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sábado, 14 de mayo de 2016

EL FIN DEL SUJETO (IV)

¿Por qué hay gente que vota por la izquierda y otra prefiere a la derecha? El periódico español de mayor venta en el mundo no tuvo ningún problema en reproducir, bajo el título "Qué nos hace ser de derechas o de izquierdas", lo siguiente, producto, claro está, de la ciencia estadounidense: "en 2007, un equipo de investigadores de las universidades de Nueva York y California, realizó un trabajo experimental, publicado en la prestigiosa revista Nature Neuroscience, que mostró, mediante potenciales eléctricos evocados, e imágenes de resonancia magnética funcional, que en situaciones de conflicto las personas políticamente liberales presentan más actividad que las políticamente conservadoras en la circunvolución cingulada superior, una región del lóbulo temporal del cerebro, caracterizada, entre otras funciones, por responder, cual alarma biológica, a situaciones en las que lo que razonamos no coincide con lo que sentimos". Eso es: este pueblo quería votar por Andrés Manuel, pero la alarma biológica puso la papeleta en la urna para Margarita.
      Un portal ruso rompió el récord, con esa costumbre que han tomado los rusos de irse a extremos que a veces no alcanza ni Occidente (del tipo abrir en Moscú, capital rusa, escuelas de sexo oral o premiar en un concurso a un estudiante de 15 años con un mes de estadía con una actriz porno): RT en español reprodujo que, según investigaciones de las universidades de Yale y de Princeton, el libre albedrío simplemente no existe, puesto una elección en tiempo real es, de hecho, una actividad neuronal inconsciente que se produce segundos antes de tomar decisiones. Ya está: aquí no hay sujetos que escogen, ni modo de transformar nada (la sociedad o el entorno social más inmediato, por ejemplo), porque todo se juega en "otra dimensión" y al ser humano solo le queda contarse, como ser acabado (y en muchos casos, lo está) que el mundo actual, en vez de ser artificial y proyectado/construido, es tan natural como los niños, las madres que "dan la vida", los animales y, desde luego, la biología que determina hasta el voto. No queda más que refugiarse en la célula más elemental, la familia, y salir de vez en cuando a la "sociedad" a ver que puede uno "tomar", es decir, a cazar y a recolectar. Socialmente, habiendo renunciado por conveniencia a ser sujeto (aunque contándose que es "lo natural"), el ser humano está ya muerto en muchos lugares y en distintos segmentos de la población en el mundo.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...