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domingo, 29 de mayo de 2016

FRANCIA: CUANDO EL POLITICO DESCONOCE LA CONSTITUCION

La Constitución francesa tiene como preámbulo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. "El principio de toda soberanía -está escrito- reside esencialmente en la nación. Ningún cuerpo, ningún individuo pueden ejercer autoridad alguna que no emane expresamente de ella".
      Como miembro de la Unión Europea (UE) y según lo demostrara en 1992 Marie- France Garaud, Francia atropella cada vez que puede su propia Constitución.
      La reciente ley El Khomri (votada por lo demás de manera torcida, con "voto bloqueado"), que precariza el mercado laboral, fue impuesta mientras el mandatario socialista francés, Francois Hollande, se dedica él también a las frivolidades y sobre todo a las mujeres, sin tener idea de nada. El Consejo de la Unión Europea recomendó a Francia (14 de julio de 2015) "reformar el derecho al trabajo" (punto 6 del programa nacional de reforma para Francia dictado por la UE). La aplicación de esta ley no podía hacerse sin antes consultar a la nación, pero resulta que, si se la consultara, Francia ya habría salido del euro, según lo muestran las encuestas que tanto gustan a los políticos, y se habrían perdido bastantes puestos tecnocráticos y políticos en vez de precarizar las condiciones laborales de quienes trabajan. Por lo menos desde el Tratado de Maastricht, sujeto a consulta en Francia en 1992, la extinción del Estado y de la República se explican porque esa provincia de la UE que es Francia no tiene ninguna soberanía nacional, y en rigor, como escribiera un columnista del portal Agoravox, antes que romper con la UE para algunos más vale disolver la nación y el pueblo.

¿EL MAL MAYOR, UN MAL MENOR?

 Ningún comportamiento humano está exento de errores, aunque el clientelismo frecuente en América Latina presenta dos problemas: el temor a ...