transformen, ocupados como están muchos en gozar de rentas. Se puede estar o no de acuerdo en mucho con el autor, pero Raúl Zibechi tiene razón cuando escribe: "la cultura extractivista es el resultado de la mutación del neoliberalismo, a caballo del capital financiero. El trabajo no tiene el menor valor positivo, lugar que ocupan ahora el pillaje y sus contracaras, el consumismo y la ostentación. Donde antes había orgullo por hacer, la cultura gira ahora en torno al pavoneo de marcas y modas. Mientras los obreros de antaño condenaban el robo, por razones estrictamente éticas, hoy se festeja la apropiación, aun cuando la víctima sea vecina, amiga y hasta familia" ("El extractivismo como cultura"). En otro artículo, Zibechi escribía hace poco: "estas clases medias (la base de la nueva derecha, nota nuestra)(y una parte de los sectores populares) están modelados culturalmente por el extractivismo: por los valores consumistas que promueve el capital financiero, tan alejados de los valores del trabajo y el esfuerzo que promovía la sociedad industrial hace apenas cuatro décadas" ("Las bases sociales de las nuevas derechas").
El problema se agrava en la medida en que el trabajo, lejos de ser creativo, es precario y agobiante. dos tercios del total de trabajadores del planeta (dos mil millones de personas) carece de contrato laboral y protección social (sindicalización incluida), según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) citadas por Marcelo Colussi ("Neoliberalismo: triunfo del capital sobre el trabajador").
De remate, la ideología prevaleciente, que la hay, hace rato que dejó de considerar que la riqueza la crea el trabajo (el verdadero, no el job): dependiendo de actividades económicas que "detonan" o "dejan una derrama", se llega a creer que la riqueza depende de la decisión del inversor de invertir o no, mientras en casos problema extremos -como el de Estados Unidos, que muchos imitan- la "derrama" se limita a la buena o mala voluntad de una oligarquía que no debe ser contrariada (está integrada, según Paul Craig Roberts en The 4th media, por Wall Street, el complejo militar-industrial, el agronegocio, la industria extractiva y las corporaciones que se largaron a China e India en busca de salarios de risa), ni siquiera por quienes proponen "volver a hacer América productiva", para decirlo de otro modo. Desde luego, la telecracia, los lorocutores y quienes ejercen la prensatitución son libres de retratar este tiempo muerto como "toda una época", aunque no cree e incluso castigue la producción y la creación.
RUSIA: ¿ANTE EL ULTIMO IMPERIO?
En caso de una hipotética agresión nuclear, Rusia parece tener la capacidad de resistirla y ha estado haciendo pruebas de advertencia a la población de las grandes ciudades rusas -mediante la televisión- para encontrar refugios seguros.
El espacio aéreo ruso está sellado con sistemas antimisiles S 500 para repeler la agresión. Nada indica que Rusia vaya a devolver automáticamente la agresión, si tuviera lugar, ni hacia Europa ni hacia Estados Unidos, ni siquiera pese a la advertencia de colocar armas nucleares en el enclave de Kaliningrado. Sin embargo, la Federación Rusa ha seguido desarrollando armas que pueden tener un efecto letal en Estados Unidos (destruyendo por ejemplo todo la costa Este): es el caso del "Satán 2" o Sarmat (RS-28 Sarmat), un misil que tiene la cabeza nuclear más potente y mortal del planeta (mil veces más que la bomba nuclear sobre Hiroshima), que estaría sin embargo listo hasta el 2018.
El tipo de provocación que Occidente -bajo el empuje de medios de comunicación masiva que creen que es un simple espectáculo y de políticos irresponsables- puede armar contra la Federación Rusa no está claro, aunque puede seguir el guión de las agresiones que han tenido lugar contra distintos países desde 1989 hasta la fecha. Llama la atención que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) haya decidido bruscamente aumentar las tropas (para una Fuerza de Reacción Rápida) en Europa Oriental -en las fronteras con Rusia- de cuatro mil a 40 mil como máximo (30 mil como mínimo, según lo anunciara el secretario general de la organización militar, Jens Stoltenberg).
Una cosa debiera quedar clara. Como lo explicara hace algún tiempo Roman Garev en el portal Agoravox, Rusia no tiene ninguna política expansionista: su doctrina militar es defensiva, lo que busca en materia económica es la soberanía y en materia informativa critica los planes occidentales, pero tampoco demasiado, agreguemos, al capitalismo. Como dice el dicho, "los rusos no comienzan las guerras; las terminan".
Una de las consecuencias de un error de cálculo occidental consistiría en un fallido ataque (cualquiera sea su forma) contra Rusia que "rebotaría" dejando a Occidente ante su impotencia y atónito, pero sin que ello garantice -más allá de cierta constatación de que algunas potencias son criminales- revertir una tendencia general a la decadencia. No existe el "ahí vienen los rusos" (the russians are coming), sino únicamente una posibilidad (la otra sería la victoria del candidato denostado en Estados Unidos) de que el imperialismo (no el capitalismo) toque a su fin. No está de más recordar que actualmente el mundo es muchísimo más pacífico que en el siglo XX y que el número de conflictos bélicos está limitado al mínimo (Siria-Iraq, Yemen, en particular); los conflictos existentes y latentes están todos, desde la década de los '90 (salvo en el Africa de los Grandes Lagos), causados por el imperialismo de Estados Unidos. Bien pudiera ser que Estados Unidos y sus aliados estén malgastando como nuevos ricos -a quienes representa la familia Orwell- el "capital" de la victoria en la Guerra Fría (creyendo "hacer época" en una "ausencia de época"), según lo dijo el mandatario ruso, Vladimir Putin, en el discurso ante el Club Valdai en 2014. "Así se comportan los nuevos ricos que se hicieron de repente con una enorme riqueza", afirmó Putin.
El espacio aéreo ruso está sellado con sistemas antimisiles S 500 para repeler la agresión. Nada indica que Rusia vaya a devolver automáticamente la agresión, si tuviera lugar, ni hacia Europa ni hacia Estados Unidos, ni siquiera pese a la advertencia de colocar armas nucleares en el enclave de Kaliningrado. Sin embargo, la Federación Rusa ha seguido desarrollando armas que pueden tener un efecto letal en Estados Unidos (destruyendo por ejemplo todo la costa Este): es el caso del "Satán 2" o Sarmat (RS-28 Sarmat), un misil que tiene la cabeza nuclear más potente y mortal del planeta (mil veces más que la bomba nuclear sobre Hiroshima), que estaría sin embargo listo hasta el 2018.
El tipo de provocación que Occidente -bajo el empuje de medios de comunicación masiva que creen que es un simple espectáculo y de políticos irresponsables- puede armar contra la Federación Rusa no está claro, aunque puede seguir el guión de las agresiones que han tenido lugar contra distintos países desde 1989 hasta la fecha. Llama la atención que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) haya decidido bruscamente aumentar las tropas (para una Fuerza de Reacción Rápida) en Europa Oriental -en las fronteras con Rusia- de cuatro mil a 40 mil como máximo (30 mil como mínimo, según lo anunciara el secretario general de la organización militar, Jens Stoltenberg).
Una cosa debiera quedar clara. Como lo explicara hace algún tiempo Roman Garev en el portal Agoravox, Rusia no tiene ninguna política expansionista: su doctrina militar es defensiva, lo que busca en materia económica es la soberanía y en materia informativa critica los planes occidentales, pero tampoco demasiado, agreguemos, al capitalismo. Como dice el dicho, "los rusos no comienzan las guerras; las terminan".
Una de las consecuencias de un error de cálculo occidental consistiría en un fallido ataque (cualquiera sea su forma) contra Rusia que "rebotaría" dejando a Occidente ante su impotencia y atónito, pero sin que ello garantice -más allá de cierta constatación de que algunas potencias son criminales- revertir una tendencia general a la decadencia. No existe el "ahí vienen los rusos" (the russians are coming), sino únicamente una posibilidad (la otra sería la victoria del candidato denostado en Estados Unidos) de que el imperialismo (no el capitalismo) toque a su fin. No está de más recordar que actualmente el mundo es muchísimo más pacífico que en el siglo XX y que el número de conflictos bélicos está limitado al mínimo (Siria-Iraq, Yemen, en particular); los conflictos existentes y latentes están todos, desde la década de los '90 (salvo en el Africa de los Grandes Lagos), causados por el imperialismo de Estados Unidos. Bien pudiera ser que Estados Unidos y sus aliados estén malgastando como nuevos ricos -a quienes representa la familia Orwell- el "capital" de la victoria en la Guerra Fría (creyendo "hacer época" en una "ausencia de época"), según lo dijo el mandatario ruso, Vladimir Putin, en el discurso ante el Club Valdai en 2014. "Así se comportan los nuevos ricos que se hicieron de repente con una enorme riqueza", afirmó Putin.
jueves, 27 de octubre de 2016
MEXICO: ¿GOBIERNOS DE COALICION?
El ex líder priísta (del Partido Revolucionario Institucional, PRI), Manlio Fabio Beltrones, acaba de proponer una fórmula que podría abrir la puerta a gobiernos de coalición en México: según el sonorense, si ningún candidato obtuviese al menos el 42 % de los votos en las elecciones (las habrá en 2018), ni mayoría en las Cámaras, el ganador estaría obligado a formar un gobierno de coalición con otras fuerzas políticas.
Beltrones hizo notar que las ventajas serían como mínimo dos: en un país como México, donde las elecciones se han vuelto "de tercios", se evitaría que el 70 % perdedor de dedique a "fastidiar" al 30 % ganador, aunque también habría que agregar que podria evitarse que un 30 % se dedique a imponer como si el país fuera su hacienda, al modo en que lo hiciera el derechista Acción Nacional o como lo ha hecho hasta cierto punto el PRI recientemente. Según Beltrones, un gobierno de coalición tendría que formar gabinete -con programa- aprobado por el Congreso; segunda ventaja, se tendería a elegir mejor al mismo gabinete, más por mérito y menos por afinidad partidista, lo cual para el sonorense es una "escuela de aprendices".
La alianza entre Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centro-izquierda, fue un desastre en la medida en que se adjudicó la derecha solita la victoria en las gubernaturas, instrumentalizando feamente al perredismo. Acción Nacional en 12 años no gobernó, sino que saqueó. A su vez, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), es mucho menos representativo de lo que pretende (menos en la arribista clase media baja de la Ciudad de México) y, salvo muy contadas excepciones, carece de elementos preparados para gobernar México (tiene en cambio lo que un escritor mexicano llamara "encomenderos del otro lado"), además de desconocer los protocolos y de compartir con la derecha la peor insolencia en nombre de la muy supuesta "sociedad civil". A título personal, podría anhelarse aquí que una parte del PRI se reanime y se alíe con personas independientes (pero que pueden competir por el centro-izquierda, como el actual jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera) y tal vez con sectores del PRD. Es que el asunto es el siguiente: Acción Nacional y Morena representan la liquidación de la institucionalidad, y lo que necesita México es por el contrario hacerla efectiva, con personas probadas contra la corrupción y a favor de otro capitalismo que el de "compadres" y del seductor de la patria. Esta diferencia volvería por lo demás a colocar a México como ejemplo en una América Latina que necesita transitar por un capitalismo sin corrupción, por leyes efectivas y un verdadero servicio público (Cuba está incluída).
Beltrones hizo notar que las ventajas serían como mínimo dos: en un país como México, donde las elecciones se han vuelto "de tercios", se evitaría que el 70 % perdedor de dedique a "fastidiar" al 30 % ganador, aunque también habría que agregar que podria evitarse que un 30 % se dedique a imponer como si el país fuera su hacienda, al modo en que lo hiciera el derechista Acción Nacional o como lo ha hecho hasta cierto punto el PRI recientemente. Según Beltrones, un gobierno de coalición tendría que formar gabinete -con programa- aprobado por el Congreso; segunda ventaja, se tendería a elegir mejor al mismo gabinete, más por mérito y menos por afinidad partidista, lo cual para el sonorense es una "escuela de aprendices".
La alianza entre Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centro-izquierda, fue un desastre en la medida en que se adjudicó la derecha solita la victoria en las gubernaturas, instrumentalizando feamente al perredismo. Acción Nacional en 12 años no gobernó, sino que saqueó. A su vez, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), es mucho menos representativo de lo que pretende (menos en la arribista clase media baja de la Ciudad de México) y, salvo muy contadas excepciones, carece de elementos preparados para gobernar México (tiene en cambio lo que un escritor mexicano llamara "encomenderos del otro lado"), además de desconocer los protocolos y de compartir con la derecha la peor insolencia en nombre de la muy supuesta "sociedad civil". A título personal, podría anhelarse aquí que una parte del PRI se reanime y se alíe con personas independientes (pero que pueden competir por el centro-izquierda, como el actual jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera) y tal vez con sectores del PRD. Es que el asunto es el siguiente: Acción Nacional y Morena representan la liquidación de la institucionalidad, y lo que necesita México es por el contrario hacerla efectiva, con personas probadas contra la corrupción y a favor de otro capitalismo que el de "compadres" y del seductor de la patria. Esta diferencia volvería por lo demás a colocar a México como ejemplo en una América Latina que necesita transitar por un capitalismo sin corrupción, por leyes efectivas y un verdadero servicio público (Cuba está incluída).
PROVOCACIONES EN UCRANIA
Los intentos rusos por pacificar Ucrania se han vuelto infructuosos porque la contraparte occidental actúa en dirección del mantenimiento de las provocaciones. Después de todo, hay un hecho mayor, silenciado en Occidente: hace pocos meses, la presidencia ucraniana, encabezada por Petro Poroshenko, nombró como su asesor nada más ni nada menos que al ex secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen.
El gobierno ucraniano no ha renunciado a los actos de sabotaje ni en Crimea ni en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Hace poco, fue asesinado en un atentado el líder de un importante batallón de combate (Sparta) de Donetsk, Arsen Pavlov ("Motorola"), en un acto que fue calificado de provocación contra el alto al fuego y los Acuerdos de Minsk. Es probable que Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, siga manejando alternativamente las provocaciones y el riesgo de escalada en Ucrania y en Siria. Cabe hacer notar que Rusia no ha intervenido en el Este de Ucrania.
El gobierno ucraniano no ha renunciado a los actos de sabotaje ni en Crimea ni en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Hace poco, fue asesinado en un atentado el líder de un importante batallón de combate (Sparta) de Donetsk, Arsen Pavlov ("Motorola"), en un acto que fue calificado de provocación contra el alto al fuego y los Acuerdos de Minsk. Es probable que Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, siga manejando alternativamente las provocaciones y el riesgo de escalada en Ucrania y en Siria. Cabe hacer notar que Rusia no ha intervenido en el Este de Ucrania.
BALCANIZAR SIRIA
Parece difícil que Estados Unidos y sus "socios y aliados" renuncien a balcanizar Siria, algo que están buscando via los kurdos y vía el Estado Islámico de Iraq y Levante (EIIL o EI) o, en su defecto, grupos dizque moderados como al Nusra. La balcanización de Siria había sido anunciada desde 2006 por la secretaria estadounidense de Estado Condoleezza Rice y desde 1982 por un funcionario israelí, Oded Yinon. Una parte del territorio sirio debería quedar bajo dominio kurdo, ya no del gobierno, y otra bajo dominio de los "rebeldes" -porque no se puede decirles "terroristas"- sunitas. Es probable que dentro de poco terminen de romperse los acuerdos entre Rusia y Occidente para intentar buscar una salida negociada al conflicto.
Como ya sucedió en otros lugares (Yugoslavia, Libia), Estados Unidos ha utilizado en Siria uranio empobrecido, según las organizaciones no gubernamentales holandesa PAX y la Coalición Internacional para Prohibir las Armas de Uranio (ICBUW, por sus siglas en inglés). Entre 100 y 300 toneladas de este tipo de arma fueron utilizadas tanto en Siria como en Iraq recientemente.
Entre otros intereses, el de Occidente es usar Oriente Medio como plataforma de penetración y agresión contra Rusia y el Asia Central ex soviética. Sin la menor mención internacional, el EI ha estado penetrando en Afganistán, con la intención de mandar a este país hasta 7 mil combatientes (según la presidencia afgana), en especial al norte (el EI ya ha realizado operaciones en territorio afgano). Hace poco, el enviado especial del presidente ruso, Vladimir Putin, para Afganistán, Zamir Kabulov, estimó en 10 mil el número de miembros del EI que ya operan en ese país. Kabulov señaló que el grupo terrorista está intentando pasar al Asia Central ex soviética y a Rusia Los intereses occidentales en Siria -"remodelación" de Oriente Medio, control de rutas posibles de energéticos, plataforma de agresión terrorista contra Rusia- parecen ser demasiado importantes como para renunciar a balcanizar Siria y en general Oriente Medio y la península arábiga (lo que incluye la actual guerra en Yemen). Cabe señalar que los conflictos bélicos que quedan en el mundo, muy pocos, son los armados por el imperialismo estadounidense ante el mutismo de la "opinión pública" occidental (y dicho sea de paso, la insolidaridad de la izquierda latinoamericana que no dijo nada sobre Libia ni Yugoslavia).
Como ya sucedió en otros lugares (Yugoslavia, Libia), Estados Unidos ha utilizado en Siria uranio empobrecido, según las organizaciones no gubernamentales holandesa PAX y la Coalición Internacional para Prohibir las Armas de Uranio (ICBUW, por sus siglas en inglés). Entre 100 y 300 toneladas de este tipo de arma fueron utilizadas tanto en Siria como en Iraq recientemente.
Entre otros intereses, el de Occidente es usar Oriente Medio como plataforma de penetración y agresión contra Rusia y el Asia Central ex soviética. Sin la menor mención internacional, el EI ha estado penetrando en Afganistán, con la intención de mandar a este país hasta 7 mil combatientes (según la presidencia afgana), en especial al norte (el EI ya ha realizado operaciones en territorio afgano). Hace poco, el enviado especial del presidente ruso, Vladimir Putin, para Afganistán, Zamir Kabulov, estimó en 10 mil el número de miembros del EI que ya operan en ese país. Kabulov señaló que el grupo terrorista está intentando pasar al Asia Central ex soviética y a Rusia Los intereses occidentales en Siria -"remodelación" de Oriente Medio, control de rutas posibles de energéticos, plataforma de agresión terrorista contra Rusia- parecen ser demasiado importantes como para renunciar a balcanizar Siria y en general Oriente Medio y la península arábiga (lo que incluye la actual guerra en Yemen). Cabe señalar que los conflictos bélicos que quedan en el mundo, muy pocos, son los armados por el imperialismo estadounidense ante el mutismo de la "opinión pública" occidental (y dicho sea de paso, la insolidaridad de la izquierda latinoamericana que no dijo nada sobre Libia ni Yugoslavia).
martes, 25 de octubre de 2016
CHINA: EL OBOR
Se habla mucho de un "gran siglo euroasiático" que estaría encabezado por China gracias a las llamadas "rutas de la seda", integradas en el proyecto OBOR (One Belt One Road, un cinturón un camino). Cabe precisar que es un proyecto chino que hizo oídos sordos a la iniciativa rusa de sumar la Unión Económica Euroasiática con la Organización de Cooperación de Shanghai y los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, también ANSEA). China no está haciendo equipo con Rusia.
Las rutas marítimas del OBOR son bloqueables en el estrecho de Malacca. Buscarían unir a China con Bangladesh-India-Myanmar, Indochina y parte de Africa (desde Sudán hasta Kenia, con punto de apoyo en Zanzíbar). Las rutas por Asia Central son bloqueables desde Afganistán y en Oriente Medio (China-Paquistán, China-Asia Central-Irán). No es de descartar que Estados Unidos esté ideando una "toma de control" indirecta sobre esas rutas, o al menos "compartirlas". No tienen nada que ver con la propuesta que hace algún tiempo hiciera el mandatario ruso Vladimir Putin.
En el proyecto OBOR, hasta ahora no puede saberse si es parte de un desarrollo endógeno chino o de la "promiscuidad total en comercio exterior". De las distintas rutas planeadas, solo una pasa por Rusia (y por cierto que puede ser bloqueada en Europa Oriental). El proyecto OBOR le permitirá a China diversificar sus rutas de comercio exterior, pero también intensificará la competencia por la influencia en algunas regiones de Eurasia, en particular Asia Central, la ex soviética (que con pocas excepciones no está integrada en la Unión Económica Euroasiática, a la que pertenecen Kazajstán y Kirguistán, pero no Tadzhiquistán, Uzbequistán ni Turkmenistán). Salvo por el paso por Kazajstán en una ruta, China ha excluido la alianza con la Unión Económica Euroasiática.
Las rutas marítimas del OBOR son bloqueables en el estrecho de Malacca. Buscarían unir a China con Bangladesh-India-Myanmar, Indochina y parte de Africa (desde Sudán hasta Kenia, con punto de apoyo en Zanzíbar). Las rutas por Asia Central son bloqueables desde Afganistán y en Oriente Medio (China-Paquistán, China-Asia Central-Irán). No es de descartar que Estados Unidos esté ideando una "toma de control" indirecta sobre esas rutas, o al menos "compartirlas". No tienen nada que ver con la propuesta que hace algún tiempo hiciera el mandatario ruso Vladimir Putin.
En el proyecto OBOR, hasta ahora no puede saberse si es parte de un desarrollo endógeno chino o de la "promiscuidad total en comercio exterior". De las distintas rutas planeadas, solo una pasa por Rusia (y por cierto que puede ser bloqueada en Europa Oriental). El proyecto OBOR le permitirá a China diversificar sus rutas de comercio exterior, pero también intensificará la competencia por la influencia en algunas regiones de Eurasia, en particular Asia Central, la ex soviética (que con pocas excepciones no está integrada en la Unión Económica Euroasiática, a la que pertenecen Kazajstán y Kirguistán, pero no Tadzhiquistán, Uzbequistán ni Turkmenistán). Salvo por el paso por Kazajstán en una ruta, China ha excluido la alianza con la Unión Económica Euroasiática.
CHINA: ¿REALMENTE UNA "REORIENTACION"?
Después de superar la deflación, si el proceso se consolida, China estaría por reorientar su economía, dejando de tener por motor al mercado exterior: se centraría ahora en el mercado interno. El ritmo de crecimiento de China se ha enlentecido.
Que China se centre ahora en su mercado interno no quiere decir que vaya a concentrarse en un mercado nacional, ya que "interno" y "nacional" no significan lo mismo. En efecto, se trataría ahora de aumentar el consumo -hay quienes hablan de crear una gran clase media-, pero esto sería una atracción para empresas transnacionales. De hecho, ya sucede así en bienes de lujo. Empresas como Bulgari, Swatch y Hermés, por ejemplo, se han salvado en buena medida gracias a las ventas en el mercado chino, que atrae desde automóviles hasta confección. En el año 2000, el número de ricos chinos era de 24 (con fortunas de unos 110 millones de euros); en 2010, había ascendido a mil 363...
Junto con el consumo, China quiere privilegiar los servicios, dejando de ser -o siendo menos- o un país predominantemente industrial. Se trata también de una oportunidad para empresas extranjeras. Por lo pronto, el Estado puede subsidiar la infraestructura pública y algunos servicios (como educación y salud, para los cuales un chino promedio tiene que ahorrar bastante) y tomar eventualmente medidas como reducir los impuestos para el consumidor y aumentarlos para las empresas locales, y desarrollar el crédito al consumo: lo que no queda claro es si el beneficio de este eventual boom será para compañías chinas, favoreciendo un mercado realmente nacional, o para empresas transnacionales y como nueva válvula de escape para la sobreacumulación y sobreproducción internacionales (China absorbe el 10 % de las exportaciones mundiales). Prueba de que no forzosamente se beneficiarán empresas chinas está en la deslocalización de éstas hacia países con mano de obra todavía más barata, como Vietnam, por ejemplo. Esta nueva deslocalización puede seguir presionando el salario de los trabajadores chinos hacia un nivel bastante bajo.
Con la integración de la moneda china, el yuan, a la canasta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI) se espera tal vez entre otras cosas liberar los controles a los movimientos de capitales en China, dándole mayor fuerza al sector financiero extranjero. Así las cosas, China se reconvertiría a un país consumista y atractivo para la finanza, con los riesgos de todos los países que se han lanzado por este camino dependiendo del exterior.
Es probable que algunas presiones estadounidenses sobre China -en especial en el Mar del Sur de China, no lejos del estrecho de Malacca, lugar de tránsito marítimo clave, en especial de energéticos provenientes de Oriente Medio- busquen obligar a China a seguir en variantes de modelos económicos que favorezcan ante todo al capital transnacional. El escudo antimisiles sudcoreano ha sido ideado por su parte para "disuadir" a China, pero también a Rusia, por lo que ha sido este país el que ha expresado su mayor preocupación por la decisión mancomunada de Seúl -capital de Sudcorea- y Washington.
El enlentecimiento chino y la deflación en los mercados internacionales de materias primas ha tenido un impacto negativo en América Latina, y Estados Unidos aprovecha para recuperar terreno (en el Cono Sur, por ejemplo), aunque aún queda por ver qué permanecerá de una importante presencia china en países como Bolivia y Ecuador.
Que China se centre ahora en su mercado interno no quiere decir que vaya a concentrarse en un mercado nacional, ya que "interno" y "nacional" no significan lo mismo. En efecto, se trataría ahora de aumentar el consumo -hay quienes hablan de crear una gran clase media-, pero esto sería una atracción para empresas transnacionales. De hecho, ya sucede así en bienes de lujo. Empresas como Bulgari, Swatch y Hermés, por ejemplo, se han salvado en buena medida gracias a las ventas en el mercado chino, que atrae desde automóviles hasta confección. En el año 2000, el número de ricos chinos era de 24 (con fortunas de unos 110 millones de euros); en 2010, había ascendido a mil 363...
Junto con el consumo, China quiere privilegiar los servicios, dejando de ser -o siendo menos- o un país predominantemente industrial. Se trata también de una oportunidad para empresas extranjeras. Por lo pronto, el Estado puede subsidiar la infraestructura pública y algunos servicios (como educación y salud, para los cuales un chino promedio tiene que ahorrar bastante) y tomar eventualmente medidas como reducir los impuestos para el consumidor y aumentarlos para las empresas locales, y desarrollar el crédito al consumo: lo que no queda claro es si el beneficio de este eventual boom será para compañías chinas, favoreciendo un mercado realmente nacional, o para empresas transnacionales y como nueva válvula de escape para la sobreacumulación y sobreproducción internacionales (China absorbe el 10 % de las exportaciones mundiales). Prueba de que no forzosamente se beneficiarán empresas chinas está en la deslocalización de éstas hacia países con mano de obra todavía más barata, como Vietnam, por ejemplo. Esta nueva deslocalización puede seguir presionando el salario de los trabajadores chinos hacia un nivel bastante bajo.
Con la integración de la moneda china, el yuan, a la canasta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI) se espera tal vez entre otras cosas liberar los controles a los movimientos de capitales en China, dándole mayor fuerza al sector financiero extranjero. Así las cosas, China se reconvertiría a un país consumista y atractivo para la finanza, con los riesgos de todos los países que se han lanzado por este camino dependiendo del exterior.
Es probable que algunas presiones estadounidenses sobre China -en especial en el Mar del Sur de China, no lejos del estrecho de Malacca, lugar de tránsito marítimo clave, en especial de energéticos provenientes de Oriente Medio- busquen obligar a China a seguir en variantes de modelos económicos que favorezcan ante todo al capital transnacional. El escudo antimisiles sudcoreano ha sido ideado por su parte para "disuadir" a China, pero también a Rusia, por lo que ha sido este país el que ha expresado su mayor preocupación por la decisión mancomunada de Seúl -capital de Sudcorea- y Washington.
El enlentecimiento chino y la deflación en los mercados internacionales de materias primas ha tenido un impacto negativo en América Latina, y Estados Unidos aprovecha para recuperar terreno (en el Cono Sur, por ejemplo), aunque aún queda por ver qué permanecerá de una importante presencia china en países como Bolivia y Ecuador.
domingo, 23 de octubre de 2016
CHINA-EU: INMOBILIARIO, UNA CURIOSA DEPENDENCIA
Una de las formas menos conocidas de dependencia entre China y Estados Unidos es la que existe en el sector inmobiliario.
A finales de mayo pasado se dió a conocer que China tiene invertidos unos 110 mil millones de dólares en el sector inmobiliario estadounidense, desde hace unos cinco años, y más que ciudadanos de cualquier otro país, salvo de Canadá. La agencia rusa RT en español, que reprodujo la noticia, indica que esta inversión se distribuyó de la siguiente manera: 93 mi millones en el sector residencial y 17 mil millones en propiedades comerciales. Esta política china habría permitido en parte la recuperación del sector inmobiliario estadounidense tras la crisis de 2008. Estados Unidos también ha invertido en bienes muebles e inmuebles en China, pero desde el año 2015 fueron superiores las inversiones chinas en el sector en Estados Unidos.
El Tesoro estadounidense está endeudado con China , al igual que empresas semipúblicas como Fannie Mae y Freddie Mac: las obligaciones están apoyadas en propiedades. Si una empresa es incapaz de pagar, los chinos adquirirán aún más propiedades. RT ha subrayado así una de las interdependencias entre las economías china y estadounidense, lo cual sigue dejando como enigma el comportamiento chino frente a las tensiones internacionales entre algunas potencias.
A finales de mayo pasado se dió a conocer que China tiene invertidos unos 110 mil millones de dólares en el sector inmobiliario estadounidense, desde hace unos cinco años, y más que ciudadanos de cualquier otro país, salvo de Canadá. La agencia rusa RT en español, que reprodujo la noticia, indica que esta inversión se distribuyó de la siguiente manera: 93 mi millones en el sector residencial y 17 mil millones en propiedades comerciales. Esta política china habría permitido en parte la recuperación del sector inmobiliario estadounidense tras la crisis de 2008. Estados Unidos también ha invertido en bienes muebles e inmuebles en China, pero desde el año 2015 fueron superiores las inversiones chinas en el sector en Estados Unidos.
El Tesoro estadounidense está endeudado con China , al igual que empresas semipúblicas como Fannie Mae y Freddie Mac: las obligaciones están apoyadas en propiedades. Si una empresa es incapaz de pagar, los chinos adquirirán aún más propiedades. RT ha subrayado así una de las interdependencias entre las economías china y estadounidense, lo cual sigue dejando como enigma el comportamiento chino frente a las tensiones internacionales entre algunas potencias.
SOBRE LAS RESERVAS EN CHINA
A pesar de tener el quinto lugar en reservas de oro en el mundo, China no tiene una moneda tan fuertemente respaldada por el metal amarillo como Rusia. El yuan ahora está en la canasta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI) con el dólar, el euro, el yen y la libra esterlina, y China quiere contar con los derechos especiales de giro del organismo. En general, la política que ha seguido China es hacia una diversificación moderada de sus reservas, las más grandes del mundo (pero en un 60 % en activos en dólares).
Pese a la diversificación en algunas reservas, el dólar sigue siendo la moneda del 64 % de las reservas de los bancos centrales en el mundo. Estados Unidos tiene una deuda astronómica y, en notorio contraste con Rusia, China es el mayor tenedor de deuda estadounidense en el mundo, con Japón en segundo lugar, lo cual hace distinta la situación de China y Rusia, y también de la Unión Europea y la región Asia-Pacífico. A pesar de que Rusia y China han estado disminuyendo sus bonos del Tesoro de Estados Unidos, Washington considera que china no tiene otra alternativa, por ahora, que la de seguir manteniendo la deuda gubernamental estadounidense y bonos como los de Fannie Mae o Freddie Mac.
China ha estado más interesada en promover el oro de dos maneras: en primer lugar, creando el Fondo Oro para la Ruta de la Seda (fondo de inversión para la minería de oro), y promoviendo el uso del oro en Asia Central, para no depender del dólar; y en segundo lugar, explotando yacimientos de oro en la Federación Rusa. Aquel Fondo Oro está patrocinado por Shanghai Gold Exchange y Shandong Gold Group (incluyendo Shaanxi Gold Group), y la minería debería ser impulsada a lo largo de las rutas de ferrocarril de la Ruta de la Seda Euroasiática y en regiones rusas como la del distrito de Magadan Kolyma. Con todo, una cosa es que China tenga una dependencia diversificada respecto del exterior, y otra cosa es que tenga una independencia ("desconexión") que no tiene, a diferencia de una Rusia con mayores posibilidades y una dependencia mucho menor de la economía estadounidense. En los últimos tiempos, como sea, ambos países, China y Rusia, han venido disminuyendo sus tenencias de bonos estadounidenses.
Pese a la diversificación en algunas reservas, el dólar sigue siendo la moneda del 64 % de las reservas de los bancos centrales en el mundo. Estados Unidos tiene una deuda astronómica y, en notorio contraste con Rusia, China es el mayor tenedor de deuda estadounidense en el mundo, con Japón en segundo lugar, lo cual hace distinta la situación de China y Rusia, y también de la Unión Europea y la región Asia-Pacífico. A pesar de que Rusia y China han estado disminuyendo sus bonos del Tesoro de Estados Unidos, Washington considera que china no tiene otra alternativa, por ahora, que la de seguir manteniendo la deuda gubernamental estadounidense y bonos como los de Fannie Mae o Freddie Mac.
China ha estado más interesada en promover el oro de dos maneras: en primer lugar, creando el Fondo Oro para la Ruta de la Seda (fondo de inversión para la minería de oro), y promoviendo el uso del oro en Asia Central, para no depender del dólar; y en segundo lugar, explotando yacimientos de oro en la Federación Rusa. Aquel Fondo Oro está patrocinado por Shanghai Gold Exchange y Shandong Gold Group (incluyendo Shaanxi Gold Group), y la minería debería ser impulsada a lo largo de las rutas de ferrocarril de la Ruta de la Seda Euroasiática y en regiones rusas como la del distrito de Magadan Kolyma. Con todo, una cosa es que China tenga una dependencia diversificada respecto del exterior, y otra cosa es que tenga una independencia ("desconexión") que no tiene, a diferencia de una Rusia con mayores posibilidades y una dependencia mucho menor de la economía estadounidense. En los últimos tiempos, como sea, ambos países, China y Rusia, han venido disminuyendo sus tenencias de bonos estadounidenses.
SOBRE EL ORO EN CHINA Y RUSIA
Como lo comentaba a principios de año el periódico alemán Die Welt, un país que aumenta sus reservas de oro "reduce la dominancia (sic) de las divisas occidentales" Los países del mundo con mayores reservas de oro son Estados Unidos, Alemania, Italia y Francia, pero hay sorpresas. China ha sido en los últimos tiempos el país que más oro compra y tiene las quintas reservas del mundo. "Según parece, comentaba también Die Welt, China espera librarse de la dominancia de las divisas de reserva de Occidente".
El país en el sexto lugar es Rusia, cuyas reservas de oro han aumentado casi 4 veces desde 2005 (Rusia y China son los mayores productores de oro del mundo, luego de que Rusia haya destronado a Sudáfrica). Según Die Welt, "(...) el gobierno ruso quiere evitar la dependencia en el futuro al usar el oro en barras para garantizar la seguridad y la economía del país". Un país con una moneda respaldada en oro (y no en dólares o en euros) no depende para su política económica del Banco Central de otro país.
Rusia ha comenzado también a tener reservas en yuanes (el yuan es la moneda china). Rusia y China han empezado a desarrollar su propias sistema de transferencias en lugar del SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), que opera en 215 países y territorios; el acuerdo sino-ruso es el CIPS (China International Payment System).
El dato importante es el dado hace algún tiempo por el asesor del Kremlin, Serguei Glaziev: incluso más que el yuan, nótese bien, el rublo es la moneda más respaldada por el oro en el mundo, ya que los rublos en circulación están cubiertos por un monto del doble en oro en el Tesoro ruso. Rusia almacena tantas onzas de oro como fondos negociados en la Bolsa. El Banco Central de Rusia compra cada onza de oro extraída de las minas rusas a un precio atractivo en rublos, para inflar los haberes del Estado, lo que evita a la larga incluso tener que comprar oro con dólares en el mercado internacional.
El país en el sexto lugar es Rusia, cuyas reservas de oro han aumentado casi 4 veces desde 2005 (Rusia y China son los mayores productores de oro del mundo, luego de que Rusia haya destronado a Sudáfrica). Según Die Welt, "(...) el gobierno ruso quiere evitar la dependencia en el futuro al usar el oro en barras para garantizar la seguridad y la economía del país". Un país con una moneda respaldada en oro (y no en dólares o en euros) no depende para su política económica del Banco Central de otro país.
Rusia ha comenzado también a tener reservas en yuanes (el yuan es la moneda china). Rusia y China han empezado a desarrollar su propias sistema de transferencias en lugar del SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), que opera en 215 países y territorios; el acuerdo sino-ruso es el CIPS (China International Payment System).
El dato importante es el dado hace algún tiempo por el asesor del Kremlin, Serguei Glaziev: incluso más que el yuan, nótese bien, el rublo es la moneda más respaldada por el oro en el mundo, ya que los rublos en circulación están cubiertos por un monto del doble en oro en el Tesoro ruso. Rusia almacena tantas onzas de oro como fondos negociados en la Bolsa. El Banco Central de Rusia compra cada onza de oro extraída de las minas rusas a un precio atractivo en rublos, para inflar los haberes del Estado, lo que evita a la larga incluso tener que comprar oro con dólares en el mercado internacional.
viernes, 21 de octubre de 2016
KADHAFI, EL LOCO
Ya se sabe que el líder libio Muamar Kadhafi -electo en febrero de 2009 jefe de la Unión Africana, la ex Unión de Estados Africanos- fue derrocado y ejecutado porque estorbaba a los intereses occidentales: quería crear un Banco Central Africano, con sede en Abuja, capital de Nigeria, un Fondo Monetario de Africa y una moneda africana (para los "Estados Unidos de Africa"), desligada del dólar y del euro. Seguramente a muchos les puede haber parecido delirante y hay quien dice que la muerte de Kadhafi fue quizá merecida, según lo afirmó Maruan Soto Antaki en Pensar Medio Oriente.
De acuerdo con el recuento de Chris Welzenbach en Counterpunch, Kadhafi previamente buscó aminorar las tensiones con Occidente y cometió un error: aportó más de 50 millones de euros en fondos secretos para la campaña electoral de Nicolas Sarkozy en Francia, algo prohibido por la ley francesa. Esta información fue confirmada con documentos por Mediapart hace poco, el 11 de septiembre de 2016: el encuentro entre el líder libio y Sarkozy se remonta al 10 de diciembre de 2006.
Hay que poner atención a las fechas, puesto que los tratos con Sarkozy fueron previos a la iniciativa africana de Kadhafi. ¿Qué intereses podía afectar una moneda africana? Muy en concreto, los del franco CFA (franco de la Comunidad Financiera de Africa), por ende los del comercio y las finanzas francesas en su "patio trasero" ex colonial. El 19 de marzo de 2011, Sarkozy dió la orden de establecer la "exclusión aérea" en Libia y de atacar. Claro, siguieron los estadounidenses en la agresión, pero algo había pasado con Sarkozy, hoy involucrado en Francia en no menos de nueve procedimientos judiciales, inculpado por "corrupción activa", "tráfico de influencias" y fraudes al fisco que involucran a Bernard Tapie y la directora-gerente del Fondo monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. En efecto, Sarkozy se olvidó muy pronto de la amistad con Kadhafi cuando lo que estuvo en juego fueron los intereses económicos del imperialismo francés en Africa. Lo mismo le había pasado antes al líder iraquí Saddam Hussein, atacado y rematado cuando quiso empezar a vender petróleo en euros y no en dólares (¿hay que recordar que en Panamá, Manuel Antonio Noriega estaba en tratos con los japoneses contra los estadounidenses para la ampliación del Canal?). Por lo visto, Occidente no es muy tolerante con los intentos por zafarse del dólar y satélites. Para el resto, como lo ha escrito Luis Casado en el portal de Alainet ("El programa de los granujas"), cuando mandan los medios financieros da un poco igual que gobiernen Jerry Lewis, Bernard Madoff o Sarah Palin (una tipa que hablaba de apretar botones nucleares sin que nadie se incomodara). Después de todo, mucho menos delirante y mucho más apegada al sistema, la generala Orwell logró salir indemne del escándalo de los Saving and Loans (estafas financieras en el gobierno de Arkansas en los años '70), por 160 mil millones de dólares (Whitewater) y de otros (Filegate, por ejemplo). Habría que ver cómo se comporta si Rusia y China aspiran a una mayor independencia monetaria/financiera. Convirtiendo seguramente en "parias" a estos países y en "delincuentes" a sus líderes, para que tengan, siguiendo la lógica de Soto Antaki, un fin merecido.
Según lo reveló recientemente el portal francés Agoravox, frente al rechazo del gobierno de Damasco, capital siria, ante un proyecto de gasoducto (para beneficio de Qatar), Nicolas Sarkozy -otra vez- le dijo a Bashar al-Assad, el villano de los sátrapas "vamos a poner a su país a fuego y sangre". No es delirio, ciertamente, aunque tampoco de alguna especial finura.
De acuerdo con el recuento de Chris Welzenbach en Counterpunch, Kadhafi previamente buscó aminorar las tensiones con Occidente y cometió un error: aportó más de 50 millones de euros en fondos secretos para la campaña electoral de Nicolas Sarkozy en Francia, algo prohibido por la ley francesa. Esta información fue confirmada con documentos por Mediapart hace poco, el 11 de septiembre de 2016: el encuentro entre el líder libio y Sarkozy se remonta al 10 de diciembre de 2006.
Hay que poner atención a las fechas, puesto que los tratos con Sarkozy fueron previos a la iniciativa africana de Kadhafi. ¿Qué intereses podía afectar una moneda africana? Muy en concreto, los del franco CFA (franco de la Comunidad Financiera de Africa), por ende los del comercio y las finanzas francesas en su "patio trasero" ex colonial. El 19 de marzo de 2011, Sarkozy dió la orden de establecer la "exclusión aérea" en Libia y de atacar. Claro, siguieron los estadounidenses en la agresión, pero algo había pasado con Sarkozy, hoy involucrado en Francia en no menos de nueve procedimientos judiciales, inculpado por "corrupción activa", "tráfico de influencias" y fraudes al fisco que involucran a Bernard Tapie y la directora-gerente del Fondo monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. En efecto, Sarkozy se olvidó muy pronto de la amistad con Kadhafi cuando lo que estuvo en juego fueron los intereses económicos del imperialismo francés en Africa. Lo mismo le había pasado antes al líder iraquí Saddam Hussein, atacado y rematado cuando quiso empezar a vender petróleo en euros y no en dólares (¿hay que recordar que en Panamá, Manuel Antonio Noriega estaba en tratos con los japoneses contra los estadounidenses para la ampliación del Canal?). Por lo visto, Occidente no es muy tolerante con los intentos por zafarse del dólar y satélites. Para el resto, como lo ha escrito Luis Casado en el portal de Alainet ("El programa de los granujas"), cuando mandan los medios financieros da un poco igual que gobiernen Jerry Lewis, Bernard Madoff o Sarah Palin (una tipa que hablaba de apretar botones nucleares sin que nadie se incomodara). Después de todo, mucho menos delirante y mucho más apegada al sistema, la generala Orwell logró salir indemne del escándalo de los Saving and Loans (estafas financieras en el gobierno de Arkansas en los años '70), por 160 mil millones de dólares (Whitewater) y de otros (Filegate, por ejemplo). Habría que ver cómo se comporta si Rusia y China aspiran a una mayor independencia monetaria/financiera. Convirtiendo seguramente en "parias" a estos países y en "delincuentes" a sus líderes, para que tengan, siguiendo la lógica de Soto Antaki, un fin merecido.
Según lo reveló recientemente el portal francés Agoravox, frente al rechazo del gobierno de Damasco, capital siria, ante un proyecto de gasoducto (para beneficio de Qatar), Nicolas Sarkozy -otra vez- le dijo a Bashar al-Assad, el villano de los sátrapas "vamos a poner a su país a fuego y sangre". No es delirio, ciertamente, aunque tampoco de alguna especial finura.
EX YUGOSLAVIA: LA FANTASTICA "ENTRADA A EUROPA"
Reportajes recientes publicados en Agoravox sobre los Balcanes muestran que el sacrificio de Yugoslavia fue en vano. Muchos yugoslavos se pusieron a las carreras a hundirlo todo con tal de vivir "en democracia" y "entrar a Europa". Serbia, por ejemplo, ha entrado no a Europa ni a una democracia seria, sino a un desastre en la política social, que se refleja en los altos costos de la educación (que antes era gratuita) y lo exiguo de las pensiones para los jubilados, por ejemplo. Macedonia, cuando no tiene que vérselas con provocaciones armadas de la minoría albanesa, se ha convertido en un monumento a la megalomanía y la corrupción oficiales, de tal modo que el dinero se va en gastos suntuarios y no hay para una juventud que piensa ante todo en emigrar. Albania es un país ocupado, mafioso y que privatiza a todo lo que da, y de la "multidiversa" Bosnia no hay nada: la República Serbia local, por ejemplo, no tiene muchas ganas de cooperar con los demás.
En este desastre, la política se mueve en el que podía haber sido el espectro ruso: entre el llamado "neoliberalismo" (existe en Rusia), a rajatabla, y el "nacional populismo", de derecha (es muy débil en la Federación Rusa, incluso en el "patriotismo pop" de Rusia Unida), que hunde sus raíces en el hecho de que sí, todo el mundo ha terminado creyéndose que su identidad pasa por negar la del prójimo. Este ha sido el campo de ensayo de una política desde Occidente que debiera: a) designar a la autoridad personal del Estado como "cabeza de turco", b) exacerbar las creencias religiosas (choque de dizque "civilizaciones") para debilitar al Estado, c) quebrar al ejército nacional dispersándolo en varios conflictos dizque"étnicos", y d) obligar por sanciones a políticas sociales restrictivas que creen descontento entre la población. Yugoslavia no fue más que el terreno de ensayo -guardando la necesidad de debilitar al ejército más fuerte de Europa Oriental- de algo mucho más grande y siniestro.
En este desastre, la política se mueve en el que podía haber sido el espectro ruso: entre el llamado "neoliberalismo" (existe en Rusia), a rajatabla, y el "nacional populismo", de derecha (es muy débil en la Federación Rusa, incluso en el "patriotismo pop" de Rusia Unida), que hunde sus raíces en el hecho de que sí, todo el mundo ha terminado creyéndose que su identidad pasa por negar la del prójimo. Este ha sido el campo de ensayo de una política desde Occidente que debiera: a) designar a la autoridad personal del Estado como "cabeza de turco", b) exacerbar las creencias religiosas (choque de dizque "civilizaciones") para debilitar al Estado, c) quebrar al ejército nacional dispersándolo en varios conflictos dizque"étnicos", y d) obligar por sanciones a políticas sociales restrictivas que creen descontento entre la población. Yugoslavia no fue más que el terreno de ensayo -guardando la necesidad de debilitar al ejército más fuerte de Europa Oriental- de algo mucho más grande y siniestro.
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